Rodolfo Martínez - Sherlock Holmes y la boca del infierno

Здесь есть возможность читать онлайн «Rodolfo Martínez - Sherlock Holmes y la boca del infierno» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Sherlock Holmes y la boca del infierno: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Sherlock Holmes y la boca del infierno»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Dos detectives. Un mago. Y todas las legiones del Infierno. Sus caminos se han cruzado en el pasado, y volverán a cruzarse. Por un lado, Sherlock Holmes, el famoso detective, que parece haberse retirado para dedicarse a la cría de abejas. Por otro, Aleister Crowley, brujo y profeta autoproclamado como el hombre más perverso de su época. Una oscura noche tormentosa, en algún lugar de la costa de Portugal, Crowley pondrá en práctica un ritual que amenazará con derribar las barreras entre los mundos, y Holmes estará allí para impedírselo. Pero, ¿podrá Holmes soportar el dolor de la pérdida que será el precio de su triunfo? ¿Cómo seguir siendo la implacable máquina de razonar cuando la misma realidad escapa a la razón?
En esta nueva pieza de su obra holmesiana, iniciada con La sabiduría de los muertos y Las huellas del poeta, Rodolfo Martínez entrelaza las ficciones de Arthur Conan Doyle y H.P. Lovecraft para crear un universo particularísimo donde tienen cabida algunos de los personajes más entrañables de la literatura popular.

Sherlock Holmes y la boca del infierno — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Sherlock Holmes y la boca del infierno», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

John me indicó que detuviera el coche con un gesto serio y luego se bajó del automóvil. Echó a andar sin esperar a ver si lo seguíamos. Yo iba a hacerlo, cuando la mano de Holmes en mi brazo me detuvo.

– Esperemos. Él vendrá a nosotros.

– Como quiera.

Así que me conformé con ver el modo torpe en que John trepaba a las piedras y buscaba un camino seguro entre el terreno accidentado. Resbaló un par de veces y estuvo a punto de caer alguna más. Al final no era más que una figura vacilante y lejana que parecía haber perdido el rumbo. Pronto, una peña se lo tragó, y lo perdimos completamente de vista.

Encendí un cigarrillo para hacer un poco más llevadera la espera y Holmes me imitó. Lo miré con reprobación y pareció encontrar aquello tremendamente divertido.

– No creo que seas el más indicado para reprocharme nada, William.

Tenía razón, claro, como casi siempre.

Al cabo de un rato vimos que alguien venía hacia nosotros. No se trataba de nuestro guía, sino de otra persona. Caminaba entre las rocas con la misma indiferencia y elegancia con la que se habría movido por un salón de baile, y nada de cuanto ocurriese a su alrededor parecía afectarlo. Ni las rachas de viento, ni la tormenta cada vez más cercana, ni siquiera la lluvia tenue que empezaba a caer en aquel momento hicieron mella en sus modales altivos e indiferentes.

No tardó en llegar junto al coche y sus facciones se iluminaron en una sonrisa. Parecía joven, no más allá de treinta años, y el sombrero que llevaba no ocultaba un pelo rubio claro, casi blanco. Saludó a Holmes con un gesto de la mano en el ala de su sombrero y luego se dirigió a mí.

– El parecido es evidente -dijo-. Quién iba a decir que el gran Sherlock Holmes tuviera ese tipo de debilidades tan humanas.

– Soy humano, al fin y al cabo -dijo el detective, saliendo del coche.

No le tendió la mano a su interlocutor, ni éste hizo el menor ademán de estrechársela.

Abrí la puerta y salí al desapacible exterior. Supongo que miraba con desconfianza al recién llegado, porque su sonrisa se acentuó y dijo:

– Sí, señor Hudson, seguro que no soy más que un impostor. ¿Cirugía plástica, tal vez? ¿O, al igual que usted, tengo un sorprendente parecido con mi padre o el padre de mi padre?

– A eso lo solemos llamar «abuelo», somos así de excéntricos.

– Ah, claro, el inefable humor inglés. Lo practiqué con cierta frecuencia en el pasado. Confieso que a veces lo he echado de menos. -Créame, me encantaría prescindir de él.

– ¿Y qué se lo impide?

Holmes nos miraba en silencio, disfrutando de aquel intercambio verbal entre Adamson y yo.

– Muchas cosas. El mundo entero, podríamos decir.

Asintió, como si de verdad hubiera dicho algo interesante.

– Ah, sí, el mundo. Un lugar fascinante. Lleno de recovecos y esquinas. Lo cual, si lo pensamos un poco, es algo contradictorio para un lugar esférico. Lo echaré de menos cuando me vaya, estoy seguro.

– No lo dudo, pero, ¿lo echará de menos él a usted?

– Una pregunta intrigante, señor Hudson. Sin la menor duda. Y, como suele ocurrir, con más de una respuesta.

– Una sola respuesta ya me parece demasiado. No necesito otras.

– Ha puesto usted el dedo en la llaga. A menudo una única respuesta es demasiado, sin duda. Las respuestas múltiples son más fáciles de sobrellevar. La unicidad se termina volviendo… insufrible.

– Si usted lo dice.

– Sé de qué hablo.

– Qué afortunado.

Nos interrumpió un aplauso seco.

– No ha estado mal -dijo Holmes-, aunque en mis tiempo asistí a vodeviles de tercera con diálogos mejor tramados. Pero ha sido entretenido, al menos.

Adamson inclinó la cabeza en dirección al detective.

– Gracias.

– No tiene por qué darlas. ¿Falta mucho para su llegada? -preguntó de repente.

Adamson frunció el ceño.

– No demasiado. Mis agentes creen que llegará esta misma noche. Lo cual -añadió señalando la tormenta que no tardaría en situarse sobre nosotros- me parece de lo más adecuado.

– Su sentido de lo teatral roza lo excesivo, amigo mío.

– Quizá. Ahora, si me permiten que los acompañe, tomaremos un ligero tentempié y luego ocuparemos nuestras posiciones.

– Suena razonable -dije.

– «Razonable». Qué palabra tan peligrosa. Te acostumbras a usarla y al final hasta terminas creyendo que realmente significa algo.

No respondí. En lugar de eso, me limité a seguirlo hasta un edificio cercano que no me costó reconocer como un restaurante.

– Qué humano, ¿verdad? -dijo Adamson mientras entrábamos-. Llaman a este sitio Boca do Inferno, la Boca del Infierno. Y en lugar de mantenerse alejados montan un restaurante junto a él. «Humanidad, nunca dejas de sorprenderme», como dijo uno de sus poetas.

Nos sentamos y no tardamos en dar cuenta de la comida que Adamson había encargado para nosotros. Nada del otro mundo, pero caliente y bien preparado. Y confieso que, a la vista de cómo se iba poniendo el tiempo en el exterior, tener algo caliente en el estómago no era algo a despreciar.

Holmes y Adamson llevaban el peso de la conversación mientras cenábamos. Yo aproveché la oportunidad que aquello me brindaba para observar a gusto al segundo. Como he dicho, parecía joven, pero el modo en que se movía y hablaba desmentía esa impresión. Lo cual, por supuesto, no indica nada: el lenguaje corporal se puede aprender.

Tenía una sonrisa inquietante. Y unos ojos más inquietantes aún. Parecían azules, pero a veces un brillo color miel asomaba a ellos, según cómo les diera la luz. Sin duda sabia el efecto que causaba su apariencia y lo explotaba a su favor.

Tras la cena, nos sirvieron tres copas de un licor local que no estaba nada mal. Mi parte más inglesa siempre había sentido cierta predilección por los vinos portugueses, y aquel licorcillo de sabor indefinido no me defraudó.

Mientras bebía de su copa con parsimonia, Adamson oteó por las ventanas.

– Casi es noche cerrada y seguramente John se estará impacientando -dijo-. Sería mejor que lo relevásemos.

Avanzábamos por un mundo que estaba siendo cubierto por las tinieblas con rapidez. El viento venía a nosotros desde el mar, racheado y cargado de sal y de humedad, y había en su aullido algo inquietante, como si tapara, pero no del todo, un grito medio articulado.

Seguimos a Adamson por las peñas hasta llegar al lugar donde nos esperaba el hombrecillo. Éste, más hosco aún que antes, pareció aliviado al vernos.

– Ella está cerca -le dijo a Adamson-. Ya no puede tardar mucho.

– Estupendo. Será mejor que nos dejes, John.

– Pero…

Adamson negó con la cabeza.

– Estás aquí con un propósito, amigo mío, y no tiene nada que ver con esto. Te agradezco la ayuda, pero será mejor que lo que queda nos lo dejes a nosotros.

– No me gusta dejar las cosas a medias.

Adamson se encogió de hombros.

– Esto no quedará así, te lo aseguro. Terminará. Quizá no como deba o como me gustaría, pero lo hará. No te preocupes por mí, John. Nos veremos mañana… o no.

El hombrecillo pareció a punto de decir algo. Luego, como un niño enfurruñado, dio media vuelta y se alejó de allí. Adamson nos miró, indeciso respecto a qué debía contarnos.

– Los poetas, ya se sabe -dijo finalmente-, temperamentales y malcriados como hijos únicos. -Pareció a punto de añadir algo más, pero cambió bruscamente de idea-. Síganme, por aquí podremos esperar con cierta comodidad a que ella venga.

Nos acomodamos en un hueco entre las rocas, a salvo en parte del viento que rugía sobre nosotros, aunque nuestras ropas no tardaron en quedar empapadas. Miré a Holmes: el anciano detective parecía tan fuerte y vivaz como siempre, pero no pude evitar preguntarme si aquella noche a la intemperie le pasaría factura a su organismo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Sherlock Holmes y la boca del infierno»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Sherlock Holmes y la boca del infierno» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Sherlock Holmes y la boca del infierno»

Обсуждение, отзывы о книге «Sherlock Holmes y la boca del infierno» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x