Mark Billingham - En la oscuridad

Здесь есть возможность читать онлайн «Mark Billingham - En la oscuridad» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

En la oscuridad: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «En la oscuridad»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Durante una noche de lluvia, Theo Shirley, un chico de diecisiete años, dispara al coche de una mujer cumpliendo así con la ceremonia de iniciación para formar parte de una banda. Ella no muere, pero su coche se estrella contra una parada de autobuses, matando a un policía.
La novia de éste, también policía, no acepta que su muerte haya sido un accidente. En su deseo por descubrir la verdad, llevará a cabo su propia investigación e irá descubriendo oscuros secretos que nos conducirán a un sorprendente giro final de la historia.

En la oscuridad — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «En la oscuridad», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Por lo que yo sé, no. Pero, si te digo la verdad, los últimos meses no tenía ni idea de a qué se dedicaba.

– ¿Perdona?

– Sólo estaba un poco… distraído, creo. Con lo del niño y todo lo demás.

– ¿Qué quieres decir con lo de a qué se dedicaba?

Kelly se mostró reacio, pero Helen insistió hasta que le habló de la cantidad de tiempo que Paul había pasado fuera de la comisaría. Sus vagas explicaciones cuando le preguntaban. Lo que le había dicho sobre un caso antiguo que le estaba dando algunos problemas. Aunque Kelly no llegó a decirlo, Helen pudo oír en su voz que no se había creído ni una sola palabra.

– Estoy segura de que tienes razón -dijo Helen-. Probablemente estaba distraído.

– A Paul no le gustaba que la gente supiese sus cosas -dijo Kelly-. Y está bien, supongo. Creo que tenía más cosas en la cabeza que los demás, eso es todo.

No dijeron mucho más después de eso y, cuando hubo colgado el teléfono, Helen se fue al cuarto de baño. Se duchó, se sentó en el cubículo para afeitarse las piernas. Intentó cantar al ritmo de uno de los discos de REM de Paul mientras se preparaba para irse a la cama, pero no recordaba las letras. Cuando el CD se acabó cuarenta minutos más tarde, ella seguía sentada en el borde de la cama, con una camiseta y el pantalón del pijama, preguntándose qué era lo que Paul tenía en la cabeza exactamente.

Y por qué lo que fuese tenía que ver con Frank Linnell.

Frank estaba solo viendo la tele en la cocina, cuando Clive llegó; hacía varias horas que no veía a Laura. Cogió la chaqueta de Clive y lo condujo por el largo pasillo que salía del recibidor. Pasaron por delante del gimnasio que Frank había mandando instalar el año anterior y salieron al jardín de invierno.

Le gustaba sentarse allí fuera por las noches, con un vaso de vino y un libro de crucigramas. O, si estaba Laura, sentarse juntos y relatarle su día, tal vez pedirle consejo sobre alguno de los edificios que estaba construyendo. A ella se le daban bien esas cosas, aunque siempre le decía que había otros aspectos de su negocio que preferiría que se guardase para sí.

– Cuesta creer -dijo Clive- cómo suceden las cosas.

– En eso tienes razón -dijo Frank.

Frank no le había hablado a Clive de la muerte de Paul cuando se enteró por Helen. Había pensado que sería mejor mantenerlo como un asunto privado, y bien podría haber continuado así de no haber sido por las revelaciones del periódico. La forma en que Paul había muerto lo había cambiado todo.

Se quedaron de pie el uno al lado del otro, mirando el jardín. Había faroles cada cincuenta centímetros o así a lo largo del sendero y en la mayor parte de los parterres, lanzando su luz hacia los árboles. Una gruesa línea de luces más pequeñas recorría la valla y el borde de un enorme cobertizo que había en la esquina.

– Estaba pensando en aquella tarde que vino al pub -dijo Clive-. Cuando entró aquel crío, ¿te acuerdas?

– Por supuesto. ¿Por qué?

– Por nada. Uno siempre piensa en la última vez que vio a alguien, ¿no? Cómo estaba y todo eso.

Frank había pensado mucho en aquella tarde desde que se había enterado de la muerte de Paul. No se habían peleado, no exactamente, sin embargo, Paul se había ido disgustado. Frank sabía que había hecho bien en negarse a colaborar con él, pero aun así deseaba que las cosas hubiesen sido diferentes.

– ¿Entonces, cómo vamos con eso?

– He estado tanteando un poco por ahí desde que me llamaste, y toda la gente con la que he hablado. Creo que nos estamos acercando.

– ¿Tenemos nombres?

– Como dice el periódico, nadie sabe siquiera si es una pandilla del norte o del sur del río.

– No debería ser demasiado difícil.

Clive asintió, mostrando su acuerdo.

– Es un proceso de eliminación.

– Necesito que centres toda tu atención en esto.

– No te preocupes, sé que es importante.

– Los pubs no se van a ir a ningún sitio -dijo Frank-. No es el fin del mundo si terminamos las reformas con un día o dos de retraso.

– Si todo va bien, podemos empezar a retorcer orejas mañana.

– A primera hora -dijo Frank.

No dijeron nada durante quizá un minuto. El sonido de las voces en la televisión bajaba por el pasillo desde la cocina.

– ¿Has visto a los zorros últimamente? -preguntó Clive.

Frank asintió. Había estado vigilando ansiosamente: un par de zorros se habían mudado a su jardín, y sospechaba que habían construido una madriguera debajo del cobertizo. Le dijo a Clive que había llegado un punto en el que ya no les molestaban las luces activadas por el movimiento que inundaban el césped cada vez que lo cruzaban.

– La otra noche me senté y los estuve observando durante media hora -dijo-. El muy jeta vino hasta aquí mismo -señaló-. Echó una meada contra una de esas macetas.

– Qué bueno -dijo Clive, riendo.

Frank estaba pensando en ese momento, un minuto o así después de que el último zorro volviera a desaparecer entre los arbustos, en que las luces se apagasen. Cuando el jardín volviese, en un segundo, a la casi total oscuridad. Imaginó a los jóvenes en el coche, conduciendo por ahí a oscuras y esperando a que algún idiota bienintencionado les diese luces.

Como le había dicho a Laura, no podía permitir que aquello quedase así.

– ¿Necesitas que me quede? -preguntó Clive.

Frank sacudió la cabeza y dijo:

– Necesito que hagas más llamadas. Algunas de las personas que saben de esto apenas acaban de levantarse.

Minutos después de que Clive se fuese, los focos del jardín se encendieron. Frank miró afuera, pero no pudo ver nada. A veces no había nada que ver. A veces, no era más que una araña gateando por uno de los sensores. Pero Frank se quedó vigilando de todas formas.

Theo se había quedado en el piso franco hasta más tarde de lo normal, remoloneando por el dormitorio después de que llegase uno de los chicos asiáticos para el turno de noche, y pasando de allí al servicio durante una hora o así hasta que oscureció y las cosas estuvieron más tranquilas fuera, hasta que dejó de temblar y cagarse.

Se puso la capucha y bajó a paso rápido hasta el Dirty South, en Lee High Road. El bar se llamaba Rose of Lee antes de que él se mudase a Kent, era una sala de conciertos pequeña, decente, a la que habían dado un toque más sofisticado mientras había estado fuera.

Algunos de los grupos no eran demasiado buenos, pero solía haber un DJ que pinchaba algo de break-beat y grime decente y algunas caras de la pandilla que se quedaban hasta tarde, tomándose la última de camino a casa o la primera si iban a salir toda la noche.

Era su local, aunque con cierta frecuencia algún idiota de los Ghetto Boys o unos cuantos capullos de Kidbrooke entraban como si no lo supiesen e intentaban montar algo. Siempre había que estar preparado para eso.

Theo se sentó en uno de los viejos sofás desgastados que había junto a la puerta, con Ollie y otro de los camellos, una chica de catorce años llamada Cospel, que Ollie estaba desesperado por follarse. Nadie decía gran cosa, miraban la pantalla gigante o la mesa de billar. Tras un par de copas volvieron a casa de Ollie y fumaron un rato, hasta que la gente empezó a adormilarse y Theo supo que era hora de irse a casa.

Cruzó la urbanización de vuelta a su piso.

Al pasar junto a los críos del garaje, uno de ellos levantó la barbilla y le dijo:

– ¿Qué hay, T?

Los demás le saludaron con la cabeza. Theo les devolvió el saludo y siguió andando, oyendo sus susurros detrás de él, sirenas en algún lugar en la distancia, con la sensación de que algo se retorcía en su interior, como la carne sobre el mostrador del carnicero.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «En la oscuridad»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «En la oscuridad» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Mark Billingham - Lazybones
Mark Billingham
Mark Billingham - Scaredy cat
Mark Billingham
Mark Billingham - From the Dead
Mark Billingham
Mark Billingham - Lifeless
Mark Billingham
Mark Billingham - The Burning Girl
Mark Billingham
Mark Billingham - Sleepyhead
Mark Billingham
Mark Billingham - Good as Dead
Mark Billingham
libcat.ru: книга без обложки
Mark Billingham
Mark Billingham - Buried
Mark Billingham
Mark Billingham - Death Message
Mark Billingham
Mark Billingham - Bloodline
Mark Billingham
Mark Billingham - Ein Herz und keine Seele
Mark Billingham
Отзывы о книге «En la oscuridad»

Обсуждение, отзывы о книге «En la oscuridad» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x