Andrea Camilleri - La Luna De Papel

Здесь есть возможность читать онлайн «Andrea Camilleri - La Luna De Papel» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Luna De Papel: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Luna De Papel»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Tal vez porque Salvo Montalbano siente más que nunca la onerosa carga del tiempo sobre sus hombros, el lector asiduo del comisario siciliano lo encontrará más maduro y reflexivo que nunca, aunque no por ello menos dispuesto a desenmascarar la impostura y las trampas con que intentan confundirlo, y, naturalmente, sin renunciar un ápice a su acostumbrada alergia a los mandos superiores y al juez de turno.
El nuevo caso de Montalbano, uno de los más turbios a los que se ha enfrentado, arranca con la desaparición de Angelo Pardo, un solitario y enigmático representante de productos farmacéuticos. El posterior hallazgo de su cadáver en circunstancias no precisamente decorosas plantea una cadena de interrogantes sobre el móvil del crimen, por lo que Montalbano centra su atención en las mujeres más cercanas a Angelo: su hermana Michela, una solterona que bajo sus ropas anchas esconde una voluptuosidad que turba a nuestro comisario; y su amante Elena, la joven y bellísima esposa de un viejo profesor. Sus historias se contradicen y Montalbano, que sospecha que ambas ocultan algo, se esfuerza en sacar agua clara de todo ello.
Puesta a prueba por enésima vez su fidelidad a Livia, en esta novena entrega Salvo Montalbano se acerca como nunca a la psicología femenina, al tiempo que se rebela contra las primeras manifestaciones del paso del tiempo.

La Luna De Papel — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Luna De Papel», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Ya puedes cerrar. Por cierto, ¿has dicho que en el cuarto de arriba encontrasteis un manojo de llaves?

– Sí, señor dottore. Se lo llevó la Científica.

– Te lo repito: esta misma tarde quiero el billetero, el móvil y las llaves. ¿Qué estás haciendo?

Fazio, en lugar de volver a cerrar el cajón, estaba vaciándolo y colocando en orden encima del escritorio todo lo que había dentro.

– Sólo un momento, dottore. Quiero ver una cosa.

Cuando el cajón estuvo completamente vacío, Fazio lo sacó de las guías y lo colocó boca abajo. En la parte inferior del fondo había una llave cromada, tosca y dentada, sujeta con dos tiras de cinta adhesiva cruzadas en X.

– Bravo, Fazio.

Mientras el comisario examinaba la llave, Fazio lo metió todo en el cajón en el mismo orden de antes y lo cerró con su propia llave, que se guardó luego en el bolsillo.

– En mi opinión, esta llave abre una pequeña caja fuerte empotrada en la pared -dijo el comisario.

– En la mía también.

– ¿Y tú sabes lo que eso significa?

– Que hay que ponerse a trabajar -contestó Fazio, quitándose la chaqueta y remangándose.

Tras pasarse dos horas desplazando cuadros y espejos, muebles y alfombras, medicamentos y libros, la lapidaria conclusión de Montalbano fue:

– Aquí no hay una puta mierda.

Se sentaron exhaustos en el sofá del salón. Se miraron. Y a ambos les acudió el mismo pensamiento:

– El cuarto de arriba.

Subieron por la escalera de caracol. Montalbano abrió y salieron a la azotea. La puerta del cuarto no se había vuelto a colocar en sus goznes, la habían dejado simplemente apoyada en su sitio con un papel pegado en el cual se decía que estaba prohibido el paso y que todo se había incautado por orden judicial. Fazio desplazó la puerta y entraron.

Tuvieron dos suertes. La primera, que el cuarto era pequeño; por consiguiente, no hubieron de pegarse una paliza moviendo demasiados muebles. La segunda, que la mesa carecía de cajones. De esa manera, no perdieron demasiado tiempo. Pero el resultado fue el mismo que el obtenido en el apartamento y que el comisario había definido con pocas y lapidarias palabras, aunque no demasiado correctas. Sólo que sudaron a mares porque el sol golpeaba de lleno sobre el cuarto.

– ¿Y si fuera la llave de una caja de seguridad de un banco? -apuntó Fazio cuando regresaron al apartamento.

– No creo. Esas llaves llevan un número, una sigla, algo que a la gente del oficio le permite identificarlas.

– Pues entonces, ¿qué vamos a hacer?

– Irnos todos a comer -contestó Montalbano en un poético arrebato.

Después de haber comido a base de bien y dar un lento paseo meditativo-digestivo adelantando primero un pie y después el otro hasta llegar al faro y volver, el comisario regresó al despacho.

Dottori, ¿me ha traído la hoja que él necesita? -le preguntó Catarella nada más verlo.

– Sí, dásela. -Según el complejo lenguaje catarelliano, el dativo se refería a él mismo, el propio Catarella.

Se sentó, se sacó del bolsillo la llave encontrada por Fazio, la dejó encima del escritorio y se puso a mirarla fijamente como si quisiera hipnotizarla. Pero ocurrió lo contrario, que la llave lo hipnotizó a él. En efecto, poco después empezaron a cerrársele los ojos, vencido por un profundo arrebato de sueño. Se levantó para ir a lavarse la cara y fue entonces cuando se le ocurrió la sensacional idea. Llamó a Galluzzo.

– Oye, ¿tú sabes dónde vive Orazio Genco?

– ¿El ladrón? Pues claro que sí, yo mismo he ido a detenerlo un par de veces.

– Has de ir a verlo, preguntarle cómo está y transmitirle mis saludos. ¿Sabes que desde hace un año Orazio ya no se levanta de la cama? No tengo valor para ver el estado en que se encuentra.

Galluzzo no se sorprendió, sabía que el comisario y el viejo ladrón de viviendas se tenían simpatía y eran amigos a su manera.

– ¿Sólo he de transmitirle sus saludos?

– No; enséñale también esta llave. -La cogió y se la entregó-. Pregúntale de qué clase es, qué abre según él.

– Pues no sé -dudó Galluzzo-. Ésta es una llave moderna.

– ¿Y qué?

– Orazio es viejo y hace años que no ejerce.

– No te preocupes, sé que se mantiene al día.

Mientras el sueño volvía a apoderarse de él, apareció inesperadamente Fazio con una bolsita de plástico en la mano.

– ¿Has ido a hacer la compra?

– No, señor dottore, he ido a Montelusa a pedirle a la Científica lo que usted quería. Está todo aquí dentro. -Dejó la bolsa encima de la mesa-. Y también he hablado con la compañía telefónica. Me han concedido autorización. Dicen que intentarán identificar desde qué aparatos se efectuaron las llamadas.

– ¿Y las noticias acerca de Angelo Pardo y Emilio Sclafani?

Dottore, por desgracia no soy Dios. Sólo consigo hacer las cosas de una en una. Ahora empezaré a buscar información. Ah, quería decirle una cosa. Tres. -Y le mostró el pulgar, el índice y el dedo medio de la mano derecha.

Montalbano lo miró perplejo.

– ¿Ahora empiezas a soltar números? ¿Qué significa tres? ¿Quieres jugar a la morra?

– ¿Recuerda aquel chaval que murió por sobredosis, y recuerda que le dije que el ingeniero Fasulo también había muerto a causa de la droga, aunque la cosa se hizo pasar por infarto?

– Sí, lo recuerdo. ¿Y el tercero quién es?

– El senador Nicotra.

La boca de Montalbano formó una O.

– ¿Estás de guasa?

– No, señor dottore. Era bien sabido que el senador consumía droga esporádicamente. De vez en cuando se encerraba en su chalet y hacía un solitario viaje de tres días. Esta vez se ve que olvidó comprar el billete de vuelta.

– Pero ¿eso es seguro?

– Tan seguro como el Evangelio.

– ¡Hay que ver! ¡Uno que no hacía más que hablar de moral y moralidad! Tengo una curiosidad: cuando fuisteis a casa del muchacho, ¿encontrasteis las cosas de costumbre: la cinta elástica, la jeringa…?

– Sí, señor dottore.

– En el caso de Nicotra debió de ser otra cosa, a lo mejor droga mal cortada. Pero yo de eso no entiendo nada. Sea como fuere, descansen en paz.

Al salir, Fazio por poco choca con Augello.

– ¡Mimì! ¡Qué maravilla! ¡Dichosos los ojos!

– ¡Déjame en paz, Salvo, hace dos noches que no duermo!

– ¿El chiquillo se encuentra mal?

– No, pero no para de llorar. Sin motivo.

– Eso lo dices tú.

– Pero si los médicos…

– Déjate de médicos. Se ve que el chiquillo no está de acuerdo con vosotros sobre que lo hayáis puesto en este mundo. Y teniendo en cuenta cómo está el mundo, me siento incapaz de llevarle la contraria.

– Oye, por lo que más quieras, no me vengas ahora con guasas. Quería decirte que hace cinco minutos me ha llamado el jefe superior.

– ¿Y a mí qué coño me importan tus llamadas amorosas? A estas alturas, tú y Bonetti-Alderighi ya sois uña y carne, sólo que todavía no se sabe quién es la uña y quién la carne.

– ¿Ya te has desahogado? ¿Puedo hablar? ¿Sí? El jefe superior me ha dicho que mañana sobre las once vendrá a visitarnos el comisario Liguori.

A Montalbano se le nubló el entendimiento.

– ¿Ese cabrón de la lucha contra la droga?

– Ese cabrón de la lucha contra la droga.

– ¿Y qué quiere?

– No lo sé.

– Pues no quiero verlo ni en pintura.

– Precisamente por eso he venido a decírtelo. Tú mañana a partir de las once procura no estar por aquí. Yo hablaré con él.

– Te lo agradezco. Saludos de mi parte a Beba.

Llamó a Michela Pardo. Quería verla no sólo para hacerle unas preguntas, sino también para averiguar si se había deshecho de algunas cosas del apartamento de su hermano. Le dolía en el alma la estupidez que había cometido al permitirle que se quedara a dormir en casa de Angelo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Luna De Papel»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Luna De Papel» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Andrea Camilleri - The Dance of the Seagull
Andrea Camilleri
Andrea Camilleri - The Age Of Doubt
Andrea Camilleri
Andrea Camilleri - Zapach Nocy
Andrea Camilleri
Andrea Camilleri - Złodziej Kanapek
Andrea Camilleri
Andrea Camilleri - La Excursión A Tindari
Andrea Camilleri
Andrea Camilleri - La Forma Del Agua
Andrea Camilleri
Andrea Camilleri - Il cane di terracotta
Andrea Camilleri
Andrea Camilleri - Il medaglione
Andrea Camilleri
Andrea Camilleri - Der vertauschte Sohn
Andrea Camilleri
Andrea Camilleri - Der unschickliche Antrag
Andrea Camilleri
Отзывы о книге «La Luna De Papel»

Обсуждение, отзывы о книге «La Luna De Papel» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x