Sara Paretsky - Fuego

Здесь есть возможность читать онлайн «Sara Paretsky - Fuego» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Fuego: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Fuego»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Victoria Warshawski es una investigadora privada que procede de los barrios del sur de Chicago, donde la inmigración, las drogas, los embarazos adolescentes y el absentismo escolar son una constante. Aquejada de cáncer, la entrenadora de baloncesto del instituto donde ella estudió le pide que asuma el control del equipo femenino, y Warshawski no puede negarse.
El equipo está compuesto por adolescentes de minorías raciales, algunas de ellas con hijos, y todas procedentes de familias humildes. La mayoría de los padres de las chicas trabaja en By-Smart, una cadena de hipermercados que explota y discrimina a sus empleados.

Fuego — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Fuego», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Me dice que Marcena Love estaba en el Miata de Billy y también que estaba en la cabina de Bron -dije-. Pero el camión y el coche no estaban juntos, de modo que Bron estaba conduciendo para By-Smart esa noche, ¿es así?

Me miró con una expresión imperturbable.

– Firmó el registro de salida de una carga a las cuatro y veintidós. Llegó a la primera entrega en Hammond a las cinco y diecisiete. Llegó trece minutos tarde a la siguiente entrega, en Merrill, y veintidós minutos tarde a la tercera, en Crown Point. Después de eso, que fue a las ocho menos diez, no volvimos a saber nada de él. Y ahora, si eso es todo…

– Eso no es todo, aunque es interesante que tenga anotadas esas horas con tanta precisión. ¿Sobre qué discutieron usted y Bron el lunes por la tarde?

– No discutimos.

– Todo el mundo les oyó gritar -dije-. El pensaba que iba a echarle un cable con las facturas de los médicos de su hija.

– Si ya lo sabía, ¿por qué me lo pregunta?

El tono fue beligerante; pero la mirada, precavida.

– Me gustaría oír su versión.

Me estudió con detenimiento y luego dijo:

– No tengo ninguna versión. Los camioneros son tipos rudos. No puedes manejarlos si no estás preparado para enfrentarte a ellos, y Czernin era el peor en ese aspecto. Había que pelear por todo con él: los horarios, las rutas, las horas extra. Creía que el mundo le debía el sustento y las peleas formaban parte de la convivencia con él.

– Siempre vi a Bron como un amante de las mujeres, no como un camorrista, y lo conocía desde el instituto -objeté-. Si era tan detestable, ¿por qué lo mantuvo en plantilla durante veintisiete años?

Grobian torció los labios y me lanzó una mirada lasciva.

– Ya, las tías siempre veían su faceta de amante, pero en el curro veíamos su faceta de camorrista. Detrás del volante era el mejor que teníamos, cuando estaba por la labor. En todos estos años no tuvo un solo accidente.

– Pues volviendo a su petición de ayuda a By-Smart para pagar las facturas del hospital de su hija…

– De eso no se habló -espetó.

– Tengo un testigo que le oyó prometer a Czernin que lo comentaría con…

– ¿Quién es? -inquirió.

– Alguien del programa de protección de testigos. -Sonreí cruelmente-. Esa persona dijo que Bron tenía un documento formal, limpio y ordenado, que demostraba que usted prometió echarle una mano con los gastos médicos de April.

Se quedó muy quieto durante un instante. La luz se reflejaba en sus gafas impidiéndome descifrar su expresión. ¿Estaba alarmado o sólo reflexionaba?

– Ese testigo le enseñó el documento, ¿no? -dijo por fin-. Entonces sabrá que nunca firmé nada.

– Así pues, ¿admite que había un documento? ¿Sólo que usted no lo firmó?

– ¡Yo no admito nada! Si lo tiene, quiero verlo. Tengo que saber quién anda inventándose cuentos sobre mí.

– Nadie se está inventando nada, Grobian. Salvo usted mismo con sus historias sobre cómo sabía que Billy no conducía su coche, o cómo usted y Bron en realidad no discutieron. Bron murió justo después de pelearse con usted. ¿Es una mera coincidencia?

El párpado derecho se le puso a temblar.

– Vuelva a decir eso y tendrá que repetirlo en un tribunal ante un juez. No tiene nada contra mí, ni una puñetera prueba. Está pescando sin cebo.

Sonó su teléfono y contestó de inmediato.

– ¿Sí? -Volvió a mirar la hora-. Ese maldito hispano llega con veintiséis minutos de retraso. Dile que se calme, que aún tengo para otros cinco minutos… Y tú también. -Colgó y me miró-. Aquí hemos terminado.

– No me sorprende que sea el encargado ideal para las rutas de transporte: es como un reloj parlante. Su hispano llega con veintiséis minutos de retraso, no media hora; Bron se había demorado veintidós minutos sobre el plan previsto. La familia nunca le ascenderá, es el perfecto jefe de personal para ellos.

Se levantó de un salto y se inclinó hacia mí hecho una furia pero también con miedo: había manifestado en voz alta sus peores temores.

– La familia confía en mí -gritó-. No me creo que en realidad la contrataran. Demuéstremelo.

Me reí.

– Llamemos al señor William, ¿le parece? ¿O prefiere que apostemos algo de dinero antes, digamos cien dólares?

Estaba tan pillado en su remolino de emoción que poco faltó para que picara; ya me veía cenando en el Filigree o pagando un tercio de la factura del teléfono. En el último instante, recobró la compostura lo bastante como para decirme que no tenía tiempo para gilipolleces y que tenía que marcharme. De inmediato.

Me levanté.

– Por cierto, ¿dónde encontró el camión de Bron? No estaba cerca del Miata bajo la Skyway, y desde luego no estaba donde encontré el cadáver de Bron.

– ¿Y a usted qué le importa?

– Bron conducía su camión; Marcena, según usted, iba sola en el Miata. Eso significa que en el camión seguramente habrá pruebas sobre quién le atacó, o sobre cómo le atacaron, o cualquier otro maldito indicio de algo. Me parece bastante complicado perder un tráiler, aunque no del todo imposible.

– Cuando lo encontremos, polaca, será la primera en saberlo. Y ahora, andando.

Metió el brazo con el tatuaje de la marina debajo de mi codo y me levantó dejándome de puntillas. Me perturbó que le resultara tan fácil moverme pero no opuse resistencia; necesitaba mis fuerzas para batallas más importantes.

Cuando estuvimos frente a los pasillos de mercancías con las cintas transportadoras tableteando en lo alto, habló por un micrófono de solapa.

– ¿Jordán? Tengo aquí a una chica que ha entrado en el almacén sin permiso. Ahora se dirige a la puerta principal; asegúrate de que salga del recinto, ¿quieres? Parka roja, casco marrón claro.

Decidí que explicarle que era una mujer, no una chica, sólo me serviría para enzarzarme en un tedioso rifirrafe que no me conduciría a nada. Grobian se quedó plantado con los brazos en jarras y me dijo que me largara. Yo me puse a cantar la vieja canción de Jerry Williams, «Soy una mujer, no una niña, quiero un hombre de verdad», pero emprendí la retirada.

Me negué a girar la cabeza para ver si Grobian seguía vigilándome y enfilé resueltamente el primer pasillo con la cabeza bien alta. Me pregunté cómo sabría si realmente me marchaba pero mientras avanzaba por los pasillos abarrotados de mercancías, debajo de las cintas transportadoras que no paraban quietas, cruzándome con empleados con batas rojas con el letrero «Be Smart, By-Smart» apilando de todo, desde cajas de vino etiquetado para By-Smart hasta enormes cajones llenos de decoraciones navideñas, vi las cámaras que espiaban desde todos los rincones. Mujer con parka roja y casco marrón claro, visible para todos sin excepción. Mientras me abría camino por el laberinto de pasillos, carretillas elevadoras y cajas, la megafonía iba atronando sin cesar: «Falta carretilla en A42N», «Caída grave en B33E», «Un mozo al muelle 213». Si daba media vuelta, me imaginaba que empezarían a bramar: «Anda suelta una mujer con parka roja, buscar y eliminar».

Entre el vino y las decoraciones navideñas, me agaché bruscamente detrás de una carretilla cargada con tres metros de cajas de cartón y me quité la parka. La volví del revés y me la eché doblada al brazo, escondiendo el casco debajo. En la trasera de la carretilla había un casco de By-Smart que el conductor había decidido no ponerse, pese a los grandes rótulos que instaban a «Hacer del puesto de trabajo un lugar seguro».

Me lo puse, remetí la parka detrás de un cajón de lámparas de rayos ultravioletas, y di media vuelta hacia el corredor donde estaban las oficinas. Grobian estaba reunido con un mexicano y no quería que yo supiera quién era. Eso significaba… que iba a averiguarlo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Fuego»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Fuego» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sara Paretsky - Body Work
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Golpe de Sangre
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Marcas de Fuego
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Indemnity Only
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Deadlock
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sin previo Aviso
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Medicina amarga
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sisters on the Case
Sara Paretsky
Sara Paretsky - A Woman’s Eye
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Windy City Blues
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Fire Sale
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Punto Muerto
Sara Paretsky
Отзывы о книге «Fuego»

Обсуждение, отзывы о книге «Fuego» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x