Sara Paretsky - Fuego

Здесь есть возможность читать онлайн «Sara Paretsky - Fuego» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Fuego: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Fuego»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Victoria Warshawski es una investigadora privada que procede de los barrios del sur de Chicago, donde la inmigración, las drogas, los embarazos adolescentes y el absentismo escolar son una constante. Aquejada de cáncer, la entrenadora de baloncesto del instituto donde ella estudió le pide que asuma el control del equipo femenino, y Warshawski no puede negarse.
El equipo está compuesto por adolescentes de minorías raciales, algunas de ellas con hijos, y todas procedentes de familias humildes. La mayoría de los padres de las chicas trabaja en By-Smart, una cadena de hipermercados que explota y discrimina a sus empleados.

Fuego — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Fuego», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Alguien le había contratado para que hiciera destrozos en Fly the Flag. ¿Andrés, Zamar o un conocido del primero? Eran las cuatro de la mañana. No iba a emprender el largo trayecto hasta South Chicago para ver si el chavo volvía a hacer de las suyas en Fly the Flag. Pero la idea me acompañó durante el resto de mi inquieto sueño. Durante todo el martes, a pesar de la apretada agenda de la agencia, seguí haciéndome preguntas sobre el chavo y la fábrica de banderas, sobre las cajas de cartón que estaban sacando de la planta y que no habían querido que viera la última vez que había estado allí.

Entrada la tarde, una vez terminado mi verdadero trabajo, no pude resistir la tentación de volver a Fly the Flag para comprobar lo que estaba ocurriendo. Y mientras merodeaba sigilosamente en torno a la planta al amparo de la noche, vi la explosión.

Capítulo 16

El jefe en acción

Eso fue lo que le conté a Conrad, prácticamente todo, prácticamente nada. Cuando terminé de hablar ya era media tarde. La anestesia que circulaba por mi organismo me seguía provocando bajones y de tanto en tanto me quedaba dormida. Una de esas veces, al despertar encontré a Conrad durmiendo tendido en el suelo. Comprobé divertida que el señor Contreras había sido lo bastante compasivo como para ponerle un cojín debajo de la cabeza; mi vecino se había marchado mientras ambos dormíamos, pero regresó al cabo de una media hora con un gran cuenco de espaguetis.

Al principio, Conrad no paraba de desafiarme; interrogarme le hacía perder pie y se mostraba nervioso, agresivo, interrumpiéndome cada dos por tres. Yo estaba demasiado cansada y demasiado dolorida como para presentar batalla. Cuando me interrumpía, me limitaba a aguardar a que acabara y luego retomaba la última frase desde el principio. Finalmente se calmó y ni siquiera me gritaba cuando contestaba al teléfono, aunque mi larga conversación con Morrell le hizo salir de la habitación. Por supuesto, Conrad también recibió no pocas llamadas, de la oficina del médico forense, de su secretaria, del concejal de la Décima Circunscripción y de unos cuantos periódicos y canales de televisión.

Mientras atendía a los medios de comunicación me di un baño y me puse ropa limpia, ardua tarea debido a las punzadas de dolor que me bajaban por el brazo izquierdo desde el hombro. Me arriesgué a mojar el apósito lavándome el pelo, que apestaba a humo, y me sentí mucho mejor cuando no quedó rastro de mugre en mi cuerpo.

Hablé hasta enronquecer Tampoco es que le contara a Conrad todos los pormenores; no tenía por qué saber nada sobre mi vida privada o mi complicada relación con Marcena Love. Ni tenía por qué enterarse de mi pasado con Bron Czernin y Sandy Zoltak, y no le serví a Billy el Niño o al pastor Andrés en bandeja. Aun así, referí lo fundamental, incluyendo muchos más detalles de los que le interesaban sobre el programa de baloncesto del Bertha Palmer, sobre todo cuando sugerí que la Policía del Distrito Cuarto podría adoptar al equipo como parte de su vinculación con la comunidad.

No oculté nada de lo que había descubierto en Fly the Flag, ni siquiera mi propio allanamiento la semana anterior ni lo del chavo banda con que me había topado ni la negativa de Frank Zamar a que llamara a la policía. Le conté a Conrad que, para empezar, Rose Dorrado me había pedido que fuese a la fábrica de banderas para luego ordenarme que me mantuviera alejada. Y le aseguré que Andrés conocía al chavo banda de vista.

– ¿Y ésa es toda la verdad, señora Warshawski, y que Dios la asista? -preguntó Rawlings cuando hube terminado.

– Últimamente hay demasiada gente haciendo cosas raras en nombre de Dios -rezongué-. Digamos que he hecho un relato sincero ateniéndome a los hechos.

– ¿Dónde encaja Marcena Love en esta historia?

– Me parece que en ninguna parte -dije-. Nunca la he visto cerca de la fábrica, y no hay nada que relacione a Czernin con ella. Puede que se haya enterado de algo fisgando aquí y allá en el South Side, nada más. Intuyo que un análisis somero a la contabilidad de Zamar te dirá lo que te interesa.

– ¿Es decir?

– Es decir que me pregunto si el tío no se encontraría en un aprieto y por eso lo estaban exprimiendo. Rose Dorrado me dijo que había comprado una máquina nueva de primera y que le estaba costando pagarla. Pongamos que Zamar no supo o no pudo satisfacer a sus acreedores cuando éstos metieron ratas muertas en los conductos de ventilación. Eso los molestó lo bastante para imponerle la peor sentencia, quedarse con la fábrica y con él a la vez.

Conrad asintió y apagó la grabadora.

– Es una buena teoría. Hasta es posible que sea cierta: merece la pena investigarla. Pero quiero que me hagas un favor. No, borra eso: quiero que me prometas una cosa.

– ¿El qué? -pregunté, enarcando las cejas.

– Que vas a dejar de investigar en mi territorio. Haré que nuestros contables comprueben las finanzas de Zamar, y no quiero descubrir que te has adelantado a ellos y has metido mano en sus archivos.

– Te prometo que no tocaré los archivos de Zamar. Los cuales, intuyo, se habrán salvado del fuego.

– Quiero algo más que eso, Vic. No quiero que investigues ningún crimen en mi distrito, y punto.

– Si alguien de South Chicago me contrata, Conrad, investigaré lo mejor que pueda.

Pese a la furia que sentía, a punto estuve de echarme a reír: lo último que deseaba era que South Chicago me engullera otra vez, pero en cuanto alguien me ordenaba que me mantuviese al margen, me ponía furiosa y me cerraba en banda.

– Bien dicho, tesoro -terció el señor Contreras-. No debes permitir que nadie te diga lo que puedes hacer y no hacer para ganarte la vida.

Conrad fulminó al viejo y continuó dirigiéndose a mí.

– Tus investigaciones son como la marcha de Sherman a través de Georgia: llegas a donde te propones, pero Dios se apiade de quienes estén a menos de cinco kilómetros de tu camino. Ya hay suficiente muerte y destrucción en South Chicago para que añadas tus dotes de investigadora en mi zona de guerra.

– La placa y el arma no te convierten en amo y señor del South Side -mascullé-. Todo esto es porque no soportas el recuerdo de…

El timbre de la puerta sonó sin darme tiempo a terminar mi ofensiva réplica. Peppy y Mitch se pusieron a ladrar como locos mientras daban vueltas alrededor de mí para hacerme saber que se aproximaba alguien. El señor Contreras, que se siente en su salsa cuando figuro en su lista de inválidos, corrió a abrir con los perros pisándole los talones.

La interrupción me dio tiempo de recobrar el aliento.

– Conrad, eres demasiado buen policía para sentirte amenazado por lo que yo haga. Me consta que no tienes miedo de que te robe méritos que te correspondan si averiguo algo que ayude a resolver tu caso. Y siempre has sido un compañero de trabajo generoso con las mujeres. De modo que tu reacción se debe únicamente a lo nuestro. Piensas que yo…

Me interrumpí al oír el estruendo que subía a la tercera planta por la escalera: los perros corriendo arriba y abajo mientras el señor Contreras resoplaba, y el ruido sordo de un bastón contra la dura moqueta de los escalones.

Morrell me hacía una visita. Era la primera vez que se alejaba tanto de su casa desde que había regresado al país, y me sentí conmovida y encantada. Así pues, ¿por qué me avergonzaba? Desde luego no porque Morrell me viera con Conrad, y mucho menos porque Conrad fuese a verme con Morrell. Lo cual significaba que me estaba sonrojando sin motivo.

Entonces, por encima del ruido del bastón y de los pesados andares del señor Contreras, oí la voz aguda y cantarina de Marcena, y mi vergüenza se convirtió en puro enojo. ¿Por qué me aguaba la fiesta otra vez? ¿No tenía que regresar a Inglaterra o a Faluya?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Fuego»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Fuego» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sara Paretsky - Body Work
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Golpe de Sangre
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Marcas de Fuego
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Indemnity Only
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Deadlock
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sin previo Aviso
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Medicina amarga
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sisters on the Case
Sara Paretsky
Sara Paretsky - A Woman’s Eye
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Windy City Blues
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Fire Sale
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Punto Muerto
Sara Paretsky
Отзывы о книге «Fuego»

Обсуждение, отзывы о книге «Fuego» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x