Sara Paretsky - Valor seguro

Здесь есть возможность читать онлайн «Sara Paretsky - Valor seguro» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Valor seguro: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Valor seguro»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La investigadora privada V. I. Warshawski, experta en kárate y tiradora mortal, es contratada por el vicepresidente de un importante banco de Chicago para que encuentre a la novia de su hijo Peter, misteriosamente desaparecida.
Cuando Warshawski encuentra el cadáver de Peter, su cliente se esfuma. Sin embargo, la detective se niega a abandonar la investigación, y halla una pista que la convierte en la principal enemiga de una peligrosa organización integrada por asesinos a sueldo y pistoleros sin escrúpulos.

Valor seguro — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Valor seguro», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Lotty, ahora no puedo contártelo, pero me han saqueado el piso. ¿Puedo quedarme unos días en tu casa?

– Por supuesto, Vic. ¿Quieres que pase a buscarte?

– No, tranquila. Ya me las arreglaré. Primero tengo que hablar con la policía.

Colgué y bajé la maleta para cargarla en el coche. McGonnigal estaba hablando con la vecina del segundo piso; lo vi de espaldas porque la puerta estaba entreabierta. Puse la maleta en el portaequipajes y cuando cruzaba para volver a subir, apareció Mallory con el ruido de las sirenas y un par de coches de la brigada a todo gas. Aparcaron en doble fila, con las luces encendidas, y llamaron la atención de un grupo de niños que estaba al final de la calle. A la policía le encanta la espectacularidad. No veía otro motivo para montar aquel numerito.

– Hola, Bobby -dije intentando sonreír.

– ¿Qué coño está pasando, Vicki? -preguntó Bobby tan enfadado que se olvidó de su regla de oro: no decir palabrotas delante de mujeres y niños.

– No lo sé, pero sea lo que sea, no me gusta. Me han destrozado el piso y me han roto una copa de Gabriella.

Mallory, que estaba subiendo las escaleras a empellones, frenó en seco con esta última frase. Había brindado muchos fines de año con aquellas copas.

– Lo siento mucho, Vicki. ¿Pero se puede saber por qué estabas husmeando en este asunto?

– ¿Por qué no mandas a los chicos arriba y tú y yo nos sentamos aquí a hablar? En mi piso no podemos sentarnos en ninguna parte, y además, creo que no soportaría volverlo a mirar.

Se lo pensó un rato.

– Está bien. Podemos sentarnos en mi coche. Quiero que me respondas a unas preguntas. ¡Finchley! -gritó.

Un policía alto y negro se acercó.

– Subid al piso y buscad huellas o pruebas.

Mallory se dio la vuelta para preguntarme:

– ¿Tenías algo de valor?

Me encogí de hombros.

– No sé qué significa «de valor» para un saqueador. Tengo un par de joyas buenas, eran de mi madre. Nunca me las pongo porque están pasadas de moda. Un colgante con un diamante y filigranas de oro y unos pendientes a conjunto. Un par de anillos. Un juego de cubertería de plata. No sé… una bandeja. No he mirado si faltaba algo. He entrado un momento y he salido enseguida.

– Está bien -dijo Bobby-. Subid -y les hizo un gesto con la mano para que se pusieran en marcha-. Y decidle a McGonnigal que baje -les dijo mientras subían.

Bobby y yo nos sentamos en su coche. Tenía las facciones crispadas. Estaba enfadado, pero conmigo creo que no.

– El jueves te dije que te olvidaras del caso Thayer.

– He oído que la policía arrestó a un hombre ayer. Donald Mackenzie. ¿Aún existe el caso Thayer?

Como si no hubiera oído la pregunta.

– ¿Qué te ha pasado en la cara?

– Me estampé contra una puerta.

– No digas tonterías, Vicki. ¿Sabes por qué le pedí al sargento McGonnigal que viniera a hablar contigo?

– Me rindo. ¿Se enamoró de mí y tú le diste la oportunidad de acercarse a mi casa para verme?

– ¡Hoy no se puede hablar contigo! -dijo a grito pelado-. Han matado a un chico, te han destrozado el piso, tu cara da pena y tú sólo piensas en tomarme el pelo. Compórtate y hazme un poco de caso.

– Está bien, está bien -dije para poner paz-. Me rindo. ¿Por qué me enviaste al sargento?

Bobby tomó unas bocanadas de aire. Asentía con la cabeza como si quisiera convencerse de que se había calmado.

– Porque anoche me dijo John Thayer que te habían dado una paliza y que no te creías que Mackenzie fuera el asesino.

– Thayer -dije incrédula-. Ayer hablé con él y me echó de su casa porque no me creía que Mackenzie fuera el asesino. Y ahora, ¿por qué va y te lo cuenta? Además, ¿por qué hablaste con él?

Bobby sonrió amargamente.

– Tuvimos que ir a Winnetka a hacer unas cuantas preguntas. Cuando se trata de la familia Thayer, tienes que esperar a que estén dispuestos, y parece que ayer lo estaban. Thayer cree que fue Mackenzie pero quiere estar seguro. Ahora cuéntame lo de tu cara.

– No hay nada que contar. Tiene muy mala pinta pero no es tan grave. Ya sabes que los ojos morados impactan mucho.

Bobby tamborileaba los dedos sobre el volante con exagerada paciencia.

– Vicki, después de hablar con Thayer le pedí a McGonnigal que averiguara si había alguna denuncia por malos tratos. Encontramos a un taxista en la estación que nos dijo que había recogido a una mujer en Astor y Drive y que la había dejado en esta dirección. Qué casualidad, ¿no? El tipo estaba preocupado porque tenías muy mal aspecto pero nadie podía ayudarte… porque no lo denunciaste.

– Cierto -le dije.

Mallory apretó los labios pero no perdió el control.

– Vicki, McGonnigal no entendía que te dieran una paliza en Astor y Drive porque no es una zona precisamente famosa por sus atracos. Y entonces recordó que Earl Smeissen tiene una casa en Astor, o en Parkway, como acostumbran a llamar a la parte más pija del barrio. Queremos saber por qué Earl te pegó una paliza.

– Esa es tu versión. Si dices que me pegó, dime también por qué motivo.

– A lo mejor porque estaba hasta las narices de tus gilipolleces -dijo Bobby elevando el tono de la voz otra vez-. Si no me lo dices, te pongo el otro ojo morado.

– ¿A eso has venido? ¿A amenazarme?

– Vicki, quiero saber por qué Earl te pegó. El único motivo que se me ocurre es que tuviera alguna relación con Peter Thayer y que lo matara porque alguien sospechaba algo del chico.

– Entonces no crees que Mackenzie fuera el asesino.

Mallory no dijo nada.

– ¿Lo arrestaste tú?

– No -dijo Mallory con brusquedad.

Acababa de meter el dedo en la llaga.

– Lo arrestó el teniente Carlson.

– ¿Carlson? No sé quién es. ¿Para quién trabaja?

– Para el capitán Vespucci -dijo Bobby.

Levanté las cejas.

– ¿Vespucci? -parecía un loro.

Mi padre trabajó con Vespucci y se avergonzaba de él. Protagonizó muchos escándalos en el departamento por dejarse sobornar o participar en actividades delictivas. Nunca consiguieron suficientes pruebas para echarlo del cuerpo, pero también se dice que esto fue porque conocía la forma de mantener a la gente callada.

– ¿Carlson y Vespucci, juntos? -pregunté.

– Sí -dijo monosilábico.

Me quedé pensando un rato.

– ¿Es que alguien, por ejemplo Earl, presionó a Vespucci para que hiciera un arresto? ¿Donald Mackenzie es otro pobre desgraciado que ha pringado porque se paseaba por el lugar que no tocaba? ¿Dejó huellas en el piso? ¿Habéis encontrado la pistola? ¿Ha confesado?

– No, pero no puede demostrar dónde estaba el lunes. Y estamos casi seguros de que ha entrado a robar en algunas casas de Hyde Park.

– Pero no crees que sea el asesino…

– Para la policía el caso está cerrado. Esta mañana he hablado con Mackenzie.

– ¿Y?

– Y nada. Mi capitán dice que es un arresto justificable.

– ¿Tu capitán… le debe algún favor a Vespucci? -pregunté.

Mallory se puso agresivo.

– No me hables en ese tono, Vicki. Tenemos setenta y tres casos de asesinato sin resolver. Si conseguimos resolver uno en una sola semana, el capitán tiene todo el derecho a estar contento.

– Está bien, Bobby -suspiré-. Lo siento. El teniente Carlson arrestó a Mackenzie y Vespucci ordenó a tu capitán que te dijera que no investigaras más, que el caso estaba cerrado. Aun así, quieres saber por qué me pegó Earl.

Mallory se subía por las paredes.

– No puedes tenerlo todo en esta vida. Si Mackenzie es el asesino, ¿qué pinta Earl en este asunto? ¿Por qué debería meterse conmigo o con Peter? Si Earl me hubiera pegado, y fíjate que he dicho si, podría ser por un montón de motivos. A lo mejor lo dejé en la estacada cuando me pidió un favor. Earl no soporta que las mujeres lo dejen tirado. Ya ha pegado a unas cuantas por esa razón. Cuando me enfrenté a él por primera vez, yo era una abogada de oficio novata e ingenua. Defendí a una chica que acusaba a Earl de malos tratos. Una prostituta joven y muy guapa que no quería trabajar para él. Perdona. He dicho una calumnia. Earl era el presunto culpable de la paliza, pero no pudimos probarlo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Valor seguro»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Valor seguro» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sara Paretsky - Body Work
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Golpe de Sangre
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Marcas de Fuego
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Indemnity Only
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Deadlock
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sin previo Aviso
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Medicina amarga
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sisters on the Case
Sara Paretsky
Sara Paretsky - A Woman’s Eye
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Windy City Blues
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Fire Sale
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Punto Muerto
Sara Paretsky
Отзывы о книге «Valor seguro»

Обсуждение, отзывы о книге «Valor seguro» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x