Colleen Mccullough - On, Off

Здесь есть возможность читать онлайн «Colleen Mccullough - On, Off» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

On, Off: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «On, Off»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El cuerpo de una mujer es hallado en uno de los centro de investigación neurológica más reputados del mundo. Es la primera víctima de una serie de asesinatos que tendrán lugar en el estado Connnecticut. El teniente Delmonicco se hace cargo del caso, y tendrá que actuar con rapidez para evitar futuros asesinatos. Todo apunta a que se trata de un asesino en serie, tal vez un miembro del centro. Son varios los investigadores que despiertan sus sospechas, por lo que Delmonicco solicitará la ayuda de la directora del centro para resolver el enigma.

On, Off — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «On, Off», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

¡Victoria al fin! Carmine se inclinó hacia delante en su silla, las manos entrelazadas.

– Gracias, señorita Ponsonby. Me gustaría empezar preguntándole qué sabe usted sobre la muerte de su padre.

– Suponía que me preguntaría eso. -Estiró sus piernas largas y nervudas y las cruzó a la altura de los tobillos, jugueteando con un pie con el collar de Biddy -. Éramos muy ricos antes de la Depresión, y vivíamos bien. Los Ponsonby siempre han sabido disfrutar de la buena vida: buena música, buena comida, buen vino, cosas buenas a nuestro alrededor. Mamá venía de un ambiente similar: Shaker Heights, ya sabe usted. Pero el suyo no fue un matrimonio por amor. A mis padres les obligaron a casarse porque Charles estaba en camino. Mamá estaba dispuesta a hacer lo que fuera por cazar a papá, que en realidad no la quería. Pero cuando les pusieron entre la espada y la pared, cumplió con su deber. Charles nació a los seis meses. Dos años después, llegó Morton, y dos años después de eso, llegué yo.

Detuvo el pie; Biddy gimió hasta que volvió a empezar, y entonces se quedó tumbada con los ojos cerrados y el hocico apoyado en las patas delanteras. Claire prosiguió.

– Siempre tuvimos un ama de llaves además de una mujer que hiciera la limpieza. Me refiero a una sirvienta alojada en casa que se ocupaba del trabajo doméstico más ligero, excepto cocinar. A mamá le gustaba cocinar, pero detestaba lavar los platos o pelar las patatas. No creo que fuera especialmente tiránica, pero un día el ama de llaves se despidió. Y papá trajo a casa a la señora Catone… Louisa Catone. Mamá se quedó lívida. ¡Lívida! ¿Cómo osaba él usurpar sus prerrogativas?, etcétera. Pero a papá le gustaba salirse con la suya tanto como a mamá, y la señora Catone se quedó. Era una joya, lo que persuadió a mamá… Supongo que mamá supo desde un principio que la señora Catone era la amante de papá, pero la cosa funcionó bien durante mucho tiempo. Entonces hubo una pelea terrible… ¡realmente terrible! Mamá insistió en que la señora Catone tenía que irse, papá insistía en que se iba a quedar.

– ¿Tenía hijos la señora Catone? -preguntó Carmine.

– Sí, una niña llamada Emma. Unos meses mayor que yo -dijo Claire como en una ensoñación; sonrió-. Jugábamos juntas, comíamos juntas. Mi vista no era muy buena, ya entonces, así que Emma me hacía un poco de perro guía. Charles y Morton la odiaban. Verá, la pelea se produjo porque mamá descubrió que Emma era hija de papá: nuestra medio hermana. Charles encontró su certificado de nacimiento.

Se quedó en silencio, sin dejar de menear el collar de Biddy.

– ¿Cómo acabó la pelea? -la instó Carmine.

– De modo sorprendente, y no sorprendente. Llamaron a papá por un asunto de negocios urgente al día siguiente, y la señora Catone se fue con Emma.

– ¿Cuándo fue eso, en relación con la muerte de su padre?

– Déjeme ver… Yo tenía casi seis años cuando le mataron… Un año antes. De un invierno a otro.

– ¿Cuánto tiempo llevaba la señora Catone con ustedes cuando se marchó?

– Dieciocho meses. Era una mujer singularmente hermosa; Emma era su viva imagen. Morenas. De sangre mestiza, aunque más blancas que otra cosa. Hablaba con una voz preciosa: cantarina, melosa. Una lástima que no dijera más que banalidades con ella.

– Así que su madre la despidió mientras su padre estaba fuera.

– Sí, pero creo que hubo algo más que eso. Si nosotros, los pequeños, hubiéramos sido algo mayores, podría decirle más, o si yo, la chica, hubiera sido la mayor; encuentro que los chicos no se fijan tanto cuando de emociones se trata. Mamá podía llegar a asustar a la gente. Tenía cierto poder. Hablé de ello con Charles infinidad de veces, y llegamos a la conclusión de que mamá amenazó con matar a Emma a menos que desaparecieran las dos para siempre. Y la señora Catone la tomó en serio.

– ¿Cómo reaccionó su padre al volver a casa?

– Se pelearon a gritos. Papá pegó a mamá y salió corriendo de casa. Tardó en volver… ¿varios días? ¿Semanas? Mucho tiempo. Recuerdo a mamá dando vueltas nerviosamente. Entonces volvió papá. Tenía un aspecto espantoso, se negó a hablar siquiera con mamá, y si ella intentaba tocarle él le pegaba o la zarandeaba apartándola. ¡Qué odio! Y él… lloraba. Todo el tiempo, nos parecía a nosotros. Me atrevería a decir que vino a casa por nosotros, pero iba arrastrándose por los rincones.

– ¿Cree que su padre fue en busca de la señora Catone, pero no la encontró?

Sus ojos azules y acuosos se perdieron en un infinito ciego.

– Bueno, sería la explicación más lógica, ¿no? El divorcio no estaba ya mal visto por entonces, pero papá prefería tener a la señora Catone de sirvienta en su casa. Mamá para guardar las apariencias, la señora Catone para su placer carnal. Casarse con una mulata caribeña le habría arruinado socialmente, y a papá le importaba su estatus social. Al fin y al cabo, era de los Ponsonby de Holloman.

«Con qué distancia habla de ello», pensó Carmine.

– ¿Sabía su madre que el dinero se había esfumado con el crack de Wall Street? -preguntó Carmine.

– Lo supo sólo tras la muerte de mi padre.

– ¿Le mató ella?

– Ah, sí. Aquella tarde tuvieron la peor pelea de todas; podíamos oírla desde el piso de arriba. No entendíamos todo lo que se gritaban el uno al otro, pero oímos lo bastante como para comprender que papá había encontrado a la señora Catone y a Emma. Que tenía la intención de abandonar a mamá. Se puso su mejor traje y se fue en su coche. Mamá nos encerró a los tres en la habitación de Charles y salió en nuestro segundo coche. Empezaba a nevar. -Su voz sonaba infantil, como si la pura fuerza de aquellos recuerdos la arrastrara atrás en el tiempo-. Los copos de nieve daban vueltas y más vueltas, girando en remolino igual que hacen en las bolas de cristal. ¡Esperamos tanto tiempo…! Entonces oímos el coche de mamá y empezamos a dar golpes en la puerta. Mamá la abrió y nosotros salimos en tromba… ¡nos moríamos de ganas de ir al baño! Los chicos me dejaron entrar primero. Cuando salí, mamá estaba de pie en el pasillo con un bate de béisbol en la mano derecha. Estaba cubierto de sangre, y ella igual. Entonces salieron Charles y Morton del cuarto de baño, la vieron y se la llevaron. La desvistieron y la bañaron, pero yo tenía tanta hambre que había bajado a la cocina. Charles y Morton encendieron fuego en el viejo hogar que había donde ahora está el Aga, y quemaron el bate y sus ropas. ¡Qué triste! Morton nunca volvió a ser el mismo.

– ¿Quiere decir que hasta entonces había sido… en fin, normal?

– Muy normal, capitán, aunque aún no había empezado a ir a la escuela… Mamá no nos dejó acudir hasta los ocho años. Pero después de aquel día, Morton no volvió a decir una palabra. Ni a admitir la existencia del mundo. ¡Ay, sus ataques de furia! Mamá no le tenía miedo a nada ni a nadie. Excepto a Morton con un ataque de furia. Rabioso, incontrolable.

– ¿Fue a verles la policía?

– Por supuesto. Dijimos que mamá había estado en casa con nosotros, en cama con una jaqueca. Cuando le dijeron que papá había muerto, se puso histérica. La madre de Bob Smith vino, nos dio de comer y se quedó con mamá. Unos días más tarde, descubrimos que nuestro dinero se había volatilizado en el crack de la Bolsa.

A Carmine le dolían las rodillas; la silla era exageradamente baja. Se puso en pie y caminó por el perímetro del porche; comprobó con el rabillo del ojo que Claire Ponsonby tenía efectivamente todo dispuesto para marcharse. La parte trasera de la furgoneta, en el camino de entrada, estaba a rebosar de bolsas, cajas, un par de baúles pequeños a juego que databan de una época en que se viajaba con más calma y estilo. Como no quería volver a sentarse, apoyó la cadera en la barandilla.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «On, Off»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «On, Off» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Colleen McCullough - La huida de Morgan
Colleen McCullough
Colleen McCullough - El Primer Hombre De Roma
Colleen McCullough
Colleen McCullough - El Desafío
Colleen McCullough
Colleen McCullough - El caballo de César
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Czas Miłości
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Credo trzeciego tysiąclecia
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Antonio y Cleopatra
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Morgan’s Run
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Las Señoritas De Missalonghi
Colleen McCullough
Colleen McCullough - 3. Fortune's Favorites
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Sins of the Flesh
Colleen McCullough
Отзывы о книге «On, Off»

Обсуждение, отзывы о книге «On, Off» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x