Toni Hill - El verano de los juguetes muertos

Здесь есть возможность читать онлайн «Toni Hill - El verano de los juguetes muertos» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El verano de los juguetes muertos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El verano de los juguetes muertos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El inspector Héctor Salgado lleva semanas apartado del servicio cuando le asignan de manera extraoficial un caso delicado. El aparente suicidio de un joven va complicándose a medida que Salgado se adentra en un mundo de privilegios y abusos de poder. Héctor no solamente deberá enfrentarse a ello, sino también a su pasado más turbio que, en el peor momento y de modo inesperado, vuelve para ajustar cuentas.
Los sueños, el trabajo, la familia, la justicio o los ideales tienen un precio muy alto… pero siempre hay gente dispuesta a pagarlo.

El verano de los juguetes muertos — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El verano de los juguetes muertos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Inés se interrumpió un momento y Héctor estuvo tentado de decirle que no siguiera, pero antes de que pudiera hacerlo, la joven respiró hondo y reanudó la lectura.

Vivo en un pueblo de los Pirineos, con mi madre y mi hermana pequeña. Inés tiene ocho años. A veces le hablo de papá y ella dice que se acuerda, pero creo que miente. Yo tenía ocho años cuando él murió y ella sólo cuatro. Creo que sólo lo recuerda delgado, como un Jesucristo, dice ella. No se acuerda del papá fuerte que cortaba troncos y se reía a carcajadas y te levantaba por los aires como si fueras una muñeca de trapo que no pesa nada. En esa época mamá también se reía más. Luego, cuando papá se durmió para siempre, empezó a rezar mucho. Todos los días. A mí me gustaba rezar, y luego mamá se empeñó en que hiciéramos la comunión, Inés y yo, las dos a la vez. Estaba bien: la catequista nos contaba cuentos de la Biblia y no me costó nada aprenderme las oraciones. Pero las hostias me daban asco. Se me pegaban al paladar y no podía tragarlas. Ni masticarlas porque es pecado. A Inés en cambio le gustaban, decía que se parecían a esa capa que cubre el turrón duro. Tengo la foto de la comunión. Estamos Inés y yo vestidas de blanco, con un lazo en el pelo. Casi ninguna de las niñas del colegio la hizo, pero a mí me gustó. Y mamá estaba contenta ese día. Sólo lloró un poco en la iglesia pero creo que fue porque estaba feliz, no triste.

Ya he contado que vivo en un pueblo pequeño así que cada día tenemos que coger un autocar para ir al colegio. Hay que madrugar mucho, y hace un frío espantoso. A veces nieva tanto que el autocar no puede venir a buscarnos y nos quedamos sin clase. Pero ahora es verano y hace calor. En verano nos mudamos porque mamá se ocupa de la cocina en una casa de campamentos. A mí me gustaba mucho porque la casa del verano es mucho más grande, y tiene piscina, y está llena de niños. Vienen en grupos de veinte, en autocar, desde Barcelona. Y se quedan durante dos semanas. Es un rollo, porque a veces haces amigos y sabes que en unos días se van a marchar. Algunos vuelven al año siguiente y otros no. Hay un niño que se queda todo el verano, como nosotras. Mamá me ha dicho que es porque no tiene madre y porque su padre trabaja mucho, así que él pasa la mitad del verano de campamento. Con su tío, que lo dirige todo. Y los monitores que le ayudan. Yo también tengo que ayudar a mamá pero no mucho, sólo un rato en la cocina. Luego estoy libre para bañarme o participar en los juegos. Antes lo hacía pero ahora no me apetece. Y mamá no para de decirme que es porque no como. Pero no sabe nada. Vive en su cocina y no se entera de lo que pasa fuera. Sólo sabe pensar en comida. A veces la odio.

Es el tercer verano que pasamos aquí, y ya sé que no habrá un cuarto. Le he visto mirando a Inés de reojo sin que nadie se dé cuenta. Sólo yo. Tengo que hacer algo. La mira cuando se baña en la piscina y le dice cosas como: «Te pareces mucho a tu hermana». Y debe de ser verdad porque todo el mundo dice lo mismo. A veces nos ponemos delante del espejo las dos, y nos observamos, y llegamos a la conclusión de que no nos parecemos tanto. Pero da igual, no quiero que ella sea su nueva muñeca. O al menos no quiero estar para verlo.

Joana se levantó y fue hacia la chica para sentarse a su lado. Ella se lo agradeció, con una breve sonrisa, pero siguió leyendo.

Todo empezó hace dos veranos, hacia finales del mes de julio, cuando ya sólo quedaba un grupo de niños por llegar. Siempre nos quedamos solos unos días entre un grupo y otro. Solos quiero decir mamá, Inés y yo, y el mosén y algún monitor. Esos días Inés y yo tenemos toda la piscina para nosotras. Es como si fuéramos ricas y viviéramos en una casa de esas de las series americanas. Pero a Inés no le gusta mucho el agua, así que ese día me bañaba yo sola. Me gustaba nadar y lo hacía bien. Crol, braza, espalda… todos los estilos menos mariposa, que no me salía. Por eso él se ofreció a enseñarme. Se puso al borde de la piscina y me enseñó a mover los brazos y las piernas. Es bastante guapo y tiene mucha paciencia. Casi nunca se enfada, ni siquiera cuando los niños se portan mal y no le hacen caso. Estuvimos un rato, yo nadando y él al borde de la piscina, hasta que me cansé. Entonces me ayudó a salir del agua aunque no hacía falta. Era por la tarde y ya no hacía sol, así que dijo que mejor me secaba enseguida para no resfriarme. Se puso detrás de mí, me envolvió con una toalla y empezó a secarme con ganas. Me hacía cosquillas y me reí. Él también se reía al principio. Luego ya no: me secaba más despacio y respiraba fuerte, como cuando uno está cansado. No me atreví a moverme aunque ya estaba seca del todo, pero empecé a sentirme rara. Seguía envuelta en la toalla y él me acariciaba a través de la tela. Luego metió la mano por debajo. Y entonces sí que intenté soltarme, pero no pude. Él no decía nada: Chist, aunque yo no hablaba. Luego dijo: No te haré daño. Me sorprendió porque no se me había ocurrido que pudiera hacérmelo. Su dedo iba subiendo por mi pierna, por la parte de dentro del muslo, cada vez más arriba, como una lagartija. Se paró al final del muslo y suspiró. Fueron unos segundos, el dedo se coló por el borde del bañador. Me removí. Y entonces respiró con más fuerza y me soltó.

– ¡Dios! -exclamó Joana. Pero Héctor la acalló con la mirada. Leire seguía en silencio, contemplando a esa joven que la sumergía en una historia horrenda, conmovedoramente brutal.

No se lo conté a mamá. Ni a nadie. Tenía la sensación de que había hecho algo malo aunque no sabía muy bien qué. Y él no dijo nada más. Sólo: Ve a vestirte que es tarde, en un tono medio enfadado. Como si yo le hubiera entretenido. Como si de repente no quisiera verme más. Al día siguiente no vino a la piscina. Le vi pasar desde el agua, y le llamé: quería demostrarle que había estado practicando y que ya me salía mejor. Él me miró, muy serio, y se marchó sin decir nada. Ya no tuve más ganas de nadar y salí de la piscina. Era más temprano que el día anterior y hacía calor. Me quedé tumbada sobre la toalla, dejando que me secara el sol. Creo que esperaba verlo aparecer, pero no lo hizo. Seguro que estaba enfadado conmigo. Me dije que si volvía a secarme no sería tan tonta. Pero al día siguiente llegó ya el nuevo grupo de niños, y los demás monitores, y él ya no tuvo tiempo para las clases de natación. Yo seguí practicando todas las tardes, cuando la piscina se quedaba vacía porque los niños hacían otras actividades, y le comenté un día que ya me salía mejor. Él me sonrió y me dijo: Ya iré a verte, quiero comprobar tus progresos.

Y vino: el último día, después de que se marcharan los niños. Y me aplaudió. Yo estaba orgullosa: a mamá le daba igual si nadaba bien o no, no sabe nada de deportes, así que me puse muy contenta. Cuando salí del agua me quedé quieta, esperando que me secara. Pero él se limitó a darme la toalla. A distancia. Y luego me dijo que me merecía un premio por haberme esforzado tanto en la piscina. ¿Qué premio?, le pregunté. Él sonrió. Ya lo verás. Será una sorpresa. Mañana ve a la cueva del bosque después de comer y te lo daré, ¿de acuerdo? Pero no se lo digas a Inés o también querrá uno. Era verdad. Inés siempre protesta en mi cumpleaños, cuando me hacen regalos. Protesta tanto que mi madre y mis abuelos acaban siempre comprándole algo aunque no sea su fiesta, sino la mía. Así que no se lo dije, y al día siguiente conseguí irme sin que me viera. Tampoco se lo dije a mamá porque seguro que si lo hacía me tocaría cargar con Inés.

– No tienes por qué hacer esto -susurró Joana, pero Inés la retó con la mirada.

– Ya lo sé. Pero quiero hacerlo. Se lo debo.

Eso fue hace dos veranos. Ahora ya casi nunca bajo a nadar. No tengo ganas. Sólo quiero dormir. Pero dormir de verdad, sin soñar. Le he preguntado a todos cómo se pueden evitar los sueños y nadie ha sabido explicármelo. Nadie sabe nada que sea realmente importante. Que sirva para algo de verdad. Mamá sólo sabe hacer comidas y vigilarme. Me observa cada vez que nos sentamos a comer. No la soporto. No quiero su comida. Cada vez que vomito después de comer me siento contenta. A ver si así aprende a dejarme en paz.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El verano de los juguetes muertos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El verano de los juguetes muertos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El verano de los juguetes muertos»

Обсуждение, отзывы о книге «El verano de los juguetes muertos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x