Ruth Rendell - La Crueldad De Los Cuervos

Здесь есть возможность читать онлайн «Ruth Rendell - La Crueldad De Los Cuervos» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Crueldad De Los Cuervos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Crueldad De Los Cuervos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Cuando el marido de Joy Williams, una vecina del inspector Wexford, desaparece misteriosamente nadie imagina que el mundo de Joy se desmoronará por completo. En efecto, sin que ella lo supiese, su marido ocupaba un alto cargo en una empresa de pinturas, ganaba un abultado salario y, aún más desconcertante, estaba casado también con otra mujer. Joy lo creía un modesto vendedor de la empresa con unos ingresos mediocres y, desde luego, un marido modélico. Pero las cosas ya no tienen marcha atrás, pues el cadáver del bígamo ha sido hallado en las afueras del pueblo. ¿Suicidio? ¿Asesinato? ¿Quién era en realidad Rod Williams?… Una nueva incursión de la autora en los extraños entresijos de la mentalidad criminal.

La Crueldad De Los Cuervos — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Crueldad De Los Cuervos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Ella asintió.

– Íbamos juntas al instituto. Es un año menor que yo.

– ¿Conocía usted a Rodney Williams, el hombre que ha muerto?

Ella respondió con rapidez. La señora Kaufmann alzó la mirada con un gesto de advertencia.

– Sí, los conocía a los dos, a él y a la señora Williams. Sara y yo íbamos a clases de ballet juntas. -Sonrió-. Por extraño que parezca. -La Kaufmann puso los ojos en blanco-. Uno de ellos, o los dos, iba a buscar a Sara. Me acuerdo de él porque era el único padre que iba. A veces se quedaba toda la clase.

Para ver muchachas púberes vestidas con tutús, pensó Wexford, aunque ahora lo más probable era que llevaran leotardos.

– Me ha preguntado a qué familia me refería -dijo.

– Conozco un poco a la otra. -Se encogió de hombros-. Veronica Williams es prácticamente igual a Sara.

Wexford se puso tenso de repente. Edwina podía ser un vínculo entre las dos familias. Era la única persona de las que había hablado que conocía a las dos familias de Rodney Williams o que al menos había admitido conocerlas.

– ¿Sabía que eran hermanas? ¿Sabía que Williams era su padre?

– No. Oh, no. Supongo que pensaría… bueno, no sé si pensaba nada. Sinceramente no lo sé. De veras. Quizá pensaba que eran primas…

– ¿Cuándo fue la última vez que vio a Williams?

– Hace años. -Estaba poniéndose nerviosa y empezaba a tener miedo. No significaba nada, salvo que se había dado cuenta de que le habían llevado allí para pasar un mal trago y, una vez acabado éste, le estaban haciendo pasar otro que no se esperaba-. Hace años que no lo veo.

– ¿Cómo es que conoce a Veronica entonces?

Ni titubeos ni nada.

– Jugaba a tenis con ella cuando iba al instituto.

– Es tres años menor que usted.

– Sí, claro. Era una especie de niña prodigio. Antes de cumplir los catorce ya estaba entre las seis mejores de Haldon Finch.

Todo parecía razonable. De hecho, demasiado verosímil. La noche en que Rodney Williams había muerto Edwina había estado en Oxford. Había ido una semana antes de que comenzaran las clases. Se lo había contado la noche pasada, y luego le había dicho, con seriedad y lujo de detalles, con quién podía hablar para asegurarse de que decía la verdad. Bennett se encontraba ahora en Oxford comprobándolo, aunque Wexford apenas dudaba de que le había dicho la verdad.

– ¿Conocía a las dos familias -preguntó a continuación-, pero no sabía que eran, por decirlo de alguna manera, la misma? ¿No sabía que Rodney Williams era al mismo tiempo el padre de Veronica y de Sara y Kevin?

– ¿Kevin? Es la primera vez que oigo hablar de él.

– Es el hermano mayor de Sara. -Wexford decidió sincerarse con ella. La señora Kaufmann le miraba con una mueca de acritud-. Ninguna de las dos familias sabía que la otra existía -añadió-. Hasta pasado cierto tiempo desde la muerte de Rodney Williams, ni la familia de Pomfret sabía que existía la de Kingsmarkham ni la de Kingsmarkham que existía la de Pomfret. De modo que si usted lo sabía, también debía saber que Rodney Williams era bígamo o cuando menos que era un hombre casado que mantenía a dos familias. ¿Cómo es que lo sabía?

– No lo sabía.

Wexford sintió decepción al oír aquella fría negativa. Había tenido la sensación de estar a punto de asistir a una revelación decisiva. Sin embargo, Edwina matizó su respuesta.

– No lo sabía. He dicho que se parecían, que me fijé en ello. Recuerdo que en una ocasión le dije a mi tía que debían de ser primas. -Miró a la señora Kaufmann, que, con aire de impaciencia, hizo un rápido gesto de asentimiento-. No conocía a ninguna de las dos muy bien -prosiguió Edwina-. No se olvide de ello. Sólo he cruzado unas palabras con Veronica. A la señora Williams, a la esposa legítima, la he visto alguna que otra vez, pero ella debe de haberse olvidado de mí o algo así. Y por lo que respecta a la otra esposa, sólo he sido cliente suya.

Wexford no tenía nada más que preguntarle. Era ella quien había herido con un cuchillo a Brian Wheatley y a Peter John Hyde, el hombre que la había atacado en el bosque, pero estaba seguro de que no había matado a Williams, Para hacerlo habría necesitado la ayuda de otra mujer.

– Eso es todo. Gracias, señorita Klein.

Ella se levantó y se dirigió lenta y garbosamente hacia la puerta, erguida aunque con la cabeza un poco inclinada. Aunque se llevaban cincuenta años, tía y sobrina tenían la misma figura y los mismos andares. ¿Qué sería de Edwina Klein ahora? Estaba claro que iban a declararla culpable. ¿La readmitirían en la universidad? ¿Lo había tirado todo por la borda por una causa perdida? Al llegar a la puerta, justo antes de que él se la abriera, le dijo:

– Hay algo más. Usted ha dicho que ni los Williams de Pomfret ni los de Kingsmarkham sabían que la otra familia existía. Pues bien, que conste que eso no es cierto.

La emoción había vuelto, secándole la garganta.

– ¿A qué se refiere?

– A que sí se conocían.

Él se apoyó contra la puerta, interponiéndose en su camino. Pero Edwina Klein se mantuvo en su sitio por voluntad propia. Parecía un tanto desconcertada. Su tía, en cambio, tenía cara de aburrimiento, pero no perdía la paciencia.

– ¿Cómo lo sabe?

– Las he visto juntas -respondió.

Una sensación de alivio le recorrió el cuerpo. Se sentía tranquilo y también un poco aturdido. Ella se dio cuenta de que le había dicho algo revelador, algo que él no había supuesto, y su cara tenía una expresión interrogativa y alerta.

– ¿A quiénes ha visto juntos? -preguntó Wexford.

– A las dos mujeres, en la cafetería del centro comercial de Kingsmarkham tomando un café juntas.

– ¿Cuándo?

Si las había visto hacía una semana o un mes incluso, no significaba nada.

– Las Navidades pasadas, creo. Debía de ser Navidad o Semana Santa, porque yo estaba en casa. El único fin de semana que he estado aquí fue cuando Wheatley me llevó en su coche. -Edwina pronunció su nombre con un desdén infinito-. No fue entonces y tampoco en Semana Santa, porque estaba todo cubierto de nieve.

– Nevó durante la primera semana de enero -dijo la señora Kaufmann, más atenta ahora que su sobrina no estaba directamente amenazada.

– Debió de ser entonces -dijo Edwina.

Sonrió, como si se alegrara de haber servido de ayuda finalmente. Wexford sabía que no mentía.

16

Cuando Wexford abrió la verja del 31 de Alverbury Road, el cartero caminaba por la acera sujetando un fajo de cartas. Al parecer ninguna de ellas era para el número 29 y su siguiente parada era la casa de Milvey, dos puertas más allá. Observándole, Wexford comprendió de pronto cómo encajaba Milvey en el caso. No se había producido ninguna coincidencia. Todo era sencillo y lógico. El único problema era que había puesto el carro delante de las muías…

Llamó al timbre, y en el momento en que lo hacía el reloj de St. Peter dio las nueve. Fue Sara quien salió a abrirle, y con tal rapidez que Wexford comprendió que se encontraba detrás de la puerta. Tenía un papel en la mano.

– Dos sobresalientes y un notable -dijo con una amplia sonrisa.

Se lo había dicho como si el único propósito de la visita del inspector fuera enterarse de las notas obtenidas en los exámenes del bachillerato superior. Antes de cerrar la puerta, sin embargo, debió de ver el coche de policía que había estacionado fuera. Donaldson estaba al volante y Marion Bayliss en el asiento trasero.

– Enhorabuena -dijo Wexford-. ¿Dónde está tu madre?

No respondió. A juzgar por la atención que estaba prestándole, seguramente no le había oído.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Crueldad De Los Cuervos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Crueldad De Los Cuervos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
Ruth Rendell
libcat.ru: книга без обложки
Ruth Rendell
Ruth Rendell - The Bridesmaid
Ruth Rendell
Ruth Rendell - From Doon with Death
Ruth Rendell
Ruth Rendell - Una Vida Durmiente
Ruth Rendell
Ruth Rendell - Simisola
Ruth Rendell
Ruth Rendell - Not in the Flesh
Ruth Rendell
Ruth Rendell - Falsa Identidad
Ruth Rendell
Ruth Rendell - Carretera De Odios
Ruth Rendell
Ruth Rendell - Thirteen Steps Down
Ruth Rendell
Отзывы о книге «La Crueldad De Los Cuervos»

Обсуждение, отзывы о книге «La Crueldad De Los Cuervos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x