El amor es más que palabras. Es más que sentimientos. Diferente a nosotros, el griego tiene cuatro palabras para diferenciar los distintos tipos de amor: storge , que significa afecto natural, eros , que significa atracción sexual, philia , para el afecto o la amistad emocional, y ágape , que significa amor incondicional, que se da a sí mismo, sacrificado. Cuando la Biblia habla del amor de Dios por nosotros y la clase de amor que debemos tener por él y para otras personas, la palabra siempre es ágape . Es un compromiso para actuar.
¿Sabe si es posible amar a alguien que ni siquiera le cae bien? Recuerde que en el capítulo anterior les dije que para Dios enseñarnos a amar, nos rodea de algunos antipáticos. Es fácil amar a los que son buenos y cariñosos, pero si Dios nos va a enseñar a amar, él traerá a nuestras vidas personas difíciles de amar. Ahora el problema es que nuestras vidas están llenas de personas que no nos gustan. No nos gusta la manera en la que hablan algunas personas. No nos gusta la forma de actuar que tienen. No nos gusta su forma de vestir. Pero sobre todo, nuestra tendencia es que nos desagraden las personas a quienes tampoco le caemos bien. Una vez oí una historia acerca de Lady Astor, a quien no le gustaba Winston Churchill. Un día le dijo: «Winston, si fueras mi esposo, te pondría arsénico en el té.»
Churchill respondió: «Señora, si usted fuera mi esposa, ¡me lo tomaría!»
Si pensara durante sesenta segundos, quizá haría una lista de personas que no le gustan. Sin duda, serían personas con las cuales no se lleva bien. Todos somos difíciles de amar en algunos momentos, aun usted, pero algunas personas son difíciles de amar en todo momento.
Jesús nunca demandó que tuviéramos un cálido afecto para todo el mundo. Él no sentía tiernas emociones hacia los fariseos. No nos tienen que gustar todas las personas, ¿no es esto un alivio?, pero sí tenemos que amarlas. Entonces, ¿cómo se hace esto?
La Biblia nos dice que hay cinco pasos que necesitamos tomar para aprender amar a las personas. Estoy convencido de que podemos aprender a amar a cualquiera si damos estos pasos.
Antes de mostrarle cómo amar a otros sinceramente, quiero que se haga un cuadro en su mente de esa persona a quien considera difícil de amar: ese familiar detestable, un vecino problemático, o un compañero de trabajo desagradable. ¿Cómo puede aprender a amar a este tipo de persona? A continuación hay cinco pasos.
Experimente el amor de Dios
Primero, antes de poder amar a otros, debemos sentir y entender cuán profundamente nos ama Dios. En Efesios leemos: «Para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender , junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios» (Efesios 3:17-19, énfasis del autor). Haga un círculo a las palabras comprender y conozcan de ese pasaje. Dios quiere que comprendamos su amor, y quiere que conozcamos su amor. ¿Por qué? Primera de Juan 4:19 declara que amamos porque Dios nos amó primero. ¿Por qué es importante sentirnos amados por Dios? Porque con frecuencia las personas no amadas son las personas que no aman. Cuando yo no me siento en realidad amado, no siento que puedo dar amor. Así que, primero necesitamos experimentar el amor de Dios en nosotros. Jesús dijo: «Que se amen los unos a los otros, como yo los he amado» (Juan 15:12). Ese es el modelo.
Perdone a sus enemigos
El segundo paso para aprender a amar a otros es perdonar a quienes le hirieron. Colosenses 3:13 dice: «Perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.» Es imposible amar por completo a alguien y al mismo tiempo estar resentido con otra persona. No puedo amar realmente a mi esposa si todavía tengo coraje con mis padres. No puedo amar a mis hijos si todavía estoy enojado con mi hermano. Usted no puede dar un amor total cuando su corazón está dividido. Y un corazón amargado es un corazón dividido.
En estos momentos podría estar pensando: «No puedo amar a mi esposo. Es una gran persona, pero no lo puedo amar.» Posiblemente aún está reaccionando a su pasado y abrigando resentimientos contra alguien. Eso es lo que le impide amar a su esposo. Y no es justo. No es justo para su esposo.
Muchas personas tienen una causa justa para su enojo. (Hace poco oí en la radio un informe noticioso que decía que una de cada tres mujeres y uno de cada siete hombres serán víctimas de abuso durante su vida.) Pero tenemos que dejar atrás el pasado y seguir adelante. Para comenzar a amar hoy a las personas, debemos cerrar la puerta del pasado. Y solo existe una forma de hacerlo, ¡perdonar! Perdone, por su bien, a quienes le hirieron y no porque ellos lo merezcan. Hágalo para restaurar su corazón. La gente de su pasado no puede seguir haciéndole daño hoy, a menos que permita que le lastimen guardando resentimientos contra ellos.
Cada vez que se resiente con alguien, le entrega un pedazo de su corazón. Le entrega un poco de su atención, un poco de su mente. ¿Quiere que esa persona tenga un poco de usted? No. Entonces recupérelo, perdonando. Perdone a quienes le lastiman. En lugar de repasar ese dolor una y otra vez, déjelo ir.
Comience a tener pensamientos amorosos
El próximo paso para aprender amar a otros es tener pensamientos amorosos. La Palabra de Dios nos recuerda: «Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás. La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús» (Filipenses 2:4-5). Ahora bien, ¿qué significa tener pensamientos amorosos? Significa que empezamos a interesarnos en las necesidades, dolores, problemas, deseos y metas de otras personas y no solo en las nuestras. Es más fácil entender a otra persona, cuando caminamos una milla en sus zapatos, como dice el dicho. Este es un hecho de la vida: La gente herida lastima a la gente. Si alguien lo lastima, es porque esa persona está herida. La gente herida daña a otros. Lo que necesitamos hacer es mirar más allá de los defectos de esa persona para ver sus necesidades. Entonces podemos aprender a amar.
¿No ha comprobado usted que es cierto que las personas más detestables y las menos amorosas son aquellas que más amor necesitan ? Las personas a las que desearía pasar por alto son aquellas que necesitan desesperadamente dosis masivas de amor. Todos necesitamos amor. Si una persona no puede obtener amor, se esforzará por obtener atención. Y si no puede obtener una atención positiva, se esforzará por atraer una atención negativa. En el subconsciente está diciendo: «Me haré notar de una forma u otra.»
En el capítulo dos enfatizamos en que nuestros pensamientos determinan nuestras emociones. No podemos cambiar nuestros sentimientos, pero en secreto podemos cambiar nuestros pensamientos. Cuando cambiamos nuestra manera de pensar acerca de alguien, gradualmente cambiamos nuestros sentimientos hacia esa persona. Y si en lugar de pensar en las faltas de esa persona, comenzamos a pensar en sus necesidades, cambiaremos en consecuencia, nuestros sentimientos. ¡Inténtelo y vea los resultados!
Actúe con amor
El cuarto paso para aprender a amar es actuar con amor. Usted dirá: «Rick, me está diciendo que actúe con amor hacia alguien que ni siquiera me cae bien. No puedo hacer esto. Sería un hipócrita.» No, eso es lo que se llama amar por fe. Cuando ame por fe, y actúe de acuerdo a ese amor, comenzará a sentirlo.
Este es un punto importante. Es más fácil tener sentimientos como resultado de lo que hago, que actuar como resultado de mis sentimientos. Si actúo como si estuviera entusiasmado, pronto comenzaré a sentirme entusiasmado. Si actúo como si estuviera contento, antes de que se dé cuenta estaré contento. Pruebe esto ahora mismo. Ponga en su rostro su mejor sonrisa. Luego comience a reírse, con una risa que le salga de adentro. Al principio parecerá forzado, pero busque dentro de usted y recree el movimiento corporal de la risa. Comenzará a sentirse más feliz. Si comenzamos a actuar con amor, pronto nos sentiremos amorosos.
Читать дальше