José Saramago - Levantado Del Suelo

Здесь есть возможность читать онлайн «José Saramago - Levantado Del Suelo» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Levantado Del Suelo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Levantado Del Suelo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Un escritor es un hombre como otros: sueña. Y mi sueño fue el de poder decir de este libro, cuando lo terminase: «Esto es el Alentejo». De los sueños, sin embargo, nos despertamos todos, y ahora heme aquí, no delante del sueño realizado, sino de la concreta y posible forma del sueño. Por eso me limitaré a escribir: «Esto es un libro sobre el Alentejo». Un libro, una simple novela, gente, conflictos, algunos amores, muchos sacrificios y grandes hambres, las victorias y los desastres, el aprendizaje de la transformación, muertes. Es un libro que quiso aproximarse a la vida, y ésa sería su más merecida explicación. Lleva como título y nombre, para buscar y ser buscado, estas palabras sin ninguna gloria: Levantado del suelo. Del suelo sabemos que se levantan las cosechas y los árboles, se levantan los animales que corren por los campos o vuelan sobre ellos, se levantan los hombres y sus esperanzas. También del suelo puede levantarse un libro, como una espiga de trigo o una flor brava. O un ave. O una bandera. En fin, ya estoy otra vez soñando. Como los hombres a los que me dirijo.
JOSÉ SARAMAGO

Levantado Del Suelo — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Levantado Del Suelo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Aguantan, pasan las horas. De vez en cuando se abre la puerta, entran otros grupos, el caserón empieza a ser pequeño para tanta gente. Casi todos están sin comer nada desde la mañana, y no se ve señal de que la guardia tenga en mente alimentar a sus presos. Hay quien se tumba en la paja, los más confiados o de más recios nervios se quedan dormidos. Suenan las campanadas de medianoche en el reloj del ayuntamiento, hoy ya no ocurrirá nada más, no son horas de que ocurran cosas, lo mejor es dormir, las tripas protestan pero no mucho, y cuando los presos van a abandonarse a la modorra, atontados por el hedor y el calor de los cuerpos amontonados, se abre la puerta bruscamente y aparece el cabo Tacabo con seis guardias, papel en mano, el cabo, que los guardias andan con las carabinas como si hubieran salido de las barrigas de sus madres al mismo tiempo que ellos, y grita, Juan Maltiempo, de Monte Lavre, Agostinho Direito, de Safira, Carolino Dias, de Torre da Gadanha, Juan Catarino, de Santiago do Escoural. Se levantan los cuatro hombres, son cuatro sombras, y salen. Los compañeros sienten que el corazón quiere escapárseles por la garganta, cómo irán los pobres. Y entonces se oye la voz de alguien que no consigue mantener por más tiempo el secreto, Parece que ayer mataron aquí a un hombre. Esta vez no atraviesan el patio. Siguen a lo largo de la pared, entre los guardias, que los empujan contra una puerta. La luz de la lámpara es allí mucho más fuerte, los ojos de los presos pestañean para defenderse de la súbita agresión, la primera. Los guardias han salido, quedó sólo el cabo, que puso el papel sobre una mesa a la que estaban sentados dos hombres, uno de uniforme, que era el teniente Contento, y el otro de paisano. Juan Maltiempo, Agostinho Direito, Carolino Dias y Juan Catarino reciben orden de ponerse en fila, uno al lado del otro, Alcen el hocico, a ver si se parecen a la puta que los parió, dice el de paisano. Juan Maltiempo no pudo contenerse, Mi madre hace tiempo que murió, y el otro, Quieres que te parta la cara, aquí sólo se habla cuando lo ordeno, ya verás como se te pasan las ganas en seguida, pero va a ser entonces cuando tendrás que hablar. El teniente Contento empezó a dar órdenes, Poneos derechos, coño, que esto no es una taberna, en fin, lenguaje militar, y atención a lo que os diga el señor comisario. El de paisano se levantó, empezó a pasar revista a aquella tropa de braceros, clava los ojos en ellos, uno a uno, maldita sea que hasta parece que me está poniendo nervioso, y para intimidarlos, se queda mucho tiempo mirándolos, uno tras otro, Cómo te llamas tú, y el interpelado respondía, Juan Catarino, y tú, Carolino Dias, y tú, Agostinho Direito, y tú eres ese a quien se le ha muerto la mamá, pobrecito, cómo te llamas, Juan Maltiempo. El comisario sonrió divertido, Buen nombre, para que no haya dudas, y muy acorde con la situación. Dio de pronto tres pasos en dirección a la mesa, sacó el arma de la pistolera, la posó violentamente en la mesa y se volvió hacia los desgraciados, Pues a ver si os enteráis de que aquí nadie sale vivo si no vomita todo cuanto sabe sobre esta huelga, la organización, quién os daba órdenes, la propaganda, todo, lo quiero todo, y pronto, y ay de vosotros si no largáis. El teniente Contento cogió cuatro libretas escolares que estaban encima de la mesa, apartadas, Os voy a encerrar a cada uno en un despacho, con esta libreta, ahí va un lápiz, y tenéis que escribir todo lo que sepáis, nombres y fechas, los sitios donde os encontrabais y las casas, las entregas de los materiales, y no salís de ahí mientras no esté todo muy bien explicadito. El comisario volvió a la mesa, guardó la pistola en la funda, había terminado la demostración de fuerza, Me hacéis perder la cabeza, está uno aquí rendido, sin dormir, por culpa de esta maldita huelga, lo mejor es que tengáis juicio y escribáis todo lo que sepáis sin esconder nada, que luego yo me entero de todo y es peor. Dice Juan Catarino, Yo apenas sé escribir, dice Agostinho Direito, Yo sólo el nombre, dice Juan Maltiempo, Yo sé poco, dice Carolino Dias, Yo lo mismo. Sabéis lo suficiente para lo que nos interesa, dice el comisario, os hemos elegido porque sabéis leer y escribir, si no os gusta, peor para vosotros, no haber aprendido, ahora sí que vais a arrepentiros de no haber seguido siendo los animales que sois. Rió el comisario su gracia, se rió el cabo y también el número, se rió el teniente tan contento. El teniente da orden al cabo, el cabo al número, el número abre la puerta, salen los cuatro bandidos, fuera están los otros números, y como quien mete puercos en la pocilga, van andando por el corredor, abriendo puertas y empujándolos dentro, cada cual con su cuaderno, Dias, Direito, Catarino, Maltiempo, esa escoria, señor cura Agamedes, Dios me perdone.

Hay un gran silencio, rumoroso como lo son todos, en el cuartel de guardia. Los hombres encerrados en el caserón gimen y suspiran mientras no duermen, e incluso durmiendo, pero eso es costumbre de cuerpos fatigados, es la punzada de cuando andaba carboneando y quise levantar un tronco pesado como un rayo, en seguida lo iba a hacer hoy, les daba un corte de mangas, qué les estarán haciendo a nuestros camaradas, no se oye nada, sólo los pasos de los centinelas ahí fuera, y las horas de la torre, ojalá se callara de una vez ese condenado mochuelo, hasta hace pensar en cosas malas. Encerrados, los cuatro hicieron los mismos gestos, miraron alrededor, allá estaba la mesa y el lápiz, parecía un juego, como estar otra vez en la escuela y tener que hacer un dictado, lo que no había allí era maestro para tomarles la lección, el maestro era la propia conciencia, ella era la que iba a decidir las cosas que escribirían con su letra torcida y sufridora, y todos ellos, más tarde o más temprano, pusieron sobre la primera página en la primera línea, lo más arriba posible, como si quisieran ahorrar papel para lo mucho que iban a escribir, pusieron el nombre, me llamo Agostinho Direito, me llamo Juan Maltiempo, me llamo Juan Catarino, me llamo Carolino Dias, y luego se quedaron mirando, tantas líneas hasta el final de la página, y más adelante, hasta la última, parece un sembrado, pero esta hoz que es la pluma no anda hacia delante, se emperra en esta raíz, en esta piedra, señores, qué voy a escribir, esperan que diga lo que sé, aquí en estas rayas torcidas, o es del sueño que tengo, Juan Catarino es el primero en dejar el cuaderno a un lado, escribió el nombre, no escribirá más, queda el nombre para que se sepa que el dueño de ese nombre no escribió más que el nombre, ni una palabra más, y luego, a diferentes horas, cada uno de los otros, con el mismo gesto de la mano gruesa y oscura, apartó el cuaderno y hubo unos que lo cerraron, otros no, lo dejaron abierto para que el nombre fuera lo primero que vieran cuando los vinieran a buscar, y nada más.

Lucía el agujero, que es manera muy rural y pintoresca de decir, nació con la tejavana, la de cañón, que con los estragos del tiempo y el mal oficio del tejador abre las fauces hacia fuera, un agujero para ser exactos, y es por ahí por donde luce cuando empieza a amanecer, aunque el simple lucir pueda haber ocurrido también antes, si alguna estrella en su viajar quedó allí presa por los ojos de quien no consigue dormir. Probablemente esta historia de los cuadernos fue artificio del comisario y del teniente para dormir en su sosiego merecido mientras se confesaban los facinerosos, o modo sutil de ahorrarse escribiente y tenerlo gratuito. No se sabrá la entera verdad hasta que quede confirmado el hecho en esta historia de prisión e interrogatorio. Lucía el agujero, hay que volver a él porque el período quedó incompleto y el sentido desamparado, cuando las puertas se abrieron y el comisario apareció arreglado y fresco como si realmente hubiera dormido fuera y en buena cama, y de despacho en despacho le fue creciendo la furia porque en cada cuaderno podía leer sólo lo que ya sabía, que este individuo se llama Juan Catarino, que este cabrón se llama Agostinho Direito, que este bastardo se llama Carolino Dias, que este hijo de puta, sí hijo de puta, se llama Juan Maltiempo. Parece que se hayan puesto de acuerdo, pandilla de golfos, Venid aquí todos, se acabaron las contemplaciones, quiero saber quién organizó la huelga, quiénes son los contactos, si no queréis que os pase lo que al otro. No saben quién es ese otro, no saben nada, mueven la cabeza, firmes y mal dormidos, valerosos y hambrientos, hasta tengo una nube ante los ojos. Y el teniente Contento que también ha venido dice, Si no queréis ir todos a Lisboa, mejor será que confeséis aquí, en vuestra tierra, ante conocidos. Pero el comisario cedió un poco, no se sabe por qué, Mándalos junto a los otros, ya veremos luego qué hacemos con ellos. Los llevaron casi a rastras por el corredor, hasta el patio, y el cielo, mira arriba, amigo, ya está todo claro aunque no haya nacido el sol, y entraron luego, tropezando con los cuerpos tumbados, en medio de la oscuridad de la cárcel donde estaban los compañeros Quien dormía tuvo que despertarse, o se volvió rezongando hacia otro lado, tranquilos todos al fin porque los cuatro, antes de tenderse y quedarse dormidos, que ese justo derecho tenían, pudieron decir, con la mano en el corazón, que nada habían podido sacarles, ni una palabra siquiera. No fue prolongado el sueño general, esta es gente acostumbrada a dormir poco, a enrollar la manta en cuanto el sol apunta por los montes de España, y, además, tenemos aquí la vecina inquietud que se insinúa en los repliegues de la inconsciencia, los agita y distiende, es una crueldad, y así se quiebra el capullo, añadiendo para remate este hueco dolorido en el estómago, en el que no cae alimento desde sabe Dios cuántas horas, los animales no reciben un trato así.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Levantado Del Suelo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Levantado Del Suelo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Levantado Del Suelo»

Обсуждение, отзывы о книге «Levantado Del Suelo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x