Ejercicios de imaginación
Lo anterior ha sido una pequeña introducción más o menos teórica sobre la imaginación. Pero ¿qué hacer con todos estos materiales? ¿Estamos dispuestos a deshacernos de viejas ideas? Ésta es la base sobre la que hay que trabajar.
Lo primero que hay que hacer para ser creativos es lo siguiente: vivimos en un límite espacial. El intelecto está comprimido por la cabeza, y cuando se cierran los ojos, se está en la oscuridad. Cerrar los ojos es como estar en una prisión. Cada vez que cierro los ojos, entro en una mazmorra. Esta impresión del espacio viene del concepto de propiedad privada. La sociedad ha creado la propiedad privada, el derecho al espacio que me pertenece, pero no más. Estamos habituados a no ocupar demasiado espacio, a la estrechez. En la educación familiar nos asignan un sitio en la mesa. En la escuela tengo mi banco, no puedo salir de mi sitio. Nos han educado en él. «¿Quién eres tú para decirme eso?»: las personas que se expresan así lo hacen porque no tienen espacio. Consideran que no somos nada. Tenemos, pues, aparentemente, un espacio ridículo. No somos grandes. Cuando se comienza con estos ejercicios, no somos todavía grandes. Lo que tenemos que hacer es decirnos: «Esa negrura que veo es la negrura del universo, de forma que, cada vez que cierro los ojos, entro en el espacio cósmico». ¡Hay que partir de esta idea! ¡Hay que crearlo! Yo me sentía limitado mentalmente, y me dije: «¿Cómo puedo ser más inteligente o más perceptivo?». Entonces cerré los ojos y me imaginé una luz, y puse la luz lo más lejos posible en ese universo infinito que no podía alcanzar. Comencé por un universo rectangular. Es decir, me proyecté hacia delante. Avancé y avancé. Cada vez más lejos, perdido en el espacio. Después fui hacia la derecha, cada vez más, hasta el infinito. Y a la izquierda, cada vez más lejos, hasta no se sabe dónde. Y después hacia atrás, hacia la lejanía. Me sitúe en un universo que tenía un delante y un detrás, una derecha y una izquierda. Y después fui hacia arriba, cada vez más alto, lo más alto posible, y después hacia abajo, cada vez más bajo, hasta el profundo abismo. Eso quiere decir que el espacio hacia delante es infinito, hacia atrás es infinito, a la derecha es infinito, a la izquierda es infinito, hacia arriba es infinito y hacia abajo es infinito. Me gusta mucho el infinito, no le tengo miedo mentalmente. Y ahora se puede hacer este ejercicio: descruzad los pies, poneos derechos, os podéis guiar por una luz o simplemente pensar que vais hacia delante. Hay que hacerlo. Incluso si uno no se siente capaz de hacerlo, hay que tratar de conseguirlo. Vamos a cerrar los ojos y a comenzar de nuevo.
Creced
Otro ejercicio: imaginad que me miráis. Miradme. Hay una mirada matemática: a la derecha, a la izquierda, arriba, abajo. Pero también hay otro modo de mirar. Me concentro en el centro de mí mismo y, poco a poco, crezco. Todo mi ser crece como una esfera. Para hacerlo bien tenéis que estar completamente derechos. Veréis que ésa es la postura de la meditación. Crezco como una esfera, avanzo por todo el planeta y, después, por todo el universo. Yo crezco, lleno el universo. Siento que soy una esfera que ocupa todo el universo. Eso es un gurú. Yo os recibo en mi esfera, ¿queréis que os abrace? Yo os abrazo y es el universo completo el que os abraza. He ocupado todo elespacio posible hasta el infinito. Os puedo decir que si podéis hacer esto, llegaréis a ser Maestros. Aunque ser un Maestro completo es mucho más.
Ahora lo lejano viene a mí, la derecha viene a mí, la izquierda viene a mí, lo de abajo viene a mí, lo de arriba viene a mí. La esfera viene a mí. Cuando hago este ejercicio, yo soy yo y cada uno es cada uno. En él están todas las disciplinas orientales resumidas. Yo ocupo todo el universo, después el universo viene a mí. Eso es todo. No se necesita meditar durante veinte años. Basta con hacer este ejercicio, con practicarlo hasta conseguir hacerlo bien. Hay que sentarse erguido y pensar en toda la amplitud que has imaginado, para recoger toda esa amplitud en ti. Cuando estoy así, soy invencible. No se me puede abatir. Soy un buda de piedra. No se me puede derribar porque he recogido todo el espacio en mí. Y tengo la posibilidad de ir hasta el infinito. Vais a ir lo más lejos posible, y después lo recogéis todo. Vais a resultar completamente creativos.
El ser que yo percibo no es exactamente el ser que yo soy, porque tengo una sensación de mí. Mis padres me dijeron que yo era feo; por tanto, me percibo como me han percibido. Y a veces me percibo según la mirada de los otros. Pero, en realidad, tengo una sensación de mí. ¡Y la sensación de mí mismo cambia! Cuando estoy deprimido, toda mi sensación corporal está falseada por la depresión que tengo. Pero puedo percibirme de diferentes maneras, no estoy obligado a percibirme siempre de la misma manera. Puedo cambiar mi percepción de mí. Ahí está toda la magia chamánica.
Expandios
Ahora daremos un paseo por el chamanismo. Lo anterior procedía del budismo. Crezco como todo el universo, y después me recojo en mí. Yo soy la montaña, ¿pero qué montaña? ¿Qué soy yo?
Ahora vamos a trabajar con la sensación. Imaginad que me miráis. Miradme un poco. Yo soy grande, sin límites, estoy en el espacio. Después todo ese espacio está completamente en mí. Gran comprensión, gran compasión. Yo soy la realidad. Toda esa fuerza -porque crear espacio es crear fuerza- entra en vosotros. Como dicen en La guerra de las galaxias: «Que la fuerza te acompañe». Voy a crear la fuerza, la fuerza está en mí. Y cuando la fuerza está dentro de uno es como una espada. Es posible sacarla a través de mis diez dedos. Estoy concentrado en mí, mis dedos se proyectan al infinito. Mis dedos son de una potencia incalculable. Y fortalezco mi corazón. En este cuerpo concentrado tengo un corazón que crece hasta el infinito. Ya no tengo necesidad de crecer como una esfera. Una parte de mí puede crecer. Me recojo en mí mismo y mi corazón llena el mundo. Y ahora que tengo una base sólida, mi corazón vuelve a mí. Y así, mi sexualidad puede llenar el mundo, mi mente puede llenar el mundo, mi fuerza puede llenar el mundo. Eso quiere decir que puedo hacer de la sensación de mi cuerpo lo que quiera, ¿entendido? Lo que tú quieras.
Esto yo lo he aplicado, por ejemplo, al masaje iniciático. Si se puede abrir un corazón, ¿por qué no abrirlo con la mano? Entonces hago concentrar el cuerpo, y después se comienza a abrir. Y la gente empieza a llorar. Porque han vivido en un espacio limitado.
Iluminaos
Como puede verse, la sensación se puede cambiar. La idea de vivir en una prisión es superable. Por eso mismo puedo tomar lo que quiera de mí, y puedo alejar de mí todo lo que es pesado. Y todo lo que no está claro, yo no lo admito. Ahora proyectad una parte de vosotros. Hay que proyectar solamente un trozo del cuerpo y alejar de nosotros las pulgas depresivas. Cuando sintamos que no podemos más, haremos como los boxeadores: «¡No estoy vencido!». Como un perro, expulso de mí las pulgas, expulso todo lo que me frena y haré lo que tenga que hacer, así de simple. Puesto que son los guardianes quienes nos fastidian, debemos expulsarlos. Y seguimos. Hay que crecer como una esfera, volver a nuestro estado, y después, cuando se siente uno sólido -porque este estado da una sensación de gran solidez-, darle salida a cualquier parte del cuerpo. ¡Sin límites! Tu cuerpo, tu corazón, tus intestinos, lo que quieras. Fortalece lo que tú quieras.
Ahora vais a iluminaros al instante, vais a sentir ser un buda, vais a saber lo que es. Eso os servirá. No hay que deprimirse pensando que lo estáis haciendo mal. Se empieza por hacerlo y se hace lo que se puede. Tomo en una mano la fuerza, la energía, y comienzo a acumular toda la energía del universo. Es el universo completo el que viene a mí… La energía va a llegar, y mi energía va a llegar… ¡Ya está! Eso es la fuerza. Es dejarse ir. Una vez que haces este ejercicio, puedes acumular la fuerza en tus manos y comunicarla a quien quieras, a tu obra, a ti mismo. Hay que imaginar que se tiene, hay que imaginarla aquí, crearla aquí. Masculino, femenino, derecha, izquierda, colaborar juntos, padre, madre, las dos manos… ¡como una plegaria! ¡Dios mío, ayúdame! Estoy así, rezando, y cuando estoy así la energía cósmica viene realmente, se expande. Yo la creo. Soy creador de mi energía. En eso consiste la creatividad.
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