Si la vida que nos rodea y el mundo que habitamos son una construcción mental, ¿por qué no podemos salir de ella a voluntad, cuando lo necesitemos, para marcar distancia y hacer un alto en el camino?
Sí que podemos salir de ella a voluntad, pero nos exige valentía y un esfuerzo de nuestra parte. La meditación es una de las vías posibles.
¿Hasta qué punto nuestra libertad consiste en saber y asumir que nuestro destino ya está escrito?
No puedo decir que el futuro esté escrito. Mis leyes me dicen que cuando me preguntas por un futuro posible, ya estás mostrando tus límites, al pensar que hay un solo futuro posible. Si yo abro mi mente a este tema, y acepto que hay un futuro, debo reconocer que hay infinitos futuros posibles y que voy eligiendo porque a cada momento se abre ante mí una posibilidad diferente. Construyo mi futuro con mis pasos.
No ve entonces nuestro destino de un modo lineal ni espacial…
No, lo veo como un abanico o una estructura de posibles futuros. Es decir, podemos construir nuestro destino, pero no crearnos un destino. Hay diez mil caminos y todos dictaminados. Puedo ir por uno de los diez mil caminos, pero no puedo inventar el diez mil uno.
¿En qué consiste entonces la libertad?
La libertad interior consiste en poder elegir libremente uno de los diez mil caminos, a lo que hemos llamamos libre albedrío. Y si tienes un destino porque proyectas el árbol genealógico en el futuro, entonces el futuro tiende a repetir el pasado y es de eso de lo que tenemos que liberarnos. Tenemos que hacer futuros distintos del pasado e ir buscando para llegar a ser uno mismo.
Sus ideas podrían definirse como mutacionistas. ¿Somos mutantes?
Todos lo somos. Hay muchas cosas que no comprendemos porque nuestro cuerpo se está desarrollando. Hace poco conversé con un médico que me decía que la glándula pineal era una glándula atrofiada. Le respondí que el ser humano es un animal en evolución que no puede tener nada atrofiado en él. La glándula pineal podría ser, por qué no, la semilla de un órgano que se va a desarrollar y convertir en el cuarto cerebro. Cambió su visión científica a pocas horas de una conferencia que iba a pronunciar en Los Ángeles. Lo que le expliqué es que no hay nada atrofiado, que podría decirse exactamente lo contrario, y me parecería más lógico. Estamos desarrollando algo nuevo desde esa glándula, hay cosas que aún no comprendemos porque somos como chimpancés…
¿Qué sentido tiene que no podamos entender algo que estamos destinados a descubrir?
No podemos imaginar lo eterno. No podemos concebirlo, y si no podemos comprender el universo, somos ignorantes y limitados. Tú me preguntas por el sentido de todo esto, pero seguramente serán nuestros descendientes quienes puedan comprenderlo. Nosotros estamos aquí para producir un descendiente que usará el mismo cerebro que ya tenemos pero más desarrollado. Si el cerebro reptiliano evolucionó hasta nuestros tres cerebros humanos, creo sinceramente que estamos creando el cuarto cerebro, que no tiene por qué ser material.
En el Medievo lo intuyeron y lo pintaron en forma de halo porque así lo veían, como un círculo dorado alrededor de la cabeza. ¿Qué explicación tiene que pintaran un halo? ¿Por qué se inventaron el halo? Pues porque el halo es real.
¿Qué consejo daría a un buscador de conocimiento, a alguien que se buscara a sí mismo?
Yo empecé meditando. Pero antes busqué personas que tuvieran un nivel de conciencia más elevado que el mío, aunque no fui para rendirles pleitesía ni con vocación de discípulo. Me puse en contacto con gente que consideraba interesante. El error que cometí fue hacerme amigo de algún maestro, porque ya no aceptas ni el intercambio ni la enseñanza. Con la amistad se desequilibran los niveles de conciencia entre dos personas. Pero conociendo a todas estas personas mi nivel de conciencia aumentó y aprendí mucho, hasta que llegué a donde consideré válido. Cuando llegas a un nivel que estimas importante, ya puedes y debes entregarte a los demás para que aprendan contigo.
De todas sus experiencias de conocimiento: psicoanálisis, chamanismo, toma de sustancias, meditación…, ¿con cuál se quedaría?
El ejercicio más rotundo al que me he dedicado durante años es a detener el pensamiento. Conseguir que en mi cerebro no entre ni una sola palabra. Una vez que lo consigo, me quito de la cabeza hasta el pensamiento que me dice que fui capaz de detener las palabras. Eso ha sido lo más difícil.
También practicar meditación fue para mí muy importante, aunque mi camino ha tenido más que ver con la creación artística.
¿Desaconseja las vías racionales como la filosofía o el estudio de la ciencia?
No lo desaconsejo, creo que todos esos caminos son también buenos. La filosofía me hizo plantearme preguntas que luego tuve que resolver por medio de otras disciplinas.
Los altos niveles de conciencia ¿se encuentran en las personas o en los grupos?
Es difícil pertenecer a un grupo porque los grupos constituidos crean dependencias. Si habláramos con el sentido común que nos caracteriza, deberíamos hablar del gran grupo de la humanidad, la humanidad entera. Afortunadamente, hace tiempo que dejé de seleccionar gente, y todos los miércoles me encuentro en el café con aquellos que quieren venir a que les lea el tarot. A partir de una edad tienes que hacerte útil a los demás. Cuando has vivido y la vida te ha dado una experiencia, sea buena o mala, llega un momento en que debes transmitir lo que sabes.
En lugar de convertirte en un viejo tonto, debes ir cada vez más lejos. Ni existe el envejecimiento ni existe la decadencia mental. La memoria puede tener menos capacidad para encontrar una palabra, o quizá puedas sentir menos deseo sexual, menos virulencia, pero el deseo no tiene por qué haber desaparecido. Si a lo largo de tu vida has trabajado las emociones, cuando maduras empiezas a conocer sentimientos sublimes, que no tuviste cuando eras joven porque la naturaleza no te lo permitía. Hasta los 40 años tienes que encontrarte. La verdadera apertura de la conciencia no se puede hacer antes de esa edad. A partir de ahí, empieza el camino.
Usted señala que la contemplación es la técnica que perfecciona todas las cosas. ¿Qué entiende por contemplación?
En la meditación, te inmovilizas y dedicas tu atención a lo que sucede en tu interior, como si estuvieras sentado al borde de un río viendo pasar las cosas. Y la contemplación es lo mismo pero nadando en ese río. Es decir, estás viendo lo que te sucede pero estás de pleno en la vida, actuando.
¿Qué significa «estar poseído por el espíritu del maestro»?
Nuestro cerebro, que es amplio e infinito, de la misma manera que produce nuestra personalidad puede producir otras. Es decir, aprendemos a construirnos una personalidad, los esquizofrénicos pueden tener treinta personalidades, e incluso más. Cuando vas a ver a un maestro, ves otro ser humano que tiene un nivel de conciencia más alto que el tuyo. ¿Qué ocurre? Que persigues ese nivel de conciencia, tu cerebro lo persigue. Entonces tu cerebro capta ese nivel y lo reproduce en tu persona, pero, como es la primera vez que lo ves, lo identificas con su persona, con su ego, con su carácter… Y el cerebro, en lugar de actuar como si tuviera tu forma, te da la forma del otro, te hace sentir que tienes el cuerpo del otro, la personalidad del otro, la aparente individualidad del otro.
Esto produce una imitación, y creo que a eso te refieres con la expresión «estar poseído por el espíritu del maestro». No es que el maestro esté en ti sino que hay una imitación de un nivel de conciencia que estás considerando superior al tuyo.
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