• Пожаловаться

Rosa Montero: Bella y oscura

Здесь есть возможность читать онлайн «Rosa Montero: Bella y oscura» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Современная проза / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Rosa Montero Bella y oscura

Bella y oscura: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Bella y oscura»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Bella y oscura es el relato alegórico de lo que poseemos sin haber conquistado: la sabiduría de la infancia. Es la evocación de un tiempo pasado, solitario, fermento necesario de la libertad esperada. Es la belleza que la fantasía extrae de la crueldad y de los inocentes olvidados de la niñez.

Rosa Montero: другие книги автора


Кто написал Bella y oscura? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Bella y oscura — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Bella y oscura», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

En realidad siempre iba al cementerio. Lo sé porque muchas veces me llevó con ella. Llevaba el bastón en la mano izquierda y con la derecha me agarraba del cuello, y era como tener un buitre aferrado a la espalda. Nos miraban mucho. Nos miraban en el Barrio, donde éramos famosos desde que nos habíamos quedado con la pensión. Pero nos miraban aún más en la ciudad, a la que llegábamos en autobús. Sé que mi abuela vestía de un modo raro; pero entonces me parecía una reina, y en los ojos de los demás creía ver miedo y a lo mejor envidia, nunca compasión, curiosidad o desprecio.

Íbamos a un cementerio antiguo y muy pequeño que, con el crecimiento de la ciudad, se había quedado casi en el centro. Era un sitio agradable, sobre todo cuando había sol y los árboles dibujaban en la arena del suelo un tembloroso rompecabezas de luces y de sombras. En esos días la abuela parecía rejuvenecer en cuanto entrábamos por las verjas de hierro. Atrás quedaba el ruido de los coches y el cementerio era una burbuja de silencio fresco y vegetal que olía a tierra regada. Abría la enorme boca doña Bárbara y respiraba ruidosa y golosamente el aire, como si se lo quisiera tragar todo de un golpe. Y a veces se reía, yo no sabía por qué.

Me hacía leer las lápidas y fijarme en las fechas. Luego me estrujaba el cuello y decía cosas raras:

– ¡Mira! «En memoria de mi querida esposa, Matilde Morales Pérez, 1847-1901…» Míralo bien… Todos están muertos, todos, menos tú y yo… No lo olvides nunca, no te olvides jamás de que estás viviendo. Entre el mar de tinieblas del tiempo que fue y el interminable mar del tiempo que vendrá, tú estas viviendo ahora, justo ahora, una chispa de luz y de casualidad entre la nada. Un privilegio. La verdad es que no sé por qué viven los idiotas. Y los miserables. Por qué tanto derroche de vida con la gente. Con todas esas personas que ni siquiera saben que están vivos. Cuando yo podría hacer tan buen uso de todos esos años que otros malgastan. No es racional, no es justo ni económico. Si hay alguien ahí arriba, lo ha hecho todo muy mal.

Y soltaba una risotada y seguíamos paseando entre las tumbas, hasta que el sol caía y los árboles empezaban a sisear ese amenazador lamento que los árboles cantan por la noche; y entonces venía el guarda a decirnos que cerraba y yo conseguía al fin arrancar a la abuela del cementerio. Doña Bárbara nunca sabía marcharse de los sitios que le gustaban.

Era de regreso a casa cuando solía hacerse con los gatos. Cogía a los animales callejeros más salvajes y fieros por el cogote, y éstos se dejaban hacer con una mansedumbre inexplicable. Aunque puede que ya se hubiera corrido la voz entre los felinos del Barrio sobre el buen trato que doña Bárbara les dispensaba, porque en ocasiones incluso parecía que los gatos nos saliesen al encuentro. Bautizaba entonces la abuela a cada animal con el nombre de un muerto, Matilde Morales Pérez, Lucy Annabel Plympton, Rodrigo Ruiz Roel, nombres que había recogido por la tarde en el cementerio, sacados de las borrosas lápidas. Doña Bárbara tenía muy buena memoria y siempre llamaba a cada gato por el nombre adecuado. Y así, cuando entraba en el cuarto a darles la comida y cambiarles el agua, hablaba siempre un ratito con ellos, con los que hubiera, porque, como entraban y salían, la población variaba; y se dirigía a los animales por su nombre con todo respeto, como si se tratara de personas. Y algunos es verdad que parecían humanos: Lucy Annabel, una gatita linda e inocente; Rodrigo, un gato gruñón y acatarrado; Matilde, una gata matrona de caderas rotundas.

Si cuento todo esto es porque en el cuarto de los gatos sucedió algo inquietante. Fue al día siguiente de nuestro incidente con el Buga y yo me había pasado toda la mañana recorriendo el Barrio para ver si encontraba a mi padre; es decir al misterioso hombre aquel que me buscaba. Pero no le encontré, y me sentía tan triste que entré en el cuarto de los gatos. A menudo lo hacía: me escurría dentro sin que me vieran, porque allí no aparecía nunca nadie, salvo la abuela por las mañanas; y, una vez superado el primer sofoco del olor, al que te acostumbrabas en unos minutos, allí me sentía segura y acompañada.

Aquella tarde debí de dormirme, porque me sobresaltaron unas voces y cuando abrí los ojos el cuarto estaba a oscuras. Enseguida comprendí que había alguien en la habitación contigua, que era la del sofá, la que Segundo usaba como sala. Una puerta de madera rematada por un montante unía ambos cuartos, y por el ventanuco se colaban la luz y la voz de un hombre.

– Te digo que vamos a tener problemas: te está buscando y estoy seguro de que lo sabe todo.

– Jero ¿qué cojones es todo? No te pases de listo, Portugués… -era la enfurecida voz de Segundo.

– Tú sabes a lo que me refiero… Y yo también lo sé. Y no me estoy pasando de listo… por ahora.

– No me amenaces, Portugués, no me amenaces… Al otro lado de la puerta hubo un pequeño y tenso silencio.

– Está bien. No discutamos. Somos socios, ¿no? -dijo el llamado Portugués en tono conciliador.

Más silencio. -Te digo que el tipo es un peligro. Viene de dentro. -¿De dentro? ¿Quién te lo ha dicho?

– Lo sé. Y seguro que lo envía Máximo.

Agucé la oreja al oír el nombre de mi padre. Así que el recién llegado no era él, pero si un enviado suyo. Y Segundo parecía tenerle miedo.

– Máximo tampoco sabe nada -dijo Segundo con voz dubitativa.

– Sabe que tienes el dinero.

Se escuchó un arrastrar de sillas, un golpe seco, un repentino jadeo, la voz susurrante y crispada de Segundo:

– No vuelvas a repetir eso… No vuelvas ni a pensarlo, ¿oíste, Portugués? Como vuelvas a decirlo te degüello…

Nuevamente el silencio, interrumpido tan sólo por unos pequeños resoplidos.

Al rato, Segundo tomó de nuevo la palabra en un tono más tranquilo:

– El dinero se quemó en el incendio. -Sí… en el incendio. -Fue una desgracia. -La hostia con la desgracia… -gruñó el Portugués.

– Y si la mujer de mi hermano murió, yo no tengo la culpa.

Entonces mi padre había estado casado, pensé con sorpresa; y fue una noticia que me molestó. Pero inmediatamente pareció descorrerse una gruesa cortina dentro de mi cabeza y el cuarto entero se iluminó con mi descubrimiento: esa mujer de la que hablaban, la muerta en el incendio, tenía que ser mi madre. Sentí en el rostro un golpe de calor, el aliento crepitante y goloso de las llamas. Me temblaron las piernas y caí al suelo. Tiré una silla y debí de hacer considerable ruido.

– ¿Qué ha sido eso? -se sobresaltó el Portugués. -Nada. La mierda de los gatos.

Escuché unos pasos y la puerta se abrió; un triángulo de cegadora luz corrió por el suelo hasta alcanzarme. Permanecí quieta donde estaba, aún sentada sobre las baldosas, aterrada y confusa, mientras el Portugués me contemplaba fríamente. Era el tipo de la boca cortada que había visto en el pasillo noches antes.

– Tenías razón… Eran los gatos -dijo al fin el hombre sin dejar de mirarme.

– ¿Lo ves? -se escuchó la voz de Segundo desde la habitación-. Lo peor que tienes es que no me crees. Así no te van a ir bien las cosas en la vida, Portugués…

– Sí te creo. El dinero se ha quemado en el incendio. ¿Ves? Te creo.

Y antes de cerrar la puerta sonrió, y su diente de oro relampagueó entre la carne rota de su boca.

Todo cambió cuando al fin llegó Airelai. Primero llegaron sus baúles, muchísimos, pesados, con remaches de hierro en las esquinas y gruesas correas de cuero cubriendo los cierres. Los trajeron un par de hombres en un camión de una compañía de mudanzas, lo cual fue un auténtico acontecimiento en el Barrio, donde nadie que se trasladara usaba ese tipo de compañías porque eran demasiado caras. Ya digo que nosotros debíamos de ser ricos.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Bella y oscura»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Bella y oscura» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
libcat.ru: книга без обложки
Rosa Montero
Jilly Cooper: Bella
Bella
Jilly Cooper
Robert Silverberg: Hacia la estrella oscura
Hacia la estrella oscura
Robert Silverberg
Bella Jewel: Angels In Leather
Angels In Leather
Bella Jewel
Владимир Жаботинский: Ницца la Bella
Ницца la Bella
Владимир Жаботинский
Отзывы о книге «Bella y oscura»

Обсуждение, отзывы о книге «Bella y oscura» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.