Juan Saer - La Pesquisa

Здесь есть возможность читать онлайн «Juan Saer - La Pesquisa» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Pesquisa: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Pesquisa»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Relato fascinante, aguda reflexión sobre la racionalidad, el crimen y la locura, La pesquisa es la gran novela policial de Juan José Saer. Pichón Garay, el conocido personaje de otros libros de Saer, narra durante una cena con amigos en su región natal, el misterioso caso de un hombre que en París se dedica a asesinar ancianas y que es perseguido implacablemente por la policía. La historia se entrelaza con el descubrimiento de un enigmático manuscrito, cuya búsqueda desemboca en un largo viaje en lancha por un río sin orillas. Lúcidamente, Saer le hace un guiño a sus lectores cuando pone en boca del narrador aquello que es la premisa básica de su escritura:?…por el solo hecho de existir, todo relato es verídico…?.

La Pesquisa — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Pesquisa», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Por deformación profesional, los policías tienden tal vez a creer demasiado en la simulación, y los psiquiatras demasiado en la demencia. Una tercera explicación, como todo lo que no tiene nombre, les parece inaceptable. De modo que al poco tiempo se estableció con certeza que El monstruo de la Bastilla como lo llamaban era como se dice un esquizofrénico. Con la ayuda de Caroline e incluso de Lautret, puesto que al propio Morvan, que sin embargo se prestaba con docilidad a todas clases de test escritos, no lograron sacarle una palabra, los psiquiatras pudieron reconstituir su historia clínica y explicar las razones de su comportamiento. Caroline contó en detalle la vida en común que habían llevado durante años. Según ella, Morvan era un hombre generoso y solícito, pero taciturno y distante. Ese tipo de ataque sonambúlico lo había tenido en forma espaciada en los últimos años y, poco antes de la separación los trances se habían vuelto más frecuentes. Pero como en general le daban durante el sueño, ella había pensado que se trataba de sonambulismo ordinario. Una sola vez lo había visto levantarse, vestirse, y salir a la calle en ese estado. Como había oído decir que para un sonámbulo puede resultar peligroso ser despertado brutalmente, lo había seguido por la calle durante una buena media hora. Morvan caminaba un poco más rígido que de costumbre, pero se comportaba como una persona normal. Después había vuelto a la casa, había abierto la puerta cerrada con llave, se había desvestido, y se había vuelto a meter en la cama. Según Caroline, al día siguiente no se acordaba de nada, pero le había contado un sueño extraño, hablándole de un paseo por una ciudad desconocida y al mismo tiempo familiar. Los psiquiatras le dijeron que, en ciertos tipos de esquizofrenia, se produce un desdoblamiento total de la personalidad, y los actos que el sujeto realiza durante el período de desdoblamiento no llegan nunca a su conciencia, enteramente ocupada por una ensoñación delirante que oculta las representaciones de origen empírico. Según los psiquiatras, era muy posible que, debido a una fuerte presión de sus sentimientos de culpabilidad, desde el momento mismo en que el impulso de matar le venía, la ensoñación delirante, semejante a la falta de conciencia de un sonámbulo que mientras duerme actúa simultáneamente y sin cometer errores en el campo empírico, se instalaba en su conciencia por el tiempo que duraban sus actos, de modo que ni antes, ni durante, ni después Morvan estaba al tanto de los crímenes que cometía. Gracias a su historia familiar, a los psiquiatras les fue relativamente fácil explicar la causa de esos crímenes. Abandonado por su madre después del parto, Morvan fue una criatura más bien triste, y por grande que fuese, el apoyo afectivo de su padre no resultó suficiente para consolidar su equilibrio: adquirió una personalidad ligeramente disociada, con un gran sentido de la responsabilidad, debido tal vez a un complejo de culpa por la desaparición de la madre que, según la primera versión del padre, que Morvan escuchaba con frecuencia durante la infancia, había muerto durante el parto, es decir a causa de su nacimiento. Morvan debía haber desconfiado instintivamente de la versión del padre, y su inclinación a resolver enigmas criminales podía provenir de la certeza inconsciente de que había elementos misteriosos en su propia infancia. Como prueba de su personalidad disociada, los psiquiatras dieron la confidencia de Caroline, según la cual la vida sexual de Morvan era más bien pobre y convencional. A medida que pasaban los años, las investigaciones criminales fueron ocupando exclusivamente su interés, y como no ignoraba sus propias carencias, él mismo había decidido separarse para devolverle la libertad a Caroline.

Esa separación desencadenó, según los psiquiatras, la catástrofe. Al enterarse, el padre de Morvan, que había guardado el secreto durante más de cuarenta años, pensó que era el peso de ese secreto lo que estaba destruyendo la vida de su hijo, respecto del cual se había sentido una carga, no sólo en los últimos años, sino desde siempre, por no haber sido capaz de retener a su mujer. También él se sentía culpable, y la historia se repetía, de modo que decidió, antes de suicidarse, decirle la verdad. De vuelta del asilo, Morvan le había contado la historia a Caroline diciéndole que, después de los cuarenta años transcurridos, la actitud de su madre le resultaba indiferente. Según los psiquiatras, esa indiferencia aparente era un modo de luchar contra los instintos agresivos que siempre habían estado latentes en él, como lo probaban su conducta sexual y su separación, pero que ahora empezaban a reactivarse. El suicidio del padre desencadenó su odio hacia todo lo femenino.

Veintinueve ancianas inocentes, según el término empleado por los psiquiatras, quienes, una vez que han probado su capacidad de emplear el vocabulario de la profesión, al que ellos llaman científico, se autorizan siempre algunas licencias oratorias, veintinueve ancianas inocentes fueron sus víctimas sustitutivas. En cada una de ellas, Morvan veía a la madre que lo había abandonado. Con mucha perspicacia, los psiquiatras hicieron notar en su informe que todas las viejecitas tenían alrededor de setenta y cinco años, que hubiese sido la edad aproximada de la madre de Morvan si todavía viviese. Un ceremonial riguroso y desde luego simbólico presidía como se dice los asesinatos. Morvan debía presentarse a las viejecitas creyendo sinceramente que, en tanto que jefe del despacho especial, su única preocupación era protegerlas. Una etapa de seducción mutua se establecía, según los psiquiatras, entre él y las viejecitas. Siempre según los psiquiatras, había un aspecto erótico evidente en esas relaciones, aunque ni Morvan ni las viejecitas se diesen la mayor parte del tiempo realmente cuenta. Morvan las convencía de mantener en secreto sus relaciones para no alertar al asesino, dándoles la ilusión de colaborar con la investigación policial. Y si las viejecitas caían con tanta facilidad en la trampa, era gracias a la autoridad oficial de Morvan, que las hacía sentirse protegidas, y al hecho de que se trataba de un hombre en la plenitud de su vigor físico, lo que despertaba en ellas, a través de esa intimidad protectora, sensaciones olvidadas desde hacía mucho tiempo. En algunos casos, habían incluso cedido voluntariamente, en un brusco rejuvenecimiento, al comercio sexual, antes de que la ceremonia propiamente dicha, y de la que se sentían al abrigo por estar justamente en compañía de Morvan, tuviese lugar. Esa ceremonia en apariencia tan cruel tenía su lógica, según los psiquiatras, y vista con los ojos de la ciencia, según ellos, presentaba mucho más sentido de lo que parecía: ellos interpretan todo en su informe como resultado de una relación amor-odio con la imagen de la madre. Las torturas por ejemplo no eran practicadas por puro sadismo, sino con el fin de verificar si ese cuerpo exterior al suyo, del cual él había sido expulsado, era sensible al dolor igual que su propio cuerpo, y las diferentes mutilaciones, decapitación, descuartizamiento, aberturas toráxicas o abdominales, así como también la costumbre de hurgar, separar las vísceras, los ojos, la lengua, las orejas, etc., un intento por desentrañar -ignoro si la palabra fue elegida a propósito por los que redactaron el informe- el supuesto misterio del cuerpo materno, y también quizás las razones por las que ese cuerpo, desaparecido sin dejar rastro en el instante mismo en que él había entrado en la luz de este mundo, según los psiquiatras, se había dejado fecundar para engendrarlo, alimentarlo, mantenerlo tibio y protegido durante nueve meses, y después dejarlo caer, inacabado y sangriento, abandonándolo definitivamente. Las violaciones pre y post mortem eran también, según los psiquiatras, un síntoma de ambivalencia, que demostraba el deseo sexual hacia su madre, y en una nota al pie de página, en un tono extracientífico, de tipo aforístico-filosófico más bien, el informe hacía notar que ese amor instintivo y demencial por la madre que lo había abandonado, de igual modo que la confianza y la atracción erótica de las viejecitas por su verdugo demostrarían que, más allá de lo que decía Oscar Wilde, que el informe cita con nombre y apellido, los seres humanos no solamente destruyen lo que aman, sino que sobre todo aman lo que los destruye. De no haberlo sorprendido el comisario Lautret y los otros policías del despacho especial, Morvan hubiese podido proseguir al infinito su serie de crímenes, con la misma regularidad e incluso de un modo más acelerado, hasta varias veces por día, según la urgencia de sus pulsiones, y los psiquiatras en el informe comparaban la demencia de Morvan a un artefacto mecánico construido para efectuar un solo movimiento y condenado a repetirlo una y otra vez hasta que el desgaste del material y la avería definitiva del mecanismo se lo impidiese, sin la más remota posibilidad de salirse de ese esquema. Puesto que no había conciencia del acto, no podía haber ni modificación ni abandono ni arrepentimiento. Mientras su brazo tuviese la fuerza de elevarse y caer blandiendo el cuchillo, según los psiquiatras, lo haría indefinidamente en presencia de una viejecita, sin vacilación y sin remordimientos. Por eso, aunque dictaminaron en forma unánime la irresponsabilidad penal, recomendaron con vehemencia a la justicia la internación de Morvan en un manicomio, en una celda individual pero, y a pesar de su mansedumbre aparente, en el pabellón de locos furiosos. Los psiquiatras parecían considerar a Morvan como uno de esos objetos a los que, por ignorar su contenido, su mecanismo y su uso, se considera peligrosos, y por las dudas, se prefiere mantener aislados.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Pesquisa»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Pesquisa» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Juan Saer - The Clouds
Juan Saer
Juan Saer - The One Before
Juan Saer
Juan Saer - Lo Imborrable
Juan Saer
Juan Saer - Palo y hueso
Juan Saer
Juan Saer - Las nubes
Juan Saer
Juan Saer - Responso
Juan Saer
Juan Saer - Glosa
Juan Saer
Juan Saer - Cicatrices
Juan Saer
Juan Saer - El entenado
Juan Saer
Juan Ignacio Pozo Municio - ¡La educación está desnuda!
Juan Ignacio Pozo Municio
Отзывы о книге «La Pesquisa»

Обсуждение, отзывы о книге «La Pesquisa» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x