Jung Chang - Cisnes Salvajes

Здесь есть возможность читать онлайн «Jung Chang - Cisnes Salvajes» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Cisnes Salvajes: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Cisnes Salvajes»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Una abuela, una madre, una hija. A lo largo de esta saga, tan verídica como espeluznante, tres mujeres luchan por sobrevivir en una China sometida a guerras, invasiones y revoluciones. La abuela de la autora nació en 1909, época en la que China era aún una sociedad feudal. Sus pies permanecieron vendados desde niña, y a los quince años de edad se convirtió en concubina de uno de los numerosos señores de la guerra.

Cisnes Salvajes — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Cisnes Salvajes», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Tras escuchar mutuamente el sincero relato de sus vidas, mi padre dijo que iba a escribir al Comité del Partido para la Ciudad de Jinzhou solicitando permiso para «hablar de amor» {tan-lian-ai) con mi madre, con vistas a un futuro matrimonio. Tal era el procedimiento obligatorio. Mi madre supuso que debía de ser similar al permiso que se solicita del cabeza de familia, y de hecho eso era exactamente: el Partido Comunista era el nuevo patriarca. Aquella noche, después de su conversación, mi madre recibió el primer regalo de mi padre, una novela romántica rusa titulada Es simplemente amor.

Al día siguiente, mi madre escribió a casa para contar que había conocido un hombre que le gustaba mucho. La reacción inmediata de su madre y del doctor Xia no fue de entusiasmo sino de inquietud, ya que mi padre era funcionario, y los funcionarios siempre habían sido mal vistos entre los chinos corrientes. Aparte de otros vicios, su poder arbitrario hacía que no se les supusiera capaces de tratar a las mujeres dignamente. La presunción inmediata de mi abuela fue que mi padre ya estaba casado y quería a mi madre como concubina. Después de todo, ya había superado con mucho la edad masculina habitual en Manchuria para el matrimonio.

Transcurrido aproximadamente un mes, se juzgó que el grupo de Harbin podía retornar sin peligro a Jinzhou. El Partido dijo a mi padre que tenía permiso para «hablar de amor» con mi madre. Otros dos hombres habían solicitado la misma autorización, pero llegaron demasiado tarde. Uno de ellos era Liang, su antiguo control en la clandestinidad. Despechado, pidió ser trasladado de Jinzhou. Ni él ni el otro hombre habían dicho lo más mínimo a mi madre sobre sus intenciones.

Cuando mi padre regresó, le comunicaron que había sido nombrado jefe del Departamento de Asuntos Públicos de Jinzhou. Pocos días después, mi madre le llevó a conocer a su familia. Tan pronto como traspasó el umbral de la puerta, mi abuela le hizo el vacío, y cuando él intentó saludarla, se negó a responderle. Mi padre mostraba un aspecto oscuro y terriblemente demacrado como resultado de las penurias que había sufrido durante su época de guerrillero, y mi abuela estaba convencida de que debía de tener bastante más de cuarenta años y que, por ello, era imposible que no se hubiera casado anteriormente. El doctor Xia le trató cortésmente, pero con distante formalidad.

Mi padre no se quedó mucho rato. Cuando partió, mi abuela se deshizo en lágrimas. Ningún funcionario podía ser bueno, gritaba. Pero el doctor Xia había comprendido ya a través de la entrevista con mi padre y de las explicaciones de mi madre que los comunistas ejercían un control tan estrecho sobre sus miembros que un funcionario como mi padre no tendría posibilidad alguna de engañarles. Mi abuela se tranquilizó, pero sólo en parte: «Pero es de Sichuan. ¿Qué pueden saber de él los comunistas si procede de tan lejos?»

Se mantuvo firme en sus dudas y sus críticas, pero el resto de la familia se puso de parte de mi padre. El doctor Xia se llevaba muy bien con él, y ambos solían charlar durante horas. Yu-lin y su esposa también le apreciaban mucho. La mujer de Yu-lin provenía de una familia muy pobre. Su madre había sido obligada a contraer un matrimonio no deseado después de que su abuelo se la jugara a las cartas y perdiera. Su hermano había sido capturado en una redada de los japoneses y había sido condenado a realizar tres años de trabajos forzados que terminaron destruyéndole físicamente.

Desde el día en que contrajo matrimonio con Yu-lin había tenido que levantarse todos los días a las tres de la madrugada para preparar los distintos platos que exigía la complicada tradición manchú. Mi abuela dirigía la casa y, aunque en teoría eran miembros de la misma generación, la esposa de Yu-lin se sentía inferior debido a que tanto ella como su marido dependían de los Xia. Mi padre había sido la primera persona que se había esforzado por tratarla de igual a igual -lo que en China constituía una considerable ruptura con el pasado- y a menudo había regalado a la pareja entradas para el cine, entretenimiento que ambos adoraban. Era el primer funcionario que habían conocido que no se daba importancia, y la esposa de Yu-lin se hallaba convencida de que los comunistas traerían consigo importantes mejoras.

Menos de dos meses después de regresar de Harbin, mi madre y mi padre presentaron su solicitud. El matrimonio había sido tradicionalmente un contrato entre familias, y nunca había habido registros civiles ni certificados de boda. Ahora, para todos aquellos que «se habían unido a la Revolución», el Partido actuaba como cabeza de familia. Sus criterios se definían por medio de la fórmula «28-7-regimiento-l», lo que significaba que el hombre había de tener por lo menos veintiocho años de edad, haber sido miembro del Partido durante al menos siete años y poseer un rango equivalente al de jefe de regimiento. El «1» se refería al único requisito que debía poseer la mujer, esto es, haber trabajado para el Partido durante un período mínimo de un año. De acuerdo con el sistema chino de estimación de edad, según el cual se tiene un año en el momento de nacer, mi padre tenía veintiocho años; había sido miembro del Partido durante más de diez años y ocupaba una posición equivalente a la de jefe adjunto de división. Mi madre, por su parte, aunque no era miembro del Partido, logró que su labor en la clandestinidad se aceptara como equivalente al «1»; además, desde su regreso de Harbin había estado trabajando con dedicación absoluta para una organización llamada Federación de Mujeres que estaba encargada de los asuntos femeninos: a través de ella se supervisaban la liberación de las concubinas y el cierre de los burdeles y se movilizaba a las mujeres para que fabricaran calzado para el Ejército; asimismo, se organizaban su educación y su empleo, se les informaba de sus derechos y se aseguraba que no hubieran de contraer matrimonio en contra de sus deseos.

La Federación de Mujeres constituía ahora la «unidad de trabajo» -o danwei- de mi madre, una institución sometida por entero al control del Partido y a la que todas las ciudadanas de las zonas urbanas habían de pertenecer. En ella, al igual que en un ejército, se regulaban prácticamente todos los aspectos de la vida de las empleadas. Mi madre se suponía obligada a vivir en las instalaciones de la Federación y a obtener de ella autorización para contraer matrimonio. En el caso de mi padre, funcionario de rango, la Federación lo dejaba en manos del Comité del Partido para la Ciudad de Jinzhou. Dicho comité se apresuró a otorgar su consentimiento escrito, pero el rango de mi padre exigía asimismo la autorización del Comité Provincial del Partido para el Oeste de Liao-ning. Dando por sentado que no habría ningún problema, mis padres fijaron fecha para la boda el 4 de mayo, decimoctavo cumpleaños de la novia.

Al llegar el día indicado, mi madre recogió su colchoneta y su ropa y se dispuso a trasladarse a los apartamentos de mi padre. Vestía su túnica blanca favorita y una bufanda blanca de seda. Mi abuela estaba horrorizada. Resultaba del todo inusitado que una novia fuera caminando hasta la casa del novio. El hombre tenía que enviarle una silla de manos. El hecho de trasladarse a pie constituía un símbolo de que la mujer no tenía valor alguno para el hombre y que éste no la deseaba en realidad. «¿A quién le preocupan hoy esas tonterías?», dijo mi madre mientras ataba su colchoneta. Pero mi abuela se mostró aún más espantada ante la idea de que su hija no fuera a gozar de una magnífica boda tradicional. Desde el momento en que las niñas nacían, las madres comenzaban a guardar cosas para su ajuar. De acuerdo con la costumbre, el de mi madre incluía una docena de edredones forrados de satén, almohadones con patos mandarines bordados a mano, cortinas y un dosel decorado con el que cubrir una cama de cuatro columnas. Mi madre, sin embargo, consideraba las ceremonias tradicionales actos anticuados e innecesarios. Tanto ella como mi padre preferían evitar tal tipo de rituales, ya que pensaban que nada tenían que ver con sus sentimientos. El amor era lo único que importaba a aquellos dos revolucionarios.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Cisnes Salvajes»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Cisnes Salvajes» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Cisnes Salvajes»

Обсуждение, отзывы о книге «Cisnes Salvajes» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x