Nora Roberts - Sinfonía Inacabada

Здесь есть возможность читать онлайн «Nora Roberts - Sinfonía Inacabada» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Sinfonía Inacabada: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Sinfonía Inacabada»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La joven pianista Vanessa Sexton había vuelto a su ciudad natal tratando de obtener algunas respuestas de su madre, de la que se había separado hacía doce años. Pero en aquel viaje de reencuentro con su pasado también tenía que enfrentarse a Brady Tucker, el único hombre al que había amado y que ya le había roto el corazón en una ocasión. Vanessa creía que aquel enamoramiento era algo que ya no le podría afectar, pero cada vez que veía a Brady sentía unas emociones que no sabía si estaba dispuesta a aceptar…

Sinfonía Inacabada — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Sinfonía Inacabada», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Se dio la vuelta y subió corriendo las escaleras. Estaba delante de la cómoda, quitándose las joyas, cuando Vanessa abrió la puerta.

– Si te he parecido demasiado crítica, te ruego que me disculpes.

Loretta se quitó el collar y lo depositó con brusquedad sobre la cómoda.

– No quiero que te disculpes con tanta cortesía, como si fueras una desconocida, Vanessa. Eres mi hija. Preferiría que me gritaras o que dieras portazos o que te encerraras en tu dormitorio tal y como solías hacerlo entonces.

– Estuve a punto de hacerlo -afirmó Vanessa. Entró en el dormitorio. Se sentía más tranquila y muy avergonzada, por lo que eligió sus palabras con mucho cuidado-. No me disgusta tu relación con el doctor Tucker, pero sí me sorprendió. Lo que te he dicho antes es cierto. No es asunto mío.

– Van…

– No, por favor. Cuando llegué aquí, pensé que nada había cambiado, pero me equivocaba. Me va a resultar muy difícil aceptar ese hecho. Me resulta difícil aceptar que hayas seguido con tu vida tan fácilmente.

– He seguido con mi vida, sí, pero no fácilmente.

De repente, Vanessa la miró con los ojos llenos de pasión.

– ¿Por qué me dejaste marchar?

– No tuve elección. En aquel momento, traté de creer que era lo mejor para ti. Lo que tú deseabas.

– ¿Lo que yo deseaba? -replicó ella, airada-. ¿Me preguntó alguien alguna vez qué era lo que yo deseaba?

– Yo lo intenté. En todas las cartas que te escribí, te supliqué que me dijeras si eras feliz, si querías regresar a casa. Cuando me las devolviste sin abrir, comprendí muy bien tu respuesta.

El rostro de Vanessa palideció súbitamente mientras miraba muy fijamente a Loretta.

– Tú nunca me escribiste.

– Te escribí durante años, con la esperanza de que al menos te apiadaras de mí lo suficiente como para abrir una de mis cartas.

– No hubo ninguna carta -afirmó Vanessa, apretando los puños.

Sin decir ni una palabra, Loretta abrió un pequeño baúl que tenía a los pies de la cama. Sacó una caja y retiró la tapa.

– Las he guardado todas.

Vanessa miró el interior de la caja y vio docenas y docenas de cartas, dirigidas a los hoteles en los que ella se había alojado por toda Europa y los Estados Unidos. Sintió que el estómago se le revolvía, por lo que tuvo que sentarse sobre la cama.

– No las viste nunca, ¿verdad? -murmuró Loretta. Vanessa negó con la cabeza-. Tu padre me negó hasta algo tan insignificante como una carta…

Con un suspiro, Loretta volvió a dejar la caja en el baúl.

– ¿Por qué? -preguntó Vanessa, con la voz desgarrada-. ¿Por qué evitó que viera tus cartas?

– Tal vez pensó que yo interferiría con tu carrera. Se equivocaba -afirmó-.Yo nunca te habría impedido que alcanzaras algo que deseabas y que te merecías tanto. A su modo, te estaba protegiendo a ti y castigándome a mí.

– ¿Por qué?

Loretta se dio la vuelta y se acercó a la ventana.

– Maldita sea, tengo derecho a saberlo -añadió Vanessa, llena de furia. Se levantó y se acercó a la ventana. Entonces, un dolor inesperado le hizo agarrarse con fuerza el estómago.

– Vanessa, ¿qué te pasa? -le preguntó Loretta muy alarmada. Rápidamente la obligó a sentarse en la cama.

– No es nada -susurró ella apretando los dientes para dominar el dolor-. Es sólo un espasmo.

– Voy a llamar a Ham.

– No -le ordenó Vanessa, tras agarrarle el brazo con firmeza-. No necesito ningún médico. Sólo es estrés. Además, me puse de pie demasiado rápido.

– A pesar de todo, no te hará ningún daño que él te examine -insistió Loretta-.Van, estás tan delgada -añadió, tras rodearle los hombros con un brazo.

– He pasado mucho este último año. Mucha tensión. Por eso, he decidido tomarme unos meses de descanso…

– Sí, pero…

– Sé lo que me pasa. Y estoy bien.

Loretta apartó el brazo al notar la frialdad con la que le hablaba Vanessa.

– Muy bien. Ya no eres ninguna niña.

– No, no lo soy. Y me gustaría tener respuestas. ¿Por qué te estaba castigando mi padre?

Loretta se tomó un momento para armarse de valor. Cuando habló, su voz resonó fuerte y tranquila.

– Por haberlo traicionado con otro hombre.

Durante un instante, Vanessa se quedó atónita. Su madre acababa de confesarle que había cometido adulterio.

– ¿Estás diciéndome que tuviste una aventura?

– Sí… Hubo otro hombre…Ya no importa. Mantuve con él una relación de casi un año antes de que os fuerais a Europa.

– Entiendo…

Loretta lanzó una frágil y cortante carcajada.

– Estoy segura de ello, así que no me molestaré ofreciendo excusas o explicaciones. Rompí las promesas que realicé el día que me casé y he estado doce años pagando.

Vanessa levantó la cabeza. No sabía si comprender o condenar a su madre.

– ¿Estabas enamorada de él?

– Lo necesitaba. Hay una gran diferencia.

– No te volviste a casar.

– No. En aquellos momentos lo que los dos queríamos no era casarnos.

– Entonces, sólo fue sexo. Engañaste a tu marido sólo por sexo -replicó ella.

Una miríada de sentimientos se reflejó en el rostro de Loretta antes de que volviera a tranquilizarse.

– Ese es el denominador menos común. Tal vez ahora que eres una mujer me comprenderás, aunque no puedas perdonarme.

– No comprendo nada -le espetó Vanessa. Se puso de pie-. Necesito pensar. Voy a darme un paseo en coche.

Cuando estuvo a solas, Loretta se sentó sobre la cama y dejó de contener las lágrimas.

Vanessa estuvo conduciendo durante horas, recorriendo carreteras que recordaba de su infancia. Algunas de las viejas granjas se habían vendido y se habían parcelado desde entonces. Casas y jardines se extendían por lo que, hacía unos años, habían sido campos de trigo o de avena. Al verlas, experimentó un profundo sentimiento de pérdida, el mismo dolor que sentía cuando pensaba en su familia.

Se preguntó si habría podido entender aquella infidelidad en otra mujer. No estaba segura. Además, no se trataba de otra mujer, sino de su propia madre.

Cuando llegó al sendero que llevaba a la casa de Brady, era muy tarde. No sabía por qué había ido allí, a verlo a él, pero necesitaba que alguien la escuchara.

Tenía las luces encendidas. Oyó que el perro ladraba desde el interior de la casa. Con mucho cuidado, volvió a recorrer los pasos que la habían alejado de allí aquella misma tarde, cuando había huido de él y de sus propios sentimientos. Antes de que pudiera llamar, Brady le abrió la puerta.

– Hola.

– He salido a dar un paseo en coche -dijo, sintiéndose completamente estúpida-. Lo siento. Es muy tarde.

– Entra, Van -respondió él. Le tomó la mano mientras el perro le olisqueaba los pantalones y movía la cola-. ¿Te apetece tomar algo?

– No… -contestó. Vio que él tenía los antebrazos cubiertos de una fina película de polvo. Reprimió una estúpida necesidad de ayudarlo a limpiarse-. Estás ocupado.

– Sólo estaba lijando una pared. Te aseguro que es una ocupación muy relajante. ¿Quieres probar? -le preguntó mientras le ofrecía una hoja de lija.

– Tal vez más tarde -comentó ella, con una ligera sonrisa.

Brady se dirigió al frigorífico y sacó una cerveza. La miró y señaló la lata muy significativamente.

– ¿Estás segura?

– Sí, tengo que conducir y no me puedo quedar mucho tiempo.

Brady abrió la lata y tomó un largo trago. La cerveza fría lo ayudó a quitarse el polvo que le cubría la garganta… y el nudo que se le había formado al verla llegar.

– Supongo que has decidido que no vas a seguir enfadada conmigo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Sinfonía Inacabada»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Sinfonía Inacabada» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Sinfonía Inacabada»

Обсуждение, отзывы о книге «Sinfonía Inacabada» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x