Charles Bukowski - Mujeres

Здесь есть возможность читать онлайн «Charles Bukowski - Mujeres» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Mujeres: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Mujeres»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Este gigantesco maratn sexual es un proceso de aprendizaje, de conocimiento, en el que Bukowski no escatima sarcsticas observaciones de s mismo, y en el que el machismo de textos anteriores queda seriamente erosionado; todo ello unido a incontables borracheras.Bukowski parace sugerir que las alternativas – una carrera ms respetable, literaria o la que fuese – son an ms deshumanizadas.

Mujeres — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Mujeres», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– He hecho trabajos duros toda mi vida.

– De acuerdo -dijo el tío- de acuerdo.

Marchábamos sin hablar, el camión moviéndose ruidosamente. No había otra cosa que polvo, polvo y desierto por todos lados. El tío no tenía mucha cabeza, no tenía mucho de nada. Pero algunas veces la gente insignificante que se queda en un mismo sitio por mucho tiempo, alcanza un cierto poder y prestigio. El tenía un camión y contrataba gente. De vez en cuando tenías que aguantar esas cosas.

Seguíamos en marcha y entonces vimos a un viejo caminando por la carretera. Debía tener unos cuarentaitantos años. Vieja edad para la carretera. Este tío, el señor Bukhart -me había dicho su nombre- frenó el camión y le dijo al viejo:

– Eh, capullo. ¿Quieres ganarte un par de pavos?

– ¡Oh, sí señor! -dijo el viejo.

– Córrete y déjale subir -me dijo Burkhart.

El viejo subió y se sentó a mi lado, despedía un verdadero hedor -a suciedad, sudor, agonía y muerte-. Seguimos hasta llegar a un pequeño núcleo de edificios. Bajamos del camión con Burkhart, entramos en un almacén. Había allí un tío con una visera verde y un montón de gomas alrededor de su muñeca izquierda. Era calvo, pero sus brazos estaban cubiertos de largo y abundante pelo rubio.

– Hola, señor Burkhart -dijo-. Veo que se ha encontrado a otro par de winos.

– Aquí está la lista, Jesse -dijo el señor Burkhart, y Jesse la tomó y se puso a rellenar órdenes. Esto le tomó un cierto tiempo. Entonces acabó.

– ¿Algo más, señor Burkhart? ¿Un par de botellas de vino barato?

– Nada de vino para mí -dije.

– Bueno -dijo el viejo- yo me quedaré con las dos botellas.

– Serán descontadas de tu paga -le dijo Burkhart.

– No importa -contestó el viejo- descuéntelas.

– ¿Seguro que tú no quieres una botella? -me preguntó Burkhart.

– De acuerdo -dije- me quedo con una botella.

Teníamos una tienda de campaña para nosotros. Y esa noche nos bebimos todo el vino y el viejo me contó sus penas. Había perdido a su esposa. Todavía amaba a su esposa. Pensaba en ella todo el tiempo. Una gran mujer. Le había abandonado. El solía dar clases de matemáticas. Pero había perdido a su esposa. No había en el mundo otra mujer como ella. Bla, bla, bla, etc.

Cristo, cuando nos despertamos el viejo estaba enfermo y yo no me sentía mucho mejor y el sol estaba alto y afuera y teníamos que hacer nuestro trabajo: amontonar traviesas de tren. Las teníamos que amontonar en pilas. Las de abajo eran fáciles, pero a medida que iba creciendo el montón y teníamos que subirlas más arriba, entonces teníamos que contar «Una, dos y tres», y «Flop» subirla y tirarla sobre las demás.

El viejo llevaba un trapo atado alrededor de la cabeza y la mierda se mezclaba con el sudor y le caía por la cara y en el trapo, que se iba quedando mojado y oscuro. Así una y otra vez, y entonces, una astilla de alguna traviesa atravesaba el guante podrido y se quedaba clavada en mi mano. Normalmente el dolor hubiera sido insoportable y yo debí sentir bastante, pero la fatiga atonta los sentidos, los atonta de verdad. Solamente me puse furioso, como si quisiese matar a alguien, pero cuando miré a mi alrededor no había más que arena y piedras y el sol seco, pesado y cegador y ningún sitio a donde ir.

Así una y otra vez con las traviesas del carajo. La compañía del ferrocarril quitaba las traviesas viejas y las reemplazaba por nuevas, las viejas las dejaban tiradas al lado de la vía. No parecía que tuviesen nada malo, pero la compañía del ferrocarril las dejaba por ahí tiradas y Burkhart tenía contratados a unos tíos como nosotros que las amontonaban en pilas que él cargaba en su camión y vendía luego. Supongo que tenían muchos usos. En algunos ranchos las podías ver usadas como vallas, clavadas en el suelo y enrolladas con alambre de espino. Supongo que tenían también otros usos. No me interesaba demasiado.

Era como cualquier otro trabajo imposible, te cansabas y querías abandonarlo, te cansabas más y te olvidabas de abandonarlo, y los minutos no pasaban, vivías siempre en el mismo minuto, encerrado en él, sin esperanza, sin salida, atrapado, demasiado confundido para abandonar y sin ningún sitio a donde ir en caso de hacerlo.

– Chico, perdí a mi esposa. Era una mujer tan maravillosa. No dejo de pensar en ella. Una buena mujer es la mejor cosa del mundo.

– Ya.

– Si por lo menos tuviésemos un poco de vino.

– No tenemos nada de vino. Tendremos que esperar hasta la noche.

– Me pregunto si alguien entiende a los winos.

– Sólo otros winos.

– ¿Crees que estas astillas de nuestras manos se irán arrastrando por dentro del cuerpo hasta clavarse en nuestros corazones?

– Sin duda; nunca hemos tenido mucha suerte. Dos indios pasaron por allí y se quedaron mirándonos. Nos observaron durante bastante tiempo. Cuando el viejo y yo nos sentamos en una traviesa para fumar un cigarrillo, uno de los indios se acercó.

– Ustedes hombres están haciendo todo mal -dijo.

– ¿Qué quieres decir? -pregunté.

– Están trabajando con todo el calor del desierto. Lo que hacer es levantarse temprano y acabar el trabajo mientras hace fresco.

– Tienes razón -dije-, gracias.

El indio tenía razón. Decidí que nos levantaríamos temprano. Pero nunca lo conseguimos. El viejo estaba siempre enfermo de la borrachera nocturna y nunca conseguí levantarlo a tiempo. -Cinco minutos más -decía él- sólo cinco minutos más. Finalmente, un día, el viejo se rindió. No podía levantar una sola traviesa más. Se puso a disculparse y a pedirme perdón.

– No te preocupes, viejo.

Volvimos a la tienda y esperamos la tarde. El viejo se tumbó y hablaba. Estuvo hablando de su ex mujer. Estuve oyéndole hablar de su esposa durante toda la mañana y parte de la tarde. Entonces llegó Burkhart.

– Leches, no habéis hecho mucho trabajo hoy ¿eh, tíos? ¿Os creéis que vivís en el ombligo del mundo?

– Estamos fuera, Burkhart -dije- estamos esperando a que nos pague.

– No seré tan imbécil de pagar a unos vagos.

– Mira, tío, si no eres un imbécil será mejor que pagues.

– Por favor, señor Burkhart -dijo el viejo-. ¡Por favor, por favor, hemos trabajado tan condenadamente duro, hemos sido honestos…!

– Burkhart sabe lo que hemos hecho -dije-, ha llevado la cuenta de las pilas y yo también lo he hecho.

– 72 pilas -dijo Burkhart.

– 90 pilas -contesté.

– 76 pilas -dijo Burkhart.

– 90 pilas -dije yo.

– 80 pilas -dijo Burkhart.

– Vendido -contesté.

Burkhart sacó papel y lápiz y nos descontó dinero por el vino y la comida, transporte y alojamiento. Salimos cada uno con 18 dólares por cinco días de trabajo. Bueno, era tan hermoso olvidarse del trabajo. Los cogimos. Y conseguimos un viaje gratis de vuelta al pueblo. ¿Gratis? Burkhart nos había jodido desde todos los ángulos. Pero no podíamos ampararnos en la ley, porque cuando no tienes mucho dinero, la ley deja de funcionar.

– Dios -dijo el viejo- voy a emborracharme de verdad. Voy a ponerme bien, voy a beber. ¿Tú no?

– No creo.

Entramos en el único bar del pueblo y nos sentamos. El pidió un vino y yo una cerveza. Empezó de nuevo con el rollo de su ex esposa y yo me moví hacia la otra punta del bar. Una chica mexicana bajó por las escaleras y se sentó a mi lado. ¿Por qué siempre bajaban por las escaleras de ese modo, como en las películas? De hecho me sentía como si estuviese en una película. La invité a una cerveza. Me dijo, «Me llamo Sherri», y yo dije, «Ese no es un nombre mexicano», y ella dijo, «No tiene por qué serlo», y yo dije, «Tienes razón».

Y arriba me pidió cinco dólares y primero me la lavó y luego lo hicimos. Me la lavó en una pequeña escudilla blanca que tenía pintados unos pollitos persiguiéndose alrededor de todo el círculo. En diez minutos se ganó el mismo dinero que yo en un día entero y varias horas. Hablando en el aspecto monetario, parecía tan seguro como la mierda que era más lucrativo tener un coño que una polla.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Mujeres»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Mujeres» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Charles Bukowski - Post Office
Charles Bukowski
Charles Bukowski - Women
Charles Bukowski
Charles Bukowski - Factotum
Charles Bukowski
Charles Bukowski - Szmira
Charles Bukowski
Charles Bukowski - Faktotum
Charles Bukowski
Charles Bukowski - Hollywood
Charles Bukowski
Charles Bukowski - Listonosz
Charles Bukowski
libcat.ru: книга без обложки
Charles Bukowski
Charles Bukowski - Essential Bukowski - Poetry
Charles Bukowski
Отзывы о книге «Mujeres»

Обсуждение, отзывы о книге «Mujeres» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x