Julia Navarro - Dime quién soy

Здесь есть возможность читать онлайн «Julia Navarro - Dime quién soy» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Dime quién soy: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Dime quién soy»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La esperada nueva novela de Julia Navarro es el magnífico retrato de quienes vivieron intensa y apasionadamente un siglo turbulento. Ideología y compromiso en estado puro, amores y desamores desgarrados, aventura e historia de un siglo hecho pedazos.
Una periodista recibe una propuesta para investigar la azarosa vida de su bisabuela, una mujer de la que sólo se sabe que huyó de España abandonando a su marido y a su hijo poco antes de que estallara la Guerra Civil. Para rescatarla del olvido deberá reconstruir su historia desde los cimientos, siguiendo los pasos de su biografía y encajando, una a una, todas las piezas del inmenso y extraordinario puzzle de su existencia.

Dime quién soy — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Dime quién soy», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Discutimos un rato pero no tuvo más remedio que aceptar mi decisión. Luego llamé a la tía Marta, más que nada para que no creyera que me estaba gastando su dinero sin trabajar.

– Quiero que vengas al despacho y me informes de cómo va la investigación.

– No voy a contarte nada hasta que no te entregue la historia por escrito tal y como me pediste. Ya te he dicho que he podido encontrar el rastro de mi bisabuela, bueno, de tu abuela, y que por fin la familia se va a enterar de lo que pasó, pero necesito trabajar a mi aire y sin presiones.

– Yo no te presiono, yo te pago para que investigues una historia y por tanto tienes que rendirme cuentas de cómo estoy gastando mi dinero.

– Te aseguro que no he hecho ningún dispendio, y que te daré incluso el tiquet de los taxis, pero por ahora, te pongas como te pongas, no voy a desvelarte nada. Estoy empezando la investigación y sólo quería decirte que he conseguido los primeros frutos; vamos, que estoy sobre la pista de Amelia Garayoa. No creo que tarde demasiado en terminar la investigación, y entonces escribiré el relato y te lo entregaré.

No le dije a mi tía que había conocido a unas primas de la bisabuela y que había cerrado un acuerdo con ellas: su ayuda a cambio de leer el manuscrito y dar su visto bueno antes de entregárselo a mi familia. Ya afrontaría ese problema más adelante.

También me había comprometido con mi madre a que sería la primera en conocer toda la historia de nuestra antepasada, así que, llegado el momento, decidiría quién sería la primera o primeras en enterarse; hasta entonces, lo que necesitaba es que me dejaran tranquilo.

La tía Marta aceptó a regañadientes. Luego volví a llamar a mi madre, porque estaba seguro de que mi tía la iba a llamar presentándole una lista de quejas sobre mí.

PIERRE

1

Durante los siguientes días intenté poner sobre el papel de manera ordenada todo lo que me había contado Edurne. Esperaba que las ancianas Garayoa me telefonearan, puesto que sin ellas difícilmente podía llevar a cabo la investigación.

Se me ocurría que debía intentar buscar a la tal Lola, pero la pobre estaría ya en el otro mundo; en cuanto a Pierre, realmente me intrigaba. «¡Menudo pájaro! -pensé-, hay que echarle mucha cara para birlarle a otro la mujer en nombre de la revolución.»Era difícil que Pierre viviera aún, a no ser que fuera centenario, algo harto improbable, ya que había creído entender a Edurne que cuando Pierre conoció a Amelia le sacaba a ésta unos cuantos años. Ella tenía dieciocho y él pasaba de los treinta; por tanto, las probabilidades de que Pierre estuviera vivo eran nulas.

Cuando por fin me llamó Amelia María Garayoa suspiré aliviado; la verdad es que había llegado a temer que las ancianas se arrepintieran de su oferta y hubieran decidido impedir que continuara mi investigación.

– Mi tía quiere verle -me espetó a modo de saludo.

– ¿Cuál de ellas?

– Mi tía Laura.

– ¿Y su tía Melita?

– Está muy resfriada y no se encuentra bien.

– Oiga, una curiosidad: doña Amelia y doña Laura, ¿son hermanas? Por lo que leí en el diario de mi bisabuela y me contó Edurne, la mejor amiga de Amelia era su prima Laura. Me hago un poco de lío -intentaba resultarle simpático.

– A lo mejor todo esto es demasiado para usted -respondió ella, dejando clara su poca confianza en mí.

– Reconocerá que la existencia de tantas Amelias sorprende a cualquiera -me defendí yo.

– Pues, no, verá, una de las bisabuelas de mis tías abuelas se llamaba Amelia, una mujer al parecer muy guapa y querida por toda la familia; tanto, que sus nietos decidieron que si tenían hijas les pondrían el nombre de su abuela. Y eso es lo que hicieron Juan y Armando Garayoa, poner el nombre de Amelia, el de su abuela, a sus primogénitas.

– ¡Vaya lío!

– Será un lío para usted, para nuestra familia las cosas están muy claras.

– Que yo sepa, algo tengo que ver con su familia…

– Eso está por ver.

– ¡Pero si le enseñé la partida de bautismo de mi abuelo Javier!

– Mire, tengo mis dudas sobre usted; pero es que, además, aunque usted sea nieto del hijo de Amelia Garayoa, ¿a qué viene aparecer de repente con esa estúpida historia de que va a escribir un libro sobre su bisabuela?

– Yo no he dicho que vaya a escribir un libro sino un relato que mi tía Marta encuadernará y lo regalará a toda mi familia en Navidades.

– ¡Conmovedor! -Amelia Garayoa lo dijo en un tono de burla que me fastidió.

– Escuche, entiendo sus reticencias, pero yo he sido sincero desde el primer momento y, además, le guste o no, somos familia.

– ¡Ah no! En eso se equivoca. Usted y yo no somos nada por más que se empeñe en buscar parentescos. ¿No pretenderá que ahora de repente los Garayoa nos reencontremos con los Carranza como si se tratara de un folletín?

– Oiga, en eso tiene razón, porque la verdad es que lo de mi bisabuela huele a folletín… pero no, no tengo la más mínima intención de proponer que celebremos las Navidades juntos.

– Ni se le ocurra la idea de que debamos conocernos las dos familias.

– No es mi intención, bastante tengo con sobrevivir a la mía para tener que soportar a otra familia con usted incluida.

– ¡Es usted un grosero!

– No, no lo soy, simplemente quiero decirle que estoy de acuerdo en que el pasado, pasado está.

– Dejemos esta discusión inútil. Mi tía lo espera mañana a las doce. Sea puntual.

Amelia María Garayoa colgó el teléfono sin despedirse. Realmente le caía mal.

Al día siguiente acudí puntual a la cita con un ramo de rosas de color rosa. El ama de llaves me acompañó a la biblioteca donde me esperaba doña Laura.

Estaba sentada y tenía un libro sobre las rodillas.

– Ya ha llegado… siéntese -me ordenó mientras señalaba un sillón cercano al suyo.

– ¿Cómo está su hermana? -pregunté con un tono de voz preocupado al tiempo que le daba el ramo de rosas-. Le he traído estas flores…

– ¿Mi hermana? -inquirió con un deje de extrañeza.

– Su sobrina Amelia María me dijo ayer que doña Melita estaba resfriada…

– ¡Ah sí! Claro que está resfriada, pero ya se encuentra mejor, desde ayer no tiene fiebre. Somos muy mayores, ¿sabe? Y cualquier cosa nos afecta… y la gripe de este año ha venido muy mala. Pero está mejor. Le diré que ha preguntado usted por ella.

Hizo un gesto para indicar al ama de llaves que se llevara las flores y le pidió que trajera café para los dos.

– Bien, ¿qué opina de lo que le contó Edurne? -me preguntó sin más preámbulos.

– En realidad su prima me parece que era una joven bastante atolondrada, con ansias de convertirse en una heroína -respondí a modo de conclusión.

– Sí, algo de eso hay, pero no sólo eso. Mi prima Amelia siempre fue una chica inteligente, inquieta, sólo que se equivocó de siglo; si hubiera nacido hoy, se habría convertido en una mujer notable, habría podido desarrollar todo su talento, pero en aquella época…

– Eso de largarse con el tal Pierre creyendo que debía sacrificarse por la revolución… en fin, que me parece una excusa pueril. Se fue con él porque se enamoró, y se habría ido igual con revolución o sin ella -concluí ante la mirada de espanto de doña Laura.

– Joven, me parece que usted no ha entendido nada. Juzga con mucha ligereza a Amelia. Puede que usted no sea capaz de entender… que no sea la persona adecuada para escribir su historia…

Estaba claro que había metido la pata. ¡Quién me mandaría soltar de sopetón mi opinión sobre mi bisabuela! Intenté arreglarlo como pude.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Dime quién soy»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Dime quién soy» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Dime quién soy»

Обсуждение, отзывы о книге «Dime quién soy» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x