Julia Navarro - Dime quién soy

Здесь есть возможность читать онлайн «Julia Navarro - Dime quién soy» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Dime quién soy: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Dime quién soy»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La esperada nueva novela de Julia Navarro es el magnífico retrato de quienes vivieron intensa y apasionadamente un siglo turbulento. Ideología y compromiso en estado puro, amores y desamores desgarrados, aventura e historia de un siglo hecho pedazos.
Una periodista recibe una propuesta para investigar la azarosa vida de su bisabuela, una mujer de la que sólo se sabe que huyó de España abandonando a su marido y a su hijo poco antes de que estallara la Guerra Civil. Para rescatarla del olvido deberá reconstruir su historia desde los cimientos, siguiendo los pasos de su biografía y encajando, una a una, todas las piezas del inmenso y extraordinario puzzle de su existencia.

Dime quién soy — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Dime quién soy», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Dos días más tarde, Amelia envió recado a su prima para que fuera a verla, y Laura no se hizo de rogar y acudió de inmediato a visitarla. Las dos primas se seguían queriendo y confiando la una en la otra.

Yo estaba cosiendo ropa, sentada junto al balcón, y como no me pidieron que me fuera, fui testigo de su conversación.

– ¿Qué está pasando, prima? -preguntaba Laura.

– Estoy desesperada y no sé qué hacer… Necesito tu consejo, eres la única que me puede entender.

– Pero ¿qué sucede? -Laura estaba alarmada, sobre todo al ver a Amelia más delgada y en ese estado febril en el que se encontraba.

– Me he enamorado de otro hombre. ¡Soy muy desgraciada!

– ¡Dios mío! Pero cómo es posible… Santiago te adora y tú… bueno, yo creía que estabas enamorada de tu marido.

– Creía estarlo, pero no es así, es el primer hombre que conocí, que no me trató como una niña, y además… Bueno, tú ya lo sabes porque te lo confesé, Santiago me gustaba pero también quería ayudar a papá, el pobre no se ha recuperado de la pérdida del negocio en Alemania.

– Lo sé, lo sé… pero me dijiste que le querías, que te casabas con Santiago por ayudar a tu padre pero que también le querías.

A Laura le angustiaba descubrir de repente que su prima no quería a su marido; ella simpatizaba con Santiago, en realidad era muy difícil no sentir afecto por él. Santiago era todo un caballero, siempre atento y galante, educado, y además tan guapo…

– No sé qué voy a hacer, pero tengo que decidirme.

– ¿Decidirte?

– Sí, Laura, el hombre al que quiero me ha pedido que me vaya con él. No sabe que estoy enamorada, sólo me pide ayuda para nuestra causa, para que triunfe el comunismo, y creo que puedo servirle de ayuda… yo, que no soy nadie… pero él cree en mí…

– ¿Y él te quiere?

– No me lo ha dicho, pero… yo sé que sí… lo noto por cómo me mira, porque se estremece lo mismo que yo cuando nos rozamos, lo leo en sus ojos… Pero es un caballero, no creas que ha intentado propasarse conmigo, todo lo contrario.

– Si fuera un caballero no te pediría que dejaras a tu familia para ir a hacer la revolución -protestó Laura.

– Tú no lo entiendes, prima. Ser comunista es… es… es como una religión… no se puede conseguir el paraíso sin sacrificios, y quienes creemos no tenemos derecho a anteponer nuestros intereses personales a los de la humanidad.

– ¡Por Dios, Amelia, qué cosas dices! Mira, la caridad empieza por uno mismo…

– ¡Pero no se trata de caridad, sino de justicia! Todas las manos son pocas para ayudar a la revolución, debemos conseguir que el mundo sea la patria de los trabajadores, seguir el ejemplo de Rusia.

– Sabes que en casa no gustan las derechas y que mis padres como los tuyos son de Azaña, que trabaja porque el país sea mejor, pero el comunismo… Le pedí a papá que me explicara bien todo lo que él sabe sobre los comunistas y la verdad, Amelia, yo no estoy segura de que sea tan buena la revolución.

– ¡Pero qué dices! Eso es porque no ven todo lo bueno que nos puede traer el comunismo. Mira lo que está pasando en Alemania con Hitler.

– Pero ni una cosa ni la otra, ¡siempre has sido un poco exagerada, prima! Pero bueno, cuéntame quién es él.

– Se llama Pierre, es francés, sus padres tienen una librería cerca de Saint- Germain, y él les ayuda, y además escribe en algunas publicaciones de izquierdas. Está muy comprometido con el comunismo y viene de vez en cuando a Madrid a ver a los camaradas, a saber cómo están las cosas, a evaluar la situación. También viaja por otros lugares, y además aprovecha para comprar libros para la librería de su padre, ediciones especiales, alguna joya bibliográfica… Pero sobre todo es comunista.

– Sí, ya me lo has dicho, es comunista. ¿Y qué quiere de ti?

– Que le ayude, que viaje con él a visitar a camaradas de otros países, conocer sus dificultades, sus necesidades, elaborar informes para la Internacional Comunista, trabajar para llevar la revolución a todas partes…

– ¿Y para eso tienes que dejar a tu marido y a tu hijo?

– ¡No me lo digas así! No soportaría que tú también me lo reprocharas, que no me entendieras. Estoy enamorada, no sabes cuánto. Sólo cuento los minutos para estar con Pierre.

– ¡Amelia, no puedes abandonar a tu hijo!

Cada vez que le mencionaban a Javier, Amelia se ponía a llorar. Pero aquella tarde había escuchado lo suficiente para saber que a pesar de las lágrimas, Amelia ya había decidido abandonar su casa, a Santiago y a su hijo, y marcharse con Pierre. Aquella fiebre que parecía que no la abandonaba nada tenía que ver con la gripe sino con la pasión que sentía por aquel hombre. Su suerte estaba echada y la mía también.

Aunque Laura le pidió que recapacitara, le juró a su prima que, hiciera lo que hiciese, siempre podría contar con ella. Amelia se sintió más tranquila al saber que su prima nunca le volvería la espalda.

– ¿Está casado? -quiso saber Laura.

Amelia se sobresaltó. No había considerado la posibilidad de que Pierre estuviera casado. Ella no se lo había preguntado y él nada le había dicho al respecto.

– No lo sé -respondió Amelia, apenas con un murmullo.

– Deberías preguntárselo, aunque, por tu bien, espero que no lo esté. ¿Sabes? Siempre he temido que terminaras enamorándote de Josep y eso diera al traste tu amistad con Lola.

Amelia bajó la cabeza, avergonzada. Laura la conocía bien y por tanto se había dado cuenta de que en algún momento también se había sentido atraída por Josep.

– Admiro a Josep, pero no me he enamorado de él.

– Creo que sientes una atracción especial por los comunistas. No sé qué cuentan, pero a mí no puedes engañarme, te fascinan.

– A ti nunca te engañaría, y sí, tienes razón, siento atracción por esos hombres, los veo tan fuertes, tan seguros, tan convencidos de lo que hay que hacer, dispuestos a cualquier sacrificio… No sé cómo no sientes lo mismo…

– Bueno, no he conocido ninguno que me haya impresionado, bien es verdad que los que conozco son… bueno… la verdad, no me veo enamorándome del mecánico que arregla el coche a papá. ¿Qué tengo yo que ver con él?

– ¿Te crees mejor que los obreros? -preguntó Amelia.

– Ni mejor ni peor, sólo que no tengo ningún interés en común. No me engaño, Amelia. Yo también quiero que el mundo sea más justo, pero eso no significa que tenga que casarme con el mecánico. Naturalmente que quiero que él viva bien, que no le falte de nada, pero…

– Pero él en su casa y tú en la tuya, ¿no?

– Sí, más o menos.

– Algún día desaparecerán las clases sociales, todos seremos iguales, nadie ganará más por el hecho de haber estudiado, de haber tenido una familia burguesa, porque haremos desaparecer a la burguesía, a todos aquellos que nos diferencian.

– Pues tú eres tan burguesa como yo.

– Pero yo me he dado cuenta de que es una perversidad que haya clases sociales, y quiero renunciar a todos nuestros privilegios, no veo justo que haya quienes tengamos más oportunidades que otros, me parece injusto que no seamos todos iguales.

– Lo siento, Amelia, no puedo compartir tus ideas. Claro que creo que todos merecemos las mismas oportunidades, pero, ¿sabes?, desgraciadamente los hombres nunca serán iguales.

– Eso ha sido así hasta ahora. Stalin ha demostrado que es posible una sociedad igual para todos.

– Bueno, bueno, no discutamos de política y llévame al cuarto de Javier, que quiero darle un beso antes de marcharme.

Por la noche Amelia fue a casa de Lola, o eso me dijo, porque no permitió que la acompañase. Me aseguró que Pierre acudiría a buscarla a la esquina de casa y que no andaría sola por la calle. No regresó hasta bien entrada la madrugada. No sé qué sucedió aquella noche, pero cuando llegó a casa no era la misma.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Dime quién soy»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Dime quién soy» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Dime quién soy»

Обсуждение, отзывы о книге «Dime quién soy» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x