• Пожаловаться

Julia Navarro: Dime quién soy

Здесь есть возможность читать онлайн «Julia Navarro: Dime quién soy» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Современная проза / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

libcat.ru: книга без обложки

Dime quién soy: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Dime quién soy»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La esperada nueva novela de Julia Navarro es el magnífico retrato de quienes vivieron intensa y apasionadamente un siglo turbulento. Ideología y compromiso en estado puro, amores y desamores desgarrados, aventura e historia de un siglo hecho pedazos. Una periodista recibe una propuesta para investigar la azarosa vida de su bisabuela, una mujer de la que sólo se sabe que huyó de España abandonando a su marido y a su hijo poco antes de que estallara la Guerra Civil. Para rescatarla del olvido deberá reconstruir su historia desde los cimientos, siguiendo los pasos de su biografía y encajando, una a una, todas las piezas del inmenso y extraordinario puzzle de su existencia.

Julia Navarro: другие книги автора


Кто написал Dime quién soy? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Dime quién soy — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Dime quién soy», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– No para mí, Max, no para mí. ¿Crees que morirá? -le preguntó señalando a Erich.

– Ha perdido mucha sangre, necesita una transfusión, de lo contrario le puede fallar el corazón.

– No podemos hacer más que esperar, puede que cuando venga Friedrich sepa qué más podemos hacer.

– Es peligroso que se quede aquí, deben de estar buscándolo por todo Berlín.

– Pero nadie le relaciona con nosotros.

– ¿Estás segura de que ningún vecino os ha visto entrar?

– No, no estoy segura. Creo que no, pero no estoy segura.

– Somos demasiado viejos para que nos torturen o nos manden a un campo de trabajo. Supongo que si te descubren, nos matarán. -Max parecía desesperado.

– A ti no te harán nada, es obvio que no has podido participar en la fuga de este hombre, yo soy la única responsable.

– ¿Crees que puedo vivir sin ti?

– Sí, claro que puedes. Tienes a Friedrich y a Ilse y a tus nietos que te quieren. No me necesitas tanto como crees.

– Mi vida se reduce a ti.

– No, Max, he sido yo quien ha reducido tu vida.

Me asusté al llegar a casa y ver el estado de nervios de Use. Había escuchado a lo largo de todo el día rumores sobre lo sucedido, incluso la había telefoneado para preguntarle si estaba bien. Me pareció asustada, pero creí que era porque todo había sucedido en el edificio en el que trabajaba.

Ilse insistió en que fuera a casa de mi padre. Erich estaba muy grave pese a los esfuerzos de Amelia y de Max. Cuando llegué, le puse una inyección y le di un calmante más potente que los que le había suministrado Amelia.

– O le llevamos a un hospital o no sé qué puede pasar -les dije, aunque en realidad sí lo sabía.

Erich entreabrió los párpados e intentó hablar aunque estaba muy débil.

– Avisad a mis amigos, ellos…

– De ninguna manera. Tus amigos y tú os habéis comportado como aficionados. Si les llamamos, terminaremos todos en las dependencias de la KVP o de la Stasi -le cortó Amelia.

– Entonces, ¿qué vamos a hacer? -pregunté yo, preocupado.

– Tú mantenle con vida, 70 procuraré que pueda ir a algún lugar seguro.

– En el sótano no resistiría -dije yo, temiendo que le quisiera trasladar al agujero de allí abajo.

– No, no es ahí donde quiero llevarle. Aún no es muy tarde, voy a telefonear a un amigo.

Media hora después Garin llegaba a casa de mi padre. Hacía años que no le veía y me impresionó verle convertido en un anciano, aunque aún conservaba el porte recio y el bigote, a pesar de que ahora era totalmente canoso.

Amelia le contó lo sucedido. Primero rió, y después le dio una palmada en la espalda.

– Eres imprevisible, siempre lo has sido. Llevas años retirada, y de repente matas a un vigilante y te traes a casa a un fugitivo. ¿Qué quieres que haga?

– Sálvale, y si es posible, sácale de Berlín.

– Lo que me pides no se hace de un día para otro, hay que prepararlo todo, y no es fácil. Tengo que consultar a mi gente, arriesgamos mucho.

– No sólo está en juego su vida -Amelia señaló a Erich-, sino la de mi familia: Friedrich, mi nuera, los niños. Si no fuera por ellos no te lo pediría. Tienes que hacerme este favor, Garin. Me lo debes.

Durante unos minutos permaneció en silencio. Después se encogió de hombros, en lo que parecía un gesto de resignación. -Haré lo que pueda, no te prometo nada. Pero tendrás que esconderle hasta que podamos sacarle de aquí.

– ¿Cuánto tiempo? -quiso saber Amelia.

– No lo sé, dos o tres días, quizá más.

– Puede que no aguante tanto.

– Bueno, si se muere, asunto terminado; será más fácil desprendernos del cadáver que sacarle vivo de Berlín.

– ¡Cómo podéis hablar así! -Max no podía contener la furia.

– Vamos, viejo amigo, en mi negocio no caben los sentimentalismos. Haré lo que pueda por ayudar a salvar el cuello de Amelia, es ella quien ha matado a un vigilante para salvar a tu nuera y a su amigo. Y ella me ha recordado que le debo algo, de manera que tengo que pagar la deuda y así estaremos en paz.

No podía quedarme sentado esperando a que Erich se muriera, ni permitir que Amelia corriera con todos los riesgos. Regresé al hospital con la excusa de examinar a uno de mis enfermos que estaba en cuidados intensivos.

Robé un par de bolsas de sangre y unas cuantas agujas hipodérmicas, así como otro material que pensaba me podía ser útil, y me dispuse a regresar a casa de mi padre. Estaba a punto de salir del hospital cuando me encontré con el director médico que estaba de guardia.

– ¿Qué haces por aquí?

– He venido a ver a un paciente, llevo años tratándole y le han operado esta tarde. Prometí a su esposa que vendría a interesarme por su estado.

– Pareces preocupado…

– Lo estoy, mi padre no se encuentra bien, está muy débil. Hace un rato estuve con él y no le encontré demasiado bien, puede que antes de ir a casa vaya a echarle otro vistazo.

La transfusión de sangre reanimó a Erich, aunque seguía teniendo fiebre alta. Volví a inyectarle antibióticos. No podía hacer más, no había manera de saber si tenía una hemorragia interna o el pulmón destrozado.

Durante dos días Erich estuvo entre la vida y la muerte, hasta que apareció Garin.

– Un amigo vendrá dentro de media hora con una camioneta, pero ¿cómo le sacaremos de aquí?

– Ya he pensado en eso. Le bajaremos al sótano y le meteremos en un viejo arcón. Ya lo he preparado, he puesto un colchón dentro, y he hecho un par de agujeros en un lado para que pueda respirar.

– Has pensado en todo. -Garin parecía admirado de la propuesta de Amelia.

– Eso creo. Friedrich me ayudará a bajarle por la trampilla que une la cocina con el sótano.

Seguimos las instrucciones de Amelia. Si algún vecino husmeaba, se encontraría a unos hombres llevándose unos cuantos muebles viejos del sótano.

No pude resistir la tentación de preguntarle a Garin cómo iban a trasladar a Erich.

– Esa es una pregunta que yo no te voy a contestar y que tú no deberías hacerme.

– Al menos podremos avisar a su familia de que se encuentra a salvo…

No pude terminar la frase, Amelia y Garin se enfurecieron, parecían a punto de pegarme.

– ¡Estás loco! Nos pondrías en peligro a todos. Le salvamos la vida, le llevamos al otro lado, y tendrá que estar calladito al menos durante un año. Ya se le pasará a su familia el sufrimiento cuando puedan saber que está vivo. Pero ahora no debes acercarte a nadie que le conozca, ni familia ni amigos. Díselo a Ilse o de lo contrario… -El tono de Garin era amenazante.

Ilse aún tiembla cuando recuerda lo que sucedió. Si Amelia no hubiera disparado, ahora estaría muerta. De manera que siempre le agradeceremos a Amelia que hiciera lo que hizo. Era la segunda vez que nos salvaba a los dos, porque si a Ilse le hubiera sucedido algo… no sé qué habría hecho yo.

Unos días más tarde fui a ver a mi padre. Estaba en la cama, no se sentía demasiado bien.

– No ha querido levantarse -comentó Amelia.

Había sufrido dos infartos, tenía un problema grave de circulación, y en su mirada se notaba el cansancio de una larga vida confinado en un cuerpo mutilado. Pensé que mi padre se estaba rindiendo, que le abandonaba el deseo de vivir.

Mientras dormitaba, sentí los ojos de Amelia clavarse en mi rostro.

– Escuchaste mi última conversación con Albert James… -No me lo preguntaba, era una afirmación.

– Sí -no quise mentirle.

– Lo sé. Te gustaba escuchar detrás de las puertas, intentar entender algunas de las cosas extrañas que veías. Tu padre y yo lo sabíamos y nos cuidamos de no hablar demasiado cuando estabas despierto. Aquella noche sabía que estabas escuchándonos. Y para mí supuso un alivio que lo hicieras. Necesitaba que supieras lo que le hice a tu padre, no imaginas las veces que le pedí a Max que te dijera la verdad, pero él se negaba, decía que saber la verdad te haría daño. ¿Sabes?, me sentía una impostora contigo.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Dime quién soy»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Dime quién soy» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «Dime quién soy»

Обсуждение, отзывы о книге «Dime quién soy» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.