Julia Navarro - Dime quién soy

Здесь есть возможность читать онлайн «Julia Navarro - Dime quién soy» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Dime quién soy: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Dime quién soy»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La esperada nueva novela de Julia Navarro es el magnífico retrato de quienes vivieron intensa y apasionadamente un siglo turbulento. Ideología y compromiso en estado puro, amores y desamores desgarrados, aventura e historia de un siglo hecho pedazos.
Una periodista recibe una propuesta para investigar la azarosa vida de su bisabuela, una mujer de la que sólo se sabe que huyó de España abandonando a su marido y a su hijo poco antes de que estallara la Guerra Civil. Para rescatarla del olvido deberá reconstruir su historia desde los cimientos, siguiendo los pasos de su biografía y encajando, una a una, todas las piezas del inmenso y extraordinario puzzle de su existencia.

Dime quién soy — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Dime quién soy», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

En una ocasión escuché a Albert hablar con Amelia sobre Garin.

– ¿Qué te parece? -le preguntó.

– Es muy valiente e ingenioso, tiene autoridad sobre el grupo, todos le escuchamos y seguimos sus indicaciones de manera natural.

– ¿Sabes?, a veces me pregunto por qué está con nosotros.

– No le gusta que los soviéticos estén aquí.

– Ya, pero ¿eso es suficiente? Era socialista, tenía amigos comunistas, estuvo prisionero en un campo y de repente se ha vuelto anticomunista, ¿por qué?

– Fuiste tú quien le captó para la red, ¿por qué lo hiciste si no confiabas en él?

– Hay algo… algo que no sé qué es, pero que a veces me hace sospechar de Garin.

– ¿Crees que trabaja para los soviéticos?

– Quizá para el Komintern… ya sabes, les preparan para estas actividades.

– Pero te está entregando toda la información que pasa por sus manos.

– Hasta ahora nada de importancia, vuestro grupo no es el más importante de los que tenemos aquí.

– ¿Y por qué me haces trabajar con ellos?

– Porque quiero que vigiles a Garin.

– Pero expones a Max y a Friedrich a un gran peligro en caso de que él trabaje para los soviéticos… -se lamentó Amelia.

– Si en algún momento crees que mis sospechas son ciertas, os sacaré de aquí, vendréis conmigo al otro lado.

– Si estuvieras en lo cierto, no nos permitirían irnos.

– No tenemos por qué pedir permiso a los soviéticos, sabes que continuamente se pasa gente a nuestro lado y ellos no lo pueden evitar.

– Y qué hay de Otto y de Konrad -preguntó Amelia.

– De ellos me fío absolutamente. No te diré por qué, sólo que sé que son leales a nosotros.

Otto servía como traductor para la administración militar soviética, y Konrad era un prestigioso profesor de física. Ambos habían luchado en la guerra de España. Cuando terminó, Otto se fue a París, donde vivió el comienzo de la otra guerra. No quiso regresar a Alemania, y combatió con los aliados en una brigada de alemanes contrarios a Hitler. Por su parte, Konrad había destacado en la universidad por sus enfrentamientos con otros profesores nazis. Si no lo detuvieron fue porque sus experimentos interesaban sobremanera a Hitler, quien ordenó que lo obligaran a trabajar en un laboratorio junto a otros científicos, aunque desde el primer momento su actitud pasiva había desesperado a sus superiores, que no lograron más que una magra colaboración a lo largo de la guerra. Pero ni para Otto ni para Konrad el hecho de ser antifascistas significaba que les satisficiera ver a su país en manos de los soviéticos, y con la misma convicción que habían combatido a los nazis, lo hacían ahora contra los invasores.

También a Otto, al igual que a Garin, Albert le pidió que se afiliara al Partido Comunista. Nadie sospechó de él y le dieron la bienvenida.

Los miembros del grupo microfilmaban cuanto pasaba por sus manos fuera o no importante. Luego le entregaban los microfilms a Amelia y ésta a su vez se los entregaba a Albert.

Yo seguía añorando los días de El Cairo aunque no se lo decía a mi padre para no irritarlo. Él quería que fuera un buen alemán, aunque me estuvieran educando los comunistas.

– Son comunistas, sí, pero primero son alemanes -me decía- y saben lo que te tienen que enseñar.

Mi padre no tenía razón. La gente del partido era primero comunista y después todo lo demás, incluido el ser alemán, pero él no lo veía así. Tenía sublimada la idea de Alemania, y creía que era importante que me educaran como un buen alemán.

La vida transcurría con cierta monotonía para mi padre y para mí, pero no para Amelia.

Por la noche, después de mandarme a la cama, solía sentarse junto a mi padre para comentarle las novedades del día. Yo les escuchaba hablar, no porque les espiara, sino porque nunca he conseguido dormirme antes de las doce, de manera que leía hasta que Amelia entraba a apagar la luz, y después permanecía despierto pensando en historias fantásticas.

Creo que fue a principios de 1950. Una tarde Amelia llegó de trabajar, parecía muy agitada, y me envió a la cama antes de lo previsto. En cuanto se quedó sola con mi padre le contó lo que la preocupaba.

– Iris vendrá esta noche, ha llamado diciéndome que debíamos vernos. No sé qué sucede.

– Espero que no la hayan descubierto -respondió Max, preocupado.

– Si lo sospechara no vendría aquí. No, no es eso, no te preocupes.

Iris llegó pasadas las ocho. Llevaba a Walter en brazos. El niño estaba medio dormido.

– No he podido venir antes -se excusó.

– No te preocupes, ¿habéis cenado? -preguntó Amelia.

– Le he dado de cenar a Walter, yo no tengo hambre.

– Deja a Walter en nuestro cuarto -le indicó Amelia, acompañándola para que el niño pudiera dormir mientras hablaban.

– Creo que los soviéticos van a firmar un acuerdo con los chinos -contó Iris.

– ¿Estás segura? -Amelia parecía preocupada.

– Sí, creo que sí. Hace unos días se puso enferma una de las secretarias del ministro y me enviaron a mí para que echara una mano. Esta mañana escuché al ministro decirle a una de las chicas de la secretaría que telefoneara a nuestra embajada en Moscú; quería información, habló «sobre la visita de los chinos», y después añadió que los soviéticos estaban comportándose de manera muy misteriosa sobre el acuerdo que iban a firmar con Mao Tse-tung.

»A mí no me conoce porque era mi primer día allí, pero ni me miró cuando salió del despacho para dar esa orden. Yo continué escribiendo a máquina lo que me había ordenado sin levantar la cabeza, como si no hubiera oído nada.

– Me pondré en contacto con Albert. Mañana intentaré pasar a la zona de los norteamericanos.

– Tienes el pase, ¿verdad?

– Sí.

– Bueno, tampoco me parece extraordinario que los soviéticos se entiendan con los chinos, todos son comunistas -comentó Max.

– Sí, pero ¿a quién esperan en Moscú? Y si firman un tratado, ¿cuál puede ser su contenido? A mí me parece importante, en todo caso hay que decírselo a Albert -afirmó Iris mirando a Amelia.

El 14 de febrero Stalin y Mao firmaron un Tratado de Amistad y Asistencia mutua en caso de agresión por otra potencia.

El carácter de Iris fue determinante para que los burócratas del ministerio se fijaran en ella. Trabajaba sin descanso, era eficaz, discreta y silenciosa; la clase de secretaria que todo el mundo quiere tener. Esas cualidades le sirvieron para un ascenso y pasó al departamento encargado de los asuntos con la «otra» Alemania.

Mientras tanto, Otto había pasado a trabajar como asistente de un miembro del Politburó. El hecho de que hablara ruso, además de francés y algo de español, le había ayudado a situarse.

Periódicamente escribía un informe sobre los asuntos que preocupaban al Politburó, las relaciones de fuerza entre sus miembros o las discusiones en el Comité Central.

En cuanto a Konrad, era el líder indiscutible de los descontentos en la universidad.

Garin también había prosperado y con él, Amelia. Ahora trabajaban en el Departamento de Propaganda del Ministerio de Cultura, donde parecía estar como pez en el agua.

Amelia le vigilaba de cerca y solía comentarle a Albert que no encontraba nada sospechoso en el comportamiento de Garin. Si algún reproche se le podía hacer era que arriesgaba demasiado, y en ocasiones se quedaba trabajando después de que la mayoría de los funcionarios se hubieran ido, momento que él aprovechaba para introducirse en otros despachos y microfilmar cuanto encontrara a mano.

– Disfruta con el riesgo. A veces me enfado con él temiendo que nos descubran. La otra tarde estuvo a punto de ocurrir. Nos quedamos trabajando en el departamento, y cuando creyó que no había nadie, intentó forzar la puerta del director. Hizo tanto ruido que vinieron los guardias de seguridad. Les explicó que se nos había caído una máquina de escribir que estaba intentando reparar. Le creyeron, o al menos eso espero -relató Amelia.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Dime quién soy»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Dime quién soy» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Dime quién soy»

Обсуждение, отзывы о книге «Dime quién soy» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x