Julia Navarro - Dime quién soy

Здесь есть возможность читать онлайн «Julia Navarro - Dime quién soy» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Dime quién soy: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Dime quién soy»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La esperada nueva novela de Julia Navarro es el magnífico retrato de quienes vivieron intensa y apasionadamente un siglo turbulento. Ideología y compromiso en estado puro, amores y desamores desgarrados, aventura e historia de un siglo hecho pedazos.
Una periodista recibe una propuesta para investigar la azarosa vida de su bisabuela, una mujer de la que sólo se sabe que huyó de España abandonando a su marido y a su hijo poco antes de que estallara la Guerra Civil. Para rescatarla del olvido deberá reconstruir su historia desde los cimientos, siguiendo los pasos de su biografía y encajando, una a una, todas las piezas del inmenso y extraordinario puzzle de su existencia.

Dime quién soy — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Dime quién soy», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Amelia sintió una punzada de dolor. Sí, había amado a Pierre, y le había amado tanto que sabía que ya nunca más podría querer de igual modo a ningún otro hombre, aunque Pierre había destrozado su inocencia, había pisoteado el amor que le profesaba y le había dejado una cicatriz tan profunda en su corazón que le dolería el resto de su vida.

– Haré todo lo posible por regresar. Como tú dices, puedo ser útil desde Italia.

– Estoy segura de que ya lo has sido -respondió Carla.»Fin de la historia.

Francesca bostezó. Parecía cansada. Yo no la había interrumpido ni un solo segundo, dejando que se explayara.

– Bueno, Guillermo, ahora tienes que seguir buscándote la vida.

– ¿Esto es todo?

– Al menos por ahora. Por lo que sé, tienes que reconstruir la historia de Amelia Garayoa paso a paso, sin saltarte nada. Bueno, pues ya te he contado qué es lo que hizo tu bisabuela a finales de 1940 en Italia. Te aseguro que no tengo ni idea de lo que pasó a continuación. Naturalmente, te puedo contar lo que hizo Carla, que al fin y al cabo es quien a mí me importa.

– ¿Amelia volvió a Roma?

– Se marchó en diciembre de 1940. Si continúas avanzando, es posible que vuelva a verte. Pero para que la investigación tenga sentido, no puedes dar un salto en el tiempo.

– El profesor Soler te tiene muy bien aleccionada -protesté yo.

– Lo único que me ha pedido es que te ayude todo cuanto pueda, pero que no te cuente nada que te haga dar saltos cronológicos, porque lo importante es que seas capaz de relatar todas y cada una de las cosas que hizo Amelia Garayoa.

– Pero sería más fácil que tú me contaras todo lo que sabes de ella, luego ya me encargaré yo de montar el puzzle.

– Pues no lo voy a hacer, de manera que…

De manera que me despidió aunque ambos sabíamos que volveríamos a vernos. Regresé a Londres sin pasar por España. Prefería intentar avanzar en la investigación. Además, había recibido una llamada de lady Victoria anunciándome que estaba a mi disposición para volver a hablar de nuevo conmigo y teniendo en cuenta que su prioridad era el golf, yo no podía desaprovechar su buena disposición.

11

En esta ocasión lady Victoria me invitó a almorzar en su casa porque me dijo que así dispondríamos de más tiempo para hablar.

Al verla volví a pensar que se trataba de una mujer impresionante. Parecía sincera al interesarse por mi investigación. Le conté hasta el punto donde me había dejado Francesca.

– Así que se ha quedado usted en diciembre de 1940… -murmuró mientras revisaba un cuaderno.

– Sí, creo que Amelia regresó a Londres con Albert James.

– Sí, así fue, y luego se fueron a Estados Unidos.

– ¿A Estados Unidos? Pero ¿por qué? -pregunté irritado. Me fastidiaba el trajín de mi bisabuela de un lugar a otro. Me estaba resultando agotador seguir sus pasos por medio mundo.

– Pues porque lord James le pidió un favor a su sobrino y éste insistió en que sólo se lo haría si lo acompañaba Amelia. Está todo aquí, en este cuaderno -dijo lady Victoria señalando la cubierta.

– ¿Puedo verlo?

– En realidad es parte del diario de lady Eugenie, la madre de Albert. Gracias a ellas tenemos la información de lo que pasó. No sé si se lo he dicho, pero Eugenie escribía todos los días en estos cuadernos. Era su manera de desahogarse. Albert no dejaba de darle disgustos por su negativa a romper con Amelia para casarse con lady Mary Brian. ¿Está preparado?

Asentí. Sabía que lo mejor que podía hacer era escuchar sin interrumpirla hasta que se cansara de hablar.

«Winston Churchill estaba empeñado en lograr la colaboración de Estados Unidos. Sabía que Gran Bretaña no podía ganar la guerra sin su ayuda e intentaba convencer por todos los medios al presidente Roosevelt de que les prestara su apoyo. El Reino Unido estaba en quiebra y necesitaba dinero con urgencia para hacer frente a los cuantiosos gastos de la guerra.

Lord James había pensado que puesto que su hermano Ernest era un próspero hombre de negocios en Estados Unidos, su cuñada Eugenie reunía en su salón a lo más granado de la sociedad neoyorquina y Albert era un periodista influyente, pues que podía utilizar a su familia para convencer a los prohombres de Washington de que su ayuda era imprescindible para vencer a Hitler.

Ernest y Eugenie aceptaron con entusiasmo convertirse en embajadores extraordinarios de su patria, en tanto que Albert se comprometió a dar una serie de conferencias por todo Estados Unidos para hablar del peligro que significaba Hitler, pero insistió en que Amelia debía acompañarle.

Escuche lo que Eugenie escribió en su diario:

«Albert llega mañana. Mi cuñado Paul lo ha convencido. ¡Menos mal! Incluso Ernest, tan comprensivo siempre con nuestro hijo estaba furioso por su negativa a implicarse en lo que está pasando. Claro que nos hace pagar un precio gravoso: viene con esa Amelia que para mí se ha convertido en una pesadilla. ¿Cómo la presentaré a nuestras amistades? No puedo decir que es la prometida de Albert, puesto que es una mujer casada. Tampoco quiero presentarla como una amiga de la familia. No sabemos nada de ella y, por lo que a mí respecta, opino que es sólo una aventurera por más que Paul le haya dicho a Ernest que Amelia ha hecho algunas cosas útiles. No sé qué cosas, pero seguro que no serán tan importantes como Paul le ha hecho creer a Ernest. Sea lo que sea que haya hecho esta chica, eso no la exime de no ser una don nadie. Albert dice que Amelia es de buena familia, pero ¿qué clase de familia es la que le permite a una hija abandonar a su marido y a su hijo?

No será fácil soportar los chismorreos sobre Albert por su cabezonería insistiendo en instalar a Amelia en su apartamento de Nueva York, lo mismo que hizo en Londres. Mi hijo amancebado con esa española… ¡lo que llegarán a decir!»

«Si no fuera porque es mi hijo, no le recibiría nunca más. Se ha presentado en casa con Amelia y eso que su padre le había insistido en que tenían que hablar a solas. Pero Albert es así de cabezota. El almuerzo me ha resultado insoportable. Esa chica no dejaba de mirarme y Albert sólo está pendiente de ella. Lo peor es que Ernest se ha reunido a solas con Albert y he tenido que estar cerca de una hora con esa cualquiera. Le he preguntado si había leído a Shakespeare y me ha dicho que no. Me lo imaginaba. Sus gustos musicales tampoco son extraordinarios, aunque al parecer es capaz de interpretar al piano algunas piezas de Mozart, Chopin y Lizt. No sé qué es lo que mi hijo ve en esta mujer. Es desesperante.»

«Ernest me ha dicho que Albert ha tenido un gran éxito en Washington. Han acudido a escucharle algunos amigos del presidente Roosevelt y también algunos hombres de su equipo. Creo que se han quedado preocupados por lo que le han oído contar. Parece mentira que a los norteamericanos les cueste entender que Hitler es un peligro también para ellos. Si no fuera por Winston Churchill, Hitler se convertiría en el amo del mundo, es lo que aquí no quieren ver, aunque Ernest me asegura que Roosevelt se muestra muy receptivo a cuanto le dice Churchill.»

«¡Qué vergüenza! La señora Smith ha venido a verme. La muy bruja sólo quería decirme lo que yo ya sé, que la presencia de Amelia es un escándalo y que Albert debería tener respeto a las buenas familias y no presentarse con ella en todas partes.

Le he dicho a la señora Smith que quizá debería preocuparse de lo que hace su hija Mary Jo, porque en la cena de los Vanderbilt no dejó de coquetear con el mayor de los hijos de los Miller. Sé que no me perdonará el comentario, pero no se me ocurría otra cosa para pararle los pies. No puedo consentir que venga a mi casa a criticar a mi hijo.»

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Dime quién soy»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Dime quién soy» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Dime quién soy»

Обсуждение, отзывы о книге «Dime quién soy» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x