Nancy Huston - Marcas De Nacimiento

Здесь есть возможность читать онлайн «Nancy Huston - Marcas De Nacimiento» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Marcas De Nacimiento: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Marcas De Nacimiento»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Este archivo es una copia de seguridad, para compartirlo con un grupo reducido de amigos, por medios privados. Si llega a tus manos debes saber que no deberás colgarlo en webs o redes públicas, ni hacer uso comercial del mismo. Que una vez leído se considera caducado el préstamo y deberá ser destruido.
En caso de incumplimiento de dicha advertencia, derivamos cualquier responsabilidad o acción legal a quienes la incumplieran.
Queremos dejar bien claro que nuestra intención es favorecer a aquellas personas, de entre nuestros compañeros, que por diversos motivos: económicos, de situación geográfica o discapacidades físicas, no tienen acceso a la literatura, o a bibliotecas públicas. Pagamos religiosamente todos los cánones impuestos por derechos de autor de diferentes soportes. Por ello, no consideramos que nuestro acto sea de piratería, ni la apoyamos en ningún caso. Además, realizamos la siguiente…

Marcas De Nacimiento — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Marcas De Nacimiento», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Ay, Dios mío -exclama Greta-. No ha sido a propósito.

– No, no, sólo bromeaba. Tengo más que suficiente para comer -asegura la abuela Sadie, que se sirve otra montaña de ensalada de patatas en el plato.

– ¿Quieres un poco más de leberswurst , Kristina? -le ofrece Greta.

G.G. rehúsa, agita el puro en el aire y responde:

– Estoy bien.

Así que Greta dice en voz bien alta, con la intención de hacernos reír:

– ¿No es increíble que esta delgaducha soñara de pequeña con ser la Gorda del circo?

Mamá y papá ríen por cortesía, aunque han oído la historia cientos de veces, igual que yo, y la abuela Sadie dice con la boca llena:

– Yo casi podría optar al puesto, ¿eh?

Todo el mundo ríe un poco el comentario y, al ver a Sadie, inmensa, impresionante, debo decir que resulta difícil creer que saliera de una mujer con aspecto de elfo como Erra.

– ¿Ha desaparecido el reloj? -dice G.G. de repente-. Antes había un reloj precioso… ahí mismo.

Se abre otro silencio. Mamá y yo nos miramos porque este silencio parece diferente de los demás.

– ¿No te acuerdas? -dice Greta en voz queda, como si no pudiera creerlo-. Lo rompió el abuelo…

– Ah, ¿lo rompió? No; lo había olvidado.

– Cómo es posible… cómo… fue el día que lo rompió todo… el día… ¿Quieres decir que no…?

– No; lo siento. Supongo que he vivido demasiadas vidas desde entonces. Mis recuerdos de ésta son… bueno… incompletos, como poco. Además, no olvides que soy menor que tú. Tú tenías… diez, ¿no?, al final de la guerra. Yo sólo tenía seis y medio. Eso supone mucha diferencia.

– Sí, es verdad -dice Greta, y aparta el plato y se pone en pie no sin esfuerzo-. Por favor, Tessa -le dice a mamá-, ¿te importaría preparar café para tu familia? Tengo que tumbarme un ratito.

Vacila. Da dos pasos, se detiene y vacila de nuevo. No sabemos qué hacer. Sadie no puede ayudarla y el resto no nos atrevemos a tocarla porque es una desconocida. Al final, Erra se levanta lentamente de la silla.

– Déjame ayudarte, Greta -dice, y las dos ancianas salen cojeando de la habitación.

– ¡Qué porcelana tan exquisita! -exclama mamá mientras alza con cuidado diminutas tazas y platillos floreados de la alacena de la cocina.

– Sí, ¿verdad que son preciosos? -coincide Sadie-. Fabricados en Dresde, claro.

Siguen así. No sé cómo las mujeres no se vuelven locas con su constante cotorreo sobre que si «esto es precioso» y «eso es encantador» y «lo de más allá es exquisito», pero puesto que no tengo que quedarme sentado a la mesa durante el café, me voy pasillo adelante, en busca de un cuarto de baño donde descargar.

La caca es perfecta, en forma de misil, firme sin ser dura. Chaval, pienso mientras la expulso, cómo hecho de menos Internet. ¡Cómo hecho de menos Google! Me pregunto si alguien habrá oído hablar siquiera de Internet en este pueblucho de paletos.

Cuando me dirijo de regreso al salón, a paso suave pasillo adelante, echo un vistazo a mi reloj digital y veo que, por suerte, ya son las tres y cuarto. Mamá me dijo que nos marcharíamos hacia las cuatro, lo que supone que en apenas media hora puedo empezar a tirarle de la manga, fingiendo que estoy indignado: «Lo dijiste… me lo prometiste.»

Justo mientras imagino mi propia voz pronunciando esas palabras, oigo que G.G. las pronuncia exactamente con el mismo tono de voz indignado:

– ¡Lo dijiste! ¡Me lo prometiste!

Greta le responde algo en alemán.

La puerta del dormitorio ha quedado entornada, y cuando miro a hurtadillas para ver qué ocurre, no puedo creerlo: ¡las dos ancianas se pelean por una muñeca! G.G. la abraza contra su pecho -una estúpida muñeca vieja con vestido de terciopelo rojo- y tiene la cara congestionada de ira.

– ¡Es mía! -protesta con un siseo-. ¡Siempre fue mía, pero al margen de eso, aunque no fuera mía, me lo prometiste, Greta!

Greta vuelve a responderle en alemán. Parece agotada por completo. Llega a su cama y se deja caer, tan pesadamente que los muelles chirrían. Lanza un suspiro y luego no se mueve.

Aferrada aún a la muñeca, G.G. se acerca a los pies de la cama. Se queda mirando a su hermana un buen rato, pero por desgracia ahora está de espaldas a mí y no puedo ver la expresión de su cara.

II Randall, 1982

Esta primavera percibí la configuración de un año por primera vez. Cuando empezaron a salirles hojas a los árboles, recordé con toda precisión cómo habían salido la primavera pasada y me dije con asombro: «Así que esto es un año.»

Cada estación tiene sus juegos en los que puedes abstraerte. En primavera son las canicas, en cuanto el empedrado está lo bastante seco para jugar. Las lanzo con un capirotazo hasta que la tercera uña se me pone morada. El satisfactorio chasquido cuando colisionan. A pillar en el patio con otros chicos del edificio. Trepar a los armazones en los columpios. Quedarse colgando de las barras paralelas. Balancearme pasando las manos de una barra a la siguiente y encontrarme con que puedo llegar de un extremo al otro, ya tengo los brazos lo bastante fuertes y no me dejarán en la estacada como el año pasado, cuando a medio camino de pronto me entraba la debilidad y tenía que darme por vencido y dejarme caer al suelo. En verano es jugar al softball con papá en Central Park. Lanzo la pelota una y otra y otra vez hasta que me duele el hombro, y él la coge, a veces. Mi padre no es especialmente atlético, así que la pelota se le escapa bastante a menudo, y cuando se le escapa no corre como loco a recogerla tal como hacen algunos padres, se limita a trotar sin prisas hasta donde ha caído la pelota y yo me aburro, pero al menos parece pasárselo bien. Luego le llega el turno de batear y a mí el de tener el guante, que me queda un poco grande, pero cuando comience el colegio en otoño van a comprarme un guante de mi talla. En cuanto la pelota golpea la gruesa palma de cuero, cierro los inmensos dedos acolchados y atrapo la pelota y digo: «¡Eliminado!» Cuando me canso vamos al diamante del campo de béisbol, me agarro a la verja metálica y trepo para ver a los mayores jugar al béisbol como es debido. Tengo que quedarme detrás de la verja porque mamá teme que me den un pelotazo en los dientes, un temor bastante raro, pero la entiendo en la medida en que ya se me han caído los dientes de leche delanteros, de modo que estos incisivos son todo lo que me queda. Si pierdes la segunda dentadura, lo llevas claro.

En otoño están los inmensos y boyantes montones de hojas secas para atravesarlos corriendo o revolcarse como si de un colchón crujiente se tratara.

El invierno consiste en batallas de bolas de nieve: el brusco, gélido y delicioso dolor al recibir un bolazo justo en el cogote y notar que el agua empieza a deslizarse por la espalda debajo de la ropa. Abalanzarse sobre los otros chicos, restregarles la cara en la nieve, venga a jadear, empujar, forcejear, golpear. Hacer muñecos de nieve. Enterrar a alguien, o dejar que te entierren, en la nieve. Lanzarse en trineo en las montañas Catskills. El zumbido del trineo cuando alcanza una buena velocidad y el viento te silba en los oídos y golpeas una placa de hielo y la madera del trineo cruje y te da la impresión de que vas a hacerte daño pero no ocurre nada, lo único que haces es convertirte violentamente en una ventisca de nieve. El golpetazo seco de todos los cuerpos amontonados cuando el trineo se detiene de repente. Uno se pone en pie, atolondrado de alivio, se tambalea y ríe.

Yo preferiría estar siempre jugando que hacer cualquier otra cosa porque puedes abstraerte por completo. El resto del tiempo tienes que preocuparte por si estás haciendo las cosas lo bastante bien.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Marcas De Nacimiento»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Marcas De Nacimiento» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Nancy Huston - Infrared
Nancy Huston
Nancy Huston - Black Dance
Nancy Huston
Sara Paretsky - Marcas de Fuego
Sara Paretsky
James BeauSeigneur - El nacimiento de una era
James BeauSeigneur
Charlie Huston - Already Dead - A Novel
Charlie Huston
Charlie Huston - A Dangerous Man
Charlie Huston
Nancy Huston - Arbre de l'oblit
Nancy Huston
Alastair Bruce - Marcas en la pared
Alastair Bruce
Omraam Mikhaël Aïvanhov - El segundo nacimiento
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Отзывы о книге «Marcas De Nacimiento»

Обсуждение, отзывы о книге «Marcas De Nacimiento» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x