Louis de Bernières - La mandolina del capitán Corelli

Здесь есть возможность читать онлайн «Louis de Bernières - La mandolina del capitán Corelli» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La mandolina del capitán Corelli: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La mandolina del capitán Corelli»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En plena Segunda Guerra Mundial, la llegada de los italianos trastoca la apacible vida de un remoto pueblo de la es la griega de Cefalonia. Pero aún más la de Pelagia -hija del médico- a causa del oficial italiano, el capitán Corelli, que va a alojarse en su casa. Surgirá el amor. Y también una tragedia que muy pronto interrumpirá la guerra de mentirijillas y la velada confraternización entre italianos y griegos.
Louis de Bernières ha conseguido un bello canto al amor y una afirmación de la vida y todo lo verdaderamente humano que tenemos los hombres y las mujeres. La ternura lírica y la sutil ironía con que está narrado nos envuelve desde la primera página.
Desde el momento de su primera publicación en 1994, La mandolina del capitán Corelli ha sido un éxito continuo con casi dos millones de ejemplares vendidos en todo el mundo.
Ahora se ha convertido en una inolvidable película protagonizada por Penélope Cruz y Nicholas Cage.

La mandolina del capitán Corelli — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La mandolina del capitán Corelli», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– En los hombros tiene favo. Vea, huele a ratón. Requiere azufre y ácido salicílico. Afortunadamente no se le ha metido en el pelo, porque se habría quedado calvo. Estos puntos rojos son piojos del cuerpo. Hay que quemar toda su ropa y afeitarlo de arriba abajo (eso ya lo hará usted) para dejarle los pelos libres de huevos. También podemos bañarle en vinagre. Y luego lo cubrimos de aceite de eucalipto y emulsión de parafina. Las ronchas de los brazos y las piernas son de béte rouges, y podemos acabar con ellas con amoníaco y pomada de cinc. De todos modos, se van solas. Este trozo es pitiriasis, sabe, es de color café. Lo que usamos para lo demás también sirve para curar esto. Si le afeita lo de abajo, ya me entiende, podrá librarle de las ladillas. Si no le importa, yo no miraré. Y en los brazos y las pantorrillas tiene un eczema horrible. Habrá que aplicarle yodo en las grietas, eso si encuentro yodo, y una vez curado el eczema sólo tiene que ponerle loción de calamina, si es que hay forma de encontrar un poco, y seguir aplicándosela hasta que esté curado. No le ponga nada grasiento en la ingle. Esas marcas marrones son picaduras de pulga. -Pelagia hizo una pausa, alzó la vista y vio que Drosoula la estaba mirando con asombro.

– Koritsimou -dijo la gigantesca mujer-, me tienes fascinada. Eres la primera mujer que conozco que lo sabe todo. Dame un abrazo.

Pelagia se ruborizó de satisfacción y, para distraer la atención de sí misma, abrazó a Drosoula y le dijo:

– Sé que estará preguntándose por todos esos bultos rojos que tiene en el vientre y… más abajo. Entre los dedos también hay, pero no se preocupe, sólo es sarna. Se le curará con los otros tratamientos, sobre todo con el cinc y el azufre. Esto creo yo, al menos, pero es mejor que le preguntemos a mi padre -concluyó con modestia.

Drosoula hizo un gesto señalando a su calamitoso hijo:

– No es ninguna ganga, ¿verdad?

Pelagia se maldijo por dentro cuando dijo:

– Una se enamora de la persona, no del cuerpo.

Drosoula sonrió.

– Burradas de romántica. El amor entra por los ojos y se va por el mismo sitio, y si te extraña que mi marido se prendara de mí, con lo fea que soy, es que tenía unos gustos muy extraños, gracias a Dios y al santo. Porque si no, yo aún sería virgen.

– Eso no me lo creo -dijo Pelagia, que, como todo el mundo, siempre se había preguntado cómo había hecho Drosoula para conseguir marido.

A la mañana siguiente el doctor Iannis volvió extenuado de la montaña y no sólo encontró a un hombre cadavérico dormido en la cama de su hija, sino que encontró a ésta y a una repulsiva mujer durmiendo en la de él. La casa apestaba a ajo, jabón, amoníaco, yodo, azufre, carne tumefacta, vinagre, pelo chamuscado; en resumen, olía a consulta de médico con mucho trabajo. Despertó a su hija y le preguntó a bocajarro:

– ¿Quién es ese viejo que está en tu cama?

– Es Mandras, papakis, y ésta es su madre, Kyria Drosoula. Ya os conocéis.

– Pero no en mi cama -replicó el doctor-, y ése no es Mandras. Es un viejo horrible con sarna y los pies vendados. Me he fijado bien.

Más tarde el doctor Iannis escuchó por boca de Pelagia todo lo que ésta había hecho, sin dejar de soltar bufidos y dar caladas a su pipa a cada intento de pronóstico. Cuando hubo terminado, Pelagia se ruborizó al interpretar la actitud de su padre como una fuerte reprimenda por su insolencia. El doctor fue a examinar al paciente, prestando escrupulosa atención a sus pies.

No dijo nada hasta que cogió su maltrecho sombrero para irse. Pelagia, sobando nerviosamente su trapo para el polvo, esperaba verle estallar de un momento a otro.

– Si yo supiera guisar -dijo él, dejándola atónita-, cambiaría de profesión contigo. De hecho, creo que me jubilaría. Bien hecho, koritsimou, nunca me he sentido tan orgulloso de ti.

Le dio un beso en la frente e hizo un mutis teatral escudriñando el cielo por si llegaba la anunciada invasión. Tenía que asistir a una reunión del comité de defensa, en la kapheneia.

Drosoula sonrió a Pelagia, que temblaba abrumada por el alivio y la gratitud.

– Siempre he querido tener una hija -dijo-. Ya sabes cómo son los hombres. Sólo les gustan los varones. Considérate afortunada de tener un padre como el tuyo. Que yo recuerde, mi padre era un bribón, siempre borracho de raki. Rezaré al santo para que Mandras se recupere, y así serás como hija mía.

– En cuanto sea posible -dijo Pelagia, tomándola del brazo-, lo sacaremos a que le dé el sol y la brisa del mar. En estos casos, lo que importa es la mente.

Drosoula reparó en que Pelagia había hecho caso omiso de su observación anterior, pero se lo perdonó. Bastaba con ver a la joven radiante de esa extraña belleza que se deriva de una repentina sensación vocacional.

22. MANDRAS DETRÁS DEL VELO

Hablan de mí como si yo no estuviera presente. Pelagia, el doctor y mi madre. Hablan de mí como si estuviera senil o inconsciente, como si fuera un cuerpo sin mente. Estoy demasiado cansado y triste para salir al paso del ultraje. Pelagia me ha visto desnudo y mi madre me lava las intimidades como si aún fuera un bebé, y me dan ungüentos y lociones que escuecen, aplacan y huelen mal; es como si fuera un mueble viejo al que tratar con ceras y aceites y cuyos cojines están hinchados y remendados. Mi madre me examina las deposiciones y habla de ellas con mi prometida, y me dan de comer con cuchara porque no tienen paciencia para soportar el temblor de mis manos. Me pregunto si se me puede considerar vivo en algún sentido.

Supongo que no. Todo se ha vuelto como un sueño. Existe un velo entre ellas y yo; ellas son sombras y yo estoy muerto, y el velo es tal vez la mortaja que amortigua la luz y empaña la visión. He ido a la guerra y eso ha creado un abismo entre mí y los que no han ido; ¿qué saben ellas de la guerra? Yo he topado con la muerte, he conocido la muerte en cada sendero, he conversado con la muerte en mis sueños, he peleado con la muerte en la nieve, he jugado a los dados con la muerte, he llegado a la conclusión de que la muerte no es un enemigo sino un hermano. La muerte es un hermoso hombre desnudo que se parece a Apolo, y a quien no le gustan esos que van marchitándose en la vejez. La muerte es perfeccionista, le gusta lo joven y lo hermoso, quiere acariciar nuestro pelo y los tendones que unen nuestros músculos al hueso. Hace todo lo que puede por conocernos, nuestros rostros alegran su corazón y se planta en nuestro camino para retarnos porque le gustan las peleas limpias, y tras el combate gusta de ofrecernos su amistad, darnos una palmada en el hombro y hacernos reír de la insensatez y la trivialidad de los vivos. Al término de una batalla, vaga entre los muertos levantándolos, poniendo laureles en la frente de los más guapos, y luego los reúne a todos como a hijos suyos y se los lleva a beber vino con sabor a miel, dándoles el sentido de la proporción que jamás tuvieron en vida.

Pero a mí no me llevó y no sé por qué. Lo cierto es que yo era valiente como el que más. Nunca evitaba el peligro, y seguí adelante incluso cuando mi cuerpo era ya una piltrafa. Creo que si viví fue porque nuestros jefes eran muy listos, creo que si viví fue porque a la muerte le gustaban los italianos. La muerte les dijo que avanzaran en columna hacia nuestros puntos más fuertes, y nosotros los segamos como trigo. Pero los generales nos hicieron rebasar el flanco, superarlos en estrategia, emboscarnos, desaparecer y reaparecer. Nuestros generales se lo pusieron difícil a la muerte, y así, en lugar de acribillarme a balazos hizo que mi cuerpo se pudriera en pocos meses como a otros les pasa en sesenta años. Fue a causa del frío, el lodo, los parásitos, el hambre, la congoja, el miedo, las ventiscas de miríadas de cristales afilados, la lluvia en que hasta los peces podían nadar, todas las cosas que es inútil explicar porque un civil ni siquiera puede imaginarlas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La mandolina del capitán Corelli»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La mandolina del capitán Corelli» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La mandolina del capitán Corelli»

Обсуждение, отзывы о книге «La mandolina del capitán Corelli» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x