– Mi padre decía que somos una dinastía de guerreros que ha sobrevivido durante miles de años. Durante la pascua judía solía encender velas y leer el capítulo 18 del Evangelio de san Juan, el que explica que después de que Jesús pasara la noche en el huerto de Getsemaní, Judas lo delató a los soldados romanos enviados por el Sumo Sacerdote.
– Conozco ese pasaje de la Biblia -intervino Hollis-. Lo cierto es que tiene un detalle curioso. Se supone que Jesús es el príncipe de la paz. A lo largo del Nuevo Testamento no se hace ninguna mención de armas o guardaespaldas; pero, de repente, uno de los discípulos…
– Fue Pedro -terció Vicki.
– Eso es. Ahora lo recuerdo. El caso es que Pedro desenvaina una espada y le corta la oreja a un sirviente del Sumo Sacerdote, a un tal… -Esta vez, Hollis miró a Vicki seguro de que ella sabría la respuesta.
– Un tal Malco.
– Aciertas de nuevo -prosiguió Hollis, asintiendo-. Así pues, el malo se quedó en medio del jardín con sólo una oreja.
– Algunos eruditos creen que Pedro era miembro de la secta de los zelotes -comentó Maya-, pero mi padre opinaba que fue el primer Arlequín del que se tuvo constancia documental.
– ¿Nos estás diciendo que Jesucristo era un Viajero? -preguntó Vicki.
– Los Arlequines son guerreros, no teólogos. No nos pronunciamos acerca de qué Viajero ha sido la verdadera encarnación de la Luz. El Viajero más importante lo mismo pudo ser Jesús, Mahoma o Buda. También pudo tratarse de algún oscuro rabino muerto en el Holocausto. Defendemos a los Viajeros, pero no juzgamos su santidad. Eso queda para los fieles.
– Pero tu padre citaba la Biblia.
– Yo procedo de una rama europea de Arlequines que tiene estrechos lazos con la cristiandad. La verdad es que algunos Arlequines van más lejos en el libro de Juan. Después de que Jesús fuera apresado, Pedro…
– Negó conocer a Jesús. -Hollis se apartó de los fogones-. Era su discípulo, pero negó al Maestro tres veces.
– La leyenda dice que los Arlequines arrastran una maldición por ese motivo. Los Arlequines debemos defender a los Viajeros por toda la eternidad precisamente porque Pedro no permaneció fiel a Jesús en esos momentos.
– Suena como si no acabaras de creerlo -comentó Hollis.
– No es más que un relato de la Biblia. No lo hago mío, pero sí creo que existe una historia secreta del mundo. Siempre ha habido guerreros que han defendido a los peregrinos o los buscadores espirituales. Durante las cruzadas, un grupo de caballeros cristianos empezó a proteger a los peregrinos que viajaban a Tierra Santa. Balduino II, el rey cruzado de Jerusalén, permitió que esos caballeros ocuparan parte del antiguo templo. No tardaron en adoptar el nombre de Orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Jerusalén.
– ¿No los llamaban habitualmente Templarios? -preguntó Gabriel.
– Sí. Ése es su nombre más conocido. Los Templarios se convirtieron en una orden rica y poderosa que controlaba iglesias y castillos por toda Europa. Poseían barcos y enviaban dinero a los reyes europeos. Al final, los Templarios dejaron de ocupar Tierra Santa y empezaron a proteger a cualquiera que hiciera un viaje espiritual. Establecieron vínculos con grupos heréticos como los bogomiles de Bulgaria o los cátaros en Francia. Se trataba de gnósticos que creían que el alma se halla atrapada dentro del cuerpo. Únicamente los individuos a los que les ha sido concedido un conocimiento secreto son capaces de escapar de la prisión del cuerpo y cruzar a otros dominios.
– Y entonces los Templarios fueron destruidos -dijo Gabriel.
Maya asintió lentamente, como si estuviera recordando la historia que había aprendido tiempo atrás.
– El rey Felipe el Hermoso de Francia temía su poder y deseaba hacerse con sus posesiones. En 1307 envió sus tropas contra el cuartel general de los Templarios y los detuvo por herejía. El gran maestre de la orden fue quemado en la hoguera, y la orden dejó de existir, al menos públicamente. La verdad es que sólo murieron unos pocos. La mayoría de ellos se ocultó y pasó a la clandestinidad, donde continuó con sus actividades.
– Hora de comer -anunció Hollis dejando un plato con emparedados calientes en la mesa mientras Vicki acababa de preparar la ensalada de frutas.
Todos se sentaron y empezaron a comer. Maya se había relajado un poco, pero el ambiente seguía siendo incómodo. La Arlequín contempló a Gabriel como si intentara averiguar si poseía el don de cruzar, y éste pareció leerle el pensamiento, clavó la mirada en el plato y se dedicó a la comida.
– ¿Y por qué os llaman Arlequines? -pregunto Hollis a Maya-. ¿Los Arlequines no son una especie de actores con la cara pintada, como los payasos?
– Adoptamos ese nombre en el siglo XVII. El Arlequín es uno de los personajes de la Commedia dell'arte italiana, por lo general un sirviente muy listo. Siempre va vestido con un conjunto de rombos. A veces toca el laúd o tiene una espada de madera. Los Arlequines siempre llevan una máscara que oculta su identidad.
– Pero se trata de un nombre italiano -repuso Hollis-. Me habían dicho que los Arlequines solían estar en Japón, en Persia o en cualquier lugar del planeta.
– En el siglo XVII, los Arlequines europeos empezaron a entrar en contacto con guerreros de otras culturas que también defendían a los Viajeros. Nuestra primera alianza fue con los sijs del Punjab. Al igual que los Arlequines, los sijs más devotos llevan encima un cuchillo ritual llamado kirpan . Más o menos por la misma época, también establecimos contacto con guerreros budistas y sufíes. En el siglo XVIII se nos unió una orden de luchadores judíos de Rusia y el este de Europa dedicada a proteger a los rabinos que estudiaban la Cábala.
Vicki se volvió hacia Gabriel.
– León del Templo, el Arlequín que defendió al Profeta provenía de una familia judía.
Hollis parecía divertirse.
– ¿Sabéis?, he estado en esa ciudad de Arkansas donde lincharon a Isaac Jones. Hace treinta años, los de la NAACP y algún grupo judío se juntaron y levantaron una placa en recuerdo de Zachary Goldman. Hacen que parezca un asunto de amor y fraternidad porque ese Arlequín se cargó a dos cabrones racistas con una palanqueta.
– ¿Ha habido alguna vez una reunión de Arlequines? -preguntó Gabriel-. ¿Se han encontrado alguna vez los distintos grupos bajo un mismo techo?
– Eso no ocurrirá nunca. Los Arlequines aceptan el azar de la batalla. No nos gustan las normas. Las familias Arlequín están unidas mediante vínculos matrimoniales, de tradición y amistad. Algunas han sido aliadas durante siglos. No hemos elegido líderes ni tenemos una regla fundacional. Ésa es la manera Arlequín de ver el mundo. Algunos Arlequines luchamos porque ése es nuestro destino. Otros lo hacemos para defender la libertad. Y no me refiero a la facultad de poder elegir entre catorce marcas distintas de dentífrico ni a la locura que lleva a un terrorista a volarse dentro de un autobús. La verdadera libertad es tolerante. Da a la gente la posibilidad de que piensen y vivan de otra manera.
– Sigo queriendo saber más de «Condenado por la carne, salvado por la sangre» -dijo Hollis-. ¿A qué sangre te referías? ¿A la de la Tabula, los Arlequines o los Viajeros?
– Escoge la que quieras -repuso Maya-. Puede que me refiriera a todas.
Únicamente había un dormitorio en toda la casa. Hollis propuso que las dos mujeres compartieran la cama. Él y Gabriel dormirían en el salón. Vicki se dio cuenta de que a Maya no le gustaba la idea. Una vez encontrado Gabriel, parecía hallarse incómoda si no lo tenía a la vista.
– No pasará nada -le susurró-. Gabriel estará apenas a unos metros. Si quieres, podemos dejar la puerta abierta. Además, Hollis tiene un rifle.
Читать дальше