Camilo Cela - La cruz de San Andrés

Здесь есть возможность читать онлайн «Camilo Cela - La cruz de San Andrés» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La cruz de San Andrés: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La cruz de San Andrés»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

A través de una estremecedora y minuciosa confesión, Matilde Verdú, nos hace un relato puntual de su vida. Sexo, frustración, locura y muerte se entrelazan íntima y amorosamente hasta componer un retablo magnífico, que incluye desde los pequeños acontecimientos hasta los sucesos más dramáticos de su existencia.

La cruz de San Andrés — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La cruz de San Andrés», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

La tormenta no obedece a la rosa de los vientos ni al motor de vapor, la tormenta viene de donde quiere y no respeta lo que señalan los instrumentos de navegación, el norte magnético no es más que una referencia, cuando la tormenta se pinta de norte a sur, de las islas Gabeiras al cabo Prioriño para saltar después a la punta de Seixo Branco, las gaviotas se refugian en tierra y se esconden más allá de Carral y de Montouto, nadie sabe quién gobierna la brújula de las gaviotas. Fran cazaba gaviotas con anzuelo desde la terraza de su casa, ponía una miñoca de cebo, lanzaba la caña lo más lejos posible, cuanta más distancia y altura más emoción, y las cazaba al vuelo, después cobraba el sedal, las desenganchaba y las soltaba porque no sirven para comer, están muy duras. Matilde Verdú estaba obsesionada con la idea de la muerte.

– ¿Tú crees que se puede morir sin fe bastante?

– No, si creyeses en la vida con pasión, si te agarrases a la vida como una lapa, serías inmortal, pero al primer desmayo te morirías entre las carcajadas de los tuyos, todos sentados en el suelo, todos vestidos de limpio y todos borrachos.

– Es horrible esto que me dices.

– Perdóname, no pude evitarlo.

Betty Boop cree más en la vida que en la muerte y ama la aventura imprevista y la zancadilla de la monótona ruleta que decide quienes han de morir cada mañana y de qué manera, Betty Boop vive inmersa en el sueño o flotando en la vida, pero no pudo nunca echar raíces en la tierra.

– ¿Te gusta volar?

– Sí.

– ¿Y nadar?

– También.

– ¿Más en la mar que en la piscina?

– Sí.

– ¿Y andar por el campo o por las calles de la ciudad?

– Menos.

En el Cerro de los Ángeles, Franco renovó la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús. Franco inauguró la nueva iluminación de la catedral de Córdoba. Franco inauguró la presa y el embalse de Iznajar. Betty Boop puso fin a su recua de novios casándose con Roberto Bahamonde, un aparejador de Ribadavia violento, mandón y autoritario, que la puso firme ya desde el noviazgo, yo creo que hasta le sacudía con la mano o con el cinto, Betty Boop le había regalado un cinto de cocodrilo muy elegante de color negro, Roberto le daba trallazos restallantes y se reía mucho, Betty Boop se dejaba gobernar y él no le daba descanso y hacía el amor con ella, siempre a lo bravo, donde se encontrasen, no desperdiciaba ocasión, en la playa, en el coche, en el portal de su casa, en un palco del teatro Rosalía, en el campo, la verdad es que todos los sitios pueden ser buenos. A Betty Boop la mueve un resorte misterioso, venenoso y audaz, Roberto salió de viaje y Betty Boop se fue en bicicleta hasta el puente del Burgo y paró un camión.

– ¿Me lleva? Estoy cansada de pedalear.

– Sube, pon la bici ahí detrás. ¿Adónde quieres ir?

– A Santiago.

– Venga, sube.

El camionero iba en camiseta y fumando una tagarnina, tenía el pecho recio y peludo, los brazos poderosos y tatuados, el cuello fuerte y la cabeza grande, del sobaco le nacía una pelambrera más que cumplida y tenía también la voz solemne, grave y armoniosa, hablaba como un canónigo. Al llegar a Sigüeiro se metieron por la carretera de Vilarromariz a buscar el río Tambre, se pararon en la linde de la carballeira de Cotobal, justo donde empiezan los helechos.

– ¿Te quieres bañar?

– Sí.

– ¿Trajiste bañador?

– No, yo me baño desnuda si tú me defiendes.

El camionero se llamaba Saturio y tenía un sexo descomunal, muy cumplido y bien dibujado, Betty Boop jamás había visto nada parecido, Saturio no se anduvo con mayores miramientos y Betty Boop lo dejaba hacer, Saturio tumbó a Betty Boop sobre la yerba y le clavó violenta e inevitablemente lo mandado, Betty Boop no podía ni respirar, tampoco hubiera querido ni respirar, pero gozó casi con fiereza, gozó seguido y no alentando más que lo preciso durante mucho tiempo.

– ¿Tienes bastante, señorita de la mierda?

Betty Boop sonrió, lo besó en la boca y le dijo que no, que no tenía bastante, que una mujer nunca jamás tenía bastante, que son los hombres los que se cansan de amar, los que se hartan de amar, los que se aburren y al final se espantan de amar. Saturio se llegó a la cabina y trajo medio jamón, un pan de hogaza y una bota de vino, es fácil pescar truchas con la mano, tan fácil que lo prohíbe la ley, se mete la mano debajo de una piedra del río y se sacan dos truchas relucientes y plateadas, saltarinas y escurridizas, las truchas pequeñas, las de cuatro o cinco dedos, se pueden comer crudas, sin quitarles ni las espinas ni las tripas, lo primero que se muerde es la cabeza para matarlas y que no se escapen, Betty Boop no había comido nunca truchas crudas y vivas.

– ¿Te gustan las truchas así, como salen del agua?

– Sí, mucho.

– ¿Y el jamón?

– También.

– ¿Y el pan?

– También.

– ¿Te gusta todo?

– Sí, todo.

Después Betty Boop se echó a llorar y Saturio se quedó medio desorientado; como no sabía lo que hacer, se subió al camión y se fue por la carretera abajo, a seguir rodando y rodando, con el azaramiento olvidó devolverle la bicicleta a Betty Boop.

A mi marido lo metieron en la cárcel por razones políticas, primero unos y después los otros, mi marido tenía una tía monja y otra sindicalista, con las ideas no se debe jugar porque pueden estallar en la mano.

Ahora vuelvo a escribir en papel de retrete marca La Condesita, que es sin duda el mejor, no sé ya cuántos rollos llevo, para contar naufragios y hundimientos lo más prudente es buscar soportes innobles y humildísimos, soportes que no resistan el paso del tiempo, para aguantar ya estoy yo que aguanto mucho, que aguanto más que nadie, sólo pido a Dios que no me mande todo lo que puedo aguantar sin mover un solo músculo de la cara, un solo nervio de la cara, ni siquiera los de los ojos, no probé nunca, pero creo que podría aguantar más dolor que un jabalí, más oprobio y todavía más humillación que un jabalí. Las enfermedades no respetan el talento, un genio puede morir de la misma enfermedad que un estúpido y a una virgen la puede matar el mismo cáncer que a una puta, la muerte ni distingue ni razona sino que se limita a segar todas las ilusiones con su guadaña, también todas las esperanzas y todos los descuidos y torpes desvíos.

– ¿Por qué cierras los ojos con timidez cuando te leen el reglamento en voz alta?

– No lo sé.

– ¿Por qué tu marido, en vez de lavarse con jabón medicinal, se perfuma el esfínter del ano con humo de sándalo?

– No lo sé, no he podido averiguarlo nunca, mi marido a veces es muy misterioso, muy introvertido y asustadizo, mi marido está asustado casi siempre, es muy huraño.

Raimundo Fanego, el pelirrojo que era guardia civil en La Estrada, le preguntó a Hipólito Parga, que había sido seminarista y que ahora era practicante en La Esclavitud:

– ¿Una cara mentirosa debe ocultar lo que sabe un corazón falso, como dice el inglés?

– ¿Qué inglés?

– Eso es lo de menos, contésteme a lo que le pregunto, ¿una cara mentirosa debe ocultar lo que sabe un corazón falso?

– ¿Yo qué sé?

Hipólito Parga estuvo trabajando algún tiempo en La Coruña y le arreglaba los pies a mi tía Marianita, también le ponía inyecciones y lavativas, mi tía Marianita era muy estreñida, padeció toda su vida de estreñimiento, a veces estaba hasta diez o doce días sin ir al retrete y había que ponerle enemas medicinales, las mujeres solemos propender a estas servidumbres. Hipólito Parga estuvo durmiendo una temporada con Rómula, la criada de Clara Erbecedo, entraba por la noche por el portillo de la huerta y salía antes del amanecer por el mismo sitio, Rómula no era ya ninguna niña pero lo trataba con cariño, le lavaba la ropa y le daba bien de cenar y de desayunar, hay que corresponder y ser agradecido, Rómula le daba de cenar bistés a la plancha, casi crudos o sea vuelta y vuelta, o sardinas asadas cuando era el tiempo, o huevos con chorizo y patatas fritas, antes una ensalada de lechuga, tomate y cebolla y de postre mermelada de ciruelas o queso con dulce de membrillo, también le daba siempre café y una copa de aguardiente de orujo, Hipólito Parga se acostaba con Rómula siempre en posición natural, en cualquiera de las siete posiciones naturales, en esto no se deben hacer concesiones ni improvisar.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La cruz de San Andrés»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La cruz de San Andrés» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La cruz de San Andrés»

Обсуждение, отзывы о книге «La cruz de San Andrés» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x