Camilo Cela - La cruz de San Andrés

Здесь есть возможность читать онлайн «Camilo Cela - La cruz de San Andrés» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La cruz de San Andrés: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La cruz de San Andrés»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

A través de una estremecedora y minuciosa confesión, Matilde Verdú, nos hace un relato puntual de su vida. Sexo, frustración, locura y muerte se entrelazan íntima y amorosamente hasta componer un retablo magnífico, que incluye desde los pequeños acontecimientos hasta los sucesos más dramáticos de su existencia.

La cruz de San Andrés — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La cruz de San Andrés», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Usted antes dijo un rabuño, con a, y a mí me parece que es un rebuño, con e.

– No sé, puede que sí, quizá sí.

– Le repito, ¿en español no será un rebujo, con e y con jota?

– A lo mejor, no le digo que no.

A los pocos años, Betty Boop tuvo una niña, María Pía, pero no le hace demasiado caso, a María Pía la cuida Rosiña Abeledo, una asistenta mu\ maternal y con mucho instinto que estuvo casada con un carabinero que la dejó viuda a resultas de una borrachera, la dejó viuda y con seis hijos, Betty Boop no para un momento en casa se pasa el día entero en la calle, sale a desayunar y ya no vuelve hasta la noche, se pasa el día por las cafeterías tomando batidos y dejándose invitar, cafetería Safeway, cafetería Manhattan, cafetería Challenger, cafetería Sithon's. Al cabo de algún tiempo Robert decide que se van a vivir a Porriño, cerca de su madre, cuando enviudó su madre, que era de Porriño, volvió a su casa de familia, a la casa en la que había nacido, eso es algo que suele tirar mucho; contra todo pronóstico Betty Boop se adapta bien aunque se lleva a matar con su suegra, eran muy distintas las dos, tampoco se llevaba bien Loliña Araújo con Guillermina Fojo, su nuera, es frecuente, es como una costumbre, Enriqueta Chas viuda de Bahamonde, la madre de Robert, era una mujer chapada a la antigua, muy devota y hacendosa, muy relimpia y conservadora, muy de estar siempre en casa arreglando armarios y haciendo postres de cocina, Chas no es apellido pontevedrés, pero el padre de Enriqueta, funcionario público, era de Correos, vivió muchos años en Porriño, tanto en activo como ya jubilado, y allí murió.

Una vez más hago firme propósito de la enmienda y me dispongo a poner un mínimo orden en mis recuerdos y en mis papeles, que a mi marido y a mí nos vayan a clavar en la cruz de San Andrés no puede ser disculpa para omitir los deberes, ni argumento que aspire a justificar cl procedimiento doloso, debe leerse a Platón, sí, pero sin olvidar el catecismo, el mundo es un escenario y los hombres y las mujeres no somos sino meros actores con frecuencia poco y mal ensayados y con los papeles no del todo bien aprendidos.

Al cabo de dos o tres años Betty Boop, ya casada y esperando a María Pía, se le notaba bastante el embarazo, se encontró con Miguel Negreira, el profesor de violín, por la calle, empezaron a zumbarle los oídos y creyó que se le salía el corazón por la boca de lo emocionada que se puso.

– ¿Y tú?

– Pues va ves, pensando siempre en ti.

Miguel le contó a Betty Boop que había estado estudiando violín en Salzburgo, el violín es algo de lo que jamás se aprende lo bastante, nunca se llega a dominar del todo, y también le reprochó que se hubiera casado sin decírselo, ¿para qué esas prisas?

– Esto no se me hace, Claudia, yo me hubiera merecido otra cosa, jamás creí que fueras capaz de hacérmelo, yo te hubiera esperado siempre, Claudia, siempre, y tú lo sabes, tú tienes la obligación de saber que por ti hubiera hecho los mayores sacrificios y no me hubiera cansado nunca de esperarte.

Durante el tiempo que les duró la fiebre de amor, que fue hasta que Betty Boop tuvo que irse a Nuestra Señora de Belén a recibir a María Pía, los tórtolos se metían en la cama a diario de once de la mañana a tres de la tarde, Miguel era un sibarita y para él no había nada mejor que acostarse con una embarazada en los últimos meses de gestación; después se tomaban un sandwich de huevo, jamón y queso, un tres en uno, en el Linar, en General Mola entre Olmos y la calle Real. La vida barre todos los trances por hermosos o ruines que fueren, le ayuda la inteligencia, ésa es la servidumbre de la que no sabemos huir, nadie sabe huir jamás de nada y menos que nadie los enamorados, suele pensarse al revés, suele pensarse que todos sabemos huir siempre de todo y más que nadie los enamorados, Lucas Muñoz era capaz de recitar La Divina Comedia de memoria, Lucas Muñoz sabía hasta arameo, ¿qué no sabrá Lucas Muñoz?, Góngora llamaba ciego que apuntas y atinas, al amor; a Betty Boop se le fue diluyendo en la sangre aquel episodio, quizá el más bello y noble de su vida, y al final quedó todo en poco más que en un sueño borroso, duele mucho ver cómo se van haciendo borrosos los sueños que acaban por mermar y marearse, que terminan por difuminarse poco a poco y desaparecer como la voluta de humo azul de un cigarro habano, cualquier ánima del purgatorio, cualquier alma en pena de la Santa Compaña podría pedir hablar en el turno de ruegos y preguntas para decir: ¡Basta ya de ceremonias inútiles, carísimas y casi imposibles de ensayar! ¡Yo voto por la abolición de los impuestos indirectos, los uniformes de gala y la ley de herencia! ¡Procedamos a desterrar los castigos corporales! ¡Sáquesenos de aquí! ¡No es posible que sea Dios quien nos tenga encerrados aquí!

– La veo a usted muy pesimista, Rita, muy reprimida.

– No crea, Guillermina, no estoy nada pesimista ni menos aún reprimida. Y además yo no soy Rita, Guillermina, yo soy Tomasa, debiera usted recordarlo.

– Dispense, Tomasa, hija, ¡qué tonta soy!

El cáncer de próstata no es de los peores, mi marido, antes de que lo clavaran en la cruz de San Andrés, la verdad es que nos clavaron a los dos al mismo tiempo y uno frente al otro, en esto de las crucifixiones de nada valen los handicaps, para nada sirven, mi marido decía siempre, le iba diciendo, que él prefería un cáncer de próstata a un traje marrón o una gorra con la visera de hule como la que llevan algunos alemanes, mi marido fue siempre un si es no es exagerado y caprichoso. Matilde Verdú fuma demasiado y, claro es, tose como una oveja, si no está tísica va camino de estarlo, no se puede fumar con semejante avaricia, con semejante voracidad, don Pedro Rubiños y Jesusa Cascudo tenían malos y deleitosos pensamientos recíprocos, tampoco más de lo que se dice, tenían reconfortadores y lascivos pensamientos recíprocos, él los situaba casi siempre en la playa o en un apestoso urinario municipal, y ella se los figuraba en los jardines del Relleno o bajo los soportales de la Marina poco antes del amanecer, cuando la noche es más oscura. Don Pedro Rubiños invitaba a veces a Jesusa Cascudo a café cortado y aprovechaba la ocasión para imaginársela desnuda, con el pelo suelto y sin faja.

– Nada me importa que se desfonde un poco, la juventud pronto pasa y después todos nos esbarroamos, unos más y otros menos.

Jesusa Cascudo se representaba a su galán en calzoncillos, con los zapatos puestos, el bulto muy marcado, el pecho peludo y la voz más grave que en el café.

– A lo mejor no es así, los hombres están llenos de sorpresas.

Don Pedro Rubiños y Jesusa Cascudo, en cuanto dejaban de imaginarse escenas y consideraciones, volvían a hablar en voz alta:

– ¿Quiere usted unas pastitas, amiga Jesusa?

– No se moleste, don Pedro, bueno, como guste, yo encantada, por complacer, yo lo hago solo poi complacer.

Ana María Monelos estaba muy agradecida a don Pedro Rubiños porque le había abierto los ojos sobre las intenciones de Julián Santiso, el maestro ínfimo de la Comunidad del Amanecer.

– No seas tonta, Ana María, ese es un mangante que va sólo por tu dinero, un mangante espiritual, que son los peores, la salvación eterna no tiene precio, nadie le pone precio, y los intermediarios se quedan con los cuartos de los que se salvan, cada cual se las ingenia como puede para vivir sin trabajar y a fuerza de engañar incautos, esta gente recurre a todo, entérate bien, pero lo único que les interesa es el dinero, las viudas sois terreno abonado para sus trapicheos, si te hubiera llevado a la cama una sola vez estabas perdida, puedes creerme.

– No, Pedro, te juro que no me acosté con él.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La cruz de San Andrés»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La cruz de San Andrés» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La cruz de San Andrés»

Обсуждение, отзывы о книге «La cruz de San Andrés» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x