[14]En los viejos tiempos las estancias se separaban por zanjas para impedir que se mezclara el ganado. Fueron inmigrantes vascos e irlandeses quienes trabajaron haciendo pozos en la pampa; los gauchos se negaban a hacer cualquier tarea que significara bajarse del caballo y consideraban despreciables los trabajos que hubiera que hacer «de a pie» (cfr. John Lynch, Massacre in the Pampas) .
[15]«Hay sociedades fantasma que están trabajando 30.000 toneladas de grano en negro por mes. Eso son 3.000 camiones. Los que manejan esto no son más que diez o doce personas. “Hay estudios jurídicos que cobran 30.000 dólares por armar esas sociedades”, declararon varias fuentes a este cronista» (nota de Renzi).
[16]Un tiempo después Ada se compró una Triumph 220 y desde entonces anda en moto por el pueblo, espantando paisanos y aves de corral, con los perros que la corren atrás ladrando como endemoniados.
[17]«Hoy recibieron sepultura en el cementerio de San Justo los restos del soldado Luis Ángel Medina, que ayer fuera ultimado a balazos por dos mujeres pertenecientes a un comando extremista. Ésa sería la última guardia de Medina dado que, al haber cumplido su servicio militar, saldría licenciado el próximo viernes. Sin embargo, por razones de servicio, fue destinado precisamente el día fatal para cubrir el puesto en el que encontró la muerte» (La Razón , 14 de marzo de 1972).
[18]En relación con el crimen político, G. Lukács, en sus notas para un libro sobre Dostoievski (1916), cita a Bakunin: El asesinato no está permitido, es una culpa absoluta e imperdonable; ciertamente no puede, pero debe ser ejecutado . Como el héroe trágico, el auténtico revolucionario afronta el mal y acepta sus consecuencias. Sólo el crimen realizado por el hombre que sabe firmemente y fuera de toda duda que el asesinato no puede ser aprobado bajo ninguna circunstancia, es de naturaleza moral. De ese modo Lukács distingue entre la primera ética -o ética kantiana-, que delimita los deberes según las necesidades inmediatas de la sociedad, y la segunda ética, centrada en la trascendencia. Y Lukács cita Temor y temblor , de Kierkegaard: El contacto directo con la trascendencia en la vida lleva al crimen, a la locura y al absurdo (nota de Renzi).
[19]«I’ll teach you differences» (Rey Lear, I.4.) .
[20]Supongamos que le muestro la imagen a un paisano, decía Croce. Me dice: «Es un pato», y luego, de pronto: «Oh, es un conejo.» De manera que lo reconoce como un conejo. Es una experiencia de reconocimiento. Lo mismo si alguien me ve en la calle y dice: «Ah, es Croce.» Pero no siempre se tiene una experiencia de reconocimiento. La experiencia se da en el momento de cambiar del pato al conejo y viceversa. Llamo a este método ver-como y su objetivo es cambiar el aspecto bajo el que se ven ciertas cosas. Este ver-como no es parte de la percepción. Por un lado, es como ver y también no es como ver.
[21]Diez años después de los hechos registrados en esta crónica, en las vísperas de la guerra de las Malvinas, Renzi leyó en The Guardian que los soldados ingleses estaban provistos de anteojos infrarrojos que les permitían ver en la oscuridad y disparar sobre un blanco nocturno y se dio cuenta de que la guerra estaba perdida antes de empezar y se acordó de esa noche y de la liebre paralizada ante la luz del buscahuellas del auto de Croce.
[22]Croce había encontrado a Luca arrinconado junto a la reja cerrada de la casona de los Belladona esperando que llegara el día para matar a su padre. El Viejo había encendido las luces del jardín, había clausurado las puertas y había llamado a la policía. El comisario se acercó a Luca, tranquilo, como si lo hubiera encontrado por casualidad. A pesar de que estaba muy exaltado, Luca era tan respetuoso y tan cortés que lo saludó y empezó a hablar de bueyes perdidos, con la mano del revólver escondida en la espalda. Vas a seguir discutiendo con él, lo mates o no lo mates , le dijo de pronto Croce, y al rato lo había convencido. Luca quiso darle el revólver, pero el comisario le dijo que no hacía falta. Le diera o no el revólver, podía matarlo igual . Las dos disyuntivas y la muestra de confianza terminaron de calmarlo. Así que Luca se subió al auto y arrancó marcha atrás, muy nervioso. Al pasar por la laguna tiró el revólver al agua, «para que no lo tentara el demonio».
[23]«Me acuerdo que iban doce caballos por cada cosechadora, se ataban seis cadeneros y seis al tronco y los animales conocían el ruido del motor forzado cuando la hilera de trigo venía fuerte y el regulador se aceleraba, y se detenían para esperar hasta que cambiaba el sonido y entonces arrancaban solos, los caballos, como si fueran instrumentos vivos» (Lucio Belladona).
[24]La fábrica construía los llamados Concept Cars , autos diseñados como modelo para luego ser probados y fabricados en serie. Por encargo de la Chrysler formularon el prototipo del Valiant III. Construyeron Vans para Skoda, nuevos jeeps, coches sport; muchos autos que se ven en la calle, ellos fueron los primeros en construirlos. Trabajaron para las terminales de Fiat y de Kaiser en Córdoba. La casa matriz les daba las características del vehículo que querían desarrollar y ellos se encargaban de fabricarlo, pieza por pieza. El motor, el chasis, el tapizado, los vidrios, las ruedas, la carrocería, la rectificación y el ajuste final, todo. Cada auto se cotizaba entre 100.000 y 150.000 dólares; tardaban de seis a ocho meses en hacerlos, y los autos se iban andando.
[25]El procedimiento es clásico. Un fondo de inversión (edge fond) compra el 51% de las acciones. Una vez que la compañía está bajo su control, el consejo de administración del directorio vota un dividendo estructural sobre el capital y así recupera su inversión inicial. Es lo que técnicamente se llama vaciamiento -o lavado- de una empresa (wash and wear system) .
[26] «Un poco de historia . En 1956 se construyó el primer gran centro comercial techado y climatizado, el Southdale Shopping Center, cerca de Minneapolis (Estados Unidos). El Gran Centro Comercial consiste en un pasillo central (“mall”) y un almacén ancla que se ubica en el extremo de la galería. El centro ofrece todo “bajo techo” y permite hacer compras independientemente del clima o de los problemas de estacionamiento, y propone así concentrar a los clientes en un solo lugar climatizado con varios puestos de venta de productos y marcas distintas. Estos centros se convierten además en lugares de esparcimiento y de paseo para toda la familia. El proyecto a realizar en nuestra ciudad ya fue presentado al interventor militar y sería el primero a realizarse en la Argentina» (El Pregón , 2 de agosto de 1971).
[27]«El término carry trade se refiere a la especulación con los activos que garantizan créditos. Las hipotecas de salvataje tienen un tipo de interés mucho más elevado que las tasas del mercado, y las comisiones de los intermediarios resultan usurariamente gravosas. En esos casos la deuda puede ser objeto de dos o tres ventas y de transacciones económicas directas mediante la compra de bonos y las titularizaciones del crédito. El fondo inversor impide que la hipoteca sea saldada recargando los intereses especulativos a la deuda inicial sin posibilidad de descuento y especulando con el vencimiento del plazo. De ese modo muchos activos pasan al poder de las entidades financieras» (El Cronista Comercial , 3 de febrero de 1971).
[28]Una de las leyendas más difundidas en el campo dice que, luego de la campaña al desierto, el Estado repartió las tierras conquistadas a los indios entre los oficiales y soldados con un método muy acorde con las tradiciones argentinas. Había que galopar hasta donde aguantara el caballo y el jinete pasaba a ser propietario de la tierra que cubriera en su cabalgata sin pausa. A menudo los soldados montaban los extraordinarios caballos de los indios, acostumbrados a andar sin cansarse durante días en un galope largo y tranquilo. Resulta difícil imaginar la extensión de esa marcha solitaria si se tienen en cuenta los datos de propiedad de la tierra. En 1914 la mitad de la superficie argentina -las cinco provincias de la pampa húmeda- estaba ocupada por estancias gigantescas, en manos de muy pocos propietarios. Y nada ha cambiado desde entonces. Según las últimas estimaciones del Censo Nacional Agropecuario, en 1969: 124 millones de hectáreas. El 59,6 % de la superficie total estaba en manos de 1.260 propietarios, un 2,5% del total.
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