"¿Y es por eso que aceptan un trabajo en el que se les paga poco?" pregunté.
"Sí" me contestó. "Algunas personas dicen que los estoy explotando, porque no pago tanto como la plantación de azúcar o el gobierno. Yo digo que las personas se explotan a sí mismos. El miedo es de ellos, y no mío."
"Pero, ¿no piensa que debería pagarles más?" pregunté.
"No tengo por qué hacerlo. Y además, más dinero no resolvería el problema. Simplemente, observa a tu papá. El gana mucho dinero, pero aún así no puede pagar sus cuentas. La mayoría de las personas, al obtener más dinero, obtienen mayores deudas."
"Y este es el motivo de los 10 centavos por hora. Es parte de la lección", dije sonriendo.
"Así es", sonrió él. "Verás, tu padre fue a la universidad y logró una educación excelente, de esa manera podría encontrar un trabajo bien remunerado. Y lo hizo. Pero él aún tiene problemas con el dinero porque en el colegio no le enseñaron nada acerca del mismo. Y además de eso, él cree en trabajar por el dinero."
"¿Y usted no?" pregunté.
"No, no realmente", contestó. "Si quieres aprender a trabajar por el dinero, entonces continúa en el colegio. Ese es un maravilloso lugar para aprender a hacer eso. Pero si deseas aprender a tener dinero trabajando para ti, entonces yo te enseñaré cómo. Pero sólo si quieres aprender."
"¿No querrían todos aprender eso?" pregunté.
"No", dijo padre rico. "Simplemente, porque es más fácil aprender a trabajar por el dinero, especialmente si el miedo es tu emoción primaria cuando entra en discusión el tema del dinero."
"No entiendo", dije con gesto torvo.
"No te preocupes por eso ahora. Sólo recuerda que es el miedo lo que mantiene a la gente en sus trabajos. El miedo de no pagar sus cuentas. El miedo a ser despedido. El miedo a no tener suficiente dinero.
El miedo a comenzar de nuevo. Ese es el precio de estudiar para tener una profesión u oficio, y luego ponerse a trabajar por el dinero. La mayoría dé las personas se convierten en esclavos del dinero… y luego se enojan con sus patrones."
"Y aprender a tener dinero trabajando para uno, ¿es un curso de estudio completamente diferente?" pregunté.
"Absolutamente", contestó papá rico, "absolutamente".
Nos quedamos sentados en silencio, en esa hermosa mañana hawaiana de sábado. Mis amigos deberían estar empezando el partido de la Liga Infantil de Baseball. Pero, por alguna razón, ahora yo estaba agradecido de haber decidido trabajar por 10 centavos la hora. Sentía que estaba a punto de aprender algo que mis amigos no aprenderían en el colegio…
"¿Listo para aprender?" preguntó papá rico.
"Absolutamente", contesté con un gesto.
"He mantenido mi promesa. Te he estado enseñando a distancia", dijo padre rico. "A los 9 años de edad, has probado el sabor de lo que significa trabajar por dinero. Sólo multiplica tu último mes por cincuenta años, y tendrás una idea de haciendo qué la mayoría de la gente gasta su vida."
"Yo no entiendo", dije.
'¿Qué sentías mientras esperabas en fila para verme? La primera vez, para ser contratado; y la segunda, para pedir aumento."
"Terrible", respondí.
"Si eliges trabajar por el dinero, la vida será así, como para la mayoría de las personas", dijo padre rico.
"¿Y cómo te sentiste cuando la Sra. Martín dejó caer tres monedas en tu mano luego de tres horas de trabajo?"
"Sentí que no era suficiente. Parecía nada. Yo estaba disgustado", contesté.
"Esa es la manera en que la mayoría de los empleados se sienten cuando reciben sus recibos de sueldo. Especialmente, luego de que todas las retenciones e impuestos han sido deducidos. Al menos tú recibiste el 100 por ciento."
"¿Quiere decir que no a todos los trabajadores se les paga el total?" pregunté con asombro.
"Por Dios, ¡no!" dijo padre rico. "El gobierno siempre toma su parte primero."
"¿Y cómo lo hace?" pregunté.
"Gravámenes", respondió. "Eres gravado cuando ganas. Eres gravado cuando gastas. Eres gravado cuando ahorras. Y eres gravado aún cuando mueres."
"¿Por qué las personas dejan que el gobierno les haga eso?"
Ahí, papá rico se quedó sentado en silencio. Creo que deseaba que yo escuche, en lugar de dejar salir tanta charla de mi boca. Finalmente, me calmé. No me gustaba lo que había oído. Sabía que mi padre se quejaba constantemente de pagar tantos impuestos, pero no hacía nada al respecto. ¿El tipo de vida estaba empujándolo?
Padre rico se meció lenta y silenciosamente en su silla, tan sólo mirándome.
"¿Listo para aprender?" preguntó.
Asentí lentamente.
"Como he dicho, hay muchas cosas que aprender. Aprender a tener dinero trabajando para ti es un aprendizaje de por vida. Mucha gente va a la universidad por cuatro o más años, y allí finaliza su educación. Yo sé hoy que mi estudio sobre el dinero continuará a lo largo de toda mi vida, simplemente porque cuanto más descubro, encuentro que más necesito aprender. La mayoría de las personas jamás estudian este tema. Van a trabajar, obtienen su cheque, balancean sus cuentas, y eso es todo. Y además de eso, ellos se preguntan por qué tienen problemas financieros. Entonces, creen que el problema se resolverá con más dinero. Pocos se dan cuenta de que el problema es la carencia de educación financiera."
"¿De manera que mi papá tiene problemas con los impuestos porque no comprende al dinero?" pregunté confundido.
"Verás", respondió padre rico. "El tema de los impuestos es sólo una pequeña sección de la lección de tener dinero trabajando para ti. Hoy, solamente quiero descubrir si aún tienes la pasión de aprender acerca del dinero. La mayoría no la tiene. Quieren ir al colegio, aprender una profesión, divertirse en el trabajo, y ganar mucho dinero. Un día se despiertan con grandes problemas financieros, y entonces no pueden parar de trabajar. Ese es el precio de saber únicamente cómo trabajar por el dinero, en lugar de estudiar cómo tener dinero trabajando para uno. Entonces, ¿aún conservas tu pasión por aprender?" preguntó.
Asentí.
"Bien", dijo entonces. "Ahora volvamos al trabajo. Esta vez, no te pagaré nada."
"¿Cómo?" pregunté con total asombro.
"Ya lo escuchaste. Nada. Trabajarás las mismas tres horas cada sábado, pero esta vez no se te pagarán los 10 centavos por hora. Dijiste que no querías aprender a trabajar por el dinero, de manera que no te pagaré nada."
Yo no podía creer lo que estaba oyendo.
"Ya he tenido esta conversación con Mike. El ya está trabajando gratis, quitando el polvo y acomodando latas. Mejor que te apures y vuelvas allá."
"Eso no es justo", grité. "Usted debe pagar algo."
"Tú dijiste que querías aprender. Si no aprendes esto ahora, crecerás siendo como las dos mujeres y el otro hombre mayor que estaban sentados en mi sala, trabajando por el dinero y deseando que no te despidan. O como tu padre, ganando mucho de dinero, sólo para esta endeudado hasta los ojos, esperanzado en que más dinero resolverá e problema. Si eso es lo que deseas, volveré a nuestro trato original de 10 centavos por hora. O puedes hacer lo que la mayoría de la gente termina haciendo. Quejarse de que el salario no es suficiente, renunciar, y buscar otro trabajo."
"¿Pero y yo qué hago?" pregunté.
Padre rico me dio golpecitos en la cabeza. "Usa esto", dijo. "Si lo usas bien, pronto me agradecerás por darte una oportunidad, y te volverás un hombre rico."
Me quedé allí sin poder creer aún qué trato tan tonto había estado manejando. Yo había llegado aquí solicitando un aumento, y ahora se me pedía que trabajara gratis.
Padre rico volvió a golpearme la cabeza diciendo, "usa esto; y ahora vete de aquí y vuelve al trabajo".
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