Cuando no iban tambaleándose por ahí casi tan torpemente como un borracho, los chicos se reunían a cenar esos espantosos sándwiches húmedos y secos, bebían el vino barato y comentaban con humor con_trariado lo rápidamente que parecía engordar cada uno ante la vista de los demás.
– ¡Un momento, colegas! -protestó Randolph-, tenemos que pro_curar salir de esto.
Empezaron a imaginarse, cada uno por su cuenta pero también co____________________tado que, según habían aprendido, a menudo anunciaba algún cambio.vador no era Lew Basnight. El había seguido su camino, como tantos otros en sus vidas, y ellos continuaban sumidos en un ensueño fragmenmiración unánime que despertara en la tripulación, resultó que ese salpo, tan poco digno de confianza, y les restituiría su valentía perdida, la que habían demostrado durante tantos años; sin embargo, por más advolvería a cada cual su inocencia, que los ayudaría a renunciar a su cuerlectivamente, un salvador que entraba en los espacios de la tripulación, se movía entre ellos, sopesaba, elegía; una criatura imaginaria que de
Y, como era de esperar, una mañana los chicos encontraron, meti__mano, órdenes que habían sido entregadas discretamente por la noche.dos sin miramientos entre dos ramales de las amarras, como siempre sin guardar la menor relación con nada que hubieran imaginado de ante
– Hacia el este es casi lo único que dice -comentó Randolph con contenida consternación-, este cuarta al sudeste.
Lindsay sacó las cartas. Las especulaciones empezaron a ocupar la jornada. En el pasado bastaba con conocer los vientos y saber cómo soplaban en cada estación del año para hacerse una idea aproximada de hacia dónde se dirigían. Pero en la actualidad, como el Inconvenience empezaba a disfrutar de sus propias fuentes de energía, había otras corrientes mundiales que tener en cuenta: líneas electromagnéticas de fuerza, avisos de tormentas de Éter, movimientos de población y ca_pital. Nada que ver con la profesión aerostática que los chicos habían aprendido.
Más adelante, después de la jornada de clausura, mientras el otoño se intensificaba sobre la corrupta pradera, mientras el denostado Hal____________________rante el ados y a los hambrientos que siempre habían estado allí, incluso duras abandonadas de la Exposición acabarían alojando a los desemplecón, millas más arriba, ensayaba invisiblemente su repertorio ártico de descenso rápido, asalto implacable y éxtasis de almas, las estructumomento cumbre de la temporada de prodigios que acababa de finalizar. El Campamento de Minas de Plata de Colorado, como las otras exposiciones, fue ocupado por vagabundos, ilegales, madres con bebés de pecho, camorristas contratados para controlar la Exposición que ahora, cuando su valor de mercado había desaparecido, regresa____________________vaban recuerdos depañía de los de su propia especie, algunos de los cuales todavía conserban a los consuelos de la bebida, perros y gatos que preferían la com Pugnax y sus conversaciones y de las excursiones que habían hecho. Todos se acercaban cada vez más a las hogueras en_cendidas con los escombros de la Exposición, que antes habían sido la sustancia misma de la maravilla, a medida que las temperaturas bajaban.
Poco después de que Erlys se fugara con Zombini el Misterioso, Merle Rideout soñó que estaba en un gran museo, un compuesto de todos los museos posibles, entre estatuas, cuadros, loza, amuletos tradi____________________ficos, apareciótera era por sí sola una especie de museo a pequeña escala, un museo de su vida, llena de viejos tickets picados, recetas, notas para sí mismo, nombres y direcciones de personas medio olvidadas, u olvidadas por completo, de su pasado. En medio de todos aquellos desechos biográtar, desconfiado, amargado y desabrido, que podría o no ser un guardia del museo, le agarró, reteniéndolo con la sospecha de que había robado algún pequeño objeto artístico, y le exigió que se vaciara los bolsillos, así como la abultada y envejecida cartera de cuero que llevaba. A su alrededor se congregó una multitud, entre ella el grupo conocido-desconocido con el que había ido, y todos miraban en silencio. La carcionales, maquinaria arcaica, aves y animales disecados, instrumentos musicales obsoletos y pasillos enteros llenos de objetos que no podría ver. Estaba allí con un pequeño grupo de gente a la que no conocía, aunque, en el sueño, le parecía que sí. De repente, ante una vitrina de armas japonesas, un empleado con ropa de calle hecha jirones, sin afei un retrato en miniatura de ella. Se despertó y comprendió al instante que el único propósito del sueño era recordarle, con un diabólico circunloquio, a Erlys Mills.
Su nombre nunca desapareció del todo de las charlas cotidianas. Casi desde el mismo momento en que aprendió a hablar, Dally había sido muy buena planteando todo tipo de interesantes preguntas.
– Y, entonces, ¿qué fue lo primero que te atrajo de ella?
– No se escapó corriendo cuando le dije lo que sentía.
– Amor a primera vista, ¿algo así?
– Me imaginé que no tenía sentido ocultarlo. Minuto y medio más tarde se lo habría imaginado de todos modos.
– Y…
– Para empezar, ¿qué pintaba yo en Cleveland?
Y así, fragmentariamente, era como Dally oía hablar de su madre. Un día Merle había leído un artículo en el Hartford Courant sobre una pareja de profesores del Case Institute de Cleveland que planeaban un experimento para ver cuál era el efecto, si es que tenía alguno, del movimiento de la Tierra sobre la velocidad de la luz a través del Éter luminífero. El ya había oído hablar vagamente sobre el Éter, aunque, con su propensión a centrarse en el aspecto práctico de las cosas, no le veía mucho uso. Existe, no existe, qué tiene que ver eso con el pre_cio de los nabos. Y, para empezar, cualquier cosa que sucediera a la velocidad de la luz implicaría demasiadas incógnitas, sería algo más próximo a la religión que a la ciencia. Habló un día del tema con su amigo de Yale el Profesor Vandeijuice, que acababa de salvar otro de los contratiempos de laboratorio que lo habían hecho famoso y, como siempre, olía a sal de amoniaco y llevaba el pelo chamuscado.
– Una pequeña confrontación con la Máquina electrostática de Topler, nada de que preocuparse.
– Supongo que será mejor que vaya a echar un vistazo. Probable_mente sea otra vez el tren del engranaje.
Pasearon entre las sombras de los olmos, comiendo sándwiches y manzanas que llevaban en una bolsa de papel, un «picnic peripatéti__tilo de conferenciante.co», como el Profesor lo denominaba, cayendo ahí también en su es
– Tiene razón, por descontado, el Éter siempre ha sido una cues____________________minutos remolinos que la teoría ha acabado requiriendo.to Eterista se reconoce una propensión hacia lo continuo frente a lo separado. Por no mencionar una inmensa paciencia con todos los digún Éter que la transportara. La verdad es que en el carácter del devositiva y negativa», y así sucesivamente, en una lista casi tan larga como el Credo de los Apóstoles. Ciertamente todo depende de la creencia en la ondulación de la luz: si la luz estuviera compuesta de partículas, podría salir disparada a través del espacio vacío sin necesidad de nindie; por el momento, todo es una cuestión de fe. Lord Salisbury dijo que no era más que un nombre para el verbo «ondular». Sir Oliver Lodge lo definió como «una sustancia continua que llenaba todo el espacio, que puede hacer vibrar la luz… y dividirse en electricidad potión religiosa. Algunos no creen en él, otros sí, nadie convencerá a na
– ¿Cree que merece la pena ir a Cleveland por eso?
– Señor Rideout, en este momento nos desplazamos a través de una especie de crepúsculo voraginoso, sosteniendo en alto el faro de las Ecuaciones de Campo de Maxwell y entrecerrando los ojos para en____________________ca lámpara de arco que necesitamos para iluminar nuestros pasos en el siglo venidero. No conozco al hombre personalmente, pero de todos modos le escribiré una carta de presentación, daño no le hará.lín, pero sin demasiado cuidado. Este de ahora podría ser la gigantescontrar nuestro camino. Michelson ya realizó este experimento, en Ber
Читать дальше