Marcela Serrano - Antigua vida mía

Здесь есть возможность читать онлайн «Marcela Serrano - Antigua vida mía» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Antigua vida mía: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Antigua vida mía»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

De la noche a la mañana, Violeta Dasinski se vuelve noticia a causa de una tragedia tan inevitable como providencial, y su amiga Josefa Ferrer -con los diarios de Violeta en la mano- empieza a contar su historia… es decir la de ambas.
Aunque Josefa, una exitosa y angustiada cantante chilena, es la narradora, a su voz y la de Violeta se agrega la de `nosotras, las otras` (madres, abuelas, bisabuelas), suerte de coro griego y testigo de la experiencia femenina a través de las generaciones.
El relato, en un vívido contrapunto, irá trazando las búsquedas a un tiempo paralelas y divergentes de Violeta y Josefa, desde la infancia común en el Santiago clasista y turbulento de los años sesenta hasta el `viaje terapéutico` a la ciudad de Antigua.
El amor y la traición, la sexualidad y el dolor, la utopía y la muerte, las perversiones de la modernidad y la tensión entre lo privado y lo público: las vidas de Josefa y Violeta dibujan, como en un huipil multicolor, los anhelos y conflictos de la mujer contemporánea.

Antigua vida mía — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Antigua vida mía», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

La calidad de una obra dura lo que dura su composición.

Si al menos fuese novelista, ese período sería más extenso.

A ratos, ¡echo de menos haber sido una simple dueña de casa!

Y cuando voy al supermercado y soy mirada y admirada por las otras mujeres -que empujan sus carros-, pienso, sofocada: señora, yo no tengo nada que ver con la fantasía que usted tiene de mí.

Ayer unos fotógrafos fueron a hacerme tomas especiales para la portada de una revista. No me gusta que me fotografíen. Las fotografías detectan en mis ojos una tristeza que yo nunca percibí: no sabía que la acarreaba hasta que este cuento de las fotos empezó. Dice Violeta que ella siempre la vio. A la tristeza. Y en las últimas fotos este fenómeno se ha agudizado. Bueno, los fotógrafos me esperaban en el living y yo no estaba lista. Esto nunca habría sucedido con Mauricio a cargo de la situación. Me enerva la enfermedad de Mauricio, se siente mal todo el tiempo. Lo peor para mí es tener que hacerme cargo de mi imagen sin él, sin su maquillaje, sin su cuidado en la elección de mi ropa. Lo echo de menos y lanzo un par de imprecaciones por su ausencia. Le pido a Zulema que les sirva café a los fotógrafos mientras decido qué ponerme. Cuando estoy a punto de hacer mi aparición, entra Zulema, mira mi atuendo y dice: «No está na' muy católico, señora.» Vuelvo sobre mis pasos: la hombrera derecha de la blusa beige, ésa de Cacharel, se ladea hacia el costado: parezco una mujer tullida. Me la saco furiosa y me pruebo la chaqueta burdeos, la de seda liviana, y ahora la hombrera de la izquierda se monta sobre el cuello. Cuando noto que ambas hombreras de la tercera chaqueta -una verde petróleo Anne Klein- están disparejas y mis hombros quedan a distinto nivel, me viene un ataque de rabia que no puedo controlar. Desabotono la verde petróleo sin cuidado alguno y tiro de sus hombreras, arrancándolas, rasgando de paso un pedazo de la chaqueta. Empiezo a hacer lo mismo con la blusa de Cacharel, con la chaqueta burdeos, tiro lejos las hombreras con la ira de un encarcelado. Abro mi ordenado clóset, ignorando por completo a los fotógrafos que me esperan, y empiezo como una desenfrenada a sacarle las hombreras a toda mi ropa. Hago una pila con ellas, a patadas, sobre las baldosas del suelo del baño. Llamo a Celeste y le propongo seriamente:

– ¡Quemémoslas!

Celeste sale corriendo del baño a decirle a Andrés que me he vuelto loca.

He visto una grabación de mi última aparición en la TV. Mi figura es detestable. ¿Cómo demostrar toda mi elegancia interna con esta grasa que la esconde? Recuerdo los tiempos de la radio, cuando yo era una aficionada, cuando se cantaba frente a un micrófono y nadie veía nada; podías ser un adefesio con toda soltura. La sala de grabación y una, nadie más. El paso de la radio a la televisión fue para mí lo que habrá sido para los actores salir del cine mudo: de la noche a la mañana comenzar a hablar. Varios se desbarrancaron, su habilidad no radicaba en la voz. Soy una víctima, como ellos.

No hay dieta posible sin morirse de hambre, y como no tengo voluntad, he ideado lo siguiente: comer, sentir el gusto, mascar y gozar, pero no tragar. Empecé este sistema hace unos días, cuando vi esa maldita grabación. Funciona bien como dieta, pero tiene varias dificultades prácticas. No puedes almorzar en el comedor. ¿Dónde boto la comida ya masticada sin que me pillen? ¿Qué diría Zulema? No puedes irte al baño a comer para botar en el inodoro cada mascada, sería raro y además antiestético. En mi oficina, ni pensarlo. Empecé a almorzar en el auto; allí nadie me controlaría. Partía con mi lonchera, igual que mis hijos, estacionándome para comer en cualquier lugar, la cosa era ser invisible. Conmigo, la bolsa plástica para botar los desechos y hacerlos desaparecer en cualquier basurero de la calle.

Este sistema me duró una semana, bajé dos kilos y el alma me volvió al cuerpo. Hasta que un día no encontré el preciado basurero municipal y dejé la bolsa plástica dentro del auto. Acumulé, la verdad, varias bolsas, con la idea de ir a botarlas en cualquier momento. Andrés movió mi auto una tarde para sacar el suyo del garaje y volvió a la pieza con una extraña expresión.

– ¿Qué es esto, Josefa? -mostraba con asco las bolsas, manteniéndolas ostensiblemente lejos de su cuerpo.

En un instante, como una peste súbita, me cubrió la humillación. Como si me hubiesen sorprendido en un delito. Si se lo hubiera contado antes, no me habría importado que estuviese en desacuerdo: no habría tenido más remedio que ser cómplice. Pero que hubiera encontrado una bolsa plástica en la parte de atrás del asiento, llena de comida masticada… ¡Qué vergüenza!

Fui calificada de demente.

Salí, furiosa conmigo misma, a la farmacia a comprar las pastillas con que debía reponer mi stock, y ver si encontraba algún inhibidor de apetito «sano». Pasé mi tarjeta de crédito en la caja y me la rechazaron. «Está vencida», me dice la mujer. ¿Cómo? ¡Nunca se me ha vencido una tarjeta de crédito! Ellos mismos se preocupan de renovarla a tiempo. Parto a la oficina, muy enojada y le pido a mi secretaria que me comunique con alguien de Diners. La respuesta: me han enviado la tarjeta renovada hace quince días, se entrevistaron conmigo y yo en persona la recibí y firmé el nuevo contrato. ¡Mierda! Me viene algo parecido al terror.

Me empezaron las náuseas. Eso sí que es nuevo. Y las recurrentes pesadillas donde aparece la Vieja de la Suerte entregándome sus bastones. ¡Señor!

¿Cuánto me falta para sorprenderme hablando sola en la calle?

Mi deterioro va en aumento. Me acuerdo de las conversaciones, tengo una nitidez absoluta de sus contenidos, pero no sé con quién las tuve. Me vienen a la memoria frases completas que me han dirigido -y la atmósfera en que fueron dichas-, pero no sé quién lo hizo. Sí recuerdo lo que me dijo Andrés la última vez que hicimos el amor. Yo estaba reticente.

– Me tinca que no tienes ganas por pura flojera -reclamó.

– Sí, tienes razón. A priori, no me dan ganas.

– En el sexo post cuarenta, Jose, se trata de despertar al animal que llevamos dentro. Vamos… una vez en acción, todo va bien. ¡Despertémoslo!

Lo recuerdo bien porque no me lo ha vuelto a pedir. Era la hora de la siesta y los niños no estaban.

Porque mis noches no están pensadas para seducir. Andrés se duerme al instante. Yo hago veinte trámites más: la seda dental, la crema demaquilladora, la crema hidratante y la humectante, en el rostro y en el cuerpo. Cuelgo cada cosa en su lugar, abro y cierro el clóset muchas veces. Traigo el vaso de agua para la noche, busco los anteojos y el libro de turno, limpio el cenicero, recorro pieza por pieza, miro a los niños, reviso las luces y apago las que quedaron prendidas. Recuerdo a Violeta: ella se acuesta a dormir como los hombres. Se saca la ropa y punto.

Pero vuelvo a esa hora de la siesta. Creo que no es grave que a veces no despierte al animal. Mi consigna es: no a la muerte del romance. No es el sexo lo esencial, es el romance. A veces se me termina el encantamiento, se eclipsa y la respiración de Andrés se me hace pesada, aunque es la misma que ayer pasaba por alto; me molesta el tono un poco gangoso que adoptan sus cuerdas vocales al hablar desde la almohada, en esa posición horizontal que tanto le gusta y que yo no uso si no es para dormir. Entonces cambio el switch. Es mi Andrés, que me gusta tanto. No, no es de la idea de Andrés que estoy enamorada. Estoy enamorada de Andrés. (¿O será todo un mero espejismo?) El romance es mi empeño, la pelea difícil contra la rutina; es darle significación a esa rutina, es el coqueteo, es el hablarse de una manera especial y divertirse con el otro. Andrés solía decir que yo era del tipo de mujer que exige ilusiones, como otras exigen joyas. Sin embargo, siempre me lo ha agradecido: mi capacidad para vivir con él en el romance.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Antigua vida mía»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Antigua vida mía» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Antigua vida mía»

Обсуждение, отзывы о книге «Antigua vida mía» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x