Mercedes Guerrero - La Última Carta

Здесь есть возможность читать онлайн «Mercedes Guerrero - La Última Carta» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Última Carta: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Última Carta»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Sola y sin dinero tras el doloroso fracaso de su matrimonio, Ann Marie decide aceptar una propuesta de matrimonio por conveniencia. Jake, propietario de una plantación de tabaco en la pequeña isla de Mehae, no consigue superar la muerte de su mujer y ha decidido buscar una nueva mujer por un método algo anticuado.
Quizás por eso, el día en que ha de recoger a Anne Marie en el puerto de Mehae, cambia de opinión y envía un emisario con dinero por las molestias y para el pasaje de vuelta.
Ann Marie no sólo sigue sola, sino que se encuentra en un lugar extraño pero, como suele decirse, la vida siempre sale al encuentro y muy pronto va a encontrar no sólo esa vida propia que tanto anhela, sino un amor verdadero que irá creciendo entre playas de arena blanca, atormentadas palmeras y una horrible serie de asesinatos en cuya resolución se verá inmersa.

La Última Carta — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Última Carta», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Estoy seguro de que es obra del mismo hombre. Es demasiada coincidencia que las dos mujeres fueran asesinadas el mismo día, ¿no cree?

– ¿Tiene alguna idea de quién podría ser el autor?

– Sospecho que un hombre de color, fuerte y violento, que lo mismo viola y estrangula a jóvenes de su raza que golpea con saña a una mujer blanca.

– ¿La maestra estaba casada?

– Era soltera y no tenía enemigos en el pueblo.

– La encontraron en la playa, ¿verdad?

– Sí. Su cadáver apareció enterrado cerca de una casa abandonada, junto al puerto. La noche anterior al hallazgo había descargado una fuerte tormenta y dejó al descubierto parte del cuerpo.

– ¿Y por qué se molestaría el asesino en enterrarla si no lo hace con las demás jóvenes? -se preguntó Ann en voz alta.

– Quizá por temor a ser castigado.

– Que es justo lo que les ha ocurrido con los hombres de la reserva. Tengo entendido que ha detenido a muchos…

– Estamos realizando una investigación y mi deber es interrogarlos. -Prinst se removió incómodo en su asiento.

– ¿Y cómo explica que este pañuelo estuviera junto al cadáver? -Ann trataba de hallar otro punto de vista en aquel misterio.

– Está dando por sentado que estos dos objetos estaban en el mismo lugar…

Ella se encogió de hombros.

– La persona que me los ha enviado ha tenido acceso a ambos. El pañuelo lleva una inicial, y los trabajadores de color no suelen utilizar prendas de ese tipo.

– Este pañuelo es más corriente de lo que cree. Jim los vende en su almacén; incluso yo los he comprado de vez en cuando. Las iniciales vienen ya bordadas y se puede elegir la que se quiera.

– Pero los habitantes de la reserva no pueden comprar allí… -insistió Ann.

El policía inspiró largamente.

– Está bien… Hablaré con Jim. Y enviaré el pañuelo al doctor para que lo analice. Si la sangre pertenece a Christine, podría tratarse de una pista y la investigación podría dar un vuelco importante… -admitió con desgana.

– Tal vez se trate de un hombre blanco cuyo nombre empieza por jota -apuntó la joven.

– Pues se me ocurren unos cuantos -comentó Prinst, sonriendo condescendiente-: Jim, el propietario del almacén, Jeff Cregan, el capataz, Jake Edwards, incluso yo mismo. No obstante, debe tener mucho cuidado, Marie. ¿lleva el revólver encima?

– Sí, lo llevo en el bolso.

– No se aparte de él. Creo que es el momento de entregarle algunas balas -dijo, sacando del cajón una pequeña caja de cartón-. Deme el arma, voy a cargarla.

– No, señor Prinst… No es necesario…

– Hermana, créame, no está segura en ninguna parte de esta isla. Debería reflexionar sobre el ofrecimiento del señor Edwards respecto a…

– Gracias por su interés -lo interrumpió ella para que no insistiera y sin entregarle el arma para que la cargara-. Pero con el dato que acaba de revelarme, siento que en la misión estoy a salvo.

– Al menos llévese las balas. Nunca se sabe… Es mejor estar prevenido.

Ann Marie se levantó, indicándole que no pensaba aceptarlas. Después abandonó el despacho con la mirada perdida. Por primera vez sentía miedo, un miedo real hacia un asesino que podía ser cualquiera de los hombres blancos a los que había conocido en aquel lugar, alguien capaz de asesinar a cualquier mujer, blanca o de color.

– ¿Algún problema, hermana Marie? -La voz de Jake a su espalda la sobresaltó, e inquieta, se volvió para mirarlo.

– No, gracias.

– Si necesita ayuda… -Le dedicó un cortés gesto de ofrecimiento.

– Pues ya que lo dice… -Se encogió de hombros-. Necesito que construya un colegio y un hospital en la reserva, y que arregle la capilla que destruyó su capataz, que nos permita comprar víveres en la tienda del pueblo… ¿Sigo? ¿Cree usted que podrá ayudarme?

Él sonrió incómodo.

– Mi ofrecimiento era más… personal, dirigido a usted.

– Gracias, pero no necesito nada que usted pueda ofrecerme. -Le dio la espalda y abandonó la sala.

Al salir del puesto policial, se encaminó hacia el Land Rover, pero antes de llegar se topó con un rostro familiar: era Kurt Jensen, el administrador de Jake Edwards, quien al advertir su presencia se dirigió hacia ella sonriendo y tendiéndole la mano.

– ¿Cómo está, Marie? Es un placer volver a verla. ¿Viene de ver a Prinst? ¿Ha ocurrido algo?

– No… Nada importante -respondió, sin ganas de dar explicaciones.

– No debería andar por ahí sola, ya sabe lo que ha ocurrido con la maestra. Esta isla se está volviendo peligrosa para una mujer joven… aunque sea una religiosa…

– No se preocupe, sé defenderme.

De repente, Jensen alzó la vista por encima de su hombro y Ann Marie advirtió un cambio en su mirada. Parecía estar viendo algo o a alguien que estaba detrás de ella, y sólo cuando oyó aquella voz tan familiar comprendió el motivo de su turbación.

– ¿No tienes nada que hacer, Kurt?

– Sí… Sí, claro, señor Edwards. Iba camino de su casa para llevarle estos documentos -explicó, mostrando varias carpetas-. Ha sido un placer verla otra vez, Marie. Adiós.

– Espero que mi administrador no la haya molestado…

– En absoluto. Somos buenos amigos -contestó ella para fastidiarlo.

– ¿Se conocían ya? -preguntó Jake con un gesto que Ann Marie interpretó como de sorpresa. ¿O quizá enojo?

– Sí. Es un hombre muy educado y agradable.

Él captó rápidamente su indirecta.

– Yo también puedo serlo.

– No tiene que esforzarse, señor Edwards. Sé lo suficiente sobre usted como para que no me interese conocerle mejor.

– Pues hace mal; si me diera una oportunidad, comprobaría que tiene una idea totalmente equivocada de mí.

Ann Marie notó en su mirada un destello de disgusto.

– Equivocada o no, es usted la última persona a quien entregaría mi amistad en esta isla.

– No sea tan tajante, Marie. Quién sabe si tendrá que aceptarme en un futuro no demasiado lejano. Puedo hacer que su estancia aquí sea más agradable, y no le conviene enemistarse conmigo.

– ¿Es una amenaza?

– Sólo un consejo.

– Y en caso de que no lo siga… ¿enviará a su capataz para que me dé unos azotes? -Lo provocó abiertamente, cruzándose de brazos.

Jake Edwards encajó el golpe dedicándole una mirada furiosa.

– No, aunque le confieso que a veces me gustaría hacerlo a mí personalmente.

– ¿Suele pegar a las mujeres, señor Edwards?

– Jamás lo he hecho. Sin embargo, observo que a usted le gusta provocar a los hombres. Tenga mucho cuidado, her-ma-na -silabeó despacio-. Se está haciendo muy popular en esta isla, y si sigue actuando así, ese hábito no va protegerla durante mucho tiempo.

Marie sintió que sus mejillas se encendían al escuchar esas ofensivas palabras.

– ¿Por quién me toma, señor Edwards? -replicó rabiosa-. No tiene ningún derecho a insultarme de esa manera. Es usted un déspota engreído y soberbio.

– No pretendía molestarla, y ahora no soy yo quien insulta. -Sonrió-. Siento un gran respeto por usted y lamento que tenga ese concepto de mí, pero me veo en la obligación de darle un buen consejo: debería ser más prudente y elegir mejor a sus amistades.

– ¿Cómo usted, por ejemplo?

Él la miró durante unos instantes.

– Que tenga un buen día, hermana. -Se despidió con una inclinación de cabeza y, girando sobre sus talones, se dirigió a su camioneta.

Ann Marie se quedó sola en plena calle, furiosa con Jake Edwards; ella le había provocado, pero no esperaba aquella reacción por su parte, reprobando su conducta y tildándola de frívola y superficial. ¿Acaso estaba celoso por su incipiente amistad con el administrador…? De repente cambió de humor y pensó que podría aprovechar la circunstancia para fastidiarlo y desquitarse del desprecio que le había hecho a su llegada.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Última Carta»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Última Carta» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Última Carta»

Обсуждение, отзывы о книге «La Última Carta» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x