Resulta difícil describir qué cambió en los discos de Stevie Wonder cuando empezó a tocar todos los instrumentos, excepto que no ya no parecen soul, sino más bien el pop-funk más humano que jamás se haya grabado. Al llevar la música a una concordancia total, Wonder superó todas las paradojas. De un modo similar, el gospel de finales de los setenta de Al Green es bueno, pero en cuanto abandonó a Willie Mitchell y la banda de la Hi, su música dejó de tambalearse entre dos mundos. El ejemplo contrario es Marvin Gaye, que al comenzar a arreglar su propio material ahondó todavía más en el lodo irresoluble. Gaye es la figura paradigmática del soul, que carga con sus limitaciones a todas partes, incrustadas en su voz.
¿Podría Barrett Rude Junior haber continuado con algo parecido a la fuerza de Gaye durante los setenta? Quizá. Lo intentó. Fracasó. Rude nunca fue un compositor seguro (en todas sus canciones de los Distinctions, a excepción de dos, figura el nombre de Deehorn o de Brown como colaboradores). Los compradores de discos y los locutores de radio conocían su voz pero no su nombre: podía cantar «Bothered Blue» sobre el escenario hasta aburrirse, pero no volverla a grabar. Con treinta y cuatro años tuvo que empezar de cero. On His Own , de 1979, no tenía por qué haber sido un mal principio: con Marv Brown a remolque en el papel de arreglista, Rude grabó una ensoñadora suite de canciones de amor tan íntimas como anotaciones en un cuaderno. Y, aunque no figuran en los créditos, los Distinctions cantaron coros en dos temas, «This Eagle’s Flown»y el único éxito, «As I Quietly Walk», que se instaló cómodamente en el decimosegundo puesto de las listas de rhythm and blues pero no fue capaz de rescatar el disco de la indiferencia del público.
Tendemos a negarles el cariño a los deportistas que fichan por otros equipos, a los niños actores que crecen, a los grupos musicales que se separan y persiguen carreras en solitario. Con todo, para Rude los Distinctions representaban una especie de infancia musical y su carrera en solitario un paso hacia un mundo adulto eternamente postergado. El fracaso de On His Own fue amargo. Rude, cada vez más aislado de los amigos, se divorció de Junie Kwarsh y se mudó a Nueva York. Su último álbum, Take It, Baby , aborda el tema de la separación con una especificidad agonizante: en el divorcio cedió el contrato de un millón de dólares que había negociado al abandonar los Distinctions. Rechazando las ofertas de Atlantic y dejando atrás incluso a Marv Brown, Rude grabó en los estudios de Sylvia Robinson en Nueva Jersey, quien posteriormente apadrinaría a los Sugarhill Gang. El resultado es un tour de force de resentimiento desbocado prácticamente inaudible para los cánones del público de los Distinctions. «Lover of Women»y «Careless»pasaron fugazmente por las listas de rhythm and blues. «A Boy Is Crying»habla de la batalla legal por la custodia del niño, pero a juzgar por el sonido podría tratarse de una batalla interior entre dos o tres Rude donde solo hay perdedores.
El último sencillo de Rude, «Who’s Callin’ Me?», grabado y editado en 1975, es una confesión de retirada paranoica. Adopta la forma de una sucesión de predicciones ante la identidad de alguien que llama por teléfono; se puede oír el timbre del aparato a lo largo de esta vibrante pieza funk. «¿Un cobrador de facturas?», se pregunta Rude. «No puede tratarse de mi hermano, mi hermano nunca me llama.» Tras considerar «Un número equivocado / alguna madre soltera / mi último productor / algún estilizado seductor / un gorila de la mafia» y demás, apenas audible durante el fundido final, plantea una última y angustiante posibilidad: «¿Será mi viejo y malvado padre quien me llama?». A la luz de los acontecimientos que estaban por llegar, la casualidad resulta inquietante.
La última visita de Rude al estudio de grabación tuvo lugar en 1978 como vocalista invitado en «(Did You Press Your) Bump Suit»de Doofus Funkstrong, un ejercicio funk de veinte minutos pensado para salir en formato sencillo. Rozó las listas, pero no aguantó mucho. Los ejercicios aeronáuticos de Rude jamás habían sonado tan bien y, despojada su voz de cualquier sentido debido a una letra absurda, jamás significaron tan poco. A esta colaboración siguió un epílogo aún más extraño en forma de dos maquetas privadas grabadas en un cuatro pistas en algún momento entre 1977 y 1979. «Smile Around Your Cigarette»e «It’s Raining Teeth»son dos composiciones inquietantes e inconexas y cantadas las dos maravillosamente en un tono perezoso que sugiere la influencia de Sly Stone. Rude estaba enganchado a la cocaína por aquel entonces.
Prometí contar una historia y las historias suelen tener un final. Andre Deehorn produjo varios temas en Filadelfia y posteriormente en Los Ángeles, llegando a las listas de baile con Sophistifunction y Fool’s Gold entre otros. En la actualidad trabaja como manager personal en Los Ángeles. Rudy Bicycle y Alfred Maddox siguen siendo amigos de toda la vida, cada uno vive con su respectiva familia en Dearborn, Michigan, y trabajan en la misma industria que les ha mantenido toda la vida: Bicycle organiza actuaciones musicales en casinos cercanos a Windsor, Ontario, y Maddox trabaja como publicista para el museo de la Motown. Denny Longham nunca perdió el interés por el estilismo: una vez desmantelados los Distinctions en 1977, abrió una peluquería en el sur de Filadelfia llamada King’s Hair Throne que formaría parte del barrio hasta su muerte por una neumonía en 1985. Tenía cuarenta y cuatro años. En 1977, James Macy siguió a Andre Deehorn a Los Ángeles y luchó durante años por conseguir un éxito en diversas discográficas menores. Fue asesinado a tiros junto a dos acompañantes por agresores anónimos mientras esperaban en el coche en un semáforo en Culver City el 25 de septiembre de 1988. Tenía cuarenta y siete años. Marv Brown no volvió a encontrar una pareja musical tan gratificante como la formada en los estudios Hi en 1967. Trabajó en la banda residente de Sigma durante un año, luego desapareció, y posteriormente se quitó la vida ahorcándose en un albergue para vagabundos de Patterson, Nueva Jersey, en 1994. Tenía cincuenta y seis años.
Tras conseguir la custodia de su hijo, Barrett Rude Junior se mudó a Brooklyn, donde se hundió gradualmente en una desolación causada por la cocaína. El padre de Rude se mudó a la casa tras salir en libertad condicional en 1977; decir que su relación con Rude fue incómoda sería quedarse corto. El ambiente era volátil, una mala combinación entre el hedonismo de Rude y las extravagantes maneras pentecostales de su padre, de gran fervor moral, una fascinación oscilante entre el amor y el odio hacia la música y la sensualidad y ocupado en misteriosas reuniones religiosas. (Resulta extraño pensar que Marvin Gaye, Philippe Wynne y Barrett Rude Junior, ya fuese por elección propia o por educación, fueran «judíos negros extraños».) El 16 de agosto de 1981, durante una disputa familiar, Barrett Rude Senior apuntó a hijo y nieto con una pistola. Es imposible saber si pretendía usarla. Apareció otra pistola, el nieto disparó contra el abuelo y le mató. El hijo de Rude, que había cumplido los dieciocho años dos meses antes, fue condenado como adulto por homicidio involuntario. Aunque Rude resultó ileso, ese disparo supuso el fin de su vida pública. Desde entonces permanece en un silencio absoluto, aunque sigue vivo.
Esa es la historia. Pero lo importante es la historia cantada. La música de esta recopilación cuenta una historia -sobre belleza, inspiración y dolor- a cargo de unas voces salidas del gueto y de los suburbios, las iglesias y el patio del colegio; son voces jubilosas y cargadas de añoranza, en ocasiones tan meditabundas y apenadas que parecen insostenibles en un contexto pop. Las voces quizá te empujen a cantar al unísono o a bailar, quizá te sirvan de inspiración para una posible seducción o para la introspección, o simplemente te animen a ver menos la tele. Sin embargo, las voces de Barrett Rude Junior y los Subtle Distinctions no llevan a ninguna parte, a no ser que te transporten a tu barrio. A la calle en la que vives. A las cosas que dejaste atrás.
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