Nicholas Pileggi - Casino - Amor y honor en Las Vegas

Здесь есть возможность читать онлайн «Nicholas Pileggi - Casino - Amor y honor en Las Vegas» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Casino: Amor y honor en Las Vegas: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Casino: Amor y honor en Las Vegas»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Frank Rosenthal, El Zurdo, tuvo algo de simbólica: como la traca final de una era en la historia de la capital mundial del juego, Las Vegas.
Rosenthal, formado en la escuela de las apuestas deportivas ilegales llegó, como otros muchos, a Las Vegas con el propósito de hacer olvidar su pasado y seguir trabajando en lo que siempre había hecho: ser jugador. La pequeña ciudad de Nevada, sumidero de esperanzas bajo una capa febril y brillante, era una verdadera mina de oro, ideal para quienes patrocinaron la mudanza de Rosenthal, como también la de su viejo amigo Tony Spilotro, tan amante del dinero como de la violencia. Ambos fueron símbolos de una etapa frenética, trufada de violencia e ilegalidades, marcada por los intentos de la Mafia de establecer su hegemonía sobre los casinos. Una ciudad sin sitio para el amor, por lo que éste -como el que sentía Rosenthal hacia Geri, su esposa- estaba abocado al fracaso.
Casino, basada en hechos reales es, más allá de una novela de ritmo casi cinematográfico, un fascinante documento sobre el mundo del juego, sus leyes y sus corruptelas. Amor y adulterio, negocio y delito se entremezclan en una obra intensa y original, reveladora y absorbente.

Casino: Amor y honor en Las Vegas — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Casino: Amor y honor en Las Vegas», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Yo juego mucho más que esto -responde El Zurdo. El Zurdo prácticamente nunca dijo que «apostaba»; siempre «jugaba», «tenía una opinión» o «tomaba partido».

– ¿Mucho más que qué? -salta Tony-. Si sólo juegas en dos puñeteros partidos. ¿Qué coño has apostado?

– No quieres saberlo -dice El Zurdo.

– Sí que quiero saberlo.

– ¿Sacarás algo si pierdo?

– Vamos, dímelo. Quiero saberlo. Yo te lo he dicho, ¿no?

El Zurdo se acerca a Tony y le habla casi en un susurro, pero yo estoy entre ellos fijándome en sus labios mientras articula estas palabras:

– Nosotros, si no es por cincuenta por barba, no nos movemos.

Llegaría un día en que Tony apostaría cincuenta o sesenta mil dólares en un partido de fútbol o de baloncesto, pero aquél no era el momento. Nosotros teníamos poco más de veinte años. El Zurdo tenía unos treinta. Apostaba por su cuenta y para gente bastante importante, gente de la organización, todos nosotros sabíamos para quién.

– ¡Ah, perdone usted! -dice Tony agarrando la lista y examinando de nuevo partido por partido-. Olvidé con quien estaba hablando. No tengo derecho a la vida. Estoy apostando calderilla.

Y en cuanto El Zurdo vuelve la vista hacia la tele, Tony le pregunta:

– ¿Y el West Virginia, qué? Tienen aquel africano de dos metros diez. ¿Cómo demonios van a perder?

– No tengo una opinión al respecto -responde El Zurdo sin siquiera volver la vista.

Entonces Tony pierde los estribos. Enrolla el papel de las apuestas y empieza a golpear la cabeza de El Zurdo con él.

– Si pierdo, gilipollas -grita-, nos pagas una cena a todos.

Todos soltamos una enorme carcajada, incluso El Zurdo, y Tony se vuelve hacia nosotros diciendo:

– El gilipollas éste me lo pone todo negro.

5

«Me niego respetuosamente a contestar la pregunta pues creo sinceramente que mi respuesta podría tender a incriminarme.»

A finales de los cincuenta, antes de que el terror de la droga invadiera el país, los jugadores ilegales eran considerados el enemigo público número uno. El FBI había organizado redadas en todo el país para detener a los jugadores más conocidos. Se habían aprobado unas leyes federales que castigaban la transmisión de pronósticos deportivos o resultados de carreras por las líneas interestatales. Las vistas de la Comisión contra el Delito Kefauver -una de las primeras investigaciones oficiales televisada- se lo ponían también difícil a los sheriffs y jefes de policía que habían permitido que los corredores de apuestas, los compensadores y los casinos ilegales funcionaran en su demarcación mediante un pago determinado. Incluso en Chicago, la patria de Al Capone, una ciudad donde la policía había tenido problemas para cerrar uno solo de los miles de establecimientos de venta de bebidas alcohólicas ilegales, empezaba a presionar a los corredores de apuestas de la ciudad. En 1960, Rosenthal El Zurdo fue detenido por primera vez como corredor de apuestas. De pronto apareció su nombre en distintas listas de jugadores importantes que distribuyó a la prensa como churros el Comité contra la Delincuencia de Chicago.

En 1961, a los treinta años, Rosenthal El Zurdo se trasladó. Según él:

Decidí salir a trabajar por cuenta propia. Dejar de hacer dinero para los demás. Pensé que había llegado el momento de empezar a jugar sin contar con nadie. Me trasladé a Miami. Mi padre ya se había trasladado allí con alguno de sus caballos y me pareció que aquello era lo más adecuado.

Tenía la intención de jugar poco. Disponía de cinco mil dólares para invertir y dos tipos se asociaron conmigo poniendo cinco mil dólares cada uno. El capital inicial era pues de quince mil dólares. Propuse empezar con jugadas de doscientos dólares, seguidamente doblar a cuatrocientos y finalmente, a dos mil dólares.

A finales de la temporada de baloncesto universitario, cuando faltaban dos semanas para finalizar el campeonato, nuestro capital de quince mil dólares había ascendido a setecientos cincuenta mil dólares.

Tenía amigos en diferentes partes del país. Nos apoyábamos mutuamente. Yo les ayudaba y ellos me ayudaban a mí.

Un día recibí una llamada de un colega de Kansas City. Me dijo que no creía que Wilt Chamberlain, jugador a la sazón del Kansas City, jugara aquella noche.

Chamberlain era el equipo. Si él no jugaba, no había victoria posible. Le pregunté por qué. Respondió que no lo sabía bien, pero que alguien, tal vez una enfermera, había dicho que a Chamberlain se le habían hinchado tanto las pelotas que apenas podía andar.

Mi colega dijo estar seguro de tal información, pero yo hice mis comprobaciones y constaté que los médicos que atendían a Chamberlain corroboraban dicha dolencia.

Adopté la decisión enseguida. No tenía nada que perder pues siempre estaba a tiempo de modificar la apuesta al final de la semana. Me metí a fondo contra el Kansas antes de que anunciaran que Chamberlain no iba a jugar.

Ofrecí al colega que me había pasado el chivatazo una apuesta de cinco mil dólares para el partido. Chamberlain jugó todos los partidos excepto aquél.

Además, al hacer la apuesta, comenté a los corredores de apuestas lo que había oído. A eso se le llama cortesía profesional. Mantener informado al corredor. Es gente que conoces. Estás siempre hablando con ella. Evidentemente, primero haces la apuesta y luego lo dices. Es lo lógico en el oficio. A veces te escuchan y a veces no. En mi caso, escucharon. Aquello les dio la oportunidad de retirar determinada cantidad del Kansas.

En una apuesta como aquélla, nosotros -mis socios y yo- intentábamos bajar al máximo. Llamábamos a distintos corredores de apuestas de todo el país. Teníamos instalados en mi piso unos teléfonos especiales.

Unos cuantos empleados jubilados de la compañía telefónica nos habían instalado un sistema para acceder a la línea rápida antes de que existiera la línea rápida. Cuando nos lanzábamos sobre un partido y formulábamos las apuestas, en tres o cuatro minutos transmitíamos la información a todo el país. No exagero. No tardábamos más que eso.

Marcaba un número y hablaba con Washington, Nueva Orleans, Alabama, Kansas City, casi con todo el país excepto con lugares como Dakota del Norte, Dakota del Sur y Wyoming. Podía apostar donde quisiera. Los corredores de apuestas sabían mi nombre en código. Sabían que si perdía, pagaba.

Tienes un número de contratación con el corredor y ellos, su propio sistema de tasación de crédito. No les hace falta evaluar intuitivamente.

Si deciden, por ejemplo, que a mí me conceden veinticinco mil dólares ello significa que puedo llegar con ellos a veinticinco. Puede haber oscilaciones y cuando llegamos a los veinticinco mil dólares saldamos la cuenta. O me manda él un mensajero o se lo mando yo.

Mis socios y yo nos habíamos establecido como en un negocio. Teníamos unos hombres de paja que apostaban por nosotros para no despertar sospechas. Disponíamos de mensajeros. Recaderos. Cada cual tenía su cometido en el negocio. Le decías al mensajero: «¡Lleva eso a Tuscaloosa!». Los mensajeros en general querían formar parte de la organización. Era gente que siempre rondaba por allí. Conseguían un trozo del pastel. Era una especie de intercambio. Yo era el que estudiaba el caso. Era el pronosticador.

Apostaba entre veinte mil y treinta mil dólares por partido. Luego, en las dos últimas semanas de la temporada, con todo el engranaje trabajando a ritmo sostenido, perdimos ciento cincuenta mil dólares. Encajé un par de golpes serios. De todas formas, cerramos la temporada con cuatrocientos mil dólares de ganancias sobre la inversión de quince mil dólares y quedamos en paz de momento.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Casino: Amor y honor en Las Vegas»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Casino: Amor y honor en Las Vegas» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Casino: Amor y honor en Las Vegas»

Обсуждение, отзывы о книге «Casino: Amor y honor en Las Vegas» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x