Amin Maalouf - Los Jardines De Luz

Здесь есть возможность читать онлайн «Amin Maalouf - Los Jardines De Luz» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Историческая проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Los Jardines De Luz: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los Jardines De Luz»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Conmovedora historia en la que que Amin Maalouf nos sitúa en Mesopotamia en los albores de la Era Cristiana. Allí nos cuenta la historia de Mani, el hombre que fundó la doctrina que consiguió unir tres religiones y que ha llegado a nuestros días con el nombre de maniqueismo. A pesar de ser perseguido, humillado y, finalmente torturado y asesinado, Mani intentó dar a sus coetáneos una nueva forma de ver el mundo y de entender a Dios, aunque en su intento sólo consiguió ganarse el miedo y odio de emperadores, sacerdotes y magos, que no contentos con destruirle intentaron borrar todas las huellas de su presencia en la historia. Una bellísima historia y un libro fantástico. Absorbe, principalmente por la belleza de sus frases y de la historia que nos relata, porque nos llega directamente al corazón.

Los Jardines De Luz — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los Jardines De Luz», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¡Qué alegría oír en semejante noche a un hombre tan seguro de sí mismo! Se dice a menudo que el mar es asesino; yo jamás le he tenido miedo. El día en que me muera, lo haré en mi casa de Charax, fulminado por alguna maldita fiebre. Pero en el agua, permanezco de pie, escupo sobre los peligros, sé que no me puede pasar nada.

El hijo de Babel y el capitán, de pie y apoyados en la borda, continuaron hablando durante toda la noche, ya fueran relatos de gente de mar o prédicas de letrados, cada uno de ellos escuchaba los discursos del otro sin cansancio y ambos prodigaban las mismas palabras de ánimo a los pasajeros que iban hacia ellos, ya que, en cubierta, todos seguían nerviosos y atemorizados. Sin embargo, la primera claridad del día trajo el consuelo; la tromba se había desvanecido a lo lejos sin dejar rastro ni causar estragos. El silencio azul de los mares del sur se alzaba al fin sobre la reverberación de las olas, ahora arrepentidas.

Todo el mundo respiró y las lenguas se desataron; ya podían permitirse hacer preguntas que, la víspera, habrían parecido indecentes o de mal augurio. El armador tirio explicaba el motivo por el que llevaba al cuello el collar de oro.

– Cuando estoy en el mar y la muerte amenaza, me pregunto siempre con terror qué será de mi cuerpo si, por desgracia, me ahogo. Sin duda, será arrastrado hacia la playa donde alguien lo descubrirá y no sabrá qué hacer con él; si encuentra todas estas monedas de oro, se juzgará generosamente recompensado y, por gratitud, ofrecerá a mi cadáver la sepultura más conveniente.

Habló también el joven marinero aparentemente decidido a matarse. Decía que si tenía que sobrevenirle la muerte, prefería que su alma se separara al aire libre y partiera hacia los cielos, antes que se la tragaran las olas y permaneciera prisionera de los genios maléficos que reinan en las profundidades.

Desde aquel momento, Mani tuvo derecho a todas las atenciones. Más venerado aún que en todas las ciudades que había atravesado, constantemente rodeado, seguido y escuchado, estaba invitado a compartir todas las comidas y todas las veladas del capitán, y sus dos compañeros gozaban del mismo privilegio. Las provisiones acumuladas por Maleo permanecerían casi intactas hasta el final del viaje.

El capitán sólo revelaba a veces su itinerario a Mani, a sus compañeros y al armador. Por eso, cuando Maleo se dio cuenta de que el navío, en lugar de ir recto hacia el sol naciente se desviaba hacia el mediodía, el capitán consintió en informarle:

– Los que no conocen el mar, sólo ven una inmensa extensión de agua. Pero aquí, como en tierra firme, hay senderos, caminos tortuosos, callejones sin salida, y también amplias avenidas que trazan las corrientes y los vientos. Como ésta, que en esta estación, va desde la punta de Arabia hasta la India. Debemos ir hacia el sur para poder tomarla y nos internaremos por ella. Sólo entonces iremos rumbo a Oriente, a toda marcha, como por la ruta mejor balizada. Llegaremos a Deb sin haber atracado ni una sola vez, sin ni siquiera haber visto tierra, sólo a veces algunas islas sobre las que existen leyendas espantosas y en las que ningún marino se atreve a fondear.

¿El capitán había dicho Deb? La ciudad se elevaba en el delta del Indo y sobre un brazo que, poco a poco, los aluviones arrastrados desde las montañas más altas habían cubierto de arena. Cada año había menos barcos capaces de llegar hasta allí y, una mañana, el puerto se despertó rodeado de tierras, naufragado. Entonces los hombres lo abandonaron por otros lugares de los alrededores, Tatta, Sindi, Lahri y, más tarde, Karachi.

¿Qué ha quedado de Deb? ¿Qué ha quedado de sus palacios, de sus templos sobre las colinas, de su aduana de color ladrillo, aquella construcción puntiaguda que los marinos avistaban desde lejos como un faro? Hasta el siglo xvii, los viajeros señalaban aún su existencia. Luego, todo desapareció. Ni el menor rastro de un nombre, ni la sombra de una ruina. Nadie sabe ya nada. En el momento en que se escriben estas líneas, los arqueólogos realizan excavaciones en las bocas del Indo a la búsqueda de un vestigio de vestigio.

Los contemporáneos de Mani no podían ignorar a Deb. Sobre todo los más aventureros. Ese nombre resonaba en sus oídos como una ahogada llamada y hada nacer en ellos el deseo de partir. En aquel entonces se conocía el mundo por sus murmullos, se le recorría a tientas, ya que los planisferios eran muy confusos y se inspiraban en relatos fantásticos que convertían las islas en continentes y los brazos de mar en océanos de donde surgían monstruos que los geógrafos dibujaban; sobre la montaña que domina Deb, un escriba meticuloso había trazado como si indicara el nacimiento de un río: «En este lugar se supone que nacieron los escorpiones».

En cada etapa del viaje, la gente esperaba cruzarse con la peste, las fieras, el hambre, la guerra y los saqueadores, pero también con los cíclopes, los dragones y toda clase de sortilegios, aunque no por ello renunciaban a él. La muerte era una ortiga familiar. La aventura se vivía así: uno decía adiós y se iba. Sin fecha ni seguridad de regreso. Y si tenía de su parte la audacia, la suerte y los vientos, conseguía llegar a Deb.

Mani escribió que, en su tiempo, el mundo se dividía en cuatro grandes imperios: el de los romanos, el de los persas sasánidas, el de los chinos y el de los axumitas del mar Rojo, herederos del reino de Saba. En ninguna otra parte como en Deb se frecuentaban tan estrechamente los súbditos de esos imperios; para los juncos de Cantón era la última escala antes de Arabia, y la puerta de la India para el que venía de Occidente, ya que a esta última palabra se le daba el sentido con el que el propio Mani la utilizaba, abarcando Italia, Grecia y Cartago, pero también Egipto, Fenicia y el conjunto del país de Aram, esas tierras que, por un deslizamiento de la Historia, llamamos ahora el Cercano Oriente.

Entre los numerosos relatos de viajes que el hijo de Babel había leído en la biblioteca de los Túnicas Blancas, había uno en particular que había excitado su imaginación: el de Tomás, del que se decía que era el gemelo de Jesús y que había ido a propagar por la India la palabra del Nazareno. Probablemente, Mani había querido seguir su ejemplo al decidir efectuar esa travesía.

Ahora bien, según la tradición, fue en Deb donde Tomás fondeó.

Cuatro

En el siglo de Mani, todas las iglesias de la India llevaban el nombre de Tomás. Todas proclamaban haber sido fundadas por el apóstol en persona y conservaban leyendas y reliquias suyas. Con frecuencia, esos santuarios eran muy modestos y algunos estaban situados en las grutas del Gandhara; bastaba con una cruz y tres antorchas para animar esa devoción aún reciente.

No sucedía lo mismo en Deb. Como es de rigor en una ciudad de comerciantes, la prosperidad iluminaba lugares y objetos de culto, ya que el oro honrado afluía por gratitud y el oro sospechoso por arrepentimiento. La iglesia se había adornado y agrandado, y los ciudadanos se cruzaban allí con la gente de paso, como podía ser un marinero convertido de Alejandría o un catecúmeno de Ostia, encantados de poder, al fin, vivir su fe a plena luz.

La ciudad, conviene decirlo, había vivido mucho tiempo bajo la benevolente férula de los Kushanas, herederos del gran Kaniska, uno de los reyes más justos cuyo recuerdo haya guardado Oriente, el sublime Kaniska, quien, en la cima de su poder, se sentía honrado acogiendo bajo su techo a cualquier monje mendicante. Los príncipes Kushanas habían tenido siempre el cuidado de no desmentir la fama de su antepasado, revelándose en todas las circunstancias magnánimos y justos y apadrinando todas las creencias. Sus monedas llevaban en el reverso los símbolos de veintiocho cultos diferentes.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los Jardines De Luz»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los Jardines De Luz» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Los Jardines De Luz»

Обсуждение, отзывы о книге «Los Jardines De Luz» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x