David Camus - La espada de San Jorge

Здесь есть возможность читать онлайн «David Camus - La espada de San Jorge» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Историческая проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La espada de San Jorge: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La espada de San Jorge»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Una fascinante aventura épica en el siglo XII de las grandes sagas.
Cuando aún es un niño, el intrépido Morgennes es testigo del asesinato de toda su familia. Más tarde, tras pasar unos años en el Monasterio de Troyes, donde da muestras de gran inteligencia, parte con su amigo Chretien en busca de aventuras. En Bizancio, tras superar la iniciación, será armado caballero. Y ya en Jerusalén deberá volver a probarse a sí mismo enfrentándose al mundo de la memoria y al de los muertos, a las sombras y a los recuerdos…
Una recreación histórica apasionante de los tiempos de la caballería, el honor y la devoción por la causa.
Una historia muy intensa, que no decae en ningún momento: héroes caballerescos, búsqueda de reliquias, el contexto histórico de las cruzadas y los templarios, todo ello acompañado de grandes dosis de fantasía y acción sin límite.

La espada de San Jorge — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La espada de San Jorge», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

El rey había hablado bien. Todos le habían escuchado, aparentemente con atención. Incluso el palomo estaba subyugado por su discurso. Por otra parte, compartía la opinión del rey. Pero no así los grandes del reino, que, después de intercambiar comentarios a media voz, rápidamente replicaron:

– ¡Majestad, partimos a apoderarnos de Egipto antes que ese perro de Nur al-Din!

El palomo se dijo que se encontraba frente a un claro ejemplo de los dilemas con los que los soberanos debían enfrentarse durante su reinado: ¿hay que consolidar el reino y no pensar en conquistas o, al contrario, tratar de extenderlo y arriesgarse a debilitarlo? En este caso, la historia había elegido extenderlo, lo que pareció alegrar a la población, porque la multitud que se apretujaba bajo las murallas del palacio se puso a gritar rítmicamente:

– ¡A Babilonia! ¡A Babilonia!

– ¡Egipto! ¡Egipto!

El palomo miró a Amaury de frente -es decir, de perfil-. ¿Qué decidiría el rey? Tras obtener lo deseado, los grandes del reino habían abandonado la sala del trono, dejando a Amaury solo con Guillermo. Este último trató de reconfortar a su soberano, que le hizo notar:

– ¿Has oído? No he t-t-tartamudeado ni una sola vez… Pero no ha cambiado nada.

– Su decisión ya estaba tomada, majestad. Apostaría a que los hospitalarios no tenían ninguna intención de compartir con Constantinopla las tierras que les habíais prometido.

– No habrá nada que compartir.

Con expresión amarga, Amaury se levantó de su trono, caminó hasta la ventana y observó al populacho, que seguía desgañitándose: «¡Babilonia! ¡Egipto!».

– Lamento tener tan mala memoria, porque había algo que quería decirles. Una frase de Aníbal, que les habría co-co-convencido de no atacar. Hablaba de paz y del destino, ¡pero la he olvidado! Ah, qué lástima que Morgennes no estuviera aquí. Él, al menos, la habría recordado…

El rey permaneció silencioso un instante, y luego se estremeció, como si contuviera un ataque de risa.

– Y ahora, majestad, ¿qué haréis?

Amaury se volvió hacia Guillermo y le dijo señalando a la multitud:

– He ahí a mi pueblo. Yo soy su jefe. Debo seguirle.

Las lágrimas caían por sus mejillas. Las últimas palabras de Amaury que oyó el palomo, cuando el oficial se lo llevó a la torre más alta del palacio, fueron estas:

– No estoy triste por ellos ni por mí. Estoy triste por mi hijo.

«¡Planear en el aire, sentir cómo el viento hincha mis plumas, caer en picado para tragar algunos insectos y ascender de nuevo hacia el sol hasta sentir vértigo! Ah, qué lástima que no sepa reír como los humanos, porque entonces reiría a carcajadas. ¡Libre! ¡Por fin libre! Ya solo tengo por barrotes los rayos del sol, ¡y son unos barrotes deliciosos!»

Dirigiéndome hacia el sur, dejé atrás rápidamente a varios escuadrones de caballeros -una cuarentena de hombres en cada uno de ellos, alineados en dos filas-, seguidos por varias divisiones de hermanos sargentos, escuderos, turcópolos y mercenarios, que formaban el grueso de este ejército. Solo los estandartes y los caballos de recambio rompían las líneas bien ordenadas de este amplio movimiento que marchaba al combate. ¡Qué ejército! ¡Y pensar que yo formaba parte de él! ¡Incluso era su vanguardia! ¡Qué honor!

«Batir las alas con ligereza, recoger las patas bajo mi cuerpo, estirar el cuello… No he olvidado ninguna de las lecciones de mi maestro, Matlaq ibn Fayhân, el jeque de los zakrad. Aún puedo ver su turbante, que hacía girar en torno a su cabeza, incitándome a atraparlo y recompensándome con una sabrosa mezcla de cebada y mijo al final del ejercicio.»

¡Oh, cielo encantador! Dulzura del viento refrescándome las alas, calor del sol y paisajes, tierras desnudas, rocas, arena y arena, extendiéndose hasta el infinito como un pergamino desenrollado. Con el rabillo del ojo distinguí incluso a una familia de marmotas dormidas sobre una roca. Deberían desconfiar, y yo también, porque los halcones nunca andan lejos.

Mientras mantenía mi ojo izquierdo apuntando hacia abajo, para admirar el panorama, orienté el derecho hacia lo alto para asegurarme de que ningún ave de presa me sobrevolaba.

Habitualmente, las primeras leguas no eran las más peligrosas, porque habían sido -como suele decirse- «limpiadas». Rapaces especialmente adiestradas por los humanos para atacar solo a sus hermanos echaban de la zona a los eventuales peligros que hubieran podido acecharme.

Paloma mensajera, ¡qué hermoso oficio!

El jeque tenía razón: «Verás mundo». ¡Y desde luego lo había hecho! Siempre había soñado con ver Jerusalén. ¡Y ahora volvía a Egipto!

Si hubiera tenido que ir a caballo, habría tardado una decena de días; pero gracias a mis cortas -pero poderosas- alas, no necesitaría más de una jornada. Si los vientos me eran favorables, esta noche estaría en El Cairo. ¡Esta noche, junto al plumaje de mi bella!

Antes de alcanzar el Sinaí, pasé primero sobre montañas parecidas a antiguas ciudadelas de arena. A lo lejos veía las aguas del mar Muerto, que brillaban con un resplandor siniestro en nada comparable al color esmeralda del Mediterráneo. Me alejé de ellas para introducirme en una corriente de aire caliente que al principio me haría perder unas millas, pero luego me permitiría ganar muchas más.

Llegué al valle de Moisés, frecuentado por los maraykhát, esa tribu de beduinos sin fe ni ley que se vendía al mejor postor, ya fuera cristiano o mahometano.

En las ruinas de una antigua ciudad, en la que el polvo, los escorpiones y las serpientes habían sustituido a los habitantes, distinguí a una especie de enano que conducía un carromato tirado por un viejo asno. ¿Qué hacía aquí? ¿No sabía que era peligroso? Bajé en picado, comprimiendo mis alas bajo el cuerpo, y me acerqué lo suficiente para darme cuenta de que, probablemente, se trataba de un hombrecillo malvado, porque no dejaba de propinar vergajazos a su asno. Por solidaridad animal, le solté un excremento en la cabeza y remonté raudo el vuelo.

El enano levantó el puño con furia hacia mí y gritó de indignación. Pero su voz se perdió.

Debía apresurarme, porque este era el reino del jamsin, ese poderoso viento que arrastra gravilla y polvo y que puede hacerte picadillo si decide soplar sobre ti.

En el desierto, una estatua colosal, muy antigua, proyectaba su sombra sobre la arena. Representaba a un rey o a una reina, era difícil decirlo, pues su rostro había desaparecido. ¿Quién la había erigido? ¿Por qué? ¿Alguien, en alguna parte, lo sabía?

Proseguí mi camino.

Hasta aquí, todo iba bien. Pero redoblé la atención, porque a mi espalda el disco pálido de la luna aparecía, mientras frente a mí el sol se ocultaba. ¿Cuánto hacía que había partido? ¿Cuántos aleteos? Más de un centenar de miles, probablemente.

Egipto y sus misterios. Todo empezó con una serie de encuentros macabros. Osamentas de animales, camellos roídos en sus tres cuartas partes, con cuyas tripas, ennegrecidas por el sol, se estaban dando un festín las moscas; un búfalo momificado; una cabeza de caballo que acababa en una mueca grotesca; hienas errando de un manjar de huesos a otro.

Esto era bueno para mí, porque eran presas fáciles que las rapaces siempre preferirían a un flacucho como yo. Incluso entreví a varias águilas blancas volando muy cerca del suelo. Dos de ellas se disputaban un pedazo de la joroba de un camello, al que no podían acercarse por culpa de un chacal. Eran tan lentas, estaban tan ocupadas, que no me costó ningún esfuerzo esquivarlas a toda velocidad.

¡Egipto, mi patria!

Un resplandor, a lo lejos, me señaló el Nilo.

Pero antes tuve que sobrevolar Bilbais, saqueada en tres ocasiones por los cristianos desde que Amaury era rey. Murallas derruidas, edificios sin techo, calles llenas de escombros, eso era todo lo que quedaba de esa antigua ciudad, paso obligado entre Egipto y Palestina.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La espada de San Jorge»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La espada de San Jorge» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La espada de San Jorge»

Обсуждение, отзывы о книге «La espada de San Jorge» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x