Espido Freire - La Flor Del Norte

Здесь есть возможность читать онлайн «Espido Freire - La Flor Del Norte» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Историческая проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Flor Del Norte: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Flor Del Norte»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Novela histórica que nos descubre la desgarradora vida de Kristina Haakonardóttir, la joven princesa de Noruega convertida a la fuerza en infanta de Castilla al desposarse con don Felipe, hermano de Alfoso X El Sabio. Kristina partirá desde sus frías tierras del norte en un viaje hacia Castilla para acabar, fi nalmente, en una Sevilla que comienza a florecer y que le sorprende con costumbres, colores y sensaciones nuevas para ella. Pero todos sus descubrimientos estarán impregnados de sufrimiento y agonía por un destino inevitable a la que su misteriosa enfermedad la conduce. La pobre Kristina morirá traicionada y repudiada lejos de su hogar, entre un pueblo que siempre la vio como la Extranjera. «Me llamo Kristin Haakonardóttir, hija y nieta de reyes, princesa de Noruega, infanta de Castilla. Me llamaban La flor del norte, El regalo dorado, La extranjera, y, en los últimos meses, La pobre doña Cristina»

La Flor Del Norte — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Flor Del Norte», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Entonces, el capitán Torstein Skevla hizo un alto.

– No podemos maniobrar de esta manera. Somos demasiados.

Los hombres, que habían pensado lo mismo durante las dos últimas horas, fijaron la mirada en el suelo.

– Skjervald Skrukka vendrá conmigo.

Skjervald era su segundo, y el soldado con el que más diferencias había mantenido. Si le elegía era porque confiaba en que sería capaz de ver aquello que él no miraba y de pensar de una manera diferente. Sacudieron la nieve que se había acumulado en los esquís de las sillas de los caballos y los ataron a sus pies. Torstein envolvió al pequeño Haakon en dos capas y dio las últimas órdenes a sus hombres:

– Continuaremos solos. No les permitáis pasar.

– Hasta las últimas consecuencias, capitán.

Se abrazaron todos, abandonando la timidez que durante mucho tiempo los había privado de ese contacto, y, con el niño en brazos, los dos guerreros se adentraron en la noche blanca, sin comida, sin agua, con el tesoro de Noruega a su cuidado y la habilidad de sus piernas como única arma para preservarlo. Los otros soldados mantuvieron la calma, protegieron los caballos entre los árboles y aguardaron a que los ladridos los cercaran. Ninguno de ellos regresó con vida, pero su hazaña fue tan celebrada como la de Torstein Skevla y Skjervald Skrukka, que llegaron exhaustos y con los pies congelados a Trondheim, con el niño en perfecto estado de salud.

A mi padre le entusiasmaba aquella historia, y con el tiempo debía hacer un esfuerzo para recordar que no recordaba la noche de aquella tormenta. Cuando fue coronado, decidió que una vez al año aquel hito debía ser repetido, y que los nobles y los villanos que lo desearan podrían participar, sobre sus esquís, en la Birkebeinerrennet, la escapada de los birkebeiner.

– Me alegra celebrar, al menos una vez al año, que pude estar muerto y que sigo vivo.

Mi padre siempre ha gozado de un extraño sentido del humor.

La abuela Inga pudo criar a su hijo en la corte del rey Inge, y se convirtió en su sombra, hosca, siempre desconfiada. Nunca tuvo un príncipe mejor esbirro. Avanzaba por los pasillos unos pasos por delante de él, en el campo de juego unos por detrás, probaba la comida de su cuchara y el vino de su copa.

Los otros muchachos le tenían pánico. Inga surgía de la nada, para agarrarlos de un brazo.

– ¿Quién eres tú? ¿Cuál es tu casa?

En los entrenamientos o las expediciones, vedadas a las mujeres, continuaba a través de ellos su vigilancia. Dos meses al año los jóvenes navegaban hasta las Oreadas, donde se escondían varios de los campamentos de los birkebeiner, y eran instruidos con una severidad espartana. Tras esa prueba, muchos, sobre todo los menores, regresaban cojos, eliminados del ejército por cobardes o enloquecidos por las penalidades.

– Cuida de mi hijo -le recordaba a alguno de los jóvenes de más edad que le acompañaban-. Algún día estará en disposición de devolverte el favor y no lo olvidará. ¿Me oyes?

Pese al miedo, sentían respeto por ella, porque entre tanto condesito y tanto heredero malcriado, al que sus madres guardaban como tesoros, Inga no los sobornaba ni se mostraba como no era. Exigía su nombre o que custodiaran a su hijo con una autoridad casi real, como si le fuera debido y estuviera de más solicitarlo.

Tenía buenas razones para mantenerse alerta. Si el muchacho moría, si quedaba lisiado, nadie se preocuparía por ellos. El niño resultaba útil porque había sido reconocido heredero por el rey Inge, pero faltaban la aprobación de la Iglesia y las lealtades de los nobles. Incluso aunque llegara a adulto, las posibilidades de que muriera en alguna batalla en la que necesariamente debía destacar para lograr méritos eran altísimas, y si no había procreado antes, todo habría sido en vano.

En la corte, Inga recibía el trato de una dama de segunda sangre. Ningún noble había querido desposarla, por respeto a la memoria del rey envenenado, y las dos únicas insinuaciones que le fueron hechas en ese sentido fueron despachadas con una inusitada violencia, muy para la satisfacción de Haakon. La unión entre ellos era extrema, más propia de compañeros de armas que de madre e hijo.

El rey Inge murió justo a tiempo: mi padre acababa de cumplir los trece años, había sido designado heredero, y el otro aspirante, Skule Bárdsson, poseía pocos apoyos pese a su mayor edad y experiencia. El joven Haakon se había ganado las voluntades de quienes lo conocían. De allanar las dificultades políticas se encargaban Torstein Skevla y Skjervald Skrukka, sus padrinos, que habían escalado en influencia y poder desde la primera vez que Inga había recurrido a ellos, y que trabajaban en acuerdo estrecho con ella.

En la familia se cuenta que la idea fue de la abuela, y no hay razones para que no fuera así. Siempre poseyó un sólido sentido práctico y una capacidad para ver sin telarañas entre los engaños palatinos. El joven Haakon contaba con la formación adecuada y con más influencia ganada sobre el resto de los pretendientes al trono. Además, Felipe Simonsson, el rey bagler, acababa de fallecer, mientras que el joven Haakon, no siendo más que un muchacho, había engendrado ya un hijo en las Oreadas. Era el momento adecuado para finalizar las disputas intestinas; únicamente faltaba el respaldo de la Iglesia, que veía con ojos aviesos que un niño con una historia tan oscura y tan poca legitimidad gobernara sobre un país cristiano.

– Sin los obispos, no conseguiremos nada -dijo la abuela a los padrinos-. Y si a mí no me han creído, deberán creer a Dios.

Y así, unos años más tarde de la vergonzosa ordalía de Margrat la Envenenadora, la abuela Inga se presentaba ante el pueblo, los nobles y los obispos para someterse a un nuevo Juicio de Dios.

Aquella escena se encontraba fresca en la memoria de todos los que allí se hallaban. Como las heridas del siervo ahorcado, la muerte de Haakon III, con su paso tan breve, tan benéfico, no había curado nunca, y si algo deseaban los presentes era creer que el jovencito alto y risueño que se encontraba junto a los jueces era carne de su carne.

Con un mimo especial, la abuela se había encargado de que las circunstancias de su Juicio de Dios y del de la Envenenadora fueran idénticas, y lo había logrado: con un escalofrío, quienes recordaban aquella fecha como el regreso del caos encontraron las banderolas con los colores del rey Sverre, y en un estrado alto, pero no ostentoso, a los nobles, los obispos y los lendmenn sentados por edad y privilegios.

Sólo se habían desviado en un detalle, que los padrinos aprobaron satisfechos: la barra de metal que el verdugo calentaba al rojo en la plaza de Bergen no era tal, sino una cruz que podía aferrarse cómodamente con una mano.

Inga de Varteig avanzó con dignidad, rígida bajo su manto de viuda, con un velo espeso sobre el rostro, que sólo levantó en el momento de santiguarse, antes de tomar la cruz. Recorrió con la mirada a los allí reunidos, a la multitud capaz de ensalzarla o de despedazarla, y gritó a pleno pulmón para hacerse oír.

– Juro ante Dios y ante los hombres que el hijo de mi seno es el legítimo heredero de Haakon Sverrisson, que yació conmigo como esposo antes de su muerte! ¡Y si miento, que el Cielo me lo reclame!

Con un gesto brusco, cerró la mano sobre la cruz que con unas tenazas le ofrecía el verdugo.

– ¡Gloria Patri, et Filio, et Espiritui Sancto!

Yo he visto esa cruz incontables ocasiones. Es de metal, muy sencilla, la obra primeriza de un herrero de pueblo. La he sostenido de manera similar a como mi abuela lo hizo, con la palma contra la unión de los dos brazos, allí de donde colgaría Nuestro Salvador. He imaginado el dolor, la extensión de la quemadura del metal en su mano enorme.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Flor Del Norte»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Flor Del Norte» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Flor Del Norte»

Обсуждение, отзывы о книге «La Flor Del Norte» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x