Mika Waltari - Sinuhé, El Egipcio

Здесь есть возможность читать онлайн «Mika Waltari - Sinuhé, El Egipcio» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Историческая проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Sinuhé, El Egipcio: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Sinuhé, El Egipcio»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En el ocaso de su vida, el protagonista de este relato confiesa: `porque yo, Sinuhé, soy un hombre y, como tal, he vivido en todos los que han existido antes que yo y viviré en todos los que existan después de mí. Viviré en las risas y en las lágrimas de los hombres, en sus pesares y temores, en su bondad y en su maldad, en su debilidad y en su fuerza`.
Sinuhé el egipcio nos introduce en el fascinante y lejano mundo del Egipto de los faraones, los reinos sirios, la Babilonia decadente, la Creta anterior a la Hélade…, es decir, en todo el mundo conocido catorce siglos antes de Jesucristo. Sobre este mapa, Sinuhé dibuja la línea errante de sus viajes, y aunque la vida no sea generosa con él, en su corazón vive inextinguible la confianza en la bondad de los hombres.
Esta novela es una de las más célebres de nuestro siglo y, en su momento, constituyó un notable éxito cinematográfico.

Sinuhé, El Egipcio — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Sinuhé, El Egipcio», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Y yo dije:

– Y, sin embargo, la justicia vale más que la injusticia. Pero ellos contestaron con amargura:

– Si matamos a un patrono duro porque nos azota y nos roba la comida y mata de hambre a nuestras mujeres y nuestros hijos, cometemos una acción buena y justa, pero vienen los guardias y nos arrastran delante de los jueces y nos cortan las orejas y la nariz y nos cuelgan con la cabeza hacia abajo.

Me hicieron dar pescado frito por sus mujeres y bebí su cerveza, y dije:

– Un asesinato es el acto más vil que puede cometerse, sea cual sea el motivo.

Entonces se pusieron la mano delante de la boca y miraron a su alrededor y dijeron:

– No queremos matar a nadie, pero si quieres curar a los hombres de su maldad y mejorarlos, dirígete a los ricos y poderosos y a los jueces del faraón, porque en ellos encontrarás más maldad e injusticia que en nosotros. Pero no nos acuses si te cortan la nariz y las orejas o te mandan a las minas o te cuelgan con cabeza hacia abajo, porque tus palabras son peligrosas. Es cierto que Horemheb, nuestro gran capitán, te haría condenar a muerte en el acto si oyera lo que dices, porque nada es más honroso que matar a un enemigo en la guerra.

Seguí, sin embargo, sus consejos, y vestido como un pobre, con los pies descalzos, recorrí las calles de Tebas y hablé con los mercaderes que mezclaban arena a su harina, y a los molineros que ponían una mordaza a sus esclavos para impedirles comer trigo, y me dirigí también a los jueces que robaban la herencia de los huérfanos y dictaban sentencias inicuas para recibir grandes dádivas. Les hablaba a todos y les reprochaba sus actos y su maldad, y me escuchaban con profunda sorpresa, diciendo:

– ¿Quién es en el fondo este Sinuhé que habla con tanta osadía, pese a que vaya vestido como un esclavo? Seamos prudentes, porque debe de ser sin duda un espía del faraón, para osar expresarse con tanta franqueza.

Y por esto me escucharon y me invitaron a sus casas y me hicieron regalos, y los jueces me pidieron consejos y dictaron sentencias en favor de los pobres y en contra de los ricos, lo cual suscitó un vivo descontento, y en Tebas se decía:

– No puede uno fiarse ni de los jueces, porque son más pérfidos que los ladrones que juzgan.

Pero los nobles se burlaron de mí y me lanzaron sus perros y sus esclavos me echaron a bastonazos, de manera que mi vergüenza era grande y corrí por las calles de Tebas con mis vestiduras desgarradas y mis muslos ensangrentados. Los comerciantes y los jueces, al verme en aquel estado, perdieron toda confianza en mí y no creyeron ya mis palabras, sino que llamaron a los guardias para echarme, y me dijeron:

– Si vienes otra vez a lanzarnos acusaciones gratuitas te condenaremos como propagandista de falsos rumores y excitador del pueblo.

Así fue como regresé a mi hogar después de haber comprobado la vanidad de todos mis esfuerzos, porque mi muerte no hubiera sido útil a nadie. Y de nuevo me senté bajo el sicómoro y contemplé los peces mudos, cuyo aspecto me calmaba, mientras los asnos rebuznaban en la calle y los chiquillos jugaban a la guerra y se lanzaban excrementos de asno. Kaptah acudió a verme, porque finalmente se había aventurado a entrar en Tebas. Llegó majestuosamente en una litera llevada por doce esclavos negros, sentado sobre muelles almohadones, y un ungüento precioso bañaba su frente y corría por su rostro para evitarle oler la pestilencia del barrio de los pobres. Había engordado y un orfebre le había confeccionado un ojo de oro y pedrería del cual estaba muy orgulloso, pese a que algunas veces le molestase, y se lo quitó en cuanto estuvo sentado bajo mi sicómoro.

Lloró de júbilo al verme y me abrazó, y cuando se sentó en el taburete traído por Muti lo aplastó con su peso. Me contó que la guerra de Siria tocaba a su fin y que Horemheb había puesto sitio a Kadesh. Kaptah había acumulado una inmensa fortuna en Siria y comprado un gran palacio en el barrio de los nobles, y centenares de esclavos trabajaban para arreglarlo a su conveniencia, porque no quería ya ser dueño de una taberna del puerto. Y me dijo:

– En Tebas se habla muy mal de ti, dueño mío, y te acusan de excitar al pueblo contra Horemheb, y los nobles y los jueces están irritados contra ti, porque los acusas en falso. Te aconsejo que seas prudente, porque si sigues propalando estas versiones te enviarán a las minas. Es posible que no se atrevan a atacarte abiertamente porque eres amigo de Horemheb, pero puede ocurrir que peguen fuego a tu casa después de haberte dado muerte, si continúas excitando a los pobres contra los ricos. Cuéntame, pues, lo que te atormenta y te ha metido hormigas en el cerebro, a fin de que pueda ayudarte como conviene.

Bajé la cabeza y le conté lo que había pasado. Me escuchó con la cabeza baja y, cuando hube terminado, dijo:

– Sabía que eras un hombre sencillo y alocado, ¡oh dueño mío!, pero creía que tu locura se curaría con la edad. Mas veo que no hace más que empeorar, pese a que hayas comprobado con tus propios ojos todo el mal hecho por Atón. Yo creo que sufres por tu inacción, que te deja demasiado tiempo para pensar. Por esto deberías volver a curar a los enfermos, porque un solo enfermo curado te causaría más alegría que tus palabras, que son peligrosas para ti y para los que seduces. Pero si no quieres trabajar podrías buscarte otro pasatiempo como los ricos ociosos. Como cazador de hipopótamos no valdrías nada, y sin duda el olor de los gatos te incomoda, de lo contrario podrías seguir el consejo de Pepitamon, que ha adquirido gran renombre como criador de gatos de lujo. Pero, ¿quién te impide recopilar viejos textos y establecer un catálogo de ellos o coleccionar objetos y joyas procedentes de la época de las pirámides? Podrías buscar los instrumentos de música de los sirios o los ídolos negros traídos por los soldados del país de Kush. En verdad, Sinuhé, que existen mil maneras de matar el tiempo para evitar verte obsesionado por vanas ideas, y las mujeres y el vino no son los peores remedios. Por Amón, juega a los dados, gasta tu oro con las mujeres, embriágate, haz cualquier cosa, pero deja de atormentarte por nada. -Y añadió-: En este mundo nada es perfecto, la corteza del pan está quemada, cada fruto oculta un gusano y el vino da dolor de cabeza. Por esto no hay tampoco justicia perfecta y las buenas intenciones pueden tener consecuencias desastrosas y las buenas acciones acarrean la muerte, como te lo ha demostrado el ejemplo de Akhenaton. Pero fíjate en mí, me contento con mi suerte modesta y engordo en buena armonía con los dioses, y los hombres y los jueces se inclinan ante mí y la gente me alaba, y en cambio los perros levantan la pata sobre tu pantorrilla. Cálmate, Sinuhé, dueño mío, porque no es tuya la culpa de que el mundo sea como es. Yo veía su obesidad y su riqueza y le envidiaba su serenidad, pero le dije:

– Tienes razón, Kaptah, voy a trabajar de nuevo en mi profesión, pero cuéntame si la gente se acuerda todavía de Atón para maldecirlo, porque has pronunciado este nombre y está prohibido mencionarlo.

Y él dijo:

– En verdad Atón ha sido olvidado en cuanto se han hundido las columnas de la Ciudad del Horizonte. Pero he visto artistas que han permanecido fieles al estilo de Atón y existen narradores que cuentan leyendas peligrosas, y algunas veces se ven dibujadas en la arena algunas cruces de Atón, así como en las paredes de los urinarios públicos, de manera que Atón no está quizá tan olvidado como podría creerse.

– Bien, Kaptah, según tus consejos voy a reanudar mi profesión, y comenzaré a coleccionar, pero como no quiero imitar a nadie coleccionaré a los hombres que se acuerden todavía de Atón.

Pero Kaptah creyó que bromeaba, porque se acordaba todavía de todo el mal que Atón había causado a Egipto y a mí. Muti nos sirvió vino y conversamos agradablemente, pero a poco vinieron los esclavos a levantar a Kaptah, que a causa de su obesidad no podía incorporarse solo. Se marchó, más al día siguiente me mandó grandes regalos que me hicieron la vida fácil e incluso lujosa, de manera que nada hubiera faltado a mi felicidad si hubiera sido capaz de alegrarme.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Sinuhé, El Egipcio»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Sinuhé, El Egipcio» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Sinuhé, El Egipcio»

Обсуждение, отзывы о книге «Sinuhé, El Egipcio» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x