David Liss - El mercader de café

Здесь есть возможность читать онлайн «David Liss - El mercader de café» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Историческая проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El mercader de café: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El mercader de café»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Ámsterdam, 1659. En la primera bolsa de valores del mundo, la riqueza se hace y se pierde en un instante. Miguel Lienzo, un hábil comerciante de la comunidad judía de origen portugués, que en otro tiempo estuvo entre los mercaderes más envidiados, lo ha perdido todo por el repentino hundimiento del mercado del azúcar. Arruinado y escarnecido, obligado a vivir de la caridad de su mezquino hermano, está dispuesto a hacer lo que sea por cambiar su suerte.
En contra de las estrictas reglas de la comunidad judía, decide asociarse con Geertruid, una seductora mujer que le invita a participar en un osado plan para monopolizar el mercado de una nueva y sorprendente mercancía llamada café. Para triunfar, Miguel tendrá que arriesgar todo lo que valora
y poner a prueba los límites de su astucia en el comercio. Y también deberá enfrentarse a un enemigo que no se detendrá ante nada con tal de verlo caer.
Con ingenio e imaginación, David Liss describe un mundo de subterfugios y peligros, donde arraigadas tradiciones culturales y religiosas chocan con las exigencias de una nueva y emocionante forma de hacer negocios.

El mercader de café — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El mercader de café», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Ricardo se puso en pie.

– ¿Me estáis amenazando, senhor ?

Miguel dio gran risotada.

– Por supuesto. Os estoy amenazando exactamente con aquello que me habéis retado a hacer. No me parece a mí gran amenaza, aun cuando parece que os ha alterado notablemente.

Ricardo asintió con rapidez, como si debatiera algo entre sí.

– No queréis llevar este asunto ante el ma'amad -dijo.

– No, no quiero; pero si no me dais otra opción, lo haré. Y veros a los dos en tan embarazosa situación será compensación más que suficiente por mis cuitas. Yo no tengo nada que perder, Ricardo, pero vos sí. Podéis pagarme, podéis darme el nombre de vuestro cliente o podéis permitir que el ma'amad os obligue a hacer ambas cosas mientras os avergonzáis y convertís a Salomão Parido en vuestro enemigo. La decisión es vuestra, pero tengo intención de solicitar una audiencia a primera hora de mañana. Sin duda os interesa decidir deprisa.

Miguel se volvió para salir, aun cuando no pensaba que Ricardo pudiera dejarle, pero su declaración exigía una pretendida salida.

– Esperad -dijo Ricardo. Lentamente volvió a ocupar el asiento-. Esperad. Esperad, esperad, esperad.

– Estoy esperando. Llevo esperando bastante tiempo.

– Lo comprendo. -Alzó una mano en un gesto que indicaba que detuviera su lengua-. He aquí lo que os ofrezco. Os diré el nombre de mi cliente y podréis exigirle lo que se os debe directamente, pero no le diréis que fui yo quien lo traicionó. Y no diréis nada a Parido. Él no sabe que utilicé su nombre en esto, y quisiera que siguiera sin saberlo.

Miguel tragó con dificultad. Por fin tendría su dinero. Y había ganado, lo cual no era cosa frecuente en los últimos tiempos.

– Estoy de acuerdo -dijo.

Ricardo suspiró.

– Muy bien. Debéis comprender que mi cliente me dio instrucciones muy claras para que mantuviera esta información en secreto. No fue decisión u obra mía.

– Vos dadme ese nombre.

– He dicho que lo haría. El nombre -dijo- es Daniel Lienzo. -Dejó escapar una risita chillona-. Si lo pensáis, es muy gracioso. Os presionaba por los mil que os había prestado y en cambio, en todo momento, él os ha estado debiendo más del doble. Os ha estado tratando con despecho porque le debíais dinero, pero estas últimas semanas él ha sido vuestro deudor y vos ni siquiera lo sabíais. ¿No os parece divertido?

Miguel echó mano de un montón de papeles y se los arrojó a Ricardo, esparciendo sus notas, sus cuentas y su correspondencia por toda la habitación. Haciendo esto esperaba dejar bien claro que no, no lo encontraba tan divertido como Ricardo.

29

Miguel sabía que las finanzas de su hermano no iban bien, pero ignoraba hasta qué punto. Todas sus burlas, todas sus insinuaciones sobre las maldades que hiciera Miguel cuando él hacía otras tantas… eso podía perdonarlo; podía perdonar su altanería y las miradas de censura. Pero lo que no le perdonaba era que le hubiera aceptado el dinero - robado el dinero- sabiendo que él habría menester de él.

Pero, aun lleno de resentimiento, Miguel no osaba hablar de ello. No se atrevía a quejarse porque, hasta que no resolviera aquel asunto del café de una forma u otra, no podía arriesgarse a salir de la casa de su hermano, pues un movimiento tal hubiera llamado demasiado la atención.

Unos días más tarde, Annetje bajó de nuevo al sótano de Miguel con un anuncio que hubiera sido mucho más sorprendente de no ser porque había de él precedentes. Joachim Waagenaar estaba en la puerta y deseaba entrevistarse con él.

Joachim bajó la angosta escalera ayudándose con una mano y aferrándose con la otra el sombrero. Cuando llegó abajo perdió pie y dio en tambalearse como un borracho.

– Bien, senhor, veo que el círculo se ha cerrado. Como se suele decir, el pájaro siempre vuelve al nido.

Joachim no estaba tan borracho como primero pareciera. Una idea se le pasó a Miguel por las mientes: Joachim había bebido solo lo justo para reunir el valor. Pero valor ¿para qué? Una vez más, Miguel buscó alguna cosa con la que poder protegerse.

– ¿Es este vuestro nido? -preguntó Miguel-. Se me hace a mí que no.

– No estoy de acuerdo. -Joachim se sentó sin esperar a que le invitaran-. Siento que esta es la mismísima habitación en la cual nací… en la cual nació la persona en quien me he convertido. Y en qué me he convertido… yo mismo apenas lo sé.

– ¿Es eso lo que venís a decirme?

– No. Solo que he estado pensando, y en cierto modo creo que acaso vos seáis el mejor amigo que tengo en estos momentos. Curioso, ¿verdad? En otro tiempo fuimos… bueno, si no amigos, sí estábamos al menos en buenos términos. Luego fuimos enemigos. Y acaso haya yo la más culpa de ello, aun cuando mi cólera estaba bien fundada; estoy seguro de que lo sabéis. Y ahora por fin somos amigos de nuevo. Verdaderos amigos. De los que se preocupan el uno por el otro.

– ¿Y cómo habéis llegado a tan inusual conclusión?

– Muy simple, senhor. Tengo una información que vos queréis. Tengo información de la que podéis obtener gran cantidad de dinero. De hecho tengo información que os salvará de la ruina. Si acaso temo algo es que seáis demasiado necio para creerla. Pero lo cierto es que la tengo y deseo compartirla con vos.

– ¿Y a cambio de tal información queréis los quinientos florines de los que tanto os he oído hablar?

El holandés rió.

– Lo que quiero es una parte de vuestros beneficios. Espero que sepáis ver la chanza. Deseo que mi éxito, mi fortuna, vuelvan a estar ligados al vuestro.

– Ya veo. -Miguel respiró hondo. Ya casi no reconocía ni su propia vida. Allí estaba, sentado en su sótano, negociando con Joachim Waagenaar. Si hubieren de atraparlo haciendo aquello, con toda probabilidad, Salomão Parido defendería ante el ma'amad que se le perdonara el delito. El mundo se había vuelto loco.

Joachim negó con la cabeza.

– No, no veis, Lienzo, pero lo haréis. Esto es lo que propongo: acepto daros una información de la que sacaréis sorprendentes beneficios. Si estoy en lo cierto, me daréis el diez por ciento de lo que saquéis por la información… la tasa habitual de un corredor, podríamos decir. Si me equivoco, no me deberéis nada, y jamás volveréis a saber de mí.

– ¿No os olvidáis de un importante detalle?

– ¿Qué detalle es ese?

Miguel tragó.

– Que sois un demente y no se puede confiar en nada de cuanto digáis.

Joachim asintió, como si Miguel hubiera pronunciado un sabio punto de la Ley.

– Os pido que confiéis en mi palabra. Nunca he sido un demente, tan solo un hombre en la ruina. ¿Podéis decirme qué sería de vos, senhor, si lo perdierais todo, si no tuvierais dinero, ni casa, ni alimentos? ¿Podéis asegurar que vos no caeríais en la locura de la desesperación?

Miguel no dijo nada.

– Jamás he deseado venganza -continuó Joachim-, solo quería lo que es mío, y no procuro permanecer al margen viendo como un hombre destruye a otro porque sí. Como bien sabéis, ya he aprendido qué cosa es la ruina. Y no deseo acarrearla sobre otra persona.

Ahora Joachim había conseguido atraer la atención de Miguel.

– Os escucho.

– Habréis de hacer más que escuchar. Habréis de estar de acuerdo.

– Suponed que escucho lo que queréis decirme y no os creo.

– Pues muy bien, pero si decidís que sí me creéis y actuáis guiándoos por esa información, habréis de darme el diez por ciento de lo que ganéis.

– ¿O…?

– Nada de «os» -dijo Joachim-. No puede haber más amenazas entre nosotros. No os haré firmar ningún contrato; sé bien que escribir algo sobre papel os expondría a la ruina. Dejaré a vuestro buen juicio el decidir cómo conviene obrar a un caballero.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El mercader de café»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El mercader de café» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El mercader de café»

Обсуждение, отзывы о книге «El mercader de café» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x