clivus . Calle en cuesta.
cochinillo . Latín, porcella. Se usaba con ironía o en sentido cariñoso y se refería a los genitales femeninos.
coercitio . Derecho que tenía un magistrado curul a exigir obediencia de sus mandatos mediante medidas punitorias. Un ciudadano no podía apelar contra un magistrado que invocase coercitio a menos que fuera plebeyo y les pidiese a los diez tribunos de la plebe que lo rescatasen. Las medidas acostumbradas eran multas o confiscación de bienes; que un magistrado castigase con penas físicas era verdaderamente infrecuente.
cognomen . Era el último nombre de un varón romano ansioso por distinguirse de todos sus colegas que poseyeran idénticos nombres de pila (praenomen) y apellido (nomen). Podía adoptarlo él mismo, como hizo Pompeyo con el cognomen Magnus, o simplemente continuar con un cognornen que llevase generaciones en su familia, como ocurría con el cognomen César en la familia de los Julios. En algunas familias se hacía necesario llevar más de un cognomen: por ejemplo, Quinto Cecilio Metelo Pío Corneliano Escipión Nasica, que era hijo adoptivo de Metelo Pío el Cochinillo. Quinto era su primer nombre (praenomen); Cecilio era el nombre de su familia (nomen); Metelo Pío eran cognomina pertenecientes a su padre adoptivo; Corneliano indicaba que tenía sangre Cornelia; y Escipión Nasica eran los cognomina de su padre biológico. El cognomen, además, a menudo ponía de relieve alguna característica física o idiosincrásica: orejas como jarros, pies planos, joroba, piernas hinchadas; o bien conmemoraba alguna gran hazaña, como en el caso de los Cecihos Metelos, que recibieron los cognomina de Dalmático, Baleárico, Macedónico, Numídico, relativos al país que cada uno de ellos había conquistado. Los mejores cognomina tenían una enorme carga de sarcasmo: Lépido, que significaba tipo estupendo, aplicado a un auténtico cabrón; a veces eran muy ingeniosos, como ocurría con el ya poseedor de múltiples cognomina Cayo Julio César Estrabón Vopisco, el cual se ganó un nombre adicional, Sesquiculo, que significaba que era más que un tonto, era tonto y medio.
cohorte . La unidad táctica de la legión. Constaba de seis centurias, y cada legión tenía diez cohortes. Cuando se refería a movimientos de tropas los generales solían hablar de sus ejércitos en términos de cohortes más que de legiones, lo cual indica que, por lo menos hasta los tiempos de César, el general desplegaba o separaba las cohortes en orden de batalla. El manípulo, formado por dos centurias (había tres manípulos en cada cohorte), dejó de tener significación desde los tiempos de Mario. colegio. Colectivo o sociedad de hombres que tenían algo en común. Roma poseía colegios sacerdotales (tales como el Colegio de los Pontífices), colegios políticos (como el Colegio de los Tribunos de la plebe), colegios civiles (como el Colegio de los Lictores) y colegios de oficios (por ejemplo, el gremio de directores de pompas funebres). Ciertos grupos de hombres de todas las esferas de la vida, incluidos los esclavos, se agrupaban en lo que se conocía por colegios de encrucijada para cuidar de las encrucijadas más importantes de Roma y organizar la fiesta anual de las encrucijadas, las Compitalia.
Comicios . Gran foso redondo en el cual se celebraban las reuniones para los comitia. Estaba situado en el Foro Romano inferior adyacente a los escalones de la Cámara del Senado y la basílica Emilia, y bajaba del nivel del suelo en una serie de escalones que formaban gradas sobre las cuales los hombres permanecían de pie; en las reuniones comiciales los hombres nunca se sentaban. Cuando estaba muy lleno, el foso podía dar cabida quizás a dos o tres mil hombres. La tribuna o plataforma de los oradores estaba situada en uno de los lados.
comitia . Véase asamblea.
condemno . Palabra empleada por un jurado para emitir un veredicto de «culpable». Era un término que se limitaba al ámbito de los tribunales; tanto los tribunales como las asambleas tenían sus jergas específicas.
conducto . La conexión entre la conducción principal y las tuberías que llevaban el agua desde dicha conducción hasta el interior de los edificios, fueran de propiedad pública o privada. El tamaño o el calibre del conducto estaba estrictamente regulado por la ley, y quedaba bajo la autoridad de los ediles. Los romanos conocían el comportamiento del agua como volumen, pero no conocían la presión del agua. Sin embargo, sí apreciaban el tubo de alimentación basado en la gravedad, y colocaban los depósitos de agua de la ciudad en el terreno más elevado.
confarreatio . La más antigua y estricta de las tres formas de matrimonio romano. En los tiempos de César, la práctica de confarreatio quedaba limitada a los patricios y no era obligatoria. Uno de los principales motivos por los que el matrimonio confarreatio perdió popularidad era porque la esposa pasaba de la patria potestad de su padre a poder del marido, y así tenía mucha menos libertad que las mujeres casadas del modo corriente; no podía controlar su propia dote ni dirigir negocios. Otro motivo radicaba en la extraordinaria dificultad para disolverlo; el repudio (diffareatio) era tan arduo desde el punto de vista religioso y desde el punto de vista legal que no merecía la pena tanta molestia a menos que las circunstancias no dejasen otra alternativa.
cónsul . El cónsul era el magistrado romano de más categoría entre los que poseían imperium, y el cargo de cónsul (los eruditos modernos no se refieren a él como «consulado» porque el consulado es una institución diplomática moderna) era el peldaño más alto del cursus honorum. Cada año se elegían dos cónsules en la Asamblea de las centurias que servían durante un único año. Asumían el cargo el día de año nuevo (el 1 de enero). Uno de ellos, el senior, era superior al otro; era el que sacaba primero el número de centurias que tenía que conseguir como requisito imprescindible. El cónsul senior tenía las fasces (véase) durante el mes de enero, lo cual significaba que su colega junior permanecía como observador. En febrero el cónsul junior ostentaba las fasces, e iban alternándose mes a mes a lo largo de todo el año. Ambos cónsules tenían una escolta de doce lictores, pero sólo los lictores del cónsul que tenía las fasces durante aquel mes llevaban las fasces al hombro cuando le precedían adondequiera que dicho cónsul fuese. En el último siglo de la República podían ser cónsules tanto los patricios como los plebeyos, aunque nunca dos patricios juntos. La edad apropiada para ser cónsul era la de cuarenta y dos años, doce después de haber entrado en el Senado, aunque existen pruebas convincentes de que en el año 81 a. J.C. Sila concedió a los senadores patricios el privilegio de presentarse a cónsul dos años antes que cualquier plebeyo, lo cual significaba que los patricios podían ser cónsules a los cuarenta años de edad. El imperium de un cónsul no tenía límites y operaba, además de en Roma y en Italia, en todas las provincias, y superaba el imperium del gobernador proconsular que hubiese en ellas. El cónsul podía mandar cualquier ejército.
consular . Era el nombre que se daba a un hombre después de haber sido cónsul. El resto del Senado tenía en especial estima a esos hombres, y hasta que Sila se convirtió en dictador siempre se les concedía a los consulares la palabra o se les pedía que dieran su opinión en la Cámara por delante de los pretores, de los cónsules electos, etc. Sila lo cambió, pues prefirió exaltar a los magistrados en el cargo y a los elegidos para asumir los cargos a continuación. El consular, no obstante, en cualquier momento podía ser enviado a gobernar una provincia si el Senado requería de él ese servicio. También podía pedírsele que asumiera otros deberes, como ocuparse del abastecimiento de grano.
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