tribuno militar (tribunus militarum). Los oficiales de grado medio en la cadena de mando del ejército romano se denominaban tribunos de los soldados o tribunos militares. El de rango superior era el tribuno electo de los soldados. Si el general no era también cónsul, y, por consiguiente, no disponía de las legiones del cónsul, el tribuno militar era el que las mandaba. Los tribunos militares no electos servían también de comandantes de los escuadrones de caballería.
tribuno de la plebe. El cargo se creó poco después de la institución de la república, cuando la orden plebeya estaba a la greña con los patricios. Elegidos por el ente tribal de los plebeyos, reunido en concilium plebis o comitia plebis tributa (asamblea plebeya) los tribunos de la plebe juraban defender las vidas y propiedades de los pertenecientes a la orden plebeya. En 450 a. JC. había diez tribunos de la plebe; la lex Atinia de tribunis plebis in senatum legendis de 149 a. JC. establecía que el elegido tribuno de la plebe ingresase automáticamente en el Senado. Como no eran elegidos por todo el pueblo (es decir, los patricios y los plebeyos), no tenían poder real con arreglo a la constitución romana, fundamentalmente no escrita; su poder residía en el juramento que prestaba la orden plebeya de defender la naturaleza sacrosanta -inviolable- de sus representantes electos. El poder de un tribuno de la plebe radicaba en su derecho a ejercer el veto contra una decisión gubernamental; podía vetar las mociones o leyes presentadas por uno de sus colegas tribunados o por todos ellos, a otros magistrados, cónsules y censores incluidos; el tribuno de la plebe podía vetar decretos del Senado e incluso cuestiones bélicas y de asuntos exteriores. Sólo un dictador (o quizás un interrex) estaba por encima del veto tribunicio. Dentro de su propia Asamblea plebeya, el tribuno de la plebe era omnipotente: podía convocar la asamblea, una reunión (contio), promulgar plebiscitos y hasta imponer la condena de muerte si bloqueaban su derecho ejecutivo. El tribuno de la plebe no tenía imperium y la autoridad de su cargo no se extendía más allá de la primera piedra miliar fuera de la ciudad de Roma; por tradición, un tribuno de la plebe sólo podía ocupar el cargo una vez, pero Cayo Graco lo ocupó tres veces. Como el auténtico poder del cargo se basaba en la oposición -el veto-, la contribución tribunicia a la gobernación de Roma era más obstruccionista que constructiva. El Colegio de tribunos de la plebe asumía el cargo el décimo día de diciembre de cada año; su sede era la basílica Porcia. Sila en el 81 a. JC. despojó al tribunado de la plebe de todos sus poderes menos el del derecho a rescatar a un miembro de su orden de las garras de un magistrado, pero los cónsules Pompeyo y Craso restituyeron todos los poderes del cargo de tribuno de la plebe en 70 a. JC. Véase también el término ius auxilii ferendi.
tribuno de los soldados. Eran veinticuatro jóvenes, entre veinticinco y veintinueve años de edad, que elegía cada año la Asamblea del pueblo para servir en las legiones del cónsul como tribunos militares (tribuni militum). Como los elegía la comitia populi tributa, o todo el pueblo, estos tribunos militares eran auténticos magistrados y quedaban incorporados a las cuatro legiones del cónsul como comandantes, en número de seis por legión. Cuando los cónsules tenían más de cuatro legiones en campaña, los tribunos de los soldados se repartían por las legiones que hubiese.
tribuno del Tesoro (tribuni aerarii). Eran hombres de la orden de los caballeros con renta de 300.000 sestercios y no de 400.000 sestercios como era lo habitual. Véase el término caballeros para mayor informacion.
triclinium. El comedor romano. Era un comedor formal (de preferencia cuadrado) en el que había tres camillas colocadas formando una U. Mirando desde la puerta al hueco que configura la U, la camilla de la izquierda se llamaba el lectus sum mus, la situada en la base de la U era el lectus medius y la que formaba el lado derecho, el lectus imus. Estas camillas eran muy anchas, quizá de 1,25 metros o más, y el doble de largas como mínimo. En un extremo tenían un brazo elevado formando cabecera. Delante de cada una de ellas se disponía a lo largo una mesa estrecha más baja que la camilla, y los comensales se tumbaban, reclinados sobre el codo izquierdo, apoyados en almohadones; comían descalzos y podían ordenar que les lavaran los pies. El anfitrión se tumbaba en la parte izquierda del lectus medius, siendo la parte derecha de dicha camilla el extremo con cabecera reservado al invitado de honor, que se denominaba locus consularis. En tiempos de Mario y Sila era poco frecuente que las mujeres se tumbasen comiendo con los hombres, de no ser mujeres de dudosa virtud y tratarse de una francachela celebrada por hombres. Las mujeres de la familia se sentaban dentro del espacio de la U, en sillas; entraban con el primer plato y abandonaban el comedor nada más retirarse el último plato. Normalmente sólo bebían agua.
trirreme. Al igual que la birreme, era la más común de las antiguas galeras de combate. Una trirreme contaba con tres órdenes de remos y con su advenimiento, hacia el 600 a. JC., aparece la invención del escálamo en la regala. Los remos de las trirremes solían tener la misma longitud, de unos quince pies o 5 metros, y habitualmente la trirreme tenía una eslora de unos 43 metros y su manga no excedía la anchura de unos 4 metros; por consiguiente la proporción entre longitud y anchura era de 10:1. El remero de la bancada inferior se denominaba en griego talamita y manejaba el remo a través de una porta abierta en el casco, tan cerca de la flotación, que iba dotada de una protección de cuero para que no entrase agua. Había unos 27 talamitas en cada lado; el remero de la bancada del medio se llamaba zygita y accionaba el remo por una tronera inferior a la borda; había igual número de éstos que de talamitas. El remero del orden superior se denominaba tranita e iba acomodado en una bancada especial en el espacio del tolete para los remos que iba montado exterior a la regala y mantenía su longitud de proyección hacia afuera en la más estrecha del casco en popa; había 31 remeros de este orden a cada lado, contra 27 de los otros dos. Por consiguiente, la trirreme tendría unos 170 remeros, y eran los tranitas los que realizaban mayor esfuerzo, dado que su remo incidía en el agua en ángulo más agudo. La trirreme llevaba remos de dos lengüetas, mayores, más fuertes y mejor armados. En el 100 a. JC., era el navío de línea de las escuadras y unía a su velocidad y potencia la maniobrabilidad. Casi todas las trirremes tenían puente y podían transportar una tropa de unos cincuenta hombres. Se construían con madera de pino, y era un navío lo bastante ligero para ser varado por la noche y a veces transportado por la tripulación en largas distancias sobre rodillos. Para limitar al máximo el agua de la sentina, se varaba todas las noches. Era un navío de guerra que, bien cuidado, tendría una vida al menos de veinte años; la isla de Rodas, por ejemplo, que contaba con marina permanente, disponía de varaderos para dejar las flotas en tierra. Por estos varaderos descubiertos por los arqueólogos, sabemos que, independientemente del número de remos, las galeras nunca superaban los 30 metros de eslora y los siete de manga.
trofeo. Los trofeos eran objetos de llamativo aspecto o famosos capturados al enemigo. Los generales romanos tenían costumbre de erigir trofeos (armaduras, estandartes) cuando ganaban una victoria señalada; se hacía en el mismo campo de batalla o, como hizo Pompeyo en los Pirineos, en un paso montañoso o en un templo que mandó construir en Roma.
trogloditas. Gentes de la antigüedad que vivían en viviendas excavadas en la roca. La franja egipcia del Sinus Arabicus (el mar Rojo) tenía fama por sus núcleos de trogloditas, y en Capadocia la blanda toba de sus formaciones pétreas ha facilitado vivienda a sus pobladores desde tiempos inmemoriales.
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