Günther (1962,1-23) elaboró un excelente resumen de la historia de los microformatos, así como su aplicación y estado del arte en las bibliotecas a principios de la década de los sesenta.
En algún momento, varias tecnologías se combinaron. Por un lado, la búsqueda de información basada en patrones de perforaciones y por otro lado el microfilme. Todos ellos son sucesores de la idea del “selector rápido” presentado por Vannevar Bush con su idea del “Memex”. Un ejemplo de ellos es el “Microfilm Rapid Selector”. Perales (1962, 21-22) menciona que este tipo de equipos almacenaba fichas con información consecutivamente en un microfilme. 6 Adjunto a cada una de ellas, se guardaba simultáneamente un patrón de marcas blancas codificadas en el filme a semejanza de perforaciones, el cual era buscable después ópticamente por medio de células fotoeléctricas para encontrar la combinación de marcas codificadas en las fichas que contenían la información deseada. Llegaba a buscar hasta 36 mil fichas en una hora. Puede verse un reporte completo del funcionamiento de este equipo en Engineering Research Associates (1949).
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Microfilm Rapid Selector, ca. 1949. Acceso abierto en Hathi Trust. |
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Fichas con índices ópticos, Microfilm Rapid Selecto, ca. 1949. Acceso abierto en Hathi Trust. |
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Dos Kodak Minicard de 16 x 32 mm. con seis páginas c/u, ca. 1960. Dominio Público. |
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Lector Kodak Minicard, ca. 1960. |
Kodak Minicard. |
Perales (1962, 21-22) estableció también: “[…] Shaw’s Rapid Selector es una máquina de película continua que combina reducción y almacenaje con la selección mecánica. Este sistema de gran velocidad se aconseja para colecciones permanentes. Kodak Minicard es un intento de combinar asientos intercambiables y continuos”. A diferencia del Microfilm Rapid Selector o el Shaw’s Rapid Selector, que almacenaban sus registros en largos carretes de microfilme, el Kodak Minicard manejaba piezas sueltas de micropelícula de 16 × 32 mm. insertas en marcos metálicos con una reducción de 60 a 1. A cada pieza le cabían hasta nueve páginas o imágenes tamaño carta con su patrón anexo de marcas blancas parapoder ser buscado por su máquina. Podían ser buscados a una tasa de mil minicards por minuto (Rahm 1960:63-67). Como la doctora Perales subraya, la ventaja de este sistema es que cada pieza documental al ser individual podía ser agregada o desechada independientemente de las demás en la colección.
Las bibliotecas usaron también en la primera mitad del siglo XX máquinas teleautógrafo para enviar información a distancia. Esta máquina fue inventada por Elisha Gray en 1888 y, básicamente, consistía en una pluma con cables tensores conectada a dispositivos eléctricos adosados a ella. Estos registraban los movimientos de la pluma y podían transmitirlos eléctricamente por un cable igual que el telégrafo hacia lugares lejanos. Del otro lado, había una máquina que interpretaba las señales eléctricas y por medio de otra pluma con cables reproducía en papel el mensaje original, ya fuese texto, dibujos, firmas, etc. Modelos perfeccionados de este dispositivo fueron usados por bibliotecas para enviar mensajes de forma remota entre diferentes departamentos o edificios. Estas máquinas son consideradas hoy en día los antecedentes lejanos del fax y de la tableta electrónica con pluma.
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Teleautógrafo, ca. 1915. Dominio Público. |
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Teleautógrafo |
Mensaje original |
Mensaje recibido |
Dominio Público Vía Wikicommons |
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Empleada de la biblioteca que usa el teleautógrafo hacia 1925. El teleautógrafo fue un antiguo precursor de la máquina de fax, y reproducía información escrita a mano mediante la transmisión de impulsos eléctricos de una estación a otra. Imagen por cortesía de los Archivos de la Biblioteca Pública de Cleveland, EUA. |
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Esta máquina teleautógrafo se usaba en la biblioteca hacia 1925 para enviar información entre la Sala del Catálogo Público y las Divisiones de Sociología y Tecnología. imagen por cortesía de los Archivos de la Biblioteca Pública de Cleveland, EUA. |
A principios de los años treinta, se desarrollaron diversos equipos para el préstamo automatizado: entre los más famosos, destacan la prensa Dickman y posteriormente la máquina Gaylord. Básicamente, funcionaban con una credencial de cartón que tenía inserto el número de usuario realzado en relieve en una placa metálica. La prensa trasladaba por presión manual el número de la credencial hacia la tarjeta de préstamo del libro; la máquina hacía lo mismo pero eléctricamente (Geer 1956, 244-246). Para los años cuarenta, ese sistema había sido perfeccionado: muchas bibliotecas en la unión americana usaban una versión mejorada de los ya mencionados equipos Recordak para administrar los préstamos: en vez de escribir el nombre del usuario en la tarjeta de préstamo y guardarla con su credencial como era usual, al presionar un botón se microfilmaban juntos y al instante la credencial, la tarjeta del libro y la fecha de vencimiento. No había que guardar papeles, lo cual agilizó grandemente el proceso de circulación. Las bibliotecas que utilizaban estos dispositivos los usaron hasta bien entrados los años ochenta.
Como sucedió con otros dispositivos, hubo numerosas variantes de estos con diversas mejoras y ventajas; como ejemplo, en la página 177 de la revista Library Journal de enero de 1963, puede verse un anuncio del dispositivo para préstamo automatizado “Regiscope-Rapidex”. En él se lee:
[…] Con Regiscope, el cargo fotográfico se realiza directamente desde el bolsillo del libro, eliminando por completo la costosa tarjeta del mismo. Y ahora, con el increíblemente nuevo accesorio adjunto Rapidex, ya no hay necesidad de tarjetas de transacciones pre-impresas, pre-numeradas y pre-fechadas. Simplemente coloque un rollo en blanco de cinta de papel en el Rapidex y ¡listo! En una acción automática, el papel se imprime con el nombre de la biblioteca, un número de transacción y la fecha, y simultáneamente se toma un registro fotográfico de la bandeja de la máquina, que guarda una imagen del número, el bolsillo del libro y la tarjeta del usuario.
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