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Hollerith Electric Tabulator, US Census Bureau, Wshington, DC, 1908, Photography by Waldon Fawcett. Library of Congress, LC-USZ62-45687. Public Domain. |
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Telar de Jacquard con tarjetas perforads, ca. 1801. CC BY-SA 2.0 fr by Rama (on work). Vía Wikimedia Commons. https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/fr/deed.en |
Entre las décadas de los treinta y los setenta hubo innumerables aplicaciones en bibliotecas basadas en el uso de tarjetas perforadas. A manera de tempranos ejemplos, Ralph Parker introdujo en 1936 en la Universidad de Texas la máquina y tarjetas de Hollerith para control de circulación y en 1940 para control de las adquisiciones de las publicaciones seriadas (Parker 1936, 903-905). En 1937, Frederick Keppel también utilizó las tarjetas y la máquina de Hollerith para los índices de autores y de materias que sustituirían el catálogo convencional y que serían usadas como dispositivos para la búsqueda bibliográfica (Williams 2002, 16-33). “[…] En 1939, Frederick Kilgour adaptó el equipo y las tarjetas McBee a las rutinas de préstamo en la Biblioteca del Harvard College” (Kilgour 1939, 131-133).
Dorothy Waugh menciona en un artículo en 1942 una prueba piloto realizada de manera conjunta por la Biblioteca Pública de Montclair, Nueva Jersey, y la empresa IBM con el fin de averiguar si el uso de sus máquinas de negocios podría ahorrar costos en tareas rutinarias en bibliotecas. La prueba consistió en un nuevo registro de los usuarios de la biblioteca y de las tarjetas de préstamo de los libros por medio de tarjetas perforadas a fin de mejorar los servicios de préstamo de la biblioteca (Waugh 1942, 366-367). Tómese en cuenta que en esos años todavía no se habían inventado las computadoras; no obstante, las tarjetas perforadas ya se usaban en innumerables “máquinas de negocios”: clasificadoras, tabuladoras, de contabilidad, intérpretes, etcétera.
Poco tiempo después de la creación de la tarjeta original de Hollerith, se desarrolló como variante el concepto de “tarjetas con muescas en las orillas” (edge-notched cards). Entre 1920 y 1960, se diseñaron y utilizaron decenas de diferentes dispositivos de ambos tipos; esto es, con perforaciones
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Perforadora de tarjetas para préstamo, Biblioteca Hyden, en la Universidad Estatal de Arizona, 1966. Imagen Cortesía de los Archivos de la Universidad Estatal de Arizona. |
en el centro y en las orillas, algunos manuales y otros electromecánicos no computacionales basados en tarjetas de cartón para manejo de información administrativa, muchos de los cuales pasaron a su vez a las bibliotecas de esas épocas, en especial aquellos que permitían almacenar y recuperar información documental. Poindron y Salvan (1957) consignan: “[…] El primer sistema de tarjetas superpuestas data de la patente francesa de Borgeaud y Liber número 565475 del 24 de abril de 1923; es el sistema actualmente conocido como Sphinxo y operado por Détectri”. Algunos otros autores los sitúan todavía antes de esa década. Reichman menciona que en ese rubro hubo una patente para E.C. Molina desde 1914 y que desde 1930 R. Preddek documentó su uso para recuperación de información bibliográfica (Reichman 1961,23-24).
Perales los describió así: “[…] La operación de almacenamiento de información se hace por medio de un sistema, parcialmente mecanizado, como es el Peek-a-Boo card system ” (Perales 1969, 65). Peek-a-Boo es el juego de esconder la cara y aparecer; no tiene una traducción exacta en español, pero el concepto relacionado es el de esconder y reencontrar. El término fue introducido por Wildhack y Stern (1958, 125-129), de la Oficina Nacional de Estándares de Estados Unidos en 1954. Se les denominó originalmente “tarjetas Batten” por W. E. Batten, quien en 1947 describió el uso de tarjetas de registro “perforadas en el interior” para realizar búsquedas manuales rápidas de patentes químicas. Los términos fueron muy disímbolos entre idiomas: en español, se les conoció como “tarjetas de coincidencia óptica”, “tarjetas de aspecto” y “tarjetas Batten”. En francés, se conocieron como “ fiches superposables ”; esto es, “fichas apilables”; en alemán como “ Sichtlochkarten ”, esto es, “ tarjetas perforadas de búsqueda ”; en Estados Unidos como “ Peek-a-Boo ”, “ optical coincidence cards ”, “ feature cards ” o “ aspect cards ”; en Reino Unido, como “ optical coincidence cards ” y “ batten-cordonnier cards ” (Reichman 1961, 23-24).
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Ejemplo de tarjeta Termatrex con muescas, ca. 1977. |
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Ejemplo de tarjeta perforada “peek-a-boo” o tarjeta perforada de aspecto,ca. 1960. |
Perales explica: “[…] Peek-a-Boo fue un nombre genérico para variados dispositivos de diversos fabricantes; éstos y sus correspondientes tarjetas se comercializaron bajo los nombres Keydex, Termatrex, Minimatrex, Omnidex, Findex, Selecto, Sphinxo, Sichtlochkarten, Ekaha, Vicref, Find-It, Brisch-Vistem y Trio Cards” (Perales 1969, 66). A los mencionados, podemos agregar los dispositivos E-Z Sort, Zatocards, McBee Keysort, Flexisort, Velom, Rocket, Paramount, Cope-Chat, Indecks, Jonker, etcétera (y no son todos).
Como puede verse, la variedad llegó a ser inmensa. Básicamente funcionaban con base en perforaciones realizadas en cuadrículas asignadas a una tarjeta cuyas medidas variaban según el fabricante. El principio básico de los dispositivos de tarjetas Peek-a-Boo consistía en que las palabras clave –términos temáticos, propiedades distintivas, caracteres taxonómicos o atributos– de cada documento tuviesen sus tarjetas indizadas. Hubo productos en los que se almacenaban varios atributos de un solo libro o texto en una tarjeta; hubo también productos que almacenaban los datos de varios libros o textos en una tarjet que contenía un atributo común a todos ellos. Ciertas ubicaciones individuales de cada perforación en diversas zonas de la cuadrícula correspondían a datos específicos preestablecidos: autores, temas, documentos, etcétera. Para identificar un subconjunto de registros que satisficieran múltiples términos de búsqueda, las tarjetas eran retiradas de un conjunto predeterminado, alineadas con un dispositivo o con varillas y puestas a contraluz. Los registros que cumpliesen con todos los términos de la búsqueda —es decir, su intersección— aparecerían como puntos iluminados en sus respectivas ubicaciones de la cuadrícula (Wildhack y Stern 1958, 125-126). Llegaron a ser tan populares, que todavía en los setenta se vendían kits o juegos de tarjetas simplificados para estudiantes con el fin de que guardaran y recuperaran ahí sus notas de clases. Véase el anuncio del periódico del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT 1966, 2).
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Tarjeta de aspecto o peek-a-boo tipo Zatocard con aguja selectora. 2008. Copyright College & Research Libraries.This document may be reprinted and distributed for non commercial and educational purposes only, and not for resale. |
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Kit para estudiantes con tarjetas de coincidencia óptica “Indecks”: tarjetas, agujas y perforadora. ca. 1966. |
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Tarjetas con perforaciones o “Peek-a-Boo” con agujas selectoras,ca. 1968. |
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Anuncio del sistema “Indecks” de tarjetas de coincidencia óptica para estudiantes. Contenía 200 tarjetas, agujas ordenadoras y perforadora. Periodico “The Tech” del MIT, septiembre 1966. |
Otro ejemplo de estos dispositivos que ilustra el concepto era el “Termatrex”. Su máquina hacía perforaciones manualmente en una tarjeta; cada tarjeta representaba una característica utilizada para describir ítems de interés. Cada ítem a representar tenía una posición asignada en un grupo de tarjetas. Si un documento tenía la característica representada por la tarjeta, se perforaba un agujero en la posición apropiada. Al alinear conjunta y adecuadamente las tarjetas asociadas a un grupo de objetos y colocarlas en el lector de tarjetas, los agujeros que permitían ver la luz correspondían a los objetos del grupo que cumplían con todas las características de interés. Algunos dispositivos eran todavía más simples. El Vicref o el Samas contaban con una plantilla lectora para ubicar las perforaciones alineadas, pero no contaban con una máquina perforadora, los agujeros se hacían en una tarjeta tipo IBM en la columna y el renglón deseados con un perforador manual del tipo de los que se usan para cancelar boletos, y la recuperación se hacía por medio de una o dos agujas largas, como las que se usan para tejer.
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