Así las sociedades humanas construyen paradigmas de progreso y desarrollo que orientan su acción. Estas ideas de progreso determinarán históricamente las formas de despliegue de la condición humana, de su propia sociedad y su medio natural.
2. La población humana como colectivo tiene una dinámica de crecimiento y transformación distinta de la suma de las características de los individuos que la componen: su dinámica demográfica. El término población adopta distintas acepciones: puede describir a un grupo de interés, un grupo social con determinadas características o simplemente al total de población censada o registrada. Pero también se refiere, y esta es la acepción que nos interesa, a aquel colectivo humano con una dinámica demográfica propia, con capacidad para reproducirse y perdurar en el tiempo. Un colectivo que crea y recrea permanentemente su entorno y al hacerlo se transforma a sí mismo.
3. La población y los demás seres vivos e inertes del planeta se encuentran en relación de estrecha interdependencia , se necesitan mutuamente, hacen parte de un mismo ecosistema y su pervivencia depende de los equilibrios que logran establecer entre ellos. En consecuencia, nada puede crecer a ultranza sin deteriorarse o deteriorar a otros, y cada uno tendrá que ocupar el lugar que le corresponde en la reproducción y mantenimiento del sistema global 4.
Por tanto, para avanzar en la planeación integral es necesario comprender las dinámicas de transformación propias de cada una de las dimensiones del desarrollo, así como el juego de relaciones y tensiones que se establecen entre ellas. Este ejercicio debe permitir la identificación de los ejes estructurantes, que en el pasado han determinado el desarrollo de la población y su territorio, y aquellos de los que dependerá su desarrollo en el futuro próximo.
Así es fácil comprender que las relaciones población-desarrollo no son lineales ni de una sola vía, sino que se producen en cadenas de interacciones y definen espirales de determinación. El sistema general se mantiene gracias al flujo permanente de intercambios de distinta intensidad, muchos de los cuales se convierten en tensiones, las que se resuelven gracias a la capacidad de resiliencia del sistema.
Sin embargo, cuando se generan tensiones entre una o varias de las dimensiones del desarrollo, pueden presentarse desequilibrios entre la población, su organización social y económica y su base ambiental. Si estos no logran resolverse adecuadamente, el sistema pierde su sustentabilidad y podría desaparecer en el tiempo.
Entonces la clave de la planeación integral del desarrollo está en la identificación y comprensión de las interacciones y tensiones que se producen entre las dimensiones del desarrollo en un territorio particular. Este es el corazón del modelo BIT PASE.
La propuesta técnica para la aplicación del modelo se centra, por tanto, en el trabajo sobre las interacciones, con particular atención a aquellas que se convierten en tensiones y, más aún, tensiones que desbordan la capacidad de respuesta de la organización social o del Estado y ponen en riesgo la permanencia del sistema para perdurar en el tiempo. El diagnóstico territorial enfatiza ya no en las características de determinados individuos, ni en la lista de indicadores con que se les define, o en la lista de peticiones o solicitudes, sino en el conjunto de eventos (definidos para un tiempo y lugar específicos) en los que se expresan tensiones o intercambios desiguales (de bienes, servicios, energía, conocimiento, tecnología, poder, etc.) entre cualquier par de las dimensiones del desarrollo.
Puesto que las relaciones entre la población y el desarrollo no son perceptibles a simple vista, para hacerlas evidentes y comprehensibles el modelo provee herramientas para la observación cuidadosa de las series de eventos en que la población modifica la base ambiental, genera cambios en la dinámicas económicas, en la organización social o institucional, así como las series de eventos en que la misma población se ve afectada por estas dinámicas.
La lectura de una tensión incluye la precisión de los eventos que le dan origen, los factores que la agravan o cronifican, así como de los factores que contribuyen a su superación. A partir de allí se establecen y valoran las consecuencias que esta tensión tiene para la población y para otras dimensiones del desarrollo.
Una vez que se ha reconocido un número importante de tensiones, el modelo aborda la comprensión integral del territorio, identificando el hilo conductor que articula el conjunto de eventos y situaciones que han dado origen a su textura social, económica y ambiental y que han fraguado un orden social y económico particular, a partir del que se definen las condiciones de posibilidad de la vida humana y no humana en ese territorio. Para ello se trabaja en la construcción de configuraciones 5. Estas permiten abordar la complejidad del análisis, estableciendo las relaciones que ligan las tensiones unas con otras, bien sea porque provienen del mismo generador, tienen impactos similares o comparten reforzadores y liberadores.
En una configuración , cada una de las tensiones queda explicada por el tipo de relaciones que guarda con las demás; esto ofrece una visión integral de la realidad de la entidad territorial y de su cambio en el tiempo. Este ejercicio permite identificar los grandes ejes que las articulan, los cuales se van a convertir luego en los grandes retos para la planeación del desarrollo local.
En una configuración , cada elemento juega un rol específico en la construcción del territorio, en la forma particular de ocuparlo, habitarlo, reproducirlo o agotarlo. Una configuración expresa una forma particular de pensar, de organizar y regular la actividad humana, una forma particular de compartir o acumular, y por tanto una forma particular de recrear, o de agotar el entorno, y de proteger la vida.
Una configuración es única y representa la huella digital del territorio. En ella se hacen comprehensibles aquellos elementos que de manera aislada parecen incomprensibles o fruto simplemente del azar. Incluye un juicio ordenador sobre lo que debería ser, sobre lo que es deseable o indeseable, lo necesario y lo pertinente.
La comprensión del territorio a partir de configuraciones permite avanzar hacia su transformación , confrontando la imagen actual del territorio con el paradigma de sociedad y desarrollo al que se aspira. La clave para la superación de las tensiones y situaciones indeseables está contenida en las mismas tensiones y en la configuración que las sintetiza. La acción planificadora puede orientarse así hacia la modificación de los elementos que las originan, de sus reforzadores o de sus liberadores para avanzar en la construcción de un nuevo equilibrio o restaurar el anterior si fuera el caso, es decir, obtener una nueva configuración deseada .
La configuración deseada expresa el paradigma de sociedad al cual se aspira y en ella están contenidos todos los elementos para definir la visión de territorio que orientará la acción planificadora. La construcción de estrategias estará orientada al logro de esa nueva configuración y los objetivos y metas del componente estratégico del plan quedarán articulados de manera integral a la concreción de esa visión concertada.
El campo de aplicación del modelo es muy amplio, y aunque se ha utilizado con mayor intensidad en la evaluación de planes de desarrollo y de ordenamiento, también se aplica con éxito a la formulación de políticas derivadas (juventud, salud) o al fortalecimiento de organizaciones sociales regionales y locales, de organizaciones públicas y privadas, y en general al fortalecimiento del trabajo de todos aquellos que están en busca de nuevas opciones de desarrollo.
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