Martha Barriga Tello
INTRODUCCIÓN
La historia del arte peruano del siglo xix se está escribiendo paulatinamente, sobre todo en los últimos años, en que el interés en su investigación se ha incrementado1. Se trata de un periodo todavía poco conocido, en el que se realizaron una serie de discursos que formalizaron categorías de identidad y se desarrollaron procesos de construcción simbólica de nuestra nacionalidad.
Para los estudiosos de la prensa, el siglo xix es por excelencia el siglo del periodismo como vehículo de opinión, de cruzada política y de cultura, así como de aviso e información comercial (Seoane, 1992, pp. 313-314). A mediados de siglo, gracias a la invención de la fotografía y al desarrollo de la litografía, surgieron los diarios, periódicos y revistas con ilustraciones que ocuparon un lugar importante en el impreso, fuera del texto tipográfico o cerca de él. El aspecto cultural, literario y artístico predominó en las revistas ilustradas, que difundieron los argumentos de la nacionalidad, y son precisamente estas publicaciones las fuentes de primera mano en las que el investigador puede buscar la información que le permita recrear en parte dicho siglo para comprenderlo y explicarlo. Por tanto, la investigación hemerográfica es de especial importancia en el develamiento del siglo xix.
El Perú Ilustrado. Semanario para las familias fue publicado a fines del siglo xix por el empresario Peter Bacigalupi, un migrante que, pese a su origen italoestadounidense, se comprometió en un significativo esfuerzo editorial y artístico, en un país que se recuperaba lentamente de la debacle provocada por la derrota sufrida en la guerra del Pacífico. El semanario presenta un material visual y documental muy interesante que no ha sido abordado en su complejidad, en el que destaca sobre todo la presencia de imágenes litografiadas de gran calidad artística. Se trata de la publicación semanal más destacada de la época, cuyas litografías permitieron poner al alcance de buen número de personas representaciones visuales que satisfacían la curiosidad y el deseo de ver y poseer imágenes, llegando a convertirse también en un medio de difusión de ideas y emociones.
En sus páginas, también destacan las imágenes publicitarias litografiadas —aunque hay algunas que fueron obtenidas mediante el uso de clisés importados, de uso común en otras revistas del momento—, que recogen y expresan el gusto de la época, y representan establecimientos comerciales y fábricas; artículos de moda; belleza, cuidado del cabello y perfumería; salud y licor; artículos para el hogar; cámaras fotográficas y artículos para fotografía; y actividades de esparcimiento. Asimismo, complementan el discurso de recuperación de la autoestima presente en el semanario, y muestran una sociedad en plena capacidad de satisfacer nuevas necesidades, asociadas al bienestar y a la idea de progreso.
Este libro está dividido en cuatro capítulos. En el primero se ha revisado el contexto en el que se publicó el semanario, entre 1887 y 1892, la crisis provocada por la derrota en la guerra del Pacífico y los años de la Reconstrucción Nacional. También hace referencia al aspecto cultural, en el que destacan Manuel González Prada, representante del nuevo tipo de intelectual positivista; y Clorinda Matto de Turner, iniciadora del indigenismo en la literatura. Además, se reseña la situación de la plástica en el Perú, reconociendo la importancia del pintor Francisco Laso por los temas que presenta y por considerarlo un artista innovador que empleó las técnicas más modernas para capturar imágenes, la fotografía, que le sirvieron para componer sus obras.
En el segundo capítulo, se ha realizado un esbozo relativo a la presencia italiana en el Perú durante siglo xix. Se hace referencia a las causas de la migración, la influencia del nacionalismo y la unificación italiana conocida como Il Risorgimento, sobre todo porque el editor de El Perú Ilustrado, Peter Bacigalupi, era de origen italoestadounidense y estuvo influenciado por esta corriente. Se incluye una reseña sobre Bacigalupi y su proyecto editorial, y se hace referencia a sus aportes en el desarrollo y difusión de la litografía a través de la publicación del semanario.
El tercer capítulo está centrado en el análisis de El Perú Ilustrado. Semanario para las familias. Se mencionan sus antecedentes y se demuestran las causas de su desaparición. También se examinan los referentes formales e ideológicos que inspiraron a Bacigalupi; se analiza la diagramación del semanario, el desarrollo de la portada y el interior, así como la tipografía. En la última parte, se presenta una clasificación de los temas tratados en las litografías del semanario que hacen evidente su relación con la construcción de la nacionalidad, la recuperación de la autoestima y la idea de bienestar y progreso. Además, explora el gusto estético de la sociedad de la época, el receptor implícito y cómo influyó en las características de la publicidad, a partir del estudio de los anuncios que aparecieron en el semanario, en los que se manifiesta la estrecha relación entre arte y publicidad.
En el capítulo final se presenta el análisis plástico de una selección de veinte litografías presentes en El Perú Ilustrado. Semanario para las familias, organizadas de acuerdo con la clasificación que se ha planteado. Cada capítulo contiene fotografías impresas tomadas de las litografías del semanario para tener un contacto directo con la calidad de trabajo de los artistas, apreciar la variedad de temas y demostrar las afirmaciones ofrecidas a lo largo del desarrollo del libro, que incluye un total de 96 imágenes.
Los objetivos de la investigación son los siguientes:
• Resaltar que en el contexto en que se publicó El Perú Ilustrado había en el país un esfuerzo de reflexión nacional, como resultado de la derrota en la guerra con Chile.
• Demostrar que Peter Bacigalupi estuvo influenciado por los ideales del nacionalismo y la unificación italiana, y que los transfirió al país que lo acogió, el Perú.
• Destacar el intenso esfuerzo de Bacigalupi por difundir la litografía.
• Mostrar que la temática de las litografías del semanario tiene una connotación nacionalista que expresa el auténtico interés de Bacigalupi por el Perú.
• Subrayar que el semanario tiene una clara intención de destacar lo peruano.
• Reconocer el rol de El Perú Ilustrado en la promoción de personajes importantes del país, sobre todo de los héroes de la guerra del Pacífico, contribuyendo así a la recuperación de la memoria de los caídos en los enfrentamientos, sin importar su rango.
Los límites de la investigación están dados por el abundante material gráfico presente en El Perú Ilustrado. Semanario para las familias, pues se trata de una revista ilustrada cuya característica principal es la presencia de imágenes, tanto en la portada como en el interior. Por eso, para la elaboración de la investigación ha sido necesario seleccionar y clasificar un corpus representativo de ese material gráfico.
Es preciso señalar que el periodo que se analiza es entre 1887 y 1892, que corresponde a las fechas en que el editor, Peter Bacigalupi, publicó El Perú Ilustrado, pues se han encontrado referencias a una segunda época, aunque muy breves, cuando el poeta José Santos Chocano volvió a usar este nombre para un semanario publicado por él.
La importancia de la publicación es amplia y radica, en primer lugar, en demostrar que las litografías que componen El Perú Ilustrado. Semanario para las familias tienen valor artístico, histórico y documental. También valora la contribución de un migrante extranjero, el italoestadounidense Peter Bacigalupi, en la construcción del sentimiento de nación. A la vez, ayuda a comprender las sutilezas del desarrollo de la conciencia nacional en el Perú.
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