Maurene Goo - Como en una canción de amor

Здесь есть возможность читать онлайн «Maurene Goo - Como en una canción de amor» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Como en una canción de amor: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Como en una canción de amor»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

10:00 p. m.
Lucky es la estrella de K-pop del momento.
Con su voz de ángel, su peluca rosada y sus botas plateadas de infarto, acaba de hacer vibrar a todo Hong Kong al final de su exitosa gira por Asia. Y ahora está lista para conquistar el mundo: Estados Unidos la espera.
Pero en este momento… solo desea una cosa: una hamburguesa.
11:00 p.m.
Jack se cuela en un hotel elegante para conseguir una exclusiva para su trabajo secreto como paparazi.
Al salir, se cruza con una chica en pijama. Es bonita. Le resulta familiar. Captura su atención. Parece desorientada.
Es una chica desesperada por una hamburguesa.
12:00 a.m.
Nada volverá a ser lo mismo.
Vive un divertido romance de película de la mano de la autora de Creo en una cosa llamada amor.

Como en una canción de amor — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Como en una canción de amor», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Luego de una nueva revisada al menú, Fern se dirigió de nuevo al mesero.

–Ordenaré el sundae, por favor.

El señor McJazz revoleó los ojos y levantó el mentón para indicarle al mesero que podía retirarse.

Los músicos sí que eran los peores.

Se puso a hablar con Fern, y yo aproveché para mirar mi teléfono. Charlie me estaba escribiendo y me preguntaba por nuestro encuentro.

Ah… Eso. Creo que conocí a una muchacha y ahora está por comer helado.

La respuesta de Charlie llegó de inmediato.

¿Qué?

Y luego:

¿Por qué está comiendo helado? Olvídalo. Olvídate de que existo y disfruta tu noche, hermano.

Nadie se entusiasmaba más con estas cosas que Charlie. Le gustaba ser el mujeriego, pero estaba bastante seguro de que era un romántico por dentro. Volví a meter el teléfono en el bolsillo y miré a Fern y al muchacho otra vez. Él le estaba hablando al oído.

Ni que hubiese tanto ruido aquí, amigo.

El sundae llegó y Fern se lo devoró como si no hubiese probado bocado en días. O semanas.

–Guau –dije–. Ahora se te congelará el cerebro.

Hizo una pausa para mirarme antes de fruncir la frente, señal inequívoca de que yo no había mentido.

–Auch –se tocó la frente y hasta se sacó la gorra en un gesto instintivo. No estaba bien reírse de su sufrimiento, pero no pude evitarlo. Ella también comenzó a reírse. Le había quedado crema batida en el mentón.

Al parecer al señor McJazz no le agradó mucho ese momento entre su conquista y yo y se le acercó nuevamente, con la mejilla rozando la suya.

–Eso se ve bien. ¿Puedo probar un poco?

Dios bendiga a Fern, porque le pasó una cuchara.

–¿Por qué no?

Él miró la cuchara por un segundo.

–¿Y si tú me das?

Qué asco. Me tensé, mi paciencia ya se estaba acabando.

Fern largó un eructo en lugar de una respuesta, y él se echó para atrás.

No pude evitar la carcajada, y luego me puse de pie.

–Después de esto, creo que necesitamos salir de aquí.

Ella se puso de pie para seguirme.

–Está bien. ¡Adiós! –saludó a todos con un movimiento de la mano. McJazz también se puso de pie y la tomó del brazo. Dios mío. ¿Iba a tener que pelear con ese grandulón?

–¿Por qué dejas que este tipo te arrastre consigo? –le preguntó mientras me lanzaba una mirada aniquiladora–. ¿Es tu hermano o algo?

Fern le miró la mano y se liberó de su garra. Tuvo que hacer fuerza. Lo golpeó en la mano para que se le alejara.

–No, no es mi hermano. Y tú necesitas calmarte. Eres bastante viejo para mí.

Muy bien, ahora esto ya estaba pasando de gracioso a cosa seria.

–Fern –le dije, tomándola del brazo, pero luego retiré mi mano.

Ella dio media vuelta y me golpeó en el medio del pecho. Duro.

–¿Jack? Tú eres lindo, pero necesitas relajarte .

¿Yo era lindo?

Luego golpeó a McJazz en la pantorrilla, aunque no con mucha fuerza.

–Y tú necesitas dejar de arrastrarte.

Maldición. La expresión en el rostro de McJazz no tuvo precio. Pero la diversión duró poco. Cuando volví a ver a Fern, estaba de pie, intentando conservar el equilibro e intentando alcanzar una de las mariposas que colgaban del techo.

¡Nooooo!

Atrapó una, que se salió de su cuerda, y fue como si alguien hubiese apagado la vida del bar. Todo se quedó en silencio.

Mierda.

Fern no se dio cuenta. Por el contrario, sostenía la mariposa entre ambos dedos y la examinaba con gran placer.

Me acerqué a ella, esperando que nadie de los que trabajaban allí la hubiera visto. Había una regla muy estricta en este bar: si tocabas una de las mariposas, te echaban a la calle. Lo sabía porque lo había hecho una vez en el pasado.

El guardia de seguridad la alcanzó antes que yo.

–Señorita, debe salir de aquí.

Fern se llevó la mariposa a la nariz.

–¿Las mataron a propósito ? ¿Para exponerlas aquí para nuestra diversión? ¿Como si fuéramos bárbaros? –su tono era un poco acusador y otro poco curioso.

El guardia le bajó la mano.

–¿Señorita, cuántos años tiene?

–¿Qué importa? ¡Quiero hablar con el gerente del lugar! –alzó la mano para atrapar otra mariposa.

Yo la detuve.

–¡Fern! ¡Debemos salir de aquí!

El hombre me miró.

–¿Usted se hará responsable por haber traído a una menor aquí?

Todos en el bar nos estaban mirando. Genial. Puse mi cara de “¿quién? ¿yo?” y levanté ambas manos.

–Señor, por favor. Disculpe a mi hermana –por lo bajo, escuché a McJazz decir un “lo sabía”. Apreté los dientes, pero conservé la sonrisa–. Ella no está bien. Mire sus zapatos.

El guardia miró para abajo, pero su expresión no cambió. Mientras él se concentraba en sus pies, Fern tomó otra mariposa. La gente exclamó al verla y el tipo volvió a levantar la mirada.

–Se terminó. Llamaré a la policía.

De repente, Fern se inclinó hacia adelante y empujó al hombre.

–¿No crees que estás exagerando? –arrastró esas últimas palabras, sus ojos volvían a cerrarse.

Así que hice lo único que podía hacer. La acerqué a mí de un tirón y le hablé al oído.

–Corramos –sugerí.

Capítulo once LUCKY El chico guapo que se llamaba Jack me llevaba de la mano y - фото 15

Capítulo once

LUCKY

El chico guapo que se llamaba Jack me llevaba de la mano y juntos íbamos corriendo por la calle.

Debí usar toda mi concentración para no tropezarme con mis propias pantuflas. Mientras avanzábamos cuesta abajo por la calle empinada y llena de gente lo observé. Miraba fijo hacia adelante, y apretaba fuerte mi mano.

¿Quién era? ¿Por qué confiaba en él? Un minuto, ¿confiaba en él?

De repente, nada de esto me pareció una buena idea. Todas mis nociones de que era una noche maravillosa que pasaría a la historia se volvieron cenizas mientras luchaba por mantenerle el ritmo. Me dolían los pies.

En el mismo instante en que salí a la calle, debería haber regresado al hotel. Ni al centro comercial siquiera. Debería haberme limitado a comer mi hamburguesa prohibida y haberlo declarado el acto mayor de rebeldía en esta gira.

Pero no. Había salido a la calle… ¡y había montado el autobús! Era tan arriesgado, tan tonto, tan…

Cuando doblamos la esquina, me eché a reír, sabiendo que se vería repentino y extraño.

Sí. Todo esto era una mala idea. Y aun así, era de algún modo sexi.

Jack me miró, sorprendido por mi risotada.

Cuando nuestros ojos coincidieron, dejé de reírme.

Era demasiado lindo, y yo estaba demasiado adormecida.

Finalmente, luego de girar otra esquina y llegar a un callejón, nos detuvimos. Jack me hizo señas de que me quedara contra la pared de ladrillos, todo tan furtivo y pensado.

Sí, qué buena idea estar en un callejón con un completo extraño, Lucky.

Nos llevó un segundo recuperar el aliento, y luego Jack se estiró por encima de mí para espiar qué pasaba del otro lado de la esquina. Ah. Respiré profundo. Sé que es algo espeluznante decirlo, pero olía muy bien. A jabón y un poco a sudor.

–Bueno, creo que estamos a salvo –dijo, sin notar que yo lo estaba oliendo.

Sonreí.

–Yo estoy a salvo. Tú estás a salvo. ¿De qué estamos a salvo?

Jack se puso serio.

–Casi te corren de un bar y probablemente habrías terminado tras las rejas. En un país extranjero –estaba que echaba humo. De hecho, toda su apariencia se veía bastante acalorada , como una especie de Heathcliff mezclado con drama coreano.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Como en una canción de amor»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Como en una canción de amor» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Como en una canción de amor»

Обсуждение, отзывы о книге «Como en una canción de amor» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x