El capítulo 6 se centra en la investigación microbiológica y en la producción de vacunas; dicho campo dominó el ideario innovador desde los pioneros, en cabeza de Eduardo Aycardi Barrero, quien llevó a cabo una meritoria labor en la estructuración y dirección de los centros de investigación oficiales. Su firme convicción en una escuela internacional para la producción de vacunas, su perseverancia en la aplicación de la investigación en cultivos celulares para la obtención industrial de microorganismos, como una innovación en producción de vacunas (de uso humano y animal), constituye un paradigma para quienes con su labor en el día a día construyen la medicina veterinaria colombiana.
El quehacer investigativo como base para la docencia se presenta en el capítulo 7. Aureliano Hernández Vásquez, con su vida y su dedicación a la investigación y la docencia constituye un punto de referencia. Es un representante de los “anfibios culturales”, que señalaba la reforma académica del rector de la Universidad Nacional de Colombia Antanas Mockus, es decir los docentes e investigadores que podían respirar en dos elementos diferentes: la profesión o disciplina, y las ciencias humanas: tenía la convicción de que la investigación debería hacer parte de la docencia; así se podrían formar nuevas generaciones profesionales que tuvieran como meta la investigación, para el inicio de las aventuras posgraduales en ciencias veterinarias.
El movimiento estudiantil y la intensidad de la actividad cultural, por su parte, generaban nuevos vientos para el discurrir del pensamiento veterinario. Víctor Julio Vera Alfonso es otro de los personajes para ambientar los argumentos que se presentan en el capítulo 8. Los veterinarios en ejercicio privado no veían la necesidad de buscar nuevos conocimientos a través de los estudios de posgrado, era una época donde lo profesional (la experiencia de campo y el “ojo clínico”) se consideraba prioritario; la investigación era del interés de pocos. Paulatinamente, ese pensamiento profesionalizante cedió algún espacio.
Las primeras promociones de la Maestría en Reproducción Animal de la Universidad Nacional de Colombia, representadas por un grupo de jóvenes consagrados a la investigación y a la innovación, permitieron de nuevo la formación de reemplazos generacionales para diversas instituciones de educación e investigación. Pero venían más desafíos: la investigación interdisciplinar en el campo de la genética y la consolidación de una línea de investigación para generar conocimiento en virología animal.
Era importante crear las condiciones para la solución de los problemas sentidos, el trabajo interdisciplinario y la participación de los actores; los epidemiólogos y los economistas debían conformar un equipo para analizar la situación. La orientación y el redireccionamiento de la educación universitaria de pregrado y posgrado ameritaban ajustes y definiciones. En el capítulo 9 se presenta la labor de Peter Ellis, quien después de diversas experiencias en diferentes instituciones y en varios países, en especial Colombia, consiguió desde la epidemiología veterinaria mejorar la productividad de los sistemas ganaderos y coadyuvar al desarrollo de las comunidades rurales, en un medio de múltiples matices en el ámbito mundial, generando estratégicos aportes desde la inter y la transdisciplinariedad para la medicina veterinaria, ofreciendo novedosas metodologías para el estudio y la solución de problemas sentidos en salud animal, salud pública, educación y desarrollo comunitario. Por lo anterior fue distinguido por la Universidad de La Salle con el grado de Doctor Honoris Causa en Agrociencias.
La clínica, orientada a animales de trabajo y recreación (equinos y caninos), y la práctica preventiva, caracterizada por el desarrollo de algunos productos biológicos, fueron los enfoques profesionales dominantes en las facultades del país. Pero el desarrollo de los servicios sanitarios era dinámico y demandaba la participación de jóvenes egresados. Las enfermedades emergentes estimularon el desarrollo de dichos servicios y el apoyo internacional transformó la institucionalidad, con lo que la formación posgradual adquirió fortaleza. En el capítulo 10 se analiza este hecho, discutiendo los inicios de importantes proyectos que permearon dichos procesos; así el testimonio de vida de César Augusto Lobo Arias, sus logros y realizaciones constituyen el centro de este apartado.
La salud pública tuvo un papel importante en la consolidación y en el posterior desarrollo de la veterinaria colombiana como escuela; en el capítulo 11 se estudia este hecho, tomando como base las visión de diversos autores del ámbito mundial y también los proyectos internacionales en los que la Universidad de La Salle participó durante los últimos años; es de especial mención lo discutido por el grupo de docentes, investigadores y estudiantes que durante varios años trabaja en el proyecto de Escuelas de Pensamiento: Cultura, Salud Pública y Desarrollo Comunitario.
El capítulo 12 presenta una panorámica sobre la historia de vida de Elmer Escobar Cifuentes quien, desde la veterinaria, realizó aportes a la salud pública en Colombia y en los países de América Latina; en el control de rabia; en la dirección de instituciones del ámbito internacional y en la representación de la OPS-OMS.
En el capítulo 13 se lleva a cabo una reflexión acerca de la investigación para la docencia, el aprender a investigar para enseñar y las posibles etapas que pueden señalar metas, para quienes se interesan por la formación en investigación, como un elemento para la docencia y como una experiencia de vida.
En el capítulo 14 se presenta el paradigma de Una Salud, como punto de encuentro interdisciplinar, para pensar en los problemas sentidos desde la perspectiva sanitaria y la contribución desde la universidad con la transformación social y productiva del país. Una Salud representa una poderosa alternativa para potenciar los recursos económicos, humanos e infraestructurales, y para orientar hacia la eficiencia la salud humana, animal y ambiental. Su relación dinamizadora con la salud pública veterinaria y los nuevos horizontes del colectivo de pensamiento son evidentes: Una Salud hace parte de las reflexiones de la Escuela de Pensamiento Cultura, Salud Pública y Desarrollo Comunitario y constituye una de las líneas estratégicas de investigación en la Universidad de La Salle.
Como epílogo se examina el horizonte de la escuela, intentando una mirada prospectiva para la medicina veterinaria. Cuando hay pensamiento activo e ideas inteligentes, el futuro es una oportunidad. Los profesionales de la salud y la producción animal deben contribuir a recrear una sociedad pluralista, respetuosa de los derechos humanos, defensora de la institucionalidad, honesta y pulcra, orgullosa de los elementos propios de la cultura nacional y de sus tradiciones.
La escuela veterinaria colombiana del siglo XXI le apostará a sus tendencias dominantes en los ámbitos médicos y quirúrgicos, pero también a los comunitarios y sociales; la salud pública contribuyó a establecer un vínculo humanizador en la visión desde el inicio. Hoy esos esfuerzos se canalizarán efectivamente a través de Una Salud, que implica acciones y proyecciones hacia el sector agropecuario colombiano: al agro, al desarrollo rural con enfoque territorial; al agro, terreno fértil para cultivar una Colombia justa, equitativa, incluyente, tolerante y en paz.
PRIMERA PARTE
Ciencias naturales, roturación, sociedades e instituciones
El ambiente político y social en la Colonia. Roturando el terreno*
La historia de las ciencias agropecuarias no se puede aislar de las transformaciones sociales, políticas y técnicas que las limitan o impulsan.
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