Borja D. Kiza - Antropoceno obsceno

Здесь есть возможность читать онлайн «Borja D. Kiza - Antropoceno obsceno» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Antropoceno obsceno: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Antropoceno obsceno»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

""Mi amigo J y yo estamos básicamente de acuerdo: este mundo apesta. Nuestra única diferencia es que yo me quejo y él ha decidido disfrutar de la vida".
Para responder a la indiferencia de su amigo, el autor emprende un viaje lleno de encuentros esclarecedores pero no exento de escalas absurdas, poéticas, fracasadas, imaginarias…
¿Qué lógica subsiste en el Antropoceno, esa palabra que cada vez se pronuncia más y sin reparo? ¿Entendemos realmente lo que esconde este término? ¿Es un concepto que nos ayuda de verdad a comprender nuestra época o en el fondo se trata de una cortina de humo que sirve para engañarnos y retrasar el cambio de estilo de vida que las sociedades occidentales demandan con urgencia?
Antropoceno obsceno —híbrido de ensayo, reportaje periodístico y diario íntimo— propone un itinerario tan serio como delirante del Antropoceno (o Antropobsceno, en palabras del autor) para adentrarse en las cuestiones sociológicas, filosóficas, económicas, culturales, creativas… que conforman este nuevo mundo y tiempo en ocasiones obscenos.
Las entrevistas a Edgar Morin, Bernard Stiegler, Yayo Herrero, Gilles Clément, Valérie Chansigaud, Santiago Cirugeda y otros expertos de diversas disciplinas acompañan una lectura libre de formas y formalismos que no por ello renuncia al rigor que el tema y esta época exigen."

Antropoceno obsceno — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Antropoceno obsceno», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Ingenuo... ¿Thierry Paquot, al presentar el paro como una oportunidad, al creer en la recuperación de las utopías desde allí donde nos encontramos? Más que él, yo, al proponerme encontrar algo nuevo de valor que contar entorno al Antropoceno, sobre el que tanto está dicho y tan poco escuchado. ¿De verdad confío en que mi proyecto —que ni siquiera yo entiendo del todo— convenza a J? Aun así, debo seguir adelante. Al reescuchar la entrevista con Paquot, horas después de nuestro encuentro, me pregunto si, quizás, el Antropoceno comenzó el día en que se cartografió el último metro cuadrado de la Tierra y con él se hirió de muerte a la utopía humana. Antropoceno..., ¿el triste mundo de las no-utopías? Quizás es la nostalgia causada por esta carencia la que hace que una dicha particular nos tome cuando llegamos a un territorio hermoso pero, sobre todo, desconocido, vacío e inabarcable por nuestra vista y empezamos a explorarlo sin saber qué habrá en él. Un sendero virgen en la montaña, un bajo bosque desde el que parece intuirse una nueva playa... Libres del asfixiante Antropoceno y felices. Hasta que de pronto nos topamos con una parada de autobús o un chiringuito y todo nuestro placer se funde como un cubito de hielo dejándonos un sabor ácido en la boca del que intentamos librarnos escupiendo por doquier. La utopía hoy es posible en nosotros mientras conservamos la inconsciencia de lo que nos rodea. Más bien, mientras fingimos que desconocemos el desastre a nuestro alrededor. Una ilusión que, en cuanto nos alejamos unos pasos de nuestro puñado de metros cuadrados utópicos, se desintegra. Me digo que, antes, la utopía era mirar al horizonte con la mano en la frente. Y que hoy es mirar a nuestros pies con las manos ocultándonos los laterales. Pero J, ridículo extremista, ha ido aún más lejos y ha decidido cerrar los ojos con fuerza, abandonándose a la nada que no decepciona y renunciando así a toda noción de utopía.

—¿El siglo xx ha sido utópico?

—Ante la llegada del año 2000, escribí un artículo sobre cómo veíamos esta fecha en 1960 y 1985. No acertamos en nada, en algunos casos para mejor y en otros para peor. Se pensaba que ya no cocinaríamos y nos alimentaríamos con una pastilla, que los cánceres serían vencidos, que al comer un tenedor nos diría el nivel de colesterol... Todo dependía del progreso técnico y científico y ninguna de las previsiones trataba el bienestar humano, la sensualidad, la plenitud sexual, la relación con la naturaleza... Era como si de pronto la utopía fuera el incremento de elementos técnicos.

—En el siglo xxi, ¿ya no hay espacio para la utopía?

—Para empezar, la palabra «utopía» ha cambiado de naturaleza. Lo que antes era un «otro lugar» presente se ha convertido en una «voluntad de cambio». Como el «otro lugar» no está en otro lugar, yo invento mi «otro lugar» aquí, lo que se materializa en una cooperativa de producción autogestionada, en una vivienda participativa, en un pueblo decreciente, en una ciudad lenta... La utopía cambia su sentido clásico y significa simplemente fabricar otra sociedad aquí y ahora, dentro de nuestra sociedad actual. El «otro lugar» se busca respecto a la propia sociedad, ya no fuera de la sociedad en general. Es un «otro lugar» en el interior y es pequeño, excepcional, concierne a una pequeña comunidad de personas... Y esos «otros lugares» existen, hay muchas alternativas. Las utopías de hoy son las alternativas.

—¿Estas alternativas deberían interconectarse?

—Les cuesta federarse porque el sistema lo entorpece. Frente a una cooperativa que hace pan bio a buen precio, si puede, la mata. Afortunadamente, gracias a internet y a la facilidad para viajar, hay conexiones entre estos proyectos alternativos, pero no van muy lejos. Hoy todos los experimentos se hacen sabiendo que son limitados, sobre todo lo saben aquellos que participan. A menudo se trata de gente que ha militado mucho y se ha dado cuenta de que a través de la militancia no es posible, de que no sirve para nada. Como máximo sirve para aspirar a un sueldo individual de político y a cambiar de partido si prevé que va a perder votos... Pero como no pueden sostener este discurso porque es el de Marine Le Pen,2 que dice que los partidos son todos iguales y no se ocupan más que de su carrera —lo que yo también creo—, para no ser asociados a la extrema derecha se oponen a través de la experimentación social. Si hacemos un Tour de France de experimentaciones sociales, hay muchísimas, pero son excesivamente modestas, y lo más increíble es que pueden estar a dos kilómetros unas de otras y no conocerse. Yo lo he visto en Saint-Étienne. Pero también tiene cierto sentido porque estamos convencidos de que small is beautiful y tenemos miedo de que, si crecemos, surjan intermediarios, costes suplementarios y, sobre todo, se produzca una pérdida relacional, lo que es verdad.

—¿El capitalismo es invencible?

—El capitalismo ha sido siempre recuperador de las alternativas que le plantan cara. Pero no es grave, ya lo sabemos. Lo que hay que hacer es mostrar cada vez que solo puede recuperar una parte en nombre del capitalismo. Pero hay otra parte con la que no puede hacerse. Por el contrario, lo que sí puede es oponerse y romper las alternativas.

—¿Sin interconexión frente a este capitalismo, las alternativas están abocadas al fracaso?

—No. Vivirán su vida y desaparecerán cuando el proyecto se pare, pero nacerán otras, como los champiñones. Yo creo que, hoy, la visión de unir alternativas y crear algo grande que cambie el sistema no es buena porque los obstáculos son de naturaleza diferente a pequeña o a gran escala. Además, antes era más claro: existían el proletariado y el patronato, por hacerlo caricaturesco, y había un enfrentamiento. Pero después hemos visto que hay una multitud de patronatos y ciudadanos diferentes y que lo que hay hoy es una variedad de conflictos, secretos, oposiciones, rivalidades, celos, envidias... A partir de ahí, como no es cuestión de matarse mutuamente, buscamos un acuerdo, que es siempre provisional y frágil. Y es mucho más sencillo encontrar estos acuerdos en un grupo pequeño y tocar la misma partitura. Después, cuando los involucrados se desvinculan del proyecto, no hay transmisión pero, en todo caso, no nos arrepentimos de lo vivido. Hay que abandonar la idea de que voy a construir un sistema alternativo que va a crecer y sustituir al otro, aunque eso no implica que a nivel de Estado no se pueda crear un marco legal que favorezca la proliferación de alternativas.

—En España, a nivel municipal, tras las elecciones de mayo de 2015, Barcelona y Madrid tienen alcaldesas de partidos nuevos y de clara sensibilidad de izquierdas que podrían avanzar en este sentido.

—El poder se para allí donde la economía planetaria circula, pero en el mundo hay pequeños signos de esperanza de otras prácticas políticas en las ciudades. El libro Le temps des maires [Frédéric Sawicki] explica que hoy los alcaldes tienen más margen de maniobra, contrariamente a lo que creemos, que los estados-nación. Las opciones democráticas más interesantes hoy suceden a nivel ciudad de un determinado tamaño y a nivel de territorio. Pero no territorio en el sentido de región, que es una invención tecnócrata.

Antiguamente había territorios con un sentido cultural y lingüístico, como el País Vasco o Cataluña. Había cierta coherencia en la superposición de una cultura y un territorio. En Francia, de un golpe de varita mágica presidencial, acabamos de pasar de 24 regiones a 13 sin ninguna discusión, debate ni balance. Es una maniobra de tecnócratas, la gente no sabe ni cómo se llaman las nuevas regiones. Pero no molesta a nadie porque nadie se siente identificado. Para un francés medio, la región es como Europa: unos tecnócratas que nos roban dinero y después no se ocupan para nada de nosotros.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Antropoceno obsceno»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Antropoceno obsceno» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Antropoceno obsceno»

Обсуждение, отзывы о книге «Antropoceno obsceno» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x