—El Diluvio de Noé, como otros tantos diluvios locales tomados como universales, debía acabar con la humanidad hace unos cinco mil años, según el calendario judío, pero no acabó siquiera con el pueblo hebreo, y mucho menos con jebuseos, edomitas, hititas, chiitas, egipcios y demás pueblos de la antigüedad, pero para los hebreos, israelitas y judíos representa un cambio radical, un Nuevo Orden Mundial donde Jehová les prometía el dominio del mundo entero y la destrucción de sus enemigos, ambas cosas que tampoco han sucedido hasta el día de hoy.
—Hace cuatro mil años el Valle de Harappa (India) fue conquistado por un ejército de hombres blancos, caucásicos, tal y como habían pronosticado los profetas, acabando con el mundo de Indra, Agni y Soma (o Suria), tríada divina que fue usurpada por Brahma, Visnú y Shiva, dando lugar a un Nuevo Mundo Hindú, minero, herrero y muy poderoso durante tres mil años, por lo menos, hasta que los musulmanes empezaron a minarlo y los europeos terminaron de rematarlo.
—Hace tres mil años hubo una revolución religiosa, política y económica en el mundo antiguo, que acabó con pueblos enteros y sometió a otros tantos, y tras setecientos años de oscuridad, emergió todo un Nuevo Orden Mundial donde surgieron el judaísmo, brilló Atenas, nació la filosofía, se acuñaron las monedas, se descubrió el hierro, Buda y Confucio cambiaron los usos y costumbres religiosas en todo Oriente, se compiló la Biblia, se recorrieron los mares, el comercio ganó un terreno que no ha perdido hasta la fecha, y la humanidad en su conjunto alcanzó altas cotas en las artes y en las ciencias.
—Hace dos mil años se instaura el Nuevo Orden Mundial Romano, muy lejos de India y China, pero muy efectivo en el entonces Mundo Occidental que rodeaba al Mar Mediterráneo, imponiendo el Calendario Juliano, su ciencia, su medicina, sus leyes (Código Romano, que aún rige), su lengua, sus costumbres y una nueva religión única y obligada, la Católica, Apostólica y Romana. También nace el pristinismo, el agnosticismo y el cristianismo, mientras que en Oriente el budismo suple al jainismo, al animismo y al Zen, y la ideología de Confucio, sin ningún referente esotérico o espiritual, se ocupa de la administración china como cualquier otra religión.
—Hace mil años se rescata la figura de Cristo, se espera su Segundo Advenimiento, Bizancio y Roma se separan, hay un Nuevo Orden Mundial fraccionado, las enfermedades y las pandemias asolan a medio planeta, pero Cristo, que durante mil años fue un simple pastorcillo y ahora se convertía en un adulto crucificado, no vuelve con los Cuatro Jinetes del Apocalipsis para destruir a los infieles y salvar a los elegidos. Las Cruzadas mataron a cientos de miles, pero no significaron el Fin del Mundo, solo aumentaron las supersticiones religiosas, y creer o no creer eran la diferencia entre la vida y la muerte. El budismo reinsertó todo tipo de supersticiones en Oriente, dioses de todos los sabores y colores muy alejados del sendero espiritual que alguna vez propuso el Bodhidarma, el Zen se pervirtió, el Sintoísmo se encerró en sí mismo, y el antiguo hinduismo de las castas sociales y la trinidad de Brahma, Visnú y Shiva renacieron con fanática fuerza. El mundo había dado un largo paso hacia atrás sumiendo a la humanidad entera en la oscura Edad Media. Hay quien dice que este milenarismo fue falso, porque Ciro el Grande modificó el Calendario Juliano, robándose trescientos o setecientos años, para que el fin de un milenio y el comienzo del otro coincidieran con su reinado, con lo que el verdadero año cero de la Nueva Era sería el que marcó Mahoma con el Islam en el falso siglo VII d. C., o en el año 1100, con las cruzadas, o en el 1300, cuando se admite en el seno de la Iglesia Católica la Santa Trinidad, o la cualidad trinitaria de su Dios, o incluso en el 1492, cuando se ampliaron los horizontes del mundo, inició la modernidad y el capitalismo comercial y globalizado irrumpió en el planeta. Muchas cosas cambiaron a partir del año mil del Calendario Gregoriano, y hubo nuevos órdenes en la cultura, la economía, las relaciones sociales y la política, e incluso intentos de unificación de pensamientos e intereses, pero nada nuevo bajo el sol estructuralmente hablando, porque las jerarquías siguieron imponiendo sus criterios sobre la masa, ya fuera a través de las creencias religiosas obligadas, o por la violencia y por las armas.
El milenarismo vive en la conciencia colectiva de la humanidad, que teme y a la vez espera con ansia la llegada de los dioses y la destrucción de la Tierra para entrar en una Nueva Era más agradable y lisonjera para aquellos que fueron sumisos y se prestaron al chantaje emocional de la salvación a cambio de obediencia.
La Nueva Era de Acuario,
¿la parte amable del Nuevo Orden Mundial?
En la antigüedad se esperaba dicha renovación cada dos mil años con el cambio de constelación sobre la eclíptica del sol, es decir, cada era astrológica o precesión de los equinoccios:
—Del año 12000 al 10000 a. de C., Era de Virgo.
—Del 10000 al 8000 a. de C., Era de Leo.
—Del 8000 al 6000 a. de C., Era de Cáncer.
—Del 6000 al 4000 a. de C., Era de Géminis.
—Del 4000 al 2000 a. de C., Era de Tauro.
—Del 2000 a. de C. al año 0, Era de Aries.
—Del año 0 al 2000 d. de C., Era de Piscis.
—Del año 2000 al 4000 d. de C. Era de Acuario.
Para los puristas la Era de Acuario realmente tuvo inicio en 1972, y durará unos 1780 años, es decir, que concluirá en el 3752, de lo que hablaremos más adelante.
Luego se tomó al milenarismo en ciclos de mil años, después de 700, de 500, de 100, o bien cada vez que hubiera una señal (Calendario Maya), una profecía (de Nostradamus o inscrita en alguna pirámide egipcia), el paso de un cometa (como el Halley cada 76 años), de un meteorito (como el que acabó con los dinosaurios) o lo que fuera que pudiera provocar el fin del mundo y dar lugar a una Nueva Era, un nuevo Orden Mundial, que en la India es representado por Shiva, el Gran Destructor, y que cualquier día acabará no solo con este planeta, sino con el Universo entero, donde se hayan más razas parecidas a la especie humana, es decir, densas, pecaminosas, de alta densidad material y baja vibración espiritual, guerreras, asesinas, ambiciosas, codiciosas, inmorales, locas, abusivas, sucias, desconsideradas y que, en suma, merecen la destrucción para eliminar la paja del trigo y así darle una nueva oportunidad a los pocos seres humanos y similares conscientes y elevados, en un Nuevo Universo, un Nuevo Planeta y un Nuevo Orden Universal.
El Nuevo Orden Mundial Occidental, parece estar muy de acuerdo con los planteamientos de Shiva.
Shiva el transformador
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